<
>

Sin Cuauhtémoc y sin Cabañas

El América desechó el regreso de su número 10 y lo mandó a la división de ascenso, y ahora está cerca de perder a Salvador Cabañas...

BRISTOL -- Podría verse como una ingratitud o quizá como una forma de reclamarle todo lo que no ha podido culminar --bajo su mandato futbolístico-- en los últimos años. Los americanistas, según las primeras encuestas cibernéticas, no lamentarían tanto una eventual salida del delantero paraguayo Salvador Cabañas.

Cronómetro: ¿Cabaña le sirve al América?

Increíble: lo que para muchos, incluyendo a mí, sería una tragedia en lo futbolístico para el América, para otros es visto como una oportunidad.

Me parece, sin embargo, que la mala memoria vuelve a irrumpir con toda su fuerza en el fútbol mexicano y más en específico en un equipo como el América.

Aunque es verdad que bajo su tutela el equipo no ha conseguido el campeonato que tanto anhelan sus fanáticos, hay un escaso reconocimiento a lo que el jugador paraguayo le ha aportado al equipo. Debo recordarle a los americanistas que aun en una época de vacas flacas, Cabañas y el portero Guillermo Ochoa han estado ahí para tapar las deficiencias del equipo, para maquillar los resultados y sin darle trofeos, han mantenido intacto, al menos, el orgullo americanista en un equipo que siempre tiene al orgullo como uno de sus principales motores.

La semana pasada dije que el América sin Cabañas no iba a ninguna parte y lo ratifico. Está claro que no existe un plan B, ni el jugador o el método para suplir al carismático delantero paraguayo.

Ni siquiera en el mercado de la emergencia habría alguien disponible para suplir a Cabañas. Y ya entiendo la negación total y rotunda que sobre el tema pone el presidente del América, Michelle Bauer: "No hay nada, no existe y nadie ha negociado con nosotros".

El América no está listo para que se vaya Cabañas. No ha terminado su ciclo (como sucedió quizá con Suazo en el Monterrey) ni el equipo se ha preocupado por encontrar quién tome su papel, pero todo mundo sabe que la relación entre el entrenador y el jugador no es la mejor de todas. No espere usted que Chucho Ramírez defienda la permanencia de Cabañas porque no sucederá.

Las declaraciones, por otra parte, del dueño del América podrían enturbiar aun más el ambiente que rodea hoy a la institución. El señor Azcárraga Jean ha dado a conocer públicamente que está en descuerdo con el hecho de que Cuauhtémoc Blanco juegue en la división de ascenso y ha dicho que su lugar es el América, ello ocurre, una par de semanas después de que el propio Cuauhtemoc haya desacreditado a la directiva americanista. Es decir, la puerta que le habría cerrado, en apariencia, el señor Bauer, se le ha abierto ahora el máximo jerarca de la institución.

Y es que el América o Bauer cedieron --mediante el famoso Pacto de Caballeros-- a Blanco al Veracruz cuando el cien por ciento de la fanaticada americanista hubiese apoyado la idea de que el polémico jugador le pusiera fin a su carrera en el club de sus amores. ¿Usted cree que el América no estaría más tranquilo hoy con Blanco en sus filas aunque Cabañas tuviera un pie en las escalerillas del avión? Yo conozco la respuesta.

Se supone que el América sabe hacia dónde va. Se supone, sólo se supone. ¿Usted sabe hacia dónde va sin Cabañas y sin Cuauhtemoc?