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Cayó imperio aguilucho, ¿qué sigue?

Luis Polonia al recibir reconocimiento por su hit 800 con las Águilas Cibaeñas Víctor Pérez

SANTO DOMINGO -- En la última semana del 2009 arranca el Round Robin semifinal del béisbol invernal de República Dominicana con la asombrosa novedad de que las Águilas Cibaeñas de Santiago, al norte del país, no estarán entre los cuatro contendores por el título de campeón.

La última vez que las Águilas fallaron en avanzar a los playoffs, Joaquín Balaguer era presidente (¿democrático?) del país y José Francisco Peña Gómez y Juan Bosch actuaban como los principales líderes de oposición en una isla en la que el béisbol y la política son por mucho los temas que dominan la agenda de sus habitantes.

Desde que las Águilas quedaron eliminadas (en quinto lugar, con marca de 22-26) en el torneo 1991-92, transcurrieron 18 largos años, durante los cuales Balaguer le robó las elecciones a Peña Gómez en 1994 (ya en 1990 se las había robado a Bosch); Balaguer, Bosch y Peña Gómez fallecieron; la república modificó su división territorial de 27 a 32 provincias y el narcotráfico se incrustó en todos los estamentos políticos y económicos del país.

Los dominicanos nacidos entre el inicio de la última década del siglo XX y el final del primer decenio del tercer milenio tenían tres certezas en sus vidas: Que los apagones eléctricos no los arregla nadie mientras representen un negocio rentable para algunos sectores, que la corrupción gubernamental solamente es mala cuando se analiza desde la oposición y que las Águilas estaban clasificadas a los playoffs antes de que se jugara el primer partido de la temporada invernal.

Pero eso cambio dramáticamente este invierno (al menos la parte que concierne al béisbol), cuando Leones del Escogido (30-19), Tigres del Licey (28-22), Gigantes del Cibao (27-22) y Toros del Este (27-23) se quedaron con los puestos clasificatorios a la postemporada, en detrimento de Águilas (25-25) y Estrellas Orientales (15-35).

Ni el nombramiento del popular Tony Peña como manager en los últimos 15 partidos pudo salvar la nave aguilucha, pese a que el conjunto amarillo jugó para marca de 9-6 en ese tramo, extendió a 18 su cadena de temporadas jugando para .500 y se convirtió en apenas el tercer club de la liga que termina con récord positivo y aún así falla en clasificar a la postemporada.

Estrellas Orientales del 2003-04 y Escogido del 2008-09 también tuvieron 25-25 y quedaron fuera de la fiesta semifinal.

En las 18 temporadas seguidas que tienen las Águilas jugando para .500 su récord acumulado de ganados y perdidos es 523-365 (.589), lo que equivale a casi seis victorias en cada 10 cotejos.

Sin embargo, la baja del club no ocurrió de la noche a la mañana, sino que fue gradual (como las caídas de todos los imperios terrestres) y lo muestra su récord de las últimas tres temporadas (75-73, .507 y una corona de campeón), después que en las 15 anteriores fue de 448-292 (.605) con 9 títulos.

Entre sus descalificaciones de 1991-92 y 2009-10, las Águilas ganaron 10 de sus 20 coronas nacionales y sus cinco títulos de la Serie del Caribe, una era dorada que pocos equipos han igualado en cualquier liga del mundo.

El primer gran aviso de que el imperio se desmoronaba ocurrió en el Todos contra Todos del torneo pasado, cuando los cibaeños decepcionaron con un pírrico balance de 2-16, lo que provocó las salidas del manager Félix Fermín y el receptor Alberto Castillo, entre otros, en la "Purga del Chilote" (nombrada con el apodo del presidente del club, Winston Llenas).

Fermín pasó a dirigir a los Gigantes del Cibao, el rival directo de las Águilas en la zona norte y este año en el standing, y tuvo la satisfacción de enterrar a su antiguo equipo con una dulce victoria 4-0 el penúltimo día de calendario.

Luichy Sánchez, quien pasó de comentarista de radio y TV a gerente general de operaciones de béisbol durante "La Perestroika Aguilucha" que siguió a la debacle de enero pasado, cita tres grandes razones entre las muchas que provocaron la eliminación tempranera de la orgullosa novena cibaeña en el actual torneo.

"Soy de los que piensan que todo es producto de un cúmulo de muchas cosas, pero podemos resaltar las ausencias de Mendy López --un bateador de 58 jonrones y 210 carreras impulsadas en la década-- y el intermedista Tony Abreu y la marca de 10-15 en casa --incluyendo 0-9 contra Escogido y Toros-- como las razones más relevantes", dijo Sánchez.

Sánchez aboga porque las Águilas completen el proceso de rejuvenicimiento que iniciaron el año pasado, lo que significa cortar de raíz con veteranos legendarios como el jardinero Luis Polonia y el lanzador José Lima (solamente Julián Tavárez, entre los muy veteranos, regresaría si la decisión final estuviera en manos del gerente general), enfocarse en negociar con otros equipos de la liga para conseguir un torpedero y retener el cuerpo de coaches que lideró Peña al final de la serie regular.

La corriente actual es que Miguel Diloné asuma la dirección del club en las primeras semanas de la próxima temporada y ceda el puesto cuando Peña termine sus compromisos con los Yankees de Nueva York, que casi siempre concluyen tarde por meterse lejos en los playoffs de Grandes Ligas.

"Necesitamos urgentemente un torpedero. La conversión de Tony Peña hijo en lanzador dejó a las Águilas sin un adecuado campocorto para los primeros meses de la temporada, tomando en cuenta que Miguel Tejada y Rafael Furcal son jugadores que se integran en los playoffs", dijo Sánchez.

De todos esos movimientos, el más complicado y delicado de ejecutar será el que concierne al futuro de Polonia.

Con 46 años de edad y 26 temporadas en la pelota dominicana, Polonia ostenta casi todos los récords ofensivos de la liga y ya puede ser considerado el mejor pelotero de la historia en este circuito, por encima de Diloné.

Pero esta temporada "Cronos" comenzó a pasarle factura (algo natural) y solamente pudo aparecer en 25 juegos, en los que bateó .233 (86-20) con tres dobles y promedio de embasamiento de .327.

La presencia de un Polonia diezmado por las lesiones y el inexorable paso del tiempo impidió a las Águilas dar más juego a novatos talentosos como el jardinero Elián Herrera, entre otros. Agreguen a la ecuación que Polonia es el jugador más caro en la nómina aguilucha desde hace muchos años, un elemento importante, aunque no el definitivo, a la hora de sopesar su permanencia en el equipo.

Inmediatamente después de las fiestas navideñas, las Águilas realizarán una reunión extraordinaria para tomar algunas decisiones, incluyendo el futuro de Polonia. La posición de la mayoría de los directivos es ofrecerle un retiro espectacular y un puesto de coach, pero aparentemente "La Hormiga Atómica" planea jugar hasta los 50 años.

"Estimo que --Polonia-- debe irse por la puerta del frente como el más grandioso jugador ofensivo que ha tenido el equipo en su historia y no esperar a que le impulsen a salir por la de atrás", dijo Rafael-Papy-Pérez, director de comunicaciones de las Águilas.

Tanto Sánchez como Pérez coinciden en que las Águilas dominicanas no necesitarán tanto tiempo como "El Ave Fénix" (que según la mitología griega se renovaba en el fuego cada 500 años) para levantarse de sus cenizas.

"Este año mostramos que tenemos talento en desarrollo", dijo Sánchez. "En dos años comienza otra década de éxitos", agregó Pérez.