Los Cardenales de San Luis, un equipo que el 25 de agosto estaba a 10,5 juegos del comodín, completaron una de las más grandes remontadas en la historia del béisbol al coronarse como campeones de la Serie Mundial tras vencer 6-2 en el Busch Stadium a los Vigilantes de Texas en el séptimo y decisivo encuentro del Clásico de Octubre.

10 más uno. El título de los pájaros rojos es el undécimo en la historia de la organización, que sólo es superada en trofeos por los 27 de los Yankees de Nueva York. El anillo de campeón es el tercero para Tony La Russa como dirigente. Se coronó con los Atléticos de Oakland en 1989 y con los propios Cardenales en 2006.

Rematadores. Los Cardenales se convirtieron en el 19no equipo que gana la serie tras estar abajo 3-2 luego de los primeros cinco encuentros bajo el formato de un máximo de siete duelos. El último equipo en hacer algo así fueron los Angelinos en el 2002 contra San Francisco.

Cómodos. San Luis es, además, el cuarto equipo que avanza a los playoffs bajo la figura del Comodín, o Wild Card, y consigue titularse. Ya lo habían hecho los Marlins de Florida en 1997 y 2003, los ahora Angelinos de Los Angeles en el 2002 y los Medias Rojas de Boston en 2004.

El MVP. La distinción fue para el tercera base David Freese. El joven, que se crió en la zona de San Luis, conectó un doblete clave en el cierre de la primera entrada que empató el encuentro a dos. Freese implantó una nueva marca de empujadas en una postemporada con 21. El registro anterior, de 19, lo compartían David Ortiz, Scott Spiezio y Sandy Alomar Jr. También igualó el registro de más hits (25) y más dobletes (8) para un playoff, este último con su compañero Pujols.

El número 1. Chris Carpenter demostró por qué es el As de la rotación de San Luis y por qué para su equipo fue una bendición que el sexto juego no se pudiese jugar el miércoles debido a la lluvia. Lanzando con apenas tres días de descanso por segunda vez en su carrera y luego de una mala experiencia ante Filadelfia, el diestro completó seis entradas y permitió sólo dos carreras. Fue el pitcher ganador.

Sin dar hit. Los locales abrieron el encuentro en el quinto inning ayudados por una exhibición de descontrol de Scott Feldman. El derecho dio boleto a Allen Craig, golpeó a Albert Pujols, pasó gratis a Freese tras poner el inning en dos outs y Yadier Molina trajo una al recibir cuatro malas. CJ Wilson vino a relevar y golpeó a Rafael Furcal, lo que produjo la quinta de San Luis. Sin imparables, ni sacar la bola del cuadro, ponían el encuentro 5-2.

La del seguro. San Luis hizo su sexta rayita en el cierre del séptimo ante Mike Adams. Infieldhit de Lance Berkman, boleto a Freese y hit de Molina fueron la fórmula de la carrera que colocaba la pizarra 6-2.

Primero, pero insuficiente. Texas aprovechó a Chris Carpenter en la primera entrada. Tras ver cómo sorprendían a Ian Kinsler en la inicial, boleto a Elvis Andrus y dobles de Josh Hamilton y Michael Young los pusieron adelante 2-0. La jugada de Kinsler terminaría siendo clave, pues los Vigilantes no tuvieron otra oportunidad de hacer un inning grande en toda la noche. Entre el segundo y el noveno episodio sólo dieron tres hits.

Toma y dame. Al mismo estilo del sexto juego, San Luis no tardó mucho en responder. Luego de dos outs, Matt Harrison otorgó boletos a Albert Pujols y Lance Berkman antes de recibir el doblete de Freese que igualó el encuentro a dos.

El sustituto. Allen Craig tomó el puesto en el lineup que dejó Matt Holliday, lesionado en el sexto encuentro. El novato produjo dividendos con rapidez al conectarle cuadrangular a Harrison en el cierre del tercero que, en su momento, puso arriba a San Luis 3-2. El palazo, tercero para él ante Texas, lo iguala con Pujols como los únicos peloteros de los Cardenales con tres jonrones en una Serie Mundial.

Joyita. Craig volvería a lucirse en la alta del sexto. Nelson Cruz le conectó a Carpenter un largo elevado que el jardinero izquierdo tomó dando un salto sobre la pared. Así, le robaba una carrera a los Vigilantes.

Sin radar. Los lanzadores de los Vigilantes terminaron entregando 41 boletos contra los Cardenales. La cifra representa un nuevo hito uno que nadie quiere tener- en la historia de este tipo de competencias.

Octubre memorable. En la postemporada de 2011 se disputaron 38 de 41 juegos posibles. Los únicos tres encuentros que no fueron necesario fueron el 5to entre Vigilantes y Rays, el séptimo entre Cardenales y Cerveceros y el séptimo entre Vigilantes y Tigres. Los 38 duelos igualan la marca de todos los tiempos, pues esto también ocurrió en el 2003.

Fuera, otra vez. Los Vigilantes volvieron a quedarse en el terreno viendo al otro equipo celebrar el título. Ningún equipo había perdido dos veces seguidas la Serie Mundial desde que los Bravos de Atlanta cayeron ante los Mellizos de Minnesota y los Azulejos de Toronto en 1991 y 1992, respectivamente

Un remonte milagroso

FECHA
28/10
2011
por Efraín Ruiz Pantín
SAN LUIS -- Los Cardenales de San Luis estuvieron dos veces a un strike de ver coronarse a los Vigilantes, pero lograron recuperarse de forma casi milagrosa y terminaron llevándose el triunfo 10-9 en 11 entradas para forzar el séptimo juego de la Serie Mundial.

El héroe: David Freese fue una de las muchas figuras que tuvo San Luis. Su cuadrangular en la segunda mitad de la undécima entrada ante Mark Lowe selló el triunfo y le regaló al beisbol el primer séptimo juego de la Serie Mundial desde el que protagonizaron los Gigantes y los Angelinos en el 2002.

Lo que significa:Los Cardenales tratarán de convertirse en el 19no equipo que consigue llevarse la Serie Mundial después de estar abajo tres juegos por dos. El último club en lograrlo fueron los Angelinos.

Milagroso I: Los Cardenales estaban a un strike de la derrota en la novena entrada. David Freese no dejó que ocurriese y con su triple empujó desde segunda a Albert Pujols y desde primera base a Lance Berkman para empatar el juego de forma increíble contra Neftali Feliz, quien había salvado todas las oportunidades que se le habían presentado en esta postemporada.

En buena hora: Josh Hamilton, que no había podido sacar la pelota en todo el mes de octubre, escogió un momento inmejorable para hacerlo. Igualada la pizarra a siete, estiró los brazos ante un pitcheo de Jason Motte y la botó por el jardín central, un palazo de dos carreras en la apertura del décimo. Fue su primer jonrón en 92 turnos.

Milagroso II: Los Cardenales entraron al décimo abajo por dos, tras el jonrón de Hamilton. Darren Oliver vino a cerrar porque Ron Washington le quitó la bola a Feliz y no pudo hacer su trabajo. Le abrieron con dos hits y, ya con dos outs y dos strikes ante Scott Feldman, Lance Berkman conectó sencillo para igualar la pizarra.

Resumen: El lanzador ganador fue Jake Westbrook. El derecho tiró una entrada, la undécima, y no permitió carreras. El perdedor fue Mark Lowe.

Último round: El encuentro decisivo se disputará esta noche de viernes en San Luis. Matt Harrison está anunciado para abrir por los Vigilantes. Tony La Russa, antes del sexto encuentro, dijo que no sabía quién sería su iniciador.

A palazos: Texas se fue adelante 7-4 en la séptima entrada con los cuadrangulares de Adrián Beltré y Nelson Cruz. Cruz igualó el récord de Barry Bonds (2002) y Carlos Beltrán (2004) con ocho jonrones en una sola postemporada. La tercera del inning la trajo Ian Kinsler.

Por decena: Napoli se convirtió en el sexto pelotero en la historia de la Serie Mundial en conseguir al menos 10 carreras empujadas. Los otros son Bobby Richardson, (12 en 1960), Mickey Mantle (11 en 1960), Sandy Alomar (10 en 1997), Yogi Berra (10 en 1956) y Ted Kluszewski (10 en 1959).

Pega primero: Los Vigilantes se fueron adelante en la primera entrada cuando juntaron boleto a Ian Kinsler y sencillos de Elvis Andrus y Josh Hamilton. Sin embargo, sólo pudieron hacer una ante Jaime García, quien apretó el brazo para silenciar a Michael Young y Adrián Beltré.

Vuelta rápida: El movimiento de colocar a Lance Berkman de quinto bate, y no a Matt Holliday, le rindió dividendos rápidos a San Luis. Un jonrón del jardinero derecho en la primera entrada trajo dos para los Cardenales.

Y regresa Texas:

Los Vigilantes pegaron otra vez en el segundo inning. Después de dos outs, producto de un dobleplay tras un toque de Colby Lewis, Kinsler largó doblete para igualar la pizarra.

Un día rápido:

La actuación de Jaime García no pasó de la tercera entrada. Permitió dos carreras, le dieron cinco hits, otorgó dos boletos y recibió la inmensa ayuda de un par de doblematanzas para que el daño no fuese más grave.

Errores se pagan:La mala defensa de los Cardenales fue un martirio para ellos toda la noche. Tres errores, tiros a la base equivocada, corredores sorprendidos fueron demasiado peso para sobreponerse. Los tres errores de San Luis fueron la mayor cantidad para la franquicia en un juego de Serie Mundial desde 1943. Sin embargo, Texas nunca pudo aprovechar y dejó hasta ocho corredores en base en los primeros cinco episodios.

De lado y lado: La defensiva de los Vigilantes, en especial Michael Young, distó de ser brillante. Un par de errores del primera base en la cuarta y en la sexta entrada abrieron la puerta para dos carreras de los pájaros rojos. El mal tiro de Andrus en el octavo inning terminó estirando el octavo inning, una jugada costosa porque permitió que le llegase el turno a Pujols en el noveno.

ARLINGTON, Texas -- Mike Napoli conectó un doble impulsor de dos carreras en el octavo episodio y el pitcheo de los Vigilantes de Texas aguantó múltiples arremetidas de los Cardenales de San Luis para llevarse una victoria por 4-2 y tomar ventaja de tres triunfos por dos en la Serie Mundial.

El héroe. Napoli volvió a ponerse la camiseta de estrella por segunda noche corrida. Ubicado de nuevo en el octavo puesto, fue a batear con las bases llenas en la octava entrada y ante el zurdo Marc Rzepczynski conectó un doblete impulsor de dos para romper la igualdad y comandar el triunfo.

Lo que significa. La Serie Mundial ha llegado igualada dos victorias por bando 42 veces. En los 41 casos anteriores, el equipo que ganó el quinto juego terminó llevándose el título en 27 oportunidades (66%). No obstante, las últimas nueve ocasiones que esto ha ocurrido, el perdedor del duelo cinco ha sido el campeón en seis.

La decisión. Tony LaRussa, el manager de San Luis, decidió darle boleto intencional a Nelson Cruz con un out y un corredor en segunda para traer a Rzepczynski a lanzarle a David Murphy. El zurdo dio un rola que parecía perfecto para dobleplay si el pitcher no desvía la bola. Todos quedaron a salvo. LaRussa decidió dejar a Rzepczynski contra Napoli y el resto es historia.

La decisión. Parte dos. Allen Craig fue puesto out dos veces con Albert Pujols al bate. La primera fue en el séptimo con la pizarra igualada. La segunda mucho más cuestionable, porque ocurrió en el noveno inning, abajo por dos carreras. Pujols se ponchó contra Neftalí Féliz, Holliday recibió cuatro malas y Lance Berkman también abanicó para decretar el final del juego.

El descontrol contraataca. Dos boletos y un lanzamiento desviado de C.J. Wilson, más dos marfiladas de la defensiva de los Vigilantes, abrieron las puertas a las dos carreras de los Cardenales en el segundo. Sencillo impulsor de Yadier Molina y rola a primera de Skip Schumaker trajeron las rayitas. Fueron las únicas dos rayitas de los pájaros rojos.

Salvaje, pero eficiente. Wilson se retiró tras 5.1 entradas de trabajo en las que regaló 5 boletos, recibió dos carreras, ponchó a tres y tiró un lanzamiento salvaje. Sólo retiró una entrada por la vía del 1-2-3 y 57 de sus 107 lanzamientos fueron bolas. San Luis dejó ocho en base contra el zurdo.

La estrategia. Ron Washington había prometido que, cuando la situación lo llamase, no se iba a dejar batear por Albert Pujols y cumplió su palabra en el tercero, en el quinto y el séptimo. En las tres ocasiones le dio boleto intencional y el escudero del dominicano, Matt Holliday, falló con rodados al cuadro las dos primeras. En la tercera dio hit, pero David Freese falló con elevado al centro y San Luis nunca pudo anotar. Los Cardenales se fueron de 12-1 con corredores en posición anotadora y dejaron 12 en base.

En los libros. Pujols es el tercer pelotero que recibe tres boletos intencionales en un juego de Serie Mundial, igualando la marca de Rudy York (1946) y Barry Bonds (2002), informó el departamento de estadísticas de ESPN.

Moreland está aquí. Mitch Moreland tenía de 23-2 antes de conectar cuadrangular a Carpenter con un out en el tercer episodio. El palazo de 424 pies por el jardín derecho fue el primer hit que le conectaron al diestro de los Cardenales.

Sentado la saca. Tras ser dominado por Carpenter en sus dos primeros enfrentamientos, Adrián Beltré se desquitó ante la curva de éste. En el sexto se sentó a esperar ese pitcheo e hizo un swing tan fuerte que terminó de rodillas. ¿Lo bueno para él? La pelota terminó en las gradas entre el central y el izquierdo para empatar la pizarra a dos.

Salvador. Féliz se llevó el salvado y mantiene su cadena de estar en la lomita al final de cada uno de los triunfos de los Vigilantes en esta postemporada.

El duelo. La acción se reanudará el miércoles en el Busch Stadium de San Luis. Colby Lewis lanzará por los Vigilantes y Jaime García lo hará por los Cardenales. Lewis lanzó 6.2 entradas en el segundo juego, permitió cuatro hits, dos carreras (una limpia), dio dos boletos y ponchó a cuatro. El mexicano, por su parte, no permitió rayita en siete actos, en los que entregó un pasaporte y guillotinó a siete.

Seis, al fin. Por apenas segunda vez desde el 2003 se jugarán al menos seis encuentros en la Serie Mundial. La otra oportunidad fue en 2009, cuando los Yankees de Nueva York vencieron a los Filis de Filadelfia en esa cantidad de encuentros.

CarpenterJamie Squire/Getty ImagesCarpenter tuvo una apertura sólida ante Texas, y del resto se encargó el bullpen de San Luis
Ron Washington no pudo ser más honesto el martes. Cuando un periodista le preguntó cómo sería la pelea de estrategias con Tony La Russa, no se guardó elogios para su colega de los Cardenales de San Luis.

"Bueno, yo no creo que vaya a estar jamás a la altura de una lucha de inteligencia con Tony La Russa", respondió el piloto de los Vigilantes de Texas. "Lo que voy a tratar de hacer es poner a mis peloteros en la situación adecuada y si mis jugadores producen, pues no tendré que preocuparme por esa guerra de estrategias. Ellos se encargarán de las cosas".

Washington tuvo razón. Por partida doble. Los jugadores (de San Luis) terminaron decidiendo el primer juego de la Serie Mundial y La Russa le dio un repaso de dirección.

El triunfo 3-2 de San Luis tuvo como protagonistas principales a los mismos sospechosos habituales que trajeron a los Cardenales hasta donde están hoy: Chris Carpenter y sus relevistas.

Después del buen trabajo de Carpenter por seis entradas, entre Fernando Salas, Mark Rzepczynski, Octavio Dotel, Arthur Rhodes y Jason Motte apenas permitieron un hit y un boleto en los últimos tres episodios.

Así protegieron las tres carreras que pudo hacer la ofensiva, todas contra el abridor y perdedor por los Vigilantes, el una vez más descontrolado CJ Wilson. El zurdo es el primer abridor en la Serie Mundial que, tras lanzar sobre cinco entradas, terminando dando más boletos (6) que capítulos completados.

Normalmente, en un duelo tan cerrado no tendrás demasiadas oportunidades de que tus peloteros, como esperaba Washington, se encarguen de todo. Cada detalle y cada decisión se magnifica. Y en eso La Russa fue mejor que su rival.

La primera situación, y la que terminó resultando en la carrera que definió el juego, se presentó en la parte baja de la sexta entrada, que Wilson inició dominando a Lance Berkman con un globo al cuadro para luego ver cómo David Freese le conectaba doblete al centro.

Wilson ponchó a Yadier Molina y los Vigilantes parecieron entonces salir del atolladero. El siguiente bateador era Nick Punto, un veterano de 11 temporadas conocido por cualquier cosa menos su bateo. De por vida tiene 14 jonrones, .325 de promedio de embasado y .327 de slugging.

Pero en Texas decidieron que lo mejor era lanzarle difícil a Punto, que inspira cualquier cosa menos miedo en el home. Wilson lo pasó con cuatro bolas seguidas, como si fuese Miguel Cabrera.

Todo para que Alexi Ogando enfrentase a Allen Craig, quien viene de batear .315, ha sido un excelente toletero en las menores y en dos años ha dado más jonrones que Punto. Tiene 15.

No hay forma de que a los Vigilantes no se les haya ocurrido que si pasaban a Punto, con el juego empatado, La Russa iba a dejar a Carpenter batear. Es imposible. Y si la idea era sacar de una vez al derecho del juego, corriendo el riesgo de enfrentarse a un mejor bateador, pues menospreciaron al hermético relevo de los Cardenales.

Craig tomó un buen turno y le enderezó una recta a Ogando. El batazo cayó a centímetros de la raya de cal del jardín derecho y del guante de Nelson Cruz, que a pesar del esfuerzo no pudo tomarla. Freese anotaría tranquilo desde segunda.

No habían pasado 10 minutos, cuando volvió a queda claro quién es mejor estratega. Ahora contra Salas, Texas montó una amenaza después de un out, gracias a sencillo de Cruz y boleto a Mike Napoli.

La Russa respondió trayendo al zurdo Rzepczynski para obligar a Washington a sacar a David Murphy, lo que en efecto ocurrió. Craig Gentry, que batea a la derecha, salió de emergente y se ponchó tirándole.

Ya con dos outs, y la del empate en segunda, el piloto de los Vigilantes decidió confiar en el dominicano Esteban Germán, otro derecho, que no había tomado un turno desde el 25 de septiembre. Se ponchó tirándole, sin ninguna oportunidad ante los tres lanzamientos que recibió.

En el banco se quedó Yorvit Torrealba, a quien ya Washington había utilizado como bateador designado en esta misma postemporada. De hecho, Texas llevó a tres receptores a la Serie Mundial para poder usar al venezolano en momentos como ese. Y había respondido, con cuatro hits, entre ellos un doble, en 12 turnos.

"Derecho contra zurdo", explicó Washington. "Pensé que tenía un buen chance contra Rzepczynski porque tira muchos envíos rompientes. Esteban es un bateador de contacto. Nos ganó. No hay más nada que decir".

Y le ganó La Russa, que no mordió el anzuelo de ir a por el derecho Octavio Dotel porque sabía que en la banca de los Vigilantes no había un bateador más frío que Germán.

"¿Pueden garantizarme que si hubiese usado a Torrealba hubiese hecho algo diferente?", preguntó Washington, quien aclaró que el venezolano estaba sano y disponible, en conferencia de prensa. "Usé al tipo que, en ese momento, pensé me iba a dar el hit".

Nadie puede garantizarlo, lógico. Pero queda uno obligado a preguntarse lo siguiente. Si tiene tanto contacto, y es tan bueno para salir en un momento así, ¿por qué entonces Germán tenía casi un mes sentado en el banco de los Vigilantes y jamás lo utilizó en lo que va de postemporada?

"No perdimos este juego, nos vencieron", aclaró Washington. "Tuvieron una oportunidad para sumar una carrera y su emergente hizo el trabajo y el nuestro no. Hay que darles créditos, nos vencieron. No regalamos este juego".

A San Luis, es verdad, Washington no le regaló el juego. Pero las decisiones, a juzgar por el proceso para tomarlas y sobre todo por los resultados, no parecieron las correctas. No siempre los jugadores pueden con todo el peso del juego.

Getty ImagesDerek Hollland va en busca del triunfo que lleve a Vigilantes a la Serie Mundial
ARLINGTON, Texas -- En un mundo ideal, a los Vigilantes de Texas les hubiese encantado ganar dos juegos en Detroit, haber despachado a los Tigres y pasar el fin de semana esperando para conocer su rival en la Serie Mundial.

La realidad es que sólo pudieron ganar uno en Comerica Park y que ahora tendrán un par de oportunidades para buscar el triunfo que les falta en su casa, el Ballpark de Arlington. Una situación con la cual se sienten muy bien.

Los Vigilantes practicaron el viernes por la tarde en su parque y, de acuerdo a algunos de sus peloteros, la derrota del jueves ya no es sólo página pasada, sino un recordatorio de que aún ante el mejor lanzador de la Liga Americana, este equipo puede subir varias carreras al marcador.

"El vuelo estuvo bien. Tranquilo. Claro que nos habría gustado ganar, pero estamos contentos", comentó el receptor venezolano Yorvit Torrealba sobre el ambiente del regreso a casa. "Todavía estamos arriba en la serie y venimos a casa a tratar de ganar mañana y acabar con esto".

"La idea de nosotros era ganar los dos juegos allá. Lamentablemente no sucedió. (Justin) Verlander nos lanzó un buen juego, pero le hicimos las carreras", añadió el careta. "Creo que eso nos sube más la confianza".

"Es fácil mantenerse positivo y tener confianza", dijo el segunda base Ian Kinsler, "cuando sabes que juegas para un buen equipo con buenos peloteros".

La historia, aunque no servirá de nada cuando Derek Holland haga el primer pitcheo la noche del sábado, está a favor de los Vigilantes.

Está es la décima quinta ocasión en la que la Serie de Campeonato de la Liga Americana llega al sexto encuentro. En las otras 14 oportunidades, el equipo que estaba arriba fue a la Serie Mundial 10 veces (71%). Si se suma lo ocurrido en la Liga Nacional, la relación es 21 de 30 (70%).

Si los Vigilantes quieren ser parte de la mayoría y salir de los Tigres de una vez, deberán enfocarse en un par de cosas: que Holland lance mejor que en el segundo juego, y evitar que Miguel Cabrera los castigue.

El zurdo, ganador de 16 encuentros en la temporada regular, recibió tres carreras y dio cuatro boletos en 2.2 entradas la última vez que vio a los Tigres. Texas ganó gracias al bullpen y a -¿quién más- Nelson Cruz. El dominicano decidió ese juego con un grand slam en la entrada 11.

"Tiene que ser capaz de acorralar la energía y la ansiedad que hay en este tipo de competencia", señaló el manager Ron Washington. "Y con suerte mañana (sábado) podrá hacerlo. Si lo hace pienso que tenemos una buena oportunidad de ver a un abridor ir lejos en el juego".

Hasta los momentos, los iniciadores de los Vigilantes no han podido llegar al séptimo episodio en toda la postemporada. Y sólo en dos ocasiones han completado seis actos. C.J. Wilson lo hizo el jueves, sólo que permitió seis carreras limpias.

"Pienso que después de ver cómo fueron las cosas la primera vez, en esta ocasión voy a estar mucho más calmado", dijo Holland, cuya arma principal es una recta que pasa las 95 millas por horas. "Quitarte las mariposas del estómago es lo más importante. Creo que voy a estar más relajado".

Para Torrealba, la otra parte importante de la receta de Holland es mantener en la parte baja de la zona de strike su poderosa bola rápida: "Ese es el factor importante para él. Montarse arriba y después usar sus pitcheos rompientes".

No dejar pitcheos es altos es el ABC de cualquier pitcher. Pero sobre todo será fundamental para intentar bajarle el volumen al bate de Miguel Cabrera. En los últimos tres juegos el venezolano tiene de 8-4 con un jonrón, tres dobles, cinco boletos y cinco empujadas.

"Tienes es que concentrarte en dejar los pitcheos bajitos y buscar que de rollings", dijo Torrealba. "Sabemos la fuerza que tiene. El primer turno puedes ver cómo va a estar. Si lo atacas abajo en la zona y lo puedes sacar out, sigues trabajándolo así".

Durante su sesión de bullpen en Detroit, Holland dijo haber trabajado especialmente en su mecánica de lanzar. ¿El objetivo? Finalizar de forma correcta sus envíos.

"Eso fue lo que me pasó en el segundo juego", dijo el zurdo. "No los terminé bien. Por eso estaba dejando la recta alta casi todo el tiempo. Por eso me enfoqué en mantener la pelota bajita. Pienso que hice un buen trabajo en cuanto a eso".

Pero si Cabrera les deja saber rápido que está al tope de su juego, dispuesto a disparar batazos hacia la banda contraria, Torrealba dijo que no deberían tener ninguna pena en pasarlo.

"¿Para qué molestarte? Pásalo y enfrentas al siguiente. Sabemos lo que puede hacer, así que si tenemos la opción, probablemente vamos a ponerlo en primera", completó su punto el careta. "Claro que tienen tipos peligrosos atrás de él, pero en este momento, Cabrera es el que nos está haciendo daño. Pero es decisión del manager".

Un rato después de su pupilo dijese eso, en rueda de prensa, Washington expresó exactamente lo mismo.

"Tienes que tratar de hacer tus pitcheos y esperar que no conecte en situaciones en las que te puede hacer daño y que mantenga la bola en el parque", comentó el mandamás. "Pero nuevamente, si se presenta la oportunidad y sentimos que con un swing nos puede golpear, no vamos a dejarlo mover el bate".

En la mayoría de los deportes, los grandes momentos suelen durar muy poco. Son como un golpe de adrenalina que nos golpea un buen rato y, cuando se terminan, nos dejan sólo con el recuerdo.

Getty ImagesJustin Verlander pasó apuros, pero aguantó y se llevó triunfo sobre los Vigilantes
Podemos pasar días analizando el juego. Hablando de el. Viendo la repetición una y otra vez. Pero el drama, vistas las cosas en su dimensión real, es un simple instante. Un suspiro. Y quizás eso es lo que los hace únicos.

La final del Mundial de Fútbol, si no hay prórroga, dura un par de horas. El SuperBowl se extiende un poco más, no demasiado. Un encuentro entre Rafael Nadal y Roger Federer puede paralizarnos frente al televisor por algunas horas. Carl Lewis alcanzó la gloria en segundos.

La postemporada del béisbol --y también del baloncesto, para ser justos-- no es así. Si tenemos suerte, una buena serie se extenderá por seis o siete juegos. Cada uno de esos días nos levantaremos sabiendo que esa noche, o esa tarde, dos equipos estarán sobre el diamante para regalarnos nueve innings (o más) de este grandioso deporte.

Sabemos que los aficionados de los Vigilantes de Texas no quieren leer esto, y que dentro del clubhouse del equipo todo el mundo hubiese preferido derrotar a Detroit en el quinto encuentro. Pero no sucedió así. Los Tigres se apoyaron en Justin Verlander, golpearon a CJ Wilson en la sexta entrada y ganaron 7-5.

El sábado habrá pelota en Texas. Y eso es fantástico, si nos preguntan a nosotros. O a cualquiera que no se cuente entre los aficionados "a muerte" de ambos equipos. Una serie tan pareja y tan buena no podía abandonarnos tan rápido.

Ahora queda contar la historia de cómo llegaron los Vigilantes a esta posición, prestos a enfrentar el juego más importante del año con Derek Holland --todo, menos una carta segura-- en la lomita. Y si falla el zurdo, Colby Lewis tendrá la bola para el séptimo juego. Cuando los abridores contrarios son Max Scherzer y de ser necesario- Doug Fister, hay razones para evitar el triunfalismo.

Los Vigilantes verán el quinto juego y pondrán seguramente sus miradas en las dos entradas en las que pudieron hacerle daño serio a Verlander. Lo tuvieron contra las cuerdas y no lograron noquearlo. O el as de los Tigres no se dejó. Como prefieran verlo.

La primera posibilidad de mandarlo a las duchas se presentó en el quinto inning. Después de hacerle la rayita que empató el juego a dos, Michael Young y Adrián Beltré fueron al plato con hombres en primera y tercera. No pudieron moverlos.

Young cayó ponchando viendo pasar el tercer strike, una curva perfecta que pareció dejarlo hipnotizado. Nada que hacer. Y nada para reclamarle. Hay veces en las que sólo sirve bajar la cabeza y darle crédito al rival.

¿Y a Beltré que se le puede criticar? En lo absoluto. Tomó una recta a 102 millas por hora y fue capaz de devolvérsela a Verlander con la misma fuerza. El batazo, que hizo el silencio en Detroit, pasó a no más de un metro del poste de la raya del jardín derecho. Fue foul.

"Levanté la cabeza para ver la pizarra", dijo Verlander, "y observé que decía 102 (millas). Ahí me dije, 'gracias a Dios que no fue 101, porque hubiese sido jonrón".

Beltré, sin embargo, no se rendiría. Entregó el tercer out, ahora ante una curva, con un larguísimo elevado que Austin Jackson tomó en la zona de seguridad, frente a esa pared que está ubicada a 420 pies del home.

"Cualquier otro parque en Estados Unidos con la excepción de Comerica", recordó Washington, "y esa pelota quizás se va".

Los Vigilantes volvieron a atacar en el sexto. Ahí llenaron las bases con un sólo out. Verlander, que venía de darle cuatro malas al noveno bate, Mitch Moreland, hizo quizás su mejor pitcheo de la noche.

El diestro tiró una recta de dos costuras a 99 millas por hora, baja y adentro, e Ian Kinsler la rodó pegada a la tercera base. Brandon Inge pisó y completó el doble play. Minutos más tarde, un batazo similar terminaría cambiando el juego.

En el cierre del sexto, con un hombre en primera, Miguel Cabrera le pegó un fuerte rodado a CJ Wilson que iba directo hacia las manos de Beltré. Una doble matanza de rutina para el tercera base de los Vigilantes. Sólo que la bola pegó en la base y le pasó sobre la cabeza.

En vez de haber dos outs y nadie en base, y el duelo todavía igualado, los Tigres ahora mandaban 3-2 e iban camino a un rally de cuatro carreras.

"No pudimos dar un jonrón por pulgadas y ellos abrieron el juego por pulgadas", dijo Washington. "Rola para doble play, pega en la base, y de ahí en adelante, ya saben, boom, bam. Hicieron cuatro".

Cuando Víctor Martínez dio ese triple que cayó a un metro de la línea de fair, parecía claro de qué lado estaba la suerte. En las últimas tres temporadas, el venezolano ha dado un sólo triple. Que enseguida la sacase Delmon Young, quien está en el roster porque Magglio Ordóñez se lesionó, no hizo sino reafirmar la idea.

Los Vigilantes siguieron luchando, le hicieron dos a Verlander en el octavo y tuvieron la del gane en el plato en el noveno. Pero Phil Coke, cerrador de turno ante las ausencias de Joaquín Benoit y José Valverde, aguantó la embestida y retiró a Mike Napoli.

"Los Tigres de Detroit están aquí por una razón", indicó Washington. "Tenían la espalda contra la pared e hicieron lo que debían hacer. Incluido agarrar ese toque de suerte. Ahora nos vamos a casa. Todavía nos sentimos bien con nosotros mismos".

Y nosotros nos sentimos bien porque, al menos por un día más, tendremos otra dosis de esta fascinante Serie de Campeonato de la Liga Americana.

Josh HamiltonKevork Djansezian/Getty ImagesHamilton y los Vigilantes fueron persistentes en el cuarto de la serie ante Tigres
Quizás es hora de que le pongamos un nuevo nombre a este blog. Algo así como "Las Crónicas de Nelson Cruz" o "El inolvidable octubre del pelotero que los Mets de Nueva York cambiaron uno a uno por Jorge Velandia".

¿Una exageración de nuestra parte? No creemos. Pónganse a pensar lo que ha hecho este dominicano de los Vigilantes de Texas en los primeros cuatro juegos de esta serie que, tras el triunfo de anoche 7-3, ahora dominan tres juegos por una sobre los Tigres de Detroit.

En el primer juego su jonrón del tercer inning terminó marcando la diferencia en la victoria 3-2. En el segundo, la sacó dos veces, incluido el primer cuadrangular con las bases llenas para dejar en el terreno al contrario en la historia de la temporada.

Anoche sumó un tirazo para retirar en la goma a Miguel Cabrera  a quien nadie confundirá con un corredor de 100 metros planos- en la octava entrada, cuando el venezolano representaba la de irse arriba para los Tigres. Y para cerrar su faena sacó la pelota con dos en base en la apertura del undécimo para sentenciar el duelo.

"Sin dudas esta noche necesitábamos todo lo que nos dio", comentó su manager, Ron Washington. "Para los que no lo ven jugar a diario, es capaz de hacer exactamente lo que ha estado haciendo. Estoy feliz de que nosotros, los Vigilante de Texas, nos estamos beneficiando de eso".

Los Vigilantes, que hoy contarán con CJ Wilson en el duelo ante Justin Verlander, están ahora en una posición envidiable. Si Detroit quiere vencerlos, tendrá que quitarles tres juegos seguidos, dos de ellos en Arlington.

Texas es el 19no equipo que logra una ventaja de tres encuentros contra uno en Serie de Campeonato desde 1985, cuando se impuso el formato de siete encuentros. De los 18 anteriores que estuvieron en su posición, 14 pasaron a la Serie Mundial.

Cruz, por su parte, es el primer pelotero en la historia de la postemporada que conecta dos cuadrangulares en entradas extras en la misma serie. Y beisbol de octubre, sabrán ustedes, se está jugando en Grandes Ligas desde hace más de 100 años.

Como si fuese poco, también igualó la marca de más bambinazos (cuatro) en una Serie de Campeonato para ambas ligas, un registro que comparte con otros 10 peloteros. Ahora tendrá al menos una oportunidad más para ser el único con cinco jonrones.

¿Estamos claros entonces en que Nelson Cruz es muy buen pelotero y que si esta serie la terminan ganando los Vigilantes no hay forma de que no se lleve el premio al Jugador Más Valioso?

Pero como esto no es un deporte individual, por más caliente que esté alguien, en una serie corta necesita del apoyo de sus compañeros para poder celebrar cuando caiga el último out. Y Cruz tuvo ayuda de varios.

La historia de este juego no puede escribirse sin mencionar a Matt Harrison, quien a pesar de recibir dos carreras en el primer inning, impulsadas ambas por Cabrera (¿quién más?), logró mejorar con cada entrada y terminó completando cinco episodios.

La ofensiva de los Vigilantes, mientras tanto, había sido un silencio prolongado contra Rick Porcello. Pero en el sexto lograron descifrarlo, un inning clave porque mostraron que son capaces de producir no sólo a punta de jonrones.

David Murphy inició el inning con un sencillo a la izquierda y luego de que fallase Yorvit Torrealba- Ian Kinsler lo mandó al plato con un doblete sobre la línea de cal de la izquierda con el que Delmon Young demostró que sus dolencias no son cuento. Si tomaba esa bola rápido, Murphy no anota.

Kinsler, que este año se robó 30 bases y sólo fue retirado cuatro veces, se robó la tercera y Elvis Andrus lo remolcó con una línea suave al centro. Todo estaba igualado.

Porcello pareció recuperarse al dominar a Josh Hamilton. Pero Andrus tenía en mente otra cosa. Con Michael Young el plato, el abridor de los Tigres hizo un tiro tras otro a primera para evitar que el venezolano se fuese al robo.

Al final, Andrus no se estafó la segunda. Llegó allí por un error en tiro de Porcello. Y anotó cuando Young, que antes del juego estaba bateando .100 sin impulsadas ni extrabases esta postemporada, soltó una línea de hit que los puso encima 3-2.

De ahí en adelante, la pelota quedaría en manos de los relevistas. Alexi Ogando rozó otra vez la perfección, de no ser porque en el séptimo, ya con dos outs, quiso pasar a Brandon Inge con una recta por el medio en cero bolas y dos strikes y el tercera base se la devolvió de cuadrangular.

Igualadas a tres, el encuentro alcanzó su punto más alto de tensión en la segunda mitad del octavo episodio, el inning en el que Washington llevó al extremo el respeto por Cabrera y casi termina pagándolo.

Después que Mike Adams retiró a Ryan Raburn con un rodado por el campocorto, el piloto de los Vigilantes decidió que era hora de mandar el "librito" a la basura y darle un boleto intencional al slugger venezolano. Puso en circulación la carrera del empate para fajarse con Víctor Martínez y Delmon Young.

Martínez, que este año bateó casi .400 puntos después de boletos a Cabrera, puso a temblar a Washington con un hit a la izquierda que puso corredores en las esquinas. Y de no ser por el disparo perfecto de Cruz, y la poca velocidad del primera base de Detroit, hubiese anotado con ese largo elevado de Young.

"Casi no nos sale", tuvo que reconocer Washington después, "pero tratamos de lanzarle (el martes) dos veces alrededor a Cabrera y nos castigó. Así que esta vez no iba a arriesgarme. Y casi me sale el tiro por la culata".

"Cabrera es el mejor pelotero que hay allá afuera", prosiguió su explicación el manager. "Me explico, puede hacer demasiadas cosas. No iba a dejarlo hacer swing con ese bate, porque ya había tomado ese riesgo antes y me hizo pagar las dos veces. La primera vez, bien por él. La segunda es culpa mía. Respeto muchísimo a Martínez. Dio el hit y casi lo pagamos".

No lo pagaron porque Cruz recibió la bola en posición perfecta, soltó un tiró mejor que llegó de un bote a la mascota de Napoli y éste fue capaz de asegurarle y aguantar el aparatoso empujón Cabrera.

"Fue un momento crucial en el juego", dijo Napoli, quien también dio el hit que rompió el empate en el undécimo. "Nelson hizo un buen tiro y sobre todo me dio tiempo para asegurar la pelota y agacharme bien. Una gran jugada".

"Sólo traté de ponerme detrás de la pelota y agarrar cierto 'momemtum'", le comentó Cruz a MLB Network. "Gracias a Dios que pude hacer ese buen tiro, de un rebote, y que se pudo quedar con la pelota esta vez".

Como bien dijo el propio Washington, los Vigilantes tienen que estar muy agradecidos de que entre sus peloteros hay uno llamado Nelson Cruz.

Ron Washington y los pitchers de los Vigilantes de Texas habían venido repitiendo desde el viernes, un día antes de que comenzase la Serie de Campeonato de la Liga Americana, que no iban a dejar que Miguel Cabrera les ganase un juego con un batazo.

En los primeros dos encuentros, cumplieron con su palabra y lograron controlarlo. En el tercer no pudieron y ahora tienen a los Tigres de Detroit respirándoles muy cerca.

Si el abridor contrario lanza la pelota tan bien como lo hizo Doug Fister, brillante tras permitir una carrera en el primer inning, lo más probable es que no tengas demasiadas oportunidades de ganar. Eso que quede claro, Detroit ganó este juego. No lo botaron los Vigilantes.

Lo que no quiere decir que en el momento en el que no podían equivocarse con Cabrera --el líder en bateo, OPS ajustado y porcentaje de embasado de la Liga Americana-- los todavía punteros en esta carrera a un máximo de siete juegos hicieron exactamente eso.

Colby Lewis empezó el quinto inning de la mejor manera posible, retirando a los dos primeros rivales. El problema empezó cuando Austin Jackson hasta entonces un holograma en octubre- le conectó sencillo al jardín central y Ramón Santiago siguió con otro cohete que puso corredores en las esquinas para Cabrera.

Hasta ese momento, el derecho de los Vigilantes había dominado al venezolano con facilidad. En el primero, lo ponchó tirándole con una slider afuera y bajita. Dos innings después lo retiró con un rodado a sus manos usando el mismo lanzamiento.

La situación ahora tenía una particularidad. El bateador que esperaba en el círculo de prevenidos, Víctor Martínez, se había lesionado el costado en el turno anterior durante el swing con el que conectó el jonrón que empató el partido a una rayita.

Aún sabiendo que el también bateador designado no estaba bien, a Lewis y a Ron Washington no se les ocurrió bolear a Cabrera para llenar las bases y enfrentar a Martínez, una decisión por la que no se les puede culpar.

Cabrera, agresivo como era de esperarse en esa situación, le tiró con ferocidad a los dos primeros envíos de Lewis, un par de rectas. Un foul y un swing fallido, pusieron al slugger contra el piso.

Pero había algo que indicaba peligro. En ambos pitcheos, el receptor Yorvit Torrealba puso la mascota lejos de la esquina de afuera, a unos 10 centímetros del plato. Y las dos veces las rectas terminaron en strike.

Que el siguiente lanzamiento haya sido una bola rápida --la tercera del turno-- es bastante cuestionable por partida doble. Ya Cabrera se había mostrado vulnerable ante la slider. Y con Martínez cojeando, era previsible que no dejase pasar nada cercano.

Miguel Cabrera es un tipo paciente que este año tomó 108 boletos. Más no se le puede confundir con esos toleteros que van al home rogando una base por bolas. No es Adam Dunn.

Una vez más, Torrealba volvió a agacharse fuera del home, lo suficientemente lejos como para que aún haciendo swing, su compatriota fuese incapaz de pegarle a la pelota. El detalle es que el pitcheo de Lewis rozó la esquina. Pecado.

El ayer tercer bate de Detroit se fue hacia la banda contraria y pegó un doble sobre la raya de la derecha que puso arriba 2-1 a los suyos. Nunca más estuvieron abajo.

"Se suponía que el pitcheo iba a hacer fuera de la zona de strike", contó Washington luego. "Él (Lewis) no la puso allí. Eso es lo que debíamos haber hecho".

"Me dio un buen pitcheo para batear", resumió Cabrera, "y pude hacer un buen swing".

Y como si ese ejemplo no fue suficiente, en el séptimo pasó lo mismo. Esta vez fue Koji Uehara el que, en 0-2, le tiró un lanzamiento inaceptable a Cabrera, una recta de dedos separadas que como en cámara lenta se detuvo alta y adentro.

La bola salió del bate, pasó las nubes ubicadas sobre el Comerica Park y bajó como un meteorito desde el cielo, un elevado descomunal que terminó en las sillas del jardín izquierdo.

Hay que tener claro que los lanzadores de carne y hueso no tienen un control de PlayStation en la mano. Tirar una pelota a 90 millas por hora y ponerla exactamente donde el cátcher ubica la mascota no es sencillo. Pero estamos hablando de pitchers de Grandes Ligas. No de doble A.

En los dos primeros encuentros, los tiradores de los Vigilantes habían logrado limitar la producción de Cabrera y Martínez a sólo dos hits en 15 turnos, con un doble y sin empujadas. Esta vez el tercer y cuarto tolete de los Tigres los castigaron con dos jonrones, un doble y tres empujadas en seis viajes.

Los Vigilantes tienen otros problemas, como obtener al menos una actuación solvente de sus pitchers abridores y esperar que Michael Young sea capaz de salir del slump en el que está metido. Tiene de 12-1 en la Serie de Campeonato y su rolling para dobleplay en la primera entrada sacó a Fister de la esquina en la que lo habían acorralado.

Washington tiene otras opciones, como probar con Nelson Cruz, a quién ayer volvió a dejar en el séptimo puesto, una opción que ya pareció desechar.

"No estoy preocupado", dijo el piloto. "Michael le encontrará la vuelta".

Lo único positivo que pueden sacarle los Vigilantes a la derrota es que cayeron sin tener que utilizar a Alexi Ogando, Mike Adams y Neftalí Féliz, que por culpa la lluvia del primer duelo y la pobre labor de Holland en el segundo habían tenido que trabajar sobre turno.

Y por cómo pinta esta serie, si sus abridores siguen sin ir lejos en los juegos, Washington va a tener que seguir exprimiendo a esos tres brazos si quiere que Detroit no le de la vuelta a esto.

ARLINGTON, Texas -- Tan pronto como la recta de su compatriota José Valverde le explotó en la muñeca del brazo derecho, Nelson Cruz se asustó.

Tirado en el piso retorciéndose del dolor, con la pizarra igualada a tres en la baja de la novena, al jardinero derecho de los Vigilantes de Texas se le pasó lo peor por la cabeza.

"Cuando me golpeó, pensé que era más grave", reveló el toletero dominicano, que pasó casi un minuto en la tierra mientras era revisado por el médico y el manager Ron Washington.

"Estaba asustado, porque le dio en la muñeca", dijo Washington. "Estaba azul y negro (la zona golpeada), así que estaba un poquito asustado. Pero después que el doctor lo revisó y le dijo que estaba bien, se paró e hizo lo que es capaz de hacer".

Dos entradas más tarde, Nelson Cruz, nacido en Monte Cristi, República Dominicana, se convirtió en el héroe en el triunfo 7-3 de los Vigilantes al ser el primer pelotero en la historia de la postemporada que decide un juego con un jonrón con las bases llenas.

Un batazo que en otro momento, quizás no hubiese dado. Porque si el encuentro no significaba lo que vale un duelo de postemporada, probablemente Cruz no habría estado allí en la entrada 11, enfrentando a Ryan Perry y los Tigres de Detroit, coronando la más grandiosa noche de su carrera.

"No sé, a lo mejor, porque es diferente postemporada que temporada regular", dijo el jardinero derecho cuando le preguntamos si, de sufrir ese bolazo en agosto, o en mayo, se hubiese ido directo al clubhouse. "En la temporada son 162 juegos y una lesión puede sacarte muchos partidos. Pero en esa situación no quieres salirte".

De lo que estamos seguros es que, empezando por el mismo Cruz, pasando por cualquier empleado, jugador y aficionado de los Vigilantes, no hay ninguno que no esté feliz de que decidió quedarse en el encuentro.

Los Vigilantes, que no pudieron anotar en la novena entrada por culpa de un fantástico doble play por la goma que inició y completó Miguel Cabrera, fueron a batear la baja del undécimo después de ver cómo, por siete capítulos, sus relevistas habían silenciado de nuevo a los bateadores de Detroit luego de otra mala salida de su abridor.

Derek Holland no duró demasiado en la morrita. Sin control de sus pitcheos, sobrevivió a sendos ataques en las dos primeras entradas. La suerte --a la que no se le puede pedir tanto-- dejó de acompañarlo en el tercero. Un jonrón de Ryan Raburn puso el juego 3-2 a favor de Detroit.

Pero Cruz le sacó la pelota a Max Scherzer en el séptimo y pudo empatar el encuentro. El derecho de Detroit venía de retirar a 15 de los últimos 17 bateadores que había enfrentado.

El dominicano volvería a ser héroe --fue como tres veces MVP de este juego-- en la alta del noveno. Esta vez gracias a su brazo y buena ubicación. De no ser porque pudo tomar rápido el doble Don Kelly ante Mike González, Ramón Santiago hubiese anotado desde primera con comodidad.

"Con un hombre en primera tienes que jugar a 'no dobles', lejos y cerca de la pared", explicó Cruz. "Recogí la pelota tan pronto como pude. Incluso me rebotó un poquito, pero la lancé rápido".

Después de eso, Washington saltó volando desde la cueva para quitarle la pelota a González y llamar a Neftalí Féliz. La orden fue bolear a Cabrera con la primera base libre, lo que normalmente hace el pitcher que sale, no el que entra.

"Salí tan rápido del dogout que no pensé", reconoció el manager. "He podido dejar a González bolear a Cabrera. Pero no iba a enfrentarlo. Cuando esta serie empezó, dijimos que no íbamos a dejar que Miguel nos ganase con un swing. Así que le tocaría a Martínez".

Martínez es Victor, el quinto bate y designado de los Tigres. Ante el derecho Feliz, se paró a la zurda y en 2-2 pudo conectar, contra una recta de 100 millas por hora, un globito al terreno corto del jardín central. El problema era quién lo atraparía. Y cómo.

"Cuando el fly salió, me dije, 'diablo, salió el blooper'", pensó Feliz. Si la bola caía, Detroit anotaba dos veces. Demasiado lejos de donde caería, Josh Hamilton sabía que no tenía ninguna oportunidad de tomarla.

El único que podía tomar la pelota, el campocorto venezolano Elvis Andrus, comenzó a correr con el sonido de la conexión, desesperado mientras miraba hacia atrás sobre sus hombros para no perderle la vista la bola. Dio unos 15 pasos hasta que le llegó.

El problema fue agarrarla. La bola le rebotó en el guante y por un segundo dio vueltas entre su mano y su brazo hasta que pudo asegurarla.

"Yo no sé cómo la agarré", diría luego Andrus. "Más bien creo que me agarró a mí. Me pegó fue en el dedo. Nunca entró al guante. La agarré al final cuando me la pegué al pecho. Odio esos globitos".

"Fue un jugadón", contó el tercera base Adrián Beltré. "Pero qué clase de susto me echó. Un jugadón y probablemente la razón para que estemos aquí hablando".

"Dios mío", dijo Hamilton. "Pensé que me iba a quedar sin aíre. Estoy bien contento de que la haya tomado. Muy contento".

Andrus también lo estaba y lo demostró soltando la que debe ser la sonrisa más grande de su carrera. En el dogout, sus compañeros --en broma, creemos-- le dejaron saber lo que habría pasado si no la atrapaba.

"Lo primero que me dijeron cuando entré", rememoró Andrus, "es que si no la hubiese agarrado me habrían mandado para triple A".

"No, para Venezuela es que te íbamos a mandar", lo corrigió Yorvit Torrealba en el clubhouse. "Ya en triple A no están jugando".

"Te juro que si no la agarrabas", se le oyó decir a Feliz, "te iba a entrar a 'galleta' (golpes) aquí adentro".

"No, no, yo siempre jugando con él, tú sabes", aclaró el taponero después. "Yo sabía que la iba a hacer y la hizo. Eso es lo importante".

Un rato más tarde, llegaría la hora de Cruz. Otra vez. Agresivo como suele ser, le tiró a los dos primeros envíos que le hizo Perry, slider y recta adentro.

"Los primeros dos pitcheos fui muy agresivo y los muchachos me estaban diciendo que me calmara", recordó el séptimo bate de Texas, que sacó un monstruoso foul ante el segundo vio. "Eso fue lo que hice".

El tercer lanzamiento, slider afuera, lo dejó pasar. El cuarto no. Otro envío quebrado, en el lado interno del home, era el pitcheo perfecto para lo que deseaba hacer el dominicano.

"Lo que yo quería hacer en esa situación", dijo Cruz, "era dar un fly al outfield para traer la carrera".

En efecto, fue un fly. Pero a las gradas. Y trajo cuatro.

"Es algo especial, increíble", dijo la figura de la noche. "Cuando tienes la oportunidad de ganar el juego, eso es lo más importante".

Convertido en una máquina de jonrones en octubre ha sacado nueve, un récord de la franquicia- desde ya Cruz no tendrá problemas en recordar cuál ha sido el más valioso de todos para él.

"Antes del de hoy, quizás uno que di contra los Yankees el año pasado. Y otro contra Boston", dijo de sus bambinazos más memorables. "Ahora ya no hay duda".

ARLINGTON, Texas .- Los Vigilantes de Texas han ganado cuatro encuentros en esta postemporada. Tres de ellos han terminado con diferencia de una carrera y el otro lo ganaron con dos de ventaja. En cada uno de esos duelos, el bullpen jugó un papel clave.

La última prueba la vimos en el primer juego de la Serie de Campeonato contra los Tigres de Detroit. Luego de otra salida tambaleante del abridor CJ Wilson y por culpa de un aguacero que paró el encuentro por casi dos horas, los relevistas de Texas debieron trabajar por 4.1 entradas. Y lo hicieron casi a la perfección.

Sin embargo, era lógico preguntarse cómo estarían esos mismos relevistas para el segundo juego, sobre todo el derecho Alexi Ogando, que debió actuar por un par de entradas, y el cerrador Neftalí Féliz, cuyas rectas sobre 100 millas por hora dejaron estupefactos a los bateadores de los Tigres.

Gracias a otra visita de la lluvia, en Texas ya no tendrán que preocuparse por eso.

La decisión que tomó Major League Baseball de posponer el segundo duelo por el cetro de la Liga Americana, debido a otra tormenta que azotó Arlington la noche del domingo, le permitirá a los Vigilantes saltar al juego dos con sus brazos descansados y sobre todo- contar con Ogando.

"Ogando hubiese estado sentado hoy (domingo)", reconoció el manager de los Vigilantes, Ron Washington. "Así que el hecho de que no jugásemos vuelve a ponerlo en juego. Nuevamente, podremos sacar varios outs de él. Veremos cómo van las cosas y qué tanto debemos forzarlo".

Durante la postemporada Ogando ha tirado cuatro entradas, ha permitido un sólo hit, no le han fabricado carrera, ha dado un boleto y ha ponchado a cinco. Tiene un ganado, que le otorgaron por sus dos entradas el sábado, y cuatro "holds".

La suspensión del encuentro, sin embargo, obligará a jugar sin descanso entre lunes y jueves, si es que la serie llega a un quinto juego. Pero Washington dijo que Ogando, quien tiró 169 entradas como abridor en la ronda regular, podrá lanzar en días consecutivos.

"En la situación en la que estamos, no hay mañana", aclaró el piloto. "Así que estará disponible al menos que lance mucho. Sí, estará disponible".

Feliz, que ha salvado los cuatro triunfos de Texas en octubre, señaló que no haber podido jugar el domingo no tiene porque afectarlos. Lo contrario.

"Nosotros estamos 'ready'", le dijo Feliz a Espndeportes.com. "Yo pienso que es algo que no nos va a afectar. Tratar de descansar el día de hoy (domingo) y venir mañana (lunes) a tratar de ganar el juego que nos queda aquí".

"En la época en la que estamos, ya al final de una temporada larga, un día de descanso siempre nos hace bien a todos los jugadores, especialmente a los pitchers", añadió el cerrador. "Descansar el brazo por un día nos ayuda a recuperarnos más".

Y eso, en teoría, son malas noticias para los Tigres de Detroit. El segundo compromiso puede ser un duelo vital para el desarrollo de la serie.

Texas buscará ser el 22do equipo que toma una ventaja de 2-0 en la Serie de Campeonato (incluyendo ambas ligas) desde que se implantaron los emparejamientos a siete duelos en 1985. De esos 22 clubes que ganaron los primeros dos compromisos, 19 lograron avanzar hasta la Serie Mundial.

En su intento por sumarse a esa lista, los Vigilantes tendrán a todas sus armas del bullpen listas y descansadas para respaldar al abridor Derek Holland. Pueden darle gracias al cielo por eso. Literalmente.

ARLINGTON, TEXAS -- Nelson Cruz no las había tenido todas de su lado en el último mes. Desde que volvió de la lista de lesionados el 14 de septiembre, tras recuperarse de una lesión muscular en la pierna izquierda, sólo había podido conectar 9 hits en 59 turnos.

Sin embargo, el jardinero derecho de los Vigilantes de Texas, a pesar de que los batazos no terminaban de caer, se mantuvo diciendo que las cosas estaban a punto de cambiar.

"Todos mis swings están ahí y he conectado la bola fuerte", había dicho el toletero derecho la tarde del vienes. "Pero no he tenido la suerte suficiente para que pasen de hits. Esperamos que cambie y que los batazos que conecto fuerte, y los que no también, comiencen a caer".

Para suerte de Cruz y de los Vigilantes, en el primer juego de la Serie de Campeonato de la Liga Americana la fortuna comenzó a sonreírle.

Del triunfo de anoche 3-2 sobre los Tigres de Detroit quedará para el recuerdo lo soberbio del bullpen de los Vigilantes, una monumental actuación de cuatro entradas y un tercio que tuvo como actor principal a otro dominicano, Alexi Ogando, pero varios actores de reparto.

Nelson Cruz
Tim Heitman/US PresswireCruz solo tiene dos hits en lo que va de postemporada.
Mike González, el primer pitcher que tomó la bola tras el abridor C.J. Wilson, sacó un out clave luego de la segunda pausa por culpa de la lluvia. En la quinta entrada, arriba Texas 3-2 y con las bases llenas, retiró a Alex Avila con un rodado a segunda.

Ogando siguió con dos innings impresionantes en los que no le sacaron la bola del cuadro. Su adición al cuerpo de apagafuegos, por los momentos, parece una jugada maestra de los jerarcas texanos. Y Darren Oliver, Mike Adams y Neftalí Féliz no fueron menos.

"Tenemos un gentío en ese bullpen. Básicamente, como cinco cerradores", comentaría luego el camarero Ian Kinsler. "Estoy contento de que todos esos muchachos estén de nuestro lado".

"No, no puedo recordar un bullpen así. Y más con Alexi. Tenerlo ahí es una gran arma. Puede ir varios innings y sacar a zurdos y a derechos", añadió el bateador designado Michael Young. "Definitivamente, estamos contentos cuando tienen la pelota".

Pero toda esa actuación de los relevistas no hubiese servido para mucho si la parte baja de la ofensiva de los Vigilantes -si es que uno puede decir que esté lineup tiene un lado "bajo"- no le hace tres carreras al seguro Cy Young de la Liga Americana, el Todopoderoso Justin Verlander.

La tercera de esas rayitas la trajo Cruz con su cuadrangular abriendo el cuarto episodio.

Cruz, que había fallado con un elevado al jardín izquierdo en su primer turno, llegó al plato con una idea clara en la cabeza: hacer lo posible por no tirarle a bolas malas.

"Si le haces swings a buenos pitcheos, vas a obtener mejores resultados", explicó sus razones uno de los héroes del encuentro. "Eso es lo que siento que me pasó en mi primer turno, hice swing a malos pitcheos y adentro".

Fiel a su palabra, dejó pasar las dos primeras rectas que le tiró Verlander, ambas en la esquina de afuera. Arriba 2-0 en la cuenta, estaba en una buena situación por primera vez en la noche.

Cruz recordó entonces que un inning antes, Young también ha estado encima dos bolas sin strikes, y que el abridor de Detroit lo había ponchado con un cambio de velocidad.

Bateador de rectas por excelencia, el dominicano pensó por un segundo que quizás podía repetir el plan con él.

"Tenía la idea de que podía lanzarme el cambio", explicaría Cruz, "pero yo quería ser agresivo".

El tercer pitcheo de Verlander fue una bola rápida, alta y en la esquina de adentro. Y Cruz estaba preparado para ella. Tan pronto estiró los brazos, se supo que el batazo estaba fuera del parque.

"Nosotros somos un equipo que bateamos recta", recordó el toletero derecho. "Lo vimos con David Price, podemos batear recta. Estamos siendo agresivos".

Claro que mientra corría las bases, Nelson jamás pensó que esa sería la última vez que la pizarra se movería.

"Fue temprano en el juego", resumió. "Ellos tienen un gran equipo ofensivo y pensé que iban a hacer más carreras y que también íbamos a hacer más nosotros".

El palazo, que terminó sobre la cerca del jardín izquierdo, fue el séptimo para él en postemporada, y ahora es líder en solitario en cuadrangulares en juegos de playoff para un pelotero de los Vigilantes. Hasta ayer estuvo igualado con el puertorriqueño Juan González.

"Nelson es capaz de sacar la pelota del parque", recordó su manager, Ron Washington. "Ciertamente necesitábamos lo que nos dio esta noche. Necesitábamos ese jonrón que le dio a Verlander".

Y eso fue otra cosa que lograron los Vigilantes anoche. Además de mostrar todas sus armas, su talento para dominar al oponente de distintas formas, le ganaron al As de los Tigres y demostraron que pueden batearle.

Es cierto, lo primero es la victoria. Picar adelante en una serie a siete juegos siempre es importante, auque no tan trascendental como pueda pensarse. Desde que la Serie de Campeonato se juega a un máximo de siete encuentros, el equipo que pega primero ha ganado 13 de 25 topes, el 52%. Que nadie destape la champaña.

Lo que sí esperan en el clubhouse de los Vigilantes es que, de una vez por todas, dejen de preguntarles por Justin Verlander. Ellos saben que los Tigres son más que un pitcher, que nadie llega hasta aquí sin tener un buen puñado de argumentos.

"¿Sabes qué? Estoy harto de esa pregunta", le espetó Kinsler, sin alzar la voz, pero con firmeza, al último periodista que se le acercó a pedirle su opinión sobre haber vencido al espigado diestro de los Tigres. "Nosotros entendemos que es muy bueno y que fue el mejor pitcher de la temporada, pero tenemos confianza en nosotros mismos".

"El tipo es humano", siguió Kinsler, "y tira una pelota blanca como el resto de los pitchers".

Y si algo pueden hacer Nelson Cruz y los Vigilantes de Texas, es pegarle a la bola. Desde el primero hasta el último bateador del lineup. Lo han demostrado demasiadas veces.

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