Luka Modric
APEl croata se declaró en rebeldía en su club

MADRID -- Cada verano hay un culebrón en forma de fichajes. Si el año pasado fue el de Fábregas con el Barcelona, en éste le toca al Real Madrid con la llegada de Modric y la salida de Kakà. Con el futbolista del Tottenham ya hay acuerdo, pero no con su club. El entendimiento entre Real Madrid-Tottenham parece difícil. Las posturas están muy alejadas, de momento. Los ingleses han tasado a su jugador en 50 millones de euros, una cifra fuera de mercado. Y el Madrid se ha plantado en 35 millones. La oferta será esa. Ni un euro más. O eso al menos es lo que se comenta en las oficinas del club merengue. Los dirigentes españoles no quieren pagar más de lo que costó Benzema hace varias temporadas.

Modric ya ha dado el primer paso para ser jugador madridistas las próximas temporadas. El pulso al Tottenham es total hasta el punto que se ha negado a viajar con el equipo de gira por Estados Unidos. La respuesta del club ha sido inmediata: multarle con 80.000 libras. Lo peor no es la sanción. El gesto de Modric ha enfurecido al presidente del Tottenham que si ya era durísimo cuando tenía que vender a un jugador suyo ahora lo será más aún. Se prevén unas negociaciones durísimas y duraderas.

Mientras llega Modric al Real Madrid como todo parece indicar, el aficionado madridista no entiende que se paguen ni 30 ni 35 millones. Muchos confiesan, incluso, que es un robo y más ahora cuando España atraviesa una crisis absoluta, que la tiene a punto de ser rescatada por Europa para que no se hunda. Por 10 o 15 millones menos que Modric el español Cazorla sería jugador madridista. Entre uno y otro el seguidor blanco se decanta más por el español que por el croata. Mourinho, no.

Y mientras Real Madrid y Tottenham discuten por el precio de venta de Modric hay otros frentes abiertos en la Casa Blanca de la misma importancia o más que de la llegada de jugadores. Hablamos de la operación salida. De momento ya han salido Gago y Altintop. Falta que haga lo mismo Kakà, el jugador más caro de la plantilla después de Cristiano Ronaldo. El brasileño junto a su padre acudió este lunes al Santiago Bernabéu para tratar su futuro con Mourinho. Ninguno quiso hacer declaraciones después de la reunión, pero la cara del brasileño al salir del estadio era la de estar muy disgustado. Al parecer, en dicha reunión, el entrenador portugués habría aconsejado a Kakà aceptar alguna de las ofertas que tiene en vistas de que esta temporada iba a tener un papel secundario en el equipo. En los próximos días tendrá que haber noticias sobre la salida de Kakà. Urge que lo haga para que pueda llegar Modric. Lo normal es que ambas cosas se den. Que el brasileño deje el Madrid y el croata llegue, aunque seguramente el desenlace vaya para largo... como las telenovelas.

España
Getty ImagesEl pueblo español celebró un triplete inédito
MADRID -- El peso del talento. Ese fue el título de la previa sobre la Eurocopa y gracias a ese talento España ha sido campeona de Europa por segunda vez consecutiva, enlazando en medio un Mundial. Nunca nadie había hecho nada igual; significa que La Roja es leyenda.

Antes de la Eurocopa señalé en la previa del torneo que el sueño del triplete era posible. Y en la víspera de la final escribí que confiaba que España iba a hacer su mejor partido de la Euro y que ganaría bien. Acerté de pleno. Estas cosas las dije desde el convencimiento absoluto. Cuando se juntan tantos futbolistas de talento y que están acostumbrados a ganar (entre los 23 suman casi 250 títulos) el éxito está asegurado casi siempre. Esta vez volvió a ser así.

La diferencia entre esta España y la de antes es que la de antaño no sabía competir. Lo hacía de lujo en los partidos claves, pero luego perdía. Era aquello de 'jugamos como nunca y perdemos como siempre'. Ahora es igual pero con la diferencia de que ganamos siempre ya sea jugando bien, mal o regular.

Normalmente las finales son aburridas. Hay mucha tensión y emoción pero los partidos son malos. Ésta de 2012, en cambio, fue lo contrario. Para España resultó la final perfecta. No sólo porque ganó sino porque bordó el fútbol, demostrando quién es la número uno. El día de la verdad se vio a la mejor selección española, ésa que tiene profundidad, verticalidad, velocidad, imaginación, seguridad defensiva... Ya no dirán que España aburre. ¿O sí?

Al principio dudé de algunos planteamientos del entrenador, pero al final hay que darle otra vez la razón a Vicente del Bosque y agradecerle su trabajo e inteligencia. Mucho se habla de algunos entrenadores y su palmarés. Los técnicos suelen ser vanidosos. Sin embargo, Del Bosque nunca hace alarde de sus logros cuando puede presumir de haber ganado todos los títulos del mundo: Ligas, Champions (2), Copa Intercontinental, Eurocopa y Mundial. Impresionante palmarés.

Sobre la final quien mejor explicó lo ocurrido fue el capitán italiano, Buffon. El arquero, en una muestra de sinceridad, reconoció que nunca había existido partido por la superioridad de España desde el principio. Así se vio con once sobre el campo y, más aún, después de la lesión de Motta (Prandellí lo sacó para evitar una sangría mayor) cuando ya el marcador reflejaba 2-0. Con uno menos en Italia el paseo fue total después. Pero ese baile fue en plan campeón, siempre desde el respeto y nunca desde la burla. La campeona buscó la goleada en base al trabajo colectivo y nunca desde el lucimiento individual, porque a estos jugadores no les sale hacer esas cosas de ir cada uno por su cuenta. El mejor ejemplo de ellos fue Andrés Iniesta, MVP del torneo.

El genial jugador del Barça no dio ninguna importancia a este trofeo y lo que puede significar de cara a otros premios individuales que están por llegar como es el Balón de Oro. "Juego para ser feliz, no para ser Balón de Oro". Estas palabras llegan a la gente porque las dice de corazón alguien que es un genio y que se le nota disfruta jugando al fútbol. Pasa lo mismo con casi lo demás seleccionados, que son muy buena gente. Se expresan con naturalidad, son humildes, no demuestran aires de grandeza y eso cala. Por eso luego el pueblo responde. Una prueba de ello fue la celebración en las calles de Madrid donde se congregaron cientos de miles de personas para transmitirles el cariño y admiración que tiene España hacía los campeones, que no pararon de cantar el "sí,sí,sí, la Copa ya está aquí".

La fiesta final en Cibeles no tuvo desperdicio. Recomiendo que la vean. Reina ejerció nuevamente de showman para presentar a cada uno de los futbolistas de la Roja. Algunos como Iniesta, Xabi Alonso o Juanfran no podían casi articular palabra de cómo iban. La borrachera estaba justificada.

Ahora el próximo objetivo debe ser el Mundial de Brasil 2014. Mejor no ganar la Confederaciones del próximo año. Es gafe ese torneo. Quien se lo lleva nunca gana el Mundial después. Claro que también el mito de Francia e Italia se superó en esta Eurocopa. Nunca antes España había ganado a estas dos selecciones en partidos oficiales a 90 minutos. Quién sabe si también se puede lograr acabar con el maleficio de levantar la Copa Confederaciones y después el Mundial.

De todos modos los futbolistas españoles van a ir a Brasil a divertirse y competir como saben. No tendrán la presión de otras selecciones que saben que tiene que ganar. Los españoles estamos orgullosísimos de lo que han conseguido en estos últimos años y si no hacen algo grande no pasará nada. Al revés. Los españoles tendremos que levantarnos y aplaudir a quien derrote a España. Y a los nuestros nada más que habrá que decirles gracias, gracias y gracias. ¡Que nos quiten lo bailao!

Cesc v Italia
APItalia y España vuelven a verse en la final

MADRID -- España no ha jugado bien en está Eurocopa. Eso es una obviedad que hasta los propios jugadores y técnicos han reconocido en algunos partidos. Pero más allá de eso se han dicho muchas tonterías como que ha hecho un fútbol muy aburrido. Una leyenda inglesa como Gary Lineker ha sido claro sobre los que ningunean a España. "Por qué demonios la gente acusa a España de jugar un fútbol aburrido. Si jugásemos los ingleses- como ellos sería absolutamente maravilloso". Bendito aburrimiento pasar por encima de todas las selecciones sin terminar de hacer un fútbol vistoso. Ojalá fuese siempre así que no jugase bien pero compitiera igual que lo está haciendo. La muestra de lo bien que funciona esta selección es que sólo ha recibido un gol en contra durante todo el torneo, la mejor en ese apartado, y con ocho goles es la segunda máxima realizadora después de Alemania que terminó con diez.

Si los rivales hubiesen ido a atacar a España hablaríamos de otra cosa en cuanto al fútbol realizado. Con espacios la cosa cambia. En ese caso la excelencia, casi seguro, habría llegado. Pero no, las selecciones varían su estilo cuando juegan contra la Roja y al final casi todos hacen lo mismo: encerrarse atrás, defender bien y buscar alguna contra o esperar a alguna acción a balón parado. Derribar tantas murallas defensivas no es fácil.

El recorrido de esta Eurocopa para España comenzó contra Italia. En ese debut empezó perdiendo y empató en la siguiente jugada con una genialidad entre Iniesta, Silva y Fábregas. Después de la igualada tuvo 15 minutos finales donde pudo llevarse el partido sin problemas si no llega a ser porque Torres estuvo desatinado ese día. Italia dejó espacios en ese último tramo y fue cuando se vio a una España llamativa que hizo que la Azzurra acabase pidiendo la hora y diese por excelente el empate. En el siguiente partido goleó 4-0 a Irlanda y acabó ganando por la mínima a Croacia en su partido más flojo de lo que llevamos hasta el momento.

Después Francia fue una marioneta en manos de España, que sin desgastarse venció muy fácil 2-0. El dominio del juego y el control español fue brutal. No se recuerda un partido de España que haya vivido con tanta tranquilidad. Y ojo, Francia no es ninguna tontería. Arriba tienen dinamita.

En semis dicen que Portugal hizo un partido sensacional contra los de Del Bosque. Ya a cualquier cosa le llaman hacer un partidazo. Que un equipo no tire ninguna vez a puerta y que el arquero no se manche los guantes, Casillas no hizo ninguna parada, es sinónimo de gran partido. Lo que tienen que hacer los rivales es atacar a España como habíamos dicho. Eso sólo lo hizo Italia, y muy bien por cierto, hasta que hizo su gol. Después ya reculó. Y sí, la campeona del mundo no estuvo bien con Portugal pero pese a ello hizo una prórroga excelente.

Lo normal en los periodos extras suele ser especular, no arriesgar y resguardar bien la portería. La Roja no hizo eso. Sacó el carácter, la gallardía, el orgullo y el gen ganador que le acompaña durante estos últimos años para generar fútbol y ocasiones clarísimas de gol. No entraron y luego pasó en penaltis en justicia a lo que había sido el partido.

Leo muchas cosas de que Italia está siendo la mejor del torneo. Contra España no fue así. Tampoco contra Croacia en la segunda parte donde después de ver como la empataban no hizo nada por ir a buscar la victoria. Muchos se olvidan también de que si Italia ha llegado a la final es porque la Roja ha querido. Sí. El día que la campeona del mundo jugó con Croacia pudo hacer un pacto para eliminar a Italia y no lo hizo. Salió a ganar como lo campeona que es con los mejores jugadores. Algunos españoles hubiesen preferido echar a la Azzurra para que no ocurriese lo que puede pasar: que gane la final y los italianos se rían de los españoles por ingenuos. Lo que se hizo fue lo mejor. Así se demostró la grandeza y honradez de está selección. Luego si España gana espero que sea así y además confío que hará su mejor partido del torneo- este tipo de victorias tienen mucho más valor y se disfrutan mejor.

Desde España las sensaciones son muy positivas para la final. Antes cuando se jugaba con una potencia mundial siempre había miedo. Ya no. Uno llega a la hora del partido sin excesivos nervios. La tensión y emoción existen por todo lo que hay en juego, pero la confianza en estos jugadores es tanta que la gente cree que no les van a fallar. Pero si ocurre que España pierde no pasa nada. Hay que estar preparado para eso y en el caso de que suceda también habrá que aplaudir a los futbolistas. En estos tiempos donde el país lo está pasando tan mal por culpa de la crisis, España se ha vuelto a hermanar y a ser feliz gracias a la selección nacional. Muchas personas, además, han encontrado en la Roja esa vía de escape que necesitaban para volverse a emocionar con algo y olvidar sus problemas. Ojalá y esas emociones sigan siendo de alegría después de ganar a Italia; significaría que España hace historia al encadenar Eurocopa-Mundial-Eurocopa, algo que nunca nadie ha conseguido.

MADRID -- Llegó al Real Madrid con un objetivo claro y definido: derrotar al Barcelona de Pep Guardiola. Dos años después, puede decir que lo ha logrado. Por eso y porque el club se ha amoldado a su exigente figura, Mourinho ha firmado su renovación como entrenador blanco hasta 2016. Una apuesta segura si lo que se pretende es lograr trofeos. Una apuesta arriesgada si se trata de ofrecer espectáculo dentro del campo y discreción fuera de él.

Mourinho no engaña a nadie. Sus métodos son conocidos desde los tiempos del Oporto. Los ha repetido en Inglaterra e Italia. Casi calcados. Crea un grupo fuerte, unido a su alrededor y se enfrenta al entorno. Llámese prensa, rivales y elementos del club que no le convencen. En dos años ha montado auténticos escándalos con colegas de profesión, periodistas e, incluso, con su jefe directo en el club, Jorge Valdano. El argentino sólo aguantó una temporada. Mourinho ganó el pulso y ahora controla casi todas las parcelas del club. Su poder es prácticamente omnímodo: decide fichajes y controla la política de comunicación del club, además de exigir unos servicios médicos a su medida o vigilar la dieta alimenticia durante las concentraciones.

Con todo a su gusto, ha ganado la Liga con unos registros estremecedores. Record de puntos, de goles y de eficacia, con grandes victorias como la conseguida en el Camp Nou. La temporada anterior levantó la Copa del Rey, también ante el Barcelona de Pep Guardiola.

Un Guardiola que ahora dice adiós sometido a una gran presión. Mourinho también ha sido importante en este aspecto. Sus mensajes rumbo a Barcelona han sido una constante en estos años, con declaraciones en las que incluso acusaba al Barcelona de ganar los títulos gracias a la ayuda de los organismos internaciones.

Sea como fuere, Mourinho está logrando sus objetivos en el club blanco. Ha roto la hegemonía del gran rival, ha creado un grupo estable y con hambre, y ha conseguido ser el centro de atención del club más prestigioso del mundo. Tiene hasta 2016 para lograr el gran objetivo en la casa blanca: la décima Copa de Europa. Eso y su comportamiento serán las varas de medir para el día que decida poner rumbo a Inglaterra, su gran pasión.

Atlético en plaza Neptuno
EFELa plaza Neptuno copada de rojo y blanco

MADRID -- El Atleti. Leído así no parece gran cosa, pero lo es. Desde luego que sí. El Atleti, para los que desconozcan la carga de profundidad que tiene este equipo de fútbol, es un sentimiento extraordinario. Una descarga de adrenalina que va desde el habitual sufrimiento hasta la exaltación más profunda. Porque, normalmente, el Atleti es un club que lame sus heridas, que sufre más que disfruta, al que persigue una cosecha de decepciones. Pero hay momentos, pocos, en los que ese mal fario queda arrinconado y aparece el Atleti campeón. Lo sabe bien el Athletic de Bilbao, al que una marea colchonera, así se apoda a sus seguidores, inundó las calles de Madrid celebrando un título europeo. Hace unas semanas Las Cibeles vio celebrar a la afición madridista su título 32 de Liga y a escasos 500 metros la otra fuente emblemática de Madrid, Neptuno, vibró con los hinchas atléticos.

Fue una exhibición del más puro Atlético de Madrid, del que inmortalizaron los Luis Aragonés, Futre o Simeone. Sí, el Cholo, enlace entre el Atleti campeón de Liga y Copa en el 96 y el que ahora vuelve a soborear el triunfo. Mucha culpa la tiene este argentino de pelo rapado y carácter volcánico. Lo tenía cuando calzaba botas de fútbol y lo tiene ahora que se ajusta el traje en la banda. La inteligencia también es la misma. Como jugador sabía estar en todas partes y llegar al gol; como entrenador, pide cabeza a sus jugadores cuando las pulsaciones se aceleran y enloquece cuando decaen. Es un Atlético de verdad, y así se lo reconoce la gente, que acoge como un nuevo himno eso de "Ole, ole, ole, Cholo Simeone".

Y luego está Radamel Falcao, heredero de los grandes delanteros rojiblancos. Gárate estará orgulloso de él. Y Manolo. También Vieri o Forlán. El testigo lo tiene ahora este colombiano de voz frágil y fútbol poderoso. Un goleador compulsivo y rabioso que, desgraciadamente para los seguidores rojiblancos, no estará mucho tiempo por estos lares. Es ley de vida, en los últimos años, en este club: los grandes jugadores emigran. En el barco se queda la clase media, la gente de la cantera, los que se dejan la piel en el campo. Y la afición, claro. Los que son del Atleti.

MADRID -- Ha vuelto. Tras tres años soportando las loas a su eterno rival, sucumbiendo ante el poder futbolístico del Barcelona, el Real Madrid, club más laureado del mundo, celebró su ansiada trigésimo segunda Liga española. Una victoria incontestable desde cualquier punto de vista. Ha acosado a sus rivales sin descanso y les han golpeado una y otra vez, casi siempre con Cristiano Ronaldo a la cabeza, el hombre del torneo.

Cristiano Ronaldo
EFECR7, goleador y figura del campeón

El Real Madrid ha sido como un tiburón hambriento, una máquina de hacer goles que se ha impuesto en los escenarios más adversos: Camp Nou, Vicente Calderón, Mestalla, San Mamés, La Rosaleda o el Sánchez Pizjuán. Todos los estadios grandes, vamos; un dato que lo dice todo. No ha realizado un juego vistoso en muchas ocasiones, cierto es, el centro del campo no ha sido un centro de creación, si no un lugar de paso. Pero a base de transiciones rápidas, de una defensa sólida y de tres artistas del gol, el Madrid ha dominado con mano de hierro un campeonato que parecía pertenecer al Barcelona de Guardiola, el gran derrotado.

El Barcelona cayó en su propia red, la que ha tejido en los últimos años. Guardiola, en un intento por evolucionar su idea del fútbol, ha provocado un cortocircuito en su equipo. En los partidos decisivos, cuando se lo ha jugado todo, buscó la superioridad en el centro del campo dejando la defensa al descubierto. Lo pagó ante el Madrid en la Liga y en la Champions ante el Chelsea. Y no solo eso, sino que también se adivinaron los primeros síntomas de desgaste en el vestuario. Piqué, otrora líder de la zaga, pasó a ser suplente; Xavi, lastrado por su precario físico, fue objeto de sustitución en múltiples ocasiones; Alves, incansable durante años, pareció agotado física y mentalmente, por lo que acabó en el banquillo los días decisivos. Todo ello ha derivado en la renuncia del técnico azulgrana, agotado tras cuatro años de máxima exigencia y, por qué no decirlo, de tanta victoria. El halago debilita, dicen.

Ahora se abre una nueva era. Mourinho afrontará su tercera temporada en el club blanco con el claro objetivo de conseguir la Champions, competición en la que ha fracasado este año. Ha llegado a semifinales, sí, pero el primer rival de entidad que ha tenido enfrente le ha echado fuera con justicia. El Bayern acabó con el sueño de la décima Copa de Europa, pero la consecución de la Liga ha mitigado el dolor. El Barcelona, en cambio, inicia un proyecto continuista sin la figura que ha centralizado todo en los últimos años, Pep Guardiola. Su segundo entrenador, Tito Vilanova, será el encargado de conducir el transatlántico culé, que, no lo olvidemos, mantendrá en su plantilla a jugadores como Messi, Iniesta, Xavi o Valdés, de lo mejorcito del mundo. Será sin duda una temporada apasionante: el excelso Barcelona tocado en su orgullo ante el gran tiburón blanco.

MADRID -- Guardiola ha dicho "me voy". Ya avisamos hace tiempo que esto podía pasar, porque cuando Pep llegó al banco culé manifestó que no quería estar mucho tiempo como sentado en él. El año pasado, en una entrevista personal a la RAI italiana, avanzó que su tiempo como técnico "estaba llegando a su fin". Los que le conocen dicen, incluso, que ha estado más tiempo del que pensaba. Ahora queda ver qué hará Guardiola. De momento es una incógnita saber eso, pero lo que se comenta es que tomará un año de descanso para oxigenarse y pasar tiempo con la familia a la que apenas ha dedicado tiempo en estos últimos cuatro años. Y si se decide seguir entrenando será en un proyecto que le llené de verdad en el plano deportivo. Lo económico es secundario, porque si hubiera sido por eso se habría quedado en el Barça, donde le ofrecían un cheque en blanco para que pusiera los ceros que quisiera.

Desde Madrid, apenas ha tenido impacto la noticia en el vestuario del Real. Karanka, ayudante de Mourinho, no le ha dedicado ni un elogio al técnico culé. Al ser preguntado por qué le parecía el adiós de Guardiola ha señalado, en rotundo, que "la Liga ha existido con y sin Guardiola". Efectivamente. Pero Pep será legendario. El fútbol que ha desarrollado tardará mucho en volver a verse, o quizá nunca. Otros no pueden decir lo mismo en cuanto a enseñanzas. Cualquiera que veía al Barça de Guardiola sabía a que jugaba. Mourinho lleva dos años en el Real Madrid y sigue sin tener un patrón de juego que convenza a la afición.

La identidad del Barça siempre ha sido la misma, ganando o perdiendo. Esto es lo que más se le agradece y por lo que será recordado a Guardiola. Lo títulos están ahí. A saber: Tres Ligas, dos ligas de Campeones, una Copa del Rey, tres Supercopas de España, dos Supercopas de Europa y dos Mundiales de clubes. Una máquina de conseguir trofeos. Sin embargo, más allá de todos estos éxitos lo que queda es el camino que marcó Pep con su fútbol de ataque, ése que iluminó a otros entrenadores españoles que lo han tomado como ejemplo.

El aficionado madridista se ha aliviado con el adiós de Guardiola. O eso al menos es lo que se desprende en las tertulias. Aunque un mito del madridismo como Raúl, gran amigo de Pep, ha declarado públicamente que "el fútbol le necesita". Curioso lo de Raúl, también. Este sábado se ha despedido como una leyenda del Schalke 04. Esto no ocurrió cuando era jugador del Real Madrid. Nadie le preparó un homenaje como éste, donde se ha visto a Raúl llorando, cuando le han puesto un video de despedida y le ha retirado el club la camiseta con el número 7 que lucía. Preciosa despedida.

Raúl deja ya el fútbol competitivo. Dicen que su destino será el Ah-Ahli de Qatar, donde Guardiola jugó antes de poner el punto y final a su carrera como futbolista en México con Dorados. Cuando acabe su carrera como jugador hay quien apunta a que Raúl seguirá su carrera como entrenador. Muchos ven en él el próximo Guardiola del Real Madrid. Desde luego que ha tenido excelentes maestros: Del Bosque, Capello, Jupp Heynckes, Guus Hiddink, Valdano... y Guardiola, porque cuando estaban juntos en la selección española ya ejercía de entrenador dentro de la cancha.

Real Madrid
EFECristiano se prepara para una nueva temporada
MADRID -- Ni los más viejos del lugar recordaban un ambiente similar en el coliseo blanco. El Santiago Bernabéu era una olla a presión, un espectáculo sonoro, justo lo que el Real Madrid y Mourinho habían pedido durante toda la semana. Ese escenario ideal duró apenas quince minutos: los que tardó Mourinho en ordenar el repliegue del equipo y apagar la llama del público. Los dos goles de Cristiano al cuarto de hora ya le parecieron una ventaja suficiente. No tuvo en cuenta la debilidad que estaba demostrando el Bayern como ya pasó en la ida. Y lo pagó.

Los alemanes soltaron los nervios iniciales y pasaron a controlar el juego gracias a sus centrocampistas. Kroos, Schweinsteiger y Luiz Gustavo tocaban y tocaban ante Khedira (pone mucho empeño y corre, pero en este club si luego no se sabe que hacer con la pelota en los pies no se puede jugar) y Xabi Alonso, que solo podían correr detrás del balón. Que nadie se engañe, era lo que quería Mourinho: ventaja en el marcador y contragolpes, su estilo de juego preferido. Del balón no quiere saber nada excepto en los metros finales. El problema es que los jugadores estaban agotados tras el clásico con el Barça y aturdidos por los cambios de guión de su líder. El Bayern se hizo con el partido y con el control de la eliminatoria tras el gol de penalti de Robben. A partir de ahí jugó con el Real Madrid a quien tuvo a su merced. Suerte tuvo el Madrid de llegar a la tanda de penaltis, porque mereció perder antes.

Al igual que Mourinho, algunos jugadores también quedaron señalados. Especialmente Kaká, futbolista con cartel de estrella que está muy lejos de serlo. Cada giro, cada sprint, parecía una eternidad. No está para las grandes batallas. Y eso ya es algo que sabe el Real Madrid, que ya le ha dado a entender que en verano quieren venderlo.

Mourinho, por supuesto, no asumió ni un ápice de culpa tras la eliminación. Acusó al calendario, se escudó en la mala suerte y apuntó a la frialdad del público. De su planteamiento reservón, de su obsesión por cuidar la portería, ni una palabra. Ganará la Liga gracias a la producción ofensiva de sus delanteros, especialmente de un agigantado Cristiano, pero el primer rival poderoso que se le ha cruzado en Champions lo ha mandado a la lona. Mourinho confirmó que seguirá el año que viene. Mala noticia para los madridistas que pretenden ver a su equipo jugando al fútbol. Aunque igual le da por fichar centrocampistas que les guste tratar bien el balón y vemos otra cosa diferente. Claro que si luego no los pone, como es el caso de Sahin, mejor que siga confiando en las contras.

MADRID -- "Al ataque, sin especular". Así saldrá el Real Madrid en Barcelona. O eso al menos es lo que ha señalado Aitor Karanka en la rueda de Prensa previa al clásico, ya que Mourinho no ha querido hablar por enésima vez a la Prensa en otro desprecio hacía ella. El mensaje que se ha trasladado desde dentro del vestuario del Real Madrid hacía el exterior es "hay que ir a por ellos" como ya hizo en la vuelta de semifinales de la Champions anterior o en este curso durante la vuelta de la Supercopa y la semifinal de Copa del Rey. En los tres casos el Real Madrid salió a atacar porque las circunstancias obligaban y la experiencia resultó positiva. Sólo así fue cuando el Madrid hizo daño al Barcelona.

La manera, pues, de ganar o empatar también les sirve a los merengues un punto- del Real Madrid y lo que la afición demanda es jugar sin complejos, es decir, siendo valiente como ha sido tradición en este club.

Real Madrid v Barcelona
Getty ImagesEl Madrid debe atacar, como supo hacerlo antes
De todos modos tampoco sería de extrañar que Mourinho, para conservar el 0-0, blinde al equipo con un trivote como ya ha hecho en alguna ocasión frente a los culés. Siempre que hizo eso salió escaldado y con el enfado mayúsculo de la afición.

Recuerden, si no, la ida de la semifinal de la Champions anterior donde en la previa señaló que el 0-0 era un buen resultado y luego para que eso se diera empleó un trivote con Pepe en el medio. Esto no debería volver a repetirse. Parece un suicidio hacerlo, a priori, porque los merengues cuando especulan sufren como se comprobó, sin ir más lejos, en el partido contra el Bayern del pasado miércoles cuando con 1-1 Mou hizo cambios pensando en conservar el empate. El miedo a perder le llevó a ser conservador y el Real Madrid encajó un gol que le obliga a remontar en la vuelta de las semifinales.

Lo peor del Real Madrid está en los laterales. Pep sabe que por el centro los merengues son un equipo difícil de sobrepasar. Por ello el fútbol del Barcelona direccionará su fútbol hacía las bandas, por los lados de Arbeloa o Lass dicen que igual juega él- y de Coentrao o Marcelo. Independientemente de los dos que salgan son la parte débil de la defensa. En parte también porque los que tienen delante no ofrecen ayudas. Mourinho más que nunca habrá dicho a los que jueguen como extremos que tienen que echar una mano atrás para que se generen jugadas de uno contra uno donde los defensas blancos tienen todas las de perder.

Guardiola piensa que también el Real Madrid será ambicioso y "vendrá a ganar". La oportunidad que se le presenta a los merengues para sentenciar la Liga es en el mejor escenario. Ganar en el Camp Nou ante el eterno rival significaría ser campeón, prácticamente, para gozo de la hinchada merengue que lleva tantos años viendo como el Barcelona levanta trofeos. Y sí, se puede. ¿Por qué no? El club catalán está obligado a lograr los tres puntos. Otra cosa que no sea esa dejaría en bandeja también el título al Madrid. Por lo tanto, la necesidad imperiosa de tener que sacar los tres puntos hace que el Barça tenga que ir descaradamente al ataque. Esto siempre es así, no obstante, pero el hecho de tener que vencer sí o sí puede hacer que los culés dejen más espacios libres atrás. Y el Real Madrid si por algo se caracteriza es por la velocidad arriba y buscar esos huecos tras robo de balón al rival. Guardiola seguro que estará muy preocupado porque su equipo no pierda el balón en zonas de riesgo que puedan generar contragolpes del Real, una de sus armas favoritas y donde es el mejor equipo, posiblemente, del planeta.

El madridismo espera, por fin, ver a su equipo hacer algo grande en el Camp Nou. Quiere una victoria, una Liga...

Cristiano Ronaldo
EFEEl portugués fue la gran figura del Madrid
MADRID -- El Real Madrid volvió a ganar enel Vicente Calderón al Atlético de Madrid y dio un golpe de autoridad según se le había puesto la Liga. 1-4 vencieron los merengues con una exhibición de Cristiano Ronaldo, autor de tres goles. La victoria del Barcelona con el Getafe el día anterior obligaba a los de Mourinho a llevarse los tres puntos del estadio rojiblanco y no fallaron.

La pegada está vez, sí, marcó la diferencia. Si contra el Valencia hace cuatro días no le acompañó la suerte de cara a gol en el derbi ocurrió lo contrario. Porque el Real Madrid no hizo un buen partido. Con ofició, orden y personalidad le sirvió para conseguir los tres puntos. Eso, y que tiene a Cristiano Ronaldo. El portugués fue animal y se comió al Atleti con tres goles. Uno de falta (se la come Courtois), el segundo desde 30 metros (tampoco está fino el arquero) y el tercero de penal. Ese último gol de Cristiano fue la sentencia. Hasta el 1-2 el partido fue parejo. Malo, porque no se jugó a nada, pero intenso y emocionante. Pero el penal absurdo de Godín cambió todo. CR 7 aprovechó el regalo del uruguayo para hacer el tercer tanto desde los 11 metros y ¡su gol número 40! Más tarde Callejón puso el definitivo 1-4.

El barcelonismo confiaba en que el Atleti le echara una mano. Más ganas, seguro, que los culés tenía la afición rojiblanca de que su equipo ayudase al Barcelona sacando un buen resultado contra el eterno rival. Pero nada, imposible. Como viene ocurriendo desde hace 13 años, el Atlético de Madrid fue incapaz de llevarse el derbi. La frustración es total entre los colchoneros, porque ven que pasan los años y el Madrid siempre gana. Es una pena que haya tanta diferencia entre un equipo y otro. Este partido antaño era incluso más importante que los Real Madrid-Barcelona, pero de diez años a acá casi se ha perdido la mística que rodeaban a estos derbis.

Desde Barcelona ya se esperaban algo así. Poca confianza había en que el Atleti le echara una mano. La historia iba en contra de los rojiblancos y además el plantel rojiblanco está más centrado en la Europa League. Esto hace que el plantel esté fundido como se vio a partir del minuto 60. Desde Barcelona sostienen en que para ganar la Liga la premisa fundamental es ganar todo.

Lo primero será en Levante, un estadio donde no será nada fácil rescatar los tres puntos a priori. Después llegará lo gordo. La semana siguiente es el clásico y al Barça sólo le vale una cosa: ganar. Lo contrario será decir adiós al campeonato. Si gana luego tocará esperar ayudas de otros equipos, el Athletic es en quién más confianza tiene. Además se habla de que los maletines están funcionando. Las primas ya están a la orden del día, aunque más motivación que tiene el Real Madrid por ser campeón no la tendrán los rivales que vayan untados.

MADRID -- Hay Liga. Hace dos meses decíamos que parecía impensable que el Real Madrid no fuese campeón. Ahora la cosa ha cambiado. Los merengues se han dejado cuatro puntos en tres días y el Barcelona está a seis. La ventaja sigue siendo sustancial. Cualquier madridista hubiese firmado estar así cuando empezó el campeonato. Sin embargo, viendo el transcurrir de la competición esta distancia empieza a estar al borde de lo alarmante. El Real Madrid ha pasado de la euforia al canguelo. O sea, a tener miedo. El primero que transmite ese cerote es Mourinho con sus planteamientos.

El DT dispuso una alineación que chirriaba por lo cagona y conservadora que era contra el Villarreal, cuarto por abajo. Mourinho acometió el partido ante el Villarreal como si de una final se tratase. Máxima prudencia de inicio, blindó al equipo con la inclusión de dos segadores de primer nivel: Lass Diarra y Sami Khedira. Planteamiento timorato que puso en jaque a sus jugadores. El mensaje era claro: cuidado que viene el Barça recortando puntos. Y eso fue lo que se reflejó en el campo. Poca fluidez, lfalta de ritmo, cada uno haciendo la guerra por su cuenta y atrás más fallos de la cuenta. Ni Casillas se salvó porque un error suyo propicio el empate.

A la mínima que hay algún problema físico o que el portugués ve un rival de entidad siempre blinda el centro del campo con tres mediocampistas defensivos y cuenta con que los tres de arriba resuelvan con alguna genialidad o bien lleguen los goles por la vía de la estrategia.

Real Madrid
Getty ImagesDurante el partido, CR7 dijo que los robaron
El problema de esto es que se renuncia al fútbol. No hay creación por ningún lado. Con Khedira, Lass y Xabi Alonso es imposible que el Real Madrid juegue bien. Otra cosa es si pusiera a Granero o Sahin ¿cuándo vamos a poder verle para saber si es bueno, malo o regular? Pero no. Mou prefiere guerreros a arquitectos, los jugones no le gustan casi y como prueba que tras lesionarse Callejón en vez de meter a Higuaín o Kaká sacó a Altintop por duro que suene.

Sin empargo, lo peor de Mourinho no fueron sus decisiones tácticas. El empate del Villarreal le sumió en la desesperación y decidió quemar todas las naves. Su ayudante se fue a la calle. Luego fue el propio Mourinho el que no acabó el partido en el banquillo. Tanta tensión se trasladó a los jugadores, que se convirtieron en gladiadores: Ramos y Ozil vieron la tarjeta roja. Pepe acabó el partido, pero insultó gravemente al árbitro en el túnel de vestuarios. Total, cinco expulsados y un empate. Todo gracias a Mourinho.

Al terminar el partido Mourinho ordenó que no iba a hablar nadie con los medios de comunicación en un comportamiento, nuevamente, cobarde y despreciable hacía el club. Todo esto porque entiende que el árbitro les perjudicó. No le crean, no le compren ese argumento. Si a alguien benefició el colegiado -estuvo mal, es verdad- fue al Real Madrid porque Arbeloa hizo dos penales clarísimos y perdonó la expulsión a Lass. Luego que sacó algunas tarjetas amarillas que no eran para los madridistas, sí. Pero lo grave de verdad fue en contra de los amarillos.

Se imaginan hace unas semanas a Sandoval, técnico del Rayo, por ejemplo, no hablando con los medios de comunicación después de que jugó con el Real Madrid porque el colegiado no le pitó un penal escandaloso, perdonó la roja por codazo de Sergio Ramos, expulsó a un jugador de su equipo por una entrada que no era ni falta...

Y mientras en Madrid se han encendido las luces de alarma en Barcelona cada día hay más rayos de luz para la esperanza. Podemos es el mensaje. Aunque Guardiola lo que más importancia da, más allá haber reducido la distancia, es que el equipo está recuperando sensaciones. Las victorias están llegando acompañadas del buen juego y Pep sabe que a través del fútbol los resultados llegarán.

Las cuentas para ganar la Liga del barcelonismo están claras: hay que ganarlo todo de aquí a final de Liga (de local a Getafe, Real Madrid, Málaga y Espanyol; como visitante a Mallorca, Zaragoza, Levante, Rayo Vallecano y Betis). Sumando esos 30 puntos los culés confían que el Real Madrid pinchará más veces. Primero contra ellos en el Camp Nou y después en algunas de las salidas que tienen contra Osasuna, Atlético de Madrid y Athletic. ¿Le servirán al Real Madrid los seis puntos para ser campeón o podrá remontar el Barcelona?

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