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Ojo de halcón

BUENOS AIRES -- Lo que más me gusta del Abierto de Australia es la certeza firme de que no existen las certezas. Para decirlo de manera sencilla: nadie puede saber claramente qué va a pasar. Habrá pálpitos, claro, y análisis de los primeros torneos del año. Pero la mayor parte de las especulaciones tomarán como base el rendimiento de los tenistas a fines de la temporada pasada. Algo lógico, por otra parte, dado que los campeonatos de arranque en 2010 están demasiado cerca de las pretemporadas como para sacar conclusiones serias.

Es por eso que hablaré solamente de algunos tenistas fuera del mainstream que siempre fueron de mi gusto, y que -como cada año- arrancan la temporada con mi voto de confianza. Por eso, y por el cuadro que les toca, creo que se pueden destacar en este Grand Slam que comienza.

Comencemos con los más obvios. Una trilogía de muchachos que me parecen excelentes jugadores y se codean con los top. El primero es Fernando González. Sinceramente, siempre sentí que Melbourne es muy injusto con Feña. Obviamente, allí logró el mejor resultado de su carrera, aquella final 2007 contra Federer. Pero debe haberse ido con un sabor de boca muy amargo por su actuación propiamente en ese partido. Roger no le dio chances y lo que debería haber sido una fiesta -alcanzar la final de un Grand Slam- terminó eclipsado por una paliza.

Y, claro, no es particularmente a ese año que me estoy refiriendo cuando hablo de injusticias. Pensaba más bien en el año pasado, por ejemplo, cuando venía mostrando un nivel alto y tuvo su partido más cansador (un juego de más de 4 horas ante Richard Gasquet) justo antes de enfrentar a Rafa Nadal. Imaginen que si ganarle a Rafa es difícil cuando uno está entero físicamente, hacerlo tras una maratón semejante resulta casi imposible.

Pensaba también en 2006, cuando cayó en 5 sets ante Alex Bogomolov Jr. tras ganar el primer y el tercer set (es decir: estuvo 1-0 arriba y 2-1 arriba en sets, y perdió contra el 202 del mundo...). O en 2004, cuando tuvo que enfrentar al entonces número uno Andy Roddick en primera ronda.

En fin: injusticias. Lo que parece claro es que González puede sacar muy buen rédito de la superficie casi lenta y semi rápida que ofrece el acrílico, y que si está cómodo con su juego y con su físico puede llegar lejos.

El segundo hombre a destacar es un clásico de siempre: Andy Roddick. No hace falta decir mucho más, salvo que el tiempo que pasa parece jugar a su favor. Hay dos tipos de veteranos: los que sufren su edad y los que la aprovechan. A-Rod parece ser de la última clase. Dio muestras de ellos en el último Wimbledon, en el último Roland Garros y propiamente en el último Abierto de Australia, un torneo en el que se ha destacado históricamente y que aún hoy despierta su memoria geográfica.

Además corre por un lugar del cuadro bastante accesible: el único que parece amenazante en esa zona del draw es el propio Fernando González. Y un duelo hoy no sería igual a aquel que tuvieron hace cinco años.

Voy con el tercer nombre: Marin Cilic. Hoy, el favorito de cualquier pronosticador. Cada año, su tenis crece de manera asombrosa. Le falta una gran performance en Grand Slams para meterse en la discusión grande del circuito mundial. Pero no tengan dudas de que estará allí de aquí a poco tiempo.

Pero esos muchachos son demasiado conocidos, están demasiado bien rankeados, resultan demasiado brillantes. Ahora, los que valen en serio.

Jeremy Chardy es un francés joven y explosivo que cuenta con todas las herramientas que uno puede desear para destacarse en canchas duras. Es muy veloz, tiene variedad y potencia de golpes, tiene una cabeza de hierro. Tiene 22 años y su aprendizaje es constante. El año pasado terminó en baja, pero podría aprovechar sus primeras rondas para entrar en ritmo y llegar a un escenario ideal: Djokovic en tercera, para tomarse revancha de quien lo eliminara el año pasado.

Otro hombre a seguir es el serbio-eterna promesa Janko Tipsarevic. Aún si juega bien, su cuadro promete ser un campo minado: Haas, Tsonga y Soderling andan dando vueltas por su camino. Pero sus tiros y su obstinación luchadora siempre invitan a la ilusión. Si nunca lo vieron jugar, véanlo. No se lo pierdan. Jamás pierde un partido que no sea dramático. También tengo que admitir que me gustan sus lentes.

¿Qué me dicen del letón Ernests Gulbis? Imagino que todos los fanáticos del tenis sabemos que tiene condiciones para ganarle a cualquiera, el gran problema es cuándo va a decidirse a usarlas para su propio bien. Es que su técnica depurada no tiene nada que ver con sus caprichos testarudos. Si tiene la cabeza donde corresponde se le presentará una buena chance de llegar hasta la tercera ronda. Ahí se las vería con Davydenko, y tendrá un momento inmejorable para demostrar todo lo bueno que se espera de él.

Por último, un Bonus Track: Simone Bolelli. Este italiano retacón recuerda de muchas maneras a Gilles Simon. Los años han empezado a correrlo un poco, y la temporada pasada tuvo un año que no se acercó a lo que él había planeado, pero tiene algo en su juego que invita siempre a apostar por él. Debe aprender a cerrar partidos, a ganar regularidad, a elegir cuando pegar. Tiene tenis, y puede sorprender. El cuadro no lo ayuda: tendría Murray en segunda. Pero quién te dice... En Australia, jugadores fríos, pretemporada cercana, todo puede pasar.