1. Miami en Cincinnati
Miami puede jugar mejor de lo que imaginábamos al arrancar la temporada, su defensiva se ha podido dejarlo en posición de ganar dos juegos que terminó perdiendo en tiempo extra contra Jets y Cardinals. Ryan Tanehill tiene un cañón pero todavía no lo sabe dominar.

Cincinnati tiene 3 victorias seguidas en buena medida por la explosión de segundo año que ha tenido la pareja de Andy Dalton y A.J. Green. Igual no tuvo demasiado rival en Jacksonville y Cleveland. Si su defensiva no mejora en situaciones de pase de largo, Dolphins pueden ponerles puntos que comprometan el juego.

2. Green Bay en Indianápolis
Colts vienen de descanso pero también de conocer la noticia de que su Head Coach, Check Pagano, padece leucemia y aunque los primeros signos son alentadores, la estructura que comenzaba a construir puede sufrir peligrosos quiebres, sobre todo en el progreso de Andrew Luck.

Packers se han olvidado ya de los oficiales que tanto les atormentaron en Seattle y contra Saints. Su defensiva secundaria ha comenzado a sufrir nuevamente, le permitieron a Drew Brees llevar una serie ofensiva que casi les gana el juego. Su ofensiva sigue produciendo como pan caliente, pero es imperativo el apoyo sostenido de Cedric Benson.

3. Baltimore en Kansas City
Kansas no puede permitirse el lujo de entregar 6 veces el balón y que 3 de ellas sean en su propia yarda 20. Matt Cassel sigue más preocupado por sus relaciones internas con coaches y compañeros que por ejecutar el plan de juego. Están desperdiciando el gran momento de Jamaal Charles y de hecho, no han podido liderar en ningún momento de sus 4 juegos. Su única victoria fue en tiempo extra.

Baltimore tuvo una mini semana de descanso que vino de lujo a los recorridos cuerpos, sobre todo de su defensiva. Una unidad que no ha sido tan comprometida y que si domina la línea frontal a la ofensiva de Chiefs, ganarán el juego. Prevean una tremenda actuación estadística de Ray Rice.

4. Atlanta en Washington.
Si les gusta meterle emoción en metal a los juegos, vayan por las altas. Matt Ryan parece más determinado en probar que esta es su temporada prototipo y ha liderado con eficiencia absoluta (tiene el mejor rating de QB en la liga) a una de las ofensivas más equipadas de la NFL. Esperen que lance mucho más todavía de lo que lo ha hecho hasta ahora, la defensiva de Washington es la 28 total y 31 por aire.

Robert Griffn III tiene las condiciones necesarias para ejecutar el tipo de estrategia que disfrutan los Shanahan y de no ser por Billy Cundiff, la victoria contra Tampa Bay tuvo que ser más holgada. Se verán contra una defensiva que disfruta de confundir al mariscal de campo y la única manera de contrarrestar esa estrategia es corriendo la pelota. El novato Alfred Morris tiene la llave de este juego.

5. Cleveland en Giants
¿Cómo se va a dar la oportunidad Cleveland de ganar un juego? Brandon Weeden da dos pasos adelante y uno para atrás en su progreso en la NFL, Trent Richardson no ha recibido las oportunidades suficientes de explotar su potencial, por ahí pasa la clave en Medowlands.

Giants ha tenido que ganar con distintos modos, a veces lanzando, a veces corriendo, a veces con la defensiva y hasta con suerte. Esperen que Eli Manning arriesge y rete a una muy débil secundaria de Cleveland, pero para eso, Ahmad Bradshaw y Andre Brown tienen que castigar a los frontales rivales.

6. Philadelphia en Pittsburgh
Pocas veces un descanso fue tan oportuno para un equipo como para Steelers que recuperan a Troy Polamalu, James Harrison y Rashard Mendenhall. Al día de hoy tienen las peores estadísticas en intento de carreras, yardas por acarreo y yardas terrestres por juego. Ryan Mundi por fin irá a la banca y por primera vez en la campaña tendrán a sus profundos titulares.

Eagles entendieron la fórmula perfectamente bien contra Giants, no entregar el balón con la pasmosa facilidad con la que lo hicieron en las semanas previas. Ah!!! Y pongan a correr por lo menos 25 veces a Lesean McCoy.

7. Seattle en Carolina
Si alguno de los dos quiere ser tomado en serio, este es el juego para probarlo y mucho dependerá de sus chavales mariscales de campo. Cam Newton debe hacer menos dramitas en las conferencias de prensa y ejecutar mejor para no poner actuaciones vergonzosas como contra Giants y para no entregar una victoria amarrada, como cuando fumbleó contra Falcons en Atlanta.

Para Rusel Wilson el tema pasa por no arriesgar el balón, en las victorias de su equipo no había cometido errores ni tirado intercepciones, el domingo pasado tiró 3 y perdieron. Marshawn Lynch es el mejor corredor al día de hoy en la NFL y es quien tiene la responsabilidad de cargar a la ofensiva.

8. Chicago en Jacksonville
Este juego puede llegar a ser un abuso aéreo entre Jay Cutler y Brandon Marshall, la secundaria de Jaguars no recibe apoyo de su línea que apenas ha provocado 2 capturas en 4 juegos.

Maurice Jones-Drew no puede tener un día de "descanso" como el domingo pasado. El tema es que los frontales de Chicago han presentado una forma de muralla impenetrable.

9. Tennessee en Minnesota
Vikings ya tienen la misma cantidad de victorias que la temporada pasada y si no hubiera sido porque permitieron un regreso "ala" Peyton Manning a Andrew Luck, estarían invictos. Hay dos claves para su éxito, hasta ahora: anotar temprano y manejar el reloj de juego. Para ello están contando con la mejor versión de Adrian Peterson en un par de años y en el único QB titular de la NFL que no ha lanzado intercepciones.

Titans deben confiar de nuevo en el súper veterano Matt Hasselbeck ante ooooootra lesión de hombro para Jake Locker, Chris Johnson ya explotó la semana pasada con 141 yardas. Una actuación similar puede poner el juego más interesante de lo pensado.

10. Denver en New England
Edición XIII de la mejor rivalidad de mariscales de campo en la historia. El récord sigue favoreciendo a Tom Brady, pero últimamente ha sido Peyton Manning quien ha tomado las victorias ganando 4 de los últimos 6. Eso sí, cuando juega en New England tiene un número extraño, 18 pases de anotación y 22 intercepciones.

Aunque usted no lo crea, Patriots es el tercer equipo que más acarrea el balón hasta ahora, aprovecharon que Bills puso secundaria poblada en el 85 por ciento de las jugadas y corrieron para 247 yardas!!!! La defensiva de Broncos jamás les permitirá algo así, y la presión directa a los mariscales de campo definirá la historia.

11. Buffalo en San Francisco
Bills no repetirá el fallido esquema defensivo que trataron de ejecutar contra Pats, pero ojo no nos olvidemos que si no hubieran perdido el balón adentro de la 10 de New England, por un momento hubieran podido estar al frente 28-7 y la historia pudo haber sido totalmente distinta.

San Francisco es un equipo que no suele desaprovechar ese tipo de errores, ya entendió que los juegos no los puede ganar confiando en el comando aéreo de Alex Smith, es correr, defender y ejecutar en zona roja.

12. San Diego en New Orleáns
Historia pura, es lo que hay que ver. Drew Brees está a un pase de anotación de ser el mariscal de campo con más juegos consecutivos con al menos un pase de touchdown qué mejor que hacerlo contra el equipo que le dio la espalda después de una seria lesión de hombro.

Ah! Y los Saints están 0-4. ¿Se imaginan lo que sería arrancar 0-5 para la franquicia que recibirá el Superbowl?

13. Houston en NY Jets
En este juego sólo me interesa ver una cosa con los Jets, a Tim Tebow tomando el control de la ofensiva de su equipo una vez que el mejor conjunto de la NFL los domine de principio a fin.

1. St. Louis en Chicago.
Los Rams se quedaron a nada de llegar a este juego 2-0 en lugar de 1-1. Sam Bradford tiene toda la confianza de Jeff Fisher pero va a un ambiente muy hostil, del tipo del que se le dificulta mucho.

Jay Cutler debe gritar menos, liderar más y equivocarse nada para tomar el control de su ataque que sufrirá la ausencia de Matt Forte. Los Bears deberán dominar el juego aun con Michael Bush y ganar.

2. Buffalo en Cleveland.
Los Browns dieron un paso enorme de una semana a otra, pero como bien dijo su entrenador en jefe, Pat Shurmur, si no ganas, no es suficiente. Brandon Weeden y Trent Richardson rindieron más en su calidad de selecciones de primera ronda y pocas oportunidades de ganar tienen como el domingo, en casa.

Buffalo nos puede mostrar una cara tan ridícula como contra Jets y una alentadora como contra Chiefs. Dependen de la toma de decisiones de Ryan Fitzpatrick y de que las defensivas rivales dominen la explosión de C.J. Spiller. Veo a Cleveland consiguiendo su primera victoria.

3. Tampa Bay en Dallas
Con Dallas hay que tomarlo partido a partido. No valía la pena emitir un juicio general después de la victoria contra Giants porque sabíamos que podía pasarles lo que les pasó en Seattle. Para ellos la ecuación es más sencilla: Que Romo lance menos y que Murray corra más.

Tampa dejó ir una oportunidad dorada en Nueva Cork, pero ya probaron que su estilo de juego es de 60 minutos (aun en la formación victoria) pero si su secundaria sigue siendo pista de aterrizaje, su ofensiva se ve demasiado exigida para su potencial. Gana Cowboys.

4. Jacksonville en Indianapolis.
Brillante oportunidad para que Colts disfrute de un récord ganador en algún punto de esta temporada. Su accesible calendario es un gran campo de entrenamiento para Andrew Luck que tuvo su primer gran momento contra Vikings.

Jaguars son más débiles de lo que pensábamos. Blaine Gabbert necesita más protección o volverá a los errores de sus primeras salidas como la temporada pasada. Le urge que Mojo lleve por lo menos 25 veces el ovoide para evitar lanzar bajo presión. En un juego de pocos puntos ganará el local.

5. N.Y. Jets en Miami.
Interesantísimo juego por muchos lados. Jets fueron exhibidos por Steelers el domingo pasado en varias áreas del juego. Después de recibir el golpe de Lawrence Timmons, Mark Sanchez dejó de producir y regresó a ser el QB inseguro y dubitativo que tanto ha sido criticado. Su corredor, Shonn Greene salió conmocionado y se volvieron unidimensionales. ¿Y su dominante defensiva? Quisieron golpear más que tacklear (conceptos distintos) y hasta Pittsburgh les corrió.

Miami se dio la oportunidad de ganar confianza contra Raiders. Reggie Bush no tendrá actuaciones seguidas como la del domingo, pero con que corra el 75 por ciento de lo que corrió contra Oakland, le facilitará la vida a Ryan Tannehill. Si la defensiva controla y orilla al error a Sanchez, pueden ganar el juego.

6. San Francisco en Minnesota.
Si los 49ers llegaran a perder, entonces sí, no hay manera de entender la temporada de la NFL.

Ojo, uno de los mejores QB´s en esta temporada en términos estrictamente estadísticos- es Christian Ponder. Piensa más, decide mejor, se equivoca menos. Adrian Peterson exige correr más. Su defensiva también se lo exige para tener recuperación física.

Pero San Francisco es el mejor equipo de la liga, unidad por unidad.

7. Kansas City en New Orleans.
Desde 1990, 113 equipos han arrancado una temporada 0-3. Solamente 3 pudieron llegar a la post-temporada. Es una alerta roja encendida para los Saints que deben dejar la actitud de "nosotros contra el mundo" y regresar a las bases que los hizo un equipo imparable.

Chiefs llegan también sin haber ganado esta campaña, pero su 0-3 no me sorprendería en lo más mínimo. Romeo Crenell pierde semana a semana los bonos que había ganado como entrenador interino. Su defensiva, nuevamente parchada, no podrá parar el ataque aéreo de New Orleans que a su vez, no puede permitir seguir con un ritmo de casi 40 puntos permitidos por partido. Saints saca su primer triunfo.

8. Detroit en Tennessee.
Chris Johnson tiene que dejar de hacer el ridículo y eliminar a las de ya su espantoso promedio de 1.1 yardas por acarreo. Dejar a la suerte del inexperto Jake Locker los destinos de un equipo con capacidades superiores a lo que han mostrado hasta ahora, es una invitación al fracaso. Peor aún, reciben a Detroit.

Lions sufrieron, una vez más, el poder de San Francisco. Evidenciaron preocupantes deficiencias para parar la carrera y su secundaria navega en la medianía de la liga. Si son capaces de presionar a Locker, su ofensiva se encargará de poner los suficientes puntos para ganar el juego.

9. Cincinnati en Washington.
Qué gran partido para ver. Sí, ya sé que no son los equipos estelares ni mucho menos, pero es uno de los duelos más parejos de la semana.

Las defensivas rivales ya tuvieron dos muestras muy fieles de lo que puede hacer RGIII y el equipo defensivo de Bengals es muy capaz de provocar confusión en un mariscal de campo novato.

Redskins se ha quedado sin dos pilares defensivos para el resto de la campaña, lo cual se traduce inmediatamente en menor presión para Andy Dalton y campo más abierto para A.J. Smith. Eso sí, si no cuentan con el apoyo de la firma de abogados, el juego se puede inclinar con poco puntaje- a favor de los locales.

10. Pittsburgh en Oakland.
Steelers ajustaron su defensiva ante un ataque poco generoso como el de los Jets. Nuevamente jugarán sin sus dos referentes, James Harrison y Troy Polamalu. Pero debería ser suficiente para limitar a una predecible y paupérrima ofensiva de Raiders.

Rashard Mendenhall seguirá viendo el juego desde las líneas, pero Pittsburgh tampoco sufrirá por sus deficiencias terrestres. "Big Ben" retomó la forma de buena parte de la temporada pasada y encontró variación en su cuerpo de receptores y mantuvo su increíble efectividad en terceras oportunidades (nadie como él en la liga hasta ahora consiguiendo 16 primer intentos por aire).

Si es medianamente bien protegido saldrá con una contundente victoria de la costa oeste.

11. Atlanta en San Diego
Frente a frente dos de los 6 equipos que arrancaron 2-0. Mayores complicaciones en el camino de Atlanta que visitó y aplastó a Kansas City y después, eliminó la euforia por el regreso de Peyton Manning.

En mi entender, dos de los 3 mejores QB´s de lo que llevamos de temporada miden fuerzas. Matt Ryan en su quinto año está obligadísimo a ser líder indiscutido de su franquicia y hasta ahora no ha decepcionado. Muy en su favor juega que cuenta con uno de los elencos con mayor talento en la NFL.

Phillip Rivers ha eliminado de su plan de juego el famosísimo "acelere". Sólo ha lanzado una intercepción y, sobretodo, ha sabido lidiar con la inutilidad del ataque por tierra de Chargers. Si su defensiva puede presionar a Matt Ryan, creo que pueden dar uno de los golpes de autoridad que tanto necesitan, pero ese es un gran "sí". Partido de muchos puntos casi imposible de predecir, pero voy con Atlanta.

12. Houston en Denver.
Primera gran prueba para Texans que aniquilaron a dos de los peores en la liga (Dolphins y Jaguars). Tercera gran prueba consecutiva para medir el regreso de Peyton Manning.

Contra Atlanta tuvo uno de los peores cuartos de su vida, pero fue capaz de volver de tres intercepciones para poner en competencia a su equipo aunque no le alcanzó. Ha lanzado 5 pases de más de 20 yardas por el centro del terreno, 3 alcanzaron manos (las de las secundaria de Falcons) 2 fueron cortos e incompletos. Por delante tiene a un equipo que ha poseído históricamente (16-2) pero estos son otros Texans.

Houston ha presentado uno de los ataques más balanceados y efectivos de la liga. Su defensa los mantendrá en un juego en el que brillará y ganará Arian Foster.

13. Philadelphia en Arizona.
El otro juego que incluye a invictos. Sí, leyó bien. Arizona está invicto en la temporada después de dar una de las mayores sorpresas cof cof- de las últimas temporadas. Pero que no nos agarren desprevenidos. Después de un patético arranque de 2011, Ken Wisenhunt ha corregido la ruta con una defensa oportunista y súper veloz, los mejores equipos especiales de la liga, y un mariscal de campo que en su locker tiene la palabra REVANCHA pegada en la parte frontal. De sus últimos 11 partidos de temporada regular han ganado 9.

Philadelphia ha entregado el ovoide 9 ocasiones. Ganó sus 2 partidos. Esa combinación no se veía desde 1983 cuando lo hicieron los Rams.

Michael Vick tiene un festival en los primeros tres cuartos, ha lanzado seis intercepciones pero se las ha arreglado para brillar cuando cuenta, en el último cuarto.

Estos son el tipo de partidos que Eagles perdían la temporada pasada en el arranque, pero ahora son los que ganan. Tomando en cuenta el 2011, tienen 7 victorias consecutivas, nadie como ellos en la NFL.

Aun así, el oportunismo de Cardinals les dará su tercera victoria del año.

14. New England en Baltimore.
¿Alguien dijo venganza? En el juego por el campeonato de la Conferencia Americana, Ravens se quedaron a unas manos de Lee Evans o a la precisión del pie de Billy Cundiff de llegar al Superbowl. Ambos dejaron el equipo.

Baltimore dominó prácticamente todo el juego en New England, pero su defensiva mostró los estragos de la edad hacia el final, lo que permitió el regreso de Brady para ganar el juego.

Pero si quieren repetir victoria, deben proteger a su QB. Brady se ha visto bajo presión tantas veces este año como nunca en un arranque de temporada y su inmovilidad termina por reventar las jugadas. Sin Aaron Hernandez, Bill Bellichick tendrá que levantarle el castigo a Wes Welker para abrir a una ansiosa defensiva de Ravens.

Cuando Joe Flacco tiene rating por encima de 100, su equipo está 24-2. Contra los Pats promedia 102.4. Pero si siguen eliminando a Ray Rice de la ecuación terrestre (apenas han corrido el 35% de las jugadas) abrirán la puerta a un juego más parejo.

No cometerán el error y mandarán de regreso a casa a los Pats con record perdedor, algo que no viven desde la semana 1 de la temporada 2003.

15. Green Bay en Seattle.
De pronto Packers se volvió un equipo envuelto en dudas y una visita a Seattle es para preocuparles. Sí, el mismo equipo que la temporada pasada terminó 15-1 la etapa regular y que poseyó a cuanta defensiva se le pusiera enfrente.

Pero esa es la belleza de la NFL, de una temporada a otra los ajustes que cada equipo hace pueden traducirse en 5 victorias más. O en el caso del estudio del contrario, 5 derrotas más para el rival.

La clave pasará por la cantidad de veces y la efectividad con la que Seahawks corran la bola. La defensiva terrestre de Packers permitió que San Francisco les recorriera más de 180 yardas, misma cantidad con la que Seattle dominó y terminó por nulificar a Dallas.

Otro juego tan difícil de predecir que parece un volado. Moneda en verde y amarillo.

MÉXICO -- ¡Pare de sufrir¡ Ha llegado la nueva temporada de la NFL y con ella la oportunidad de jugar al que sabe y predecir el futuro.

Pero como en esta liga, esa es una labor humanamente imposible, aquí presentamos el primer ranking de poder para esta campaña que toma en cuenta, únicamente, las condiciones en la que los equipos llegan al arranque de la Semana 1.

No es un anticipo del orden en el que terminarán después de 16 partidos. La única predicción --nada más por no dejar-- es la de su fajín al terminar la temporada regular.

Advertidos entonces, aquí va la Guía Básica de lo mínimo que hay que esperar de cada equipo en 2012.

Green Bay Packers

1. Green Bay Packers
Difícil decir que repetirán la campaña de 15-1 porque su división es todavía más competitiva, pero entrando a la campaña mantienen el imparable estilo ofensivo de 2011.

Lo más importante, hicieron ajustes defensivos que evitarán que su ataque tenga que poner de a 30 puntos por partido para ganar. No que no lo puedan hacer.

Alex Green y Cedric Benson van a tener que ser una real amenaza por tierra para potencializar las opciones ofensivas de Aaron Rodgers.

Una derrota en 16 juegos habla mucho de un equipo. Ser la peor defensiva de la liga posiblemente dice más, sobre todo cuando en playoff se suma la misma cantidad de caídas que en la campaña regular.

Por eso, las primeras seis selecciones en el último draft fueron para reorganizar el aparato defensivo, destacando la gigantesca presencia de Nick Perry.

Más balance, más opciones de llegar a una instancia de postemporada que corresponda a lo hecho en la temporada.

Pronóstico: 13-3

New England Patriots

2. New England Patriots.
Los podemos reflejar en varios espejos de los Packers. New England tuvo la segunda mejor ofensiva total de la liga. Tuvo también la penúltima peor defensiva.

Igual que Green Bay, sus primeras seis selecciones en el último draft fueron con jugadores que reforzaran ese departamento.

Si Belichick encuentra la fórmula para que ese lado del ovoide sea la mitad de productivo que su ofensiva, tendrá un equipo aún más competitivo que en el 2011.

Las armas ofensivas de Tom Brady vivieron un verano contrastante. Wes Welker se tuvo que conformar con la etiqueta de jugador franquicia, en cambio, sus súper estrellas Rob Gronkowski y Aaron Hernandez, recibieron jugosas extensiones de contrato. Se fue Deion Branch, pero el arma en campo largo encuentra mejora en Brandon Lloyd.

Su división le ayuda a contar con un récord que debería asegurarle recibir la postemporada completa en casa así que como en los últimos años, no importa demasiado lo que veamos en la parte regular de la temporada, sino el estado físico y mental del equipo llegando a enero.

Pronóstico: 14-2

San Francisco 49ers

3. San Francisco 49ers.
De alguna manera había que reforzar el ataque. El hecho de que Alex Smith simplemente "no se equivoque" no es suficiente para pensar en celebrar en New Orleans en febrero.

De ahí que sus primeras tres selecciones en el draft fueran para aderezar la ofensiva y su intención en la agencia libre culminó con el regreso a la NFL de Randy Moss. Llegaron también Brandon Jacobs y Mario Manningham que proveerán ese instinto asesino en la zona roja que tanto adolecieron en la temporada pasada. Sólo los Rams y los Chiefs tuvieron peor efectividad en las últimas 20 yardas que el equipo de Jim Harbaugh.

Su defensiva probó pertenecer a la jerarquía de la NFL y de mantenerse así, sólo Seattle le hará ligeramente cosquillas en su división y, a mi entender, representarán a la Conferencia Nacional en el Super Bowl.

Eso si, su éxito en 2011 le acarrea un calendario más rocoso para este año.

Pronóstico: 12-4.

Houston Texans

4. Houston Texans.
Voy a ser claro desde el principio: da toda la impresión de que son la elección sexy para esta temporada. Claramente hay elementos para considerarlo así como un sólido QB, uno de los mejores corredores y uno de los mejores receptores de la liga; una muy decente línea ofensiva y un intimidante equipo defensivo.

Por eso arrancando la temporada los tengo en cuarto lugar, pero no creo que terminarán tan altos en enero.

Las lesiones son un fantasma latente y cuando la exigencia es crucial, la impresión que dejan en el aire, es que es un equipo que se puede doblar.

Indiscutibles favoritos en su división, conoceremos su real calibre en los pocos momentos incómodos de su calendario, que parece un bombón. Ojo en semanas consecutivas, 6 y 7 en casa contra Packers y Ravens y la visita en la 14 a New England.

Pronóstico: 12-4

Baltimore Ravens

5. Baltimore Ravens
No Terrell Suggs, gran problema. Sobre todo para una defensiva que querrá honrar la leyenda de Ray Lewis en su última temporada en la NFL. Sabemos de lo que esa unidad es capaz, pero conoceremos el auténtico valor de un tipo como Suggs hasta que su equipo sea capaz de imponer pavor en las ofensivas rivales del mismo modo que lo hizo con el mejor defensivo del año en la liga la temporada pasada.

Ray Rice ya cobró y cobró bastante bien. Eso se traduce en algunas ocasiones en una velocidad y un impacto menor (pregúntenle a CJ2K).

Joe Flacco maldice aún la hora en la que Lee Evans le soltó el pase que acallaría las dudas sobre su condición de ganador, pero tiene una nueva oportunidad para redimirse apoyado en un tándem de solidez en Anquan Boldin y el año despegue de Torrey Smith.

El balance, pero sobre todo la experiencia en este equipo los llevará a jugar en el Superdome el 3 de febrero.

Pronóstico: 11-5.

New York Giants

6. New York Giants.
¿Es normal hablar tan poco del vigente campeón? En el caso de los Giants sí. Y eso puede llegar a ser algo positivo.

Las luces y los reflectores se han ido con los vecinos que visten de verde y con otros equipos que disfrutan el aparador. Pero Tom Coughlin no tiene ningún problema con ello.

Necesitan ser un equipo menos bipolar para no depender de la habilidad cuasi-mágica de Eli Manning para resolver los juegos en el último cuarto. Nadie lanzó mejor que el dos veces ganador de anillo de Super Bowl (disculpe usted, Peyton) en los últimos 15 minutos de juego en la campaña anterior.

Necesitarán que el corredor novato, David Wilson, le aligere la carga no sólo a su mariscal de campo, sino a Ahmad Bradshaw y sus muy probables lesiones.

El calendario es de miedo, el más difícil en la liga, pero al final, es el tipo de exigencia que los campeones merecen. Su división será tan peleada que su récord al final no será bonito, pero sí suficiente para serle fiel a su costumbre de llegar a playoffs y de ahí --alerta de cliché-- cualquier cosa puede pasar.

Pronóstico: 9-7.

Pittsburgh Steelers

7. Pittsburgh Steelers.
La NFL es una liga basada en el orgullo y uno de los más laureados fue aparatosamente maculado por la novedosa facha de "Tebow Time".

No es que Pittsburgh tuviera calibre suficiente para volver al juego grande, pero nadie esperaba que cayeran como lo hicieron en Denver.

Los duelos divisionales serán televisión obligatoria para todos (hasta contra los Browns) y los pálpitos conducen a que Mike Tomlin está feliz con lo que ha visto hasta ahora en defensa --nada raro siendo la mejor del 2011-- y particularmente en ataque bajo la nueva tutela de Todd Haley.

Si el nuevo coordinador ofensivo y Big Ben no chocan (que le pregunten a Matt Cassel), la ofensiva Steeler estará a una sólida competitiva temporada de su equipo terrestre de volver a pelear por el primer lugar de la Conferencia Americana. Todo dependerá de si su línea ofensiva se vuelve mínimamente presentable.

No existen garantías de que así será. La lesión de su primera selección del draft, David DeCastro, no fue el mejor augurio.

Pronóstico: 10-6.

Chicago Bears

8. Chicago Bears.
Antes de la lesión de Jay Cutler era, posiblemente, el único equipo capaz de soplarle muy cerca en la cara a Green Bay. Y después de Cutler siguió Forte con lesión de rodilla y todo se derrumbó.

Ahora Cutler no solo está, sano sino que ha sido reunido con su receptor consentido, Brandon Marshall. Además se han blindado contra la imprevisibilidad de las lesiones: Michael Bush por si vuele a caer Matt Forte (también estrenando contrato millonario) y Jason Campbell por si en algún punto Cutler necesita un par de juegos para sanar.

Como con Pittsburgh, la línea ofensiva necesita más que una manita de gato una garra de león para asegurar que el arsenal está protegido y listo para explotar. Ciento cinco capturas en los últimos dos años hablan por sí solas.

El lado defensivo escucha cada vez más fuerte el reloj. Brian Urlacher jugará con una rodilla y Julius Peppers exigirá más apoyo del equipo de reparto, sobre todo de Lance Briggs.

La división más competitiva los tendrá en segundo lugar, posiblemente suficiente para llegar a playoffs.

Pronóstico: 11-5.

Philadelphia Eagles

9. Philadelphia Eagles.
Ni son tan buenos como el penoso desliz de Vince Young "Dream Team" de hace un año, ni tan malos como en sus primeros 12 juegos.

El recontra utilizado cliché de "si-no-se-lesionan-pueden-aspirar-a-cosas-grandes" les aplica con holgura. Y todo es culpa de Michael Vick.

Sus instintos escapistas deben ser reducidos al mínimo para que las 18 pérdidas de balón de 2011 se traduzcan en más oportunidades para las talentosísimas opciones que tiene por tierra y por aire.

Juan Castillo aprendió valiosas lecciones en su primer año como coordinador defensivo, aunque muchos creen que no merecía una segunda oportunidad. Cuatro novatos a la defensiva incluido el estelar Fletcher Cox, deben reforzar una unidad que permitió 20 puntos por partido la campaña pasada.

A mí me gusta mucho el equipo, los veo ganando el Este de la Nacional.

Pronóstico: 10-6.

Atlanta Falcons

10. Atlanta Falcons.
Qué difícil es poder anticipar lo que van a hacer. No es tan drástico el "ahora o nunca" para Matt Ryan porque tiene años valiosos por delante, pero cuesta creer que un ataque que incluye a una de las mejores parejas de receptores en la NFL, el mejor ala cerrada en la historia y un corredor del tamaño de Michael Turner no convirtiera un solo punto en su juego de postemporada contra los Giants.

Las adiciones a la línea ofensiva deben proveer de seguridad a Ryan que busca espantar ya las voces que le susurran su incapacidad para ganar el partido importante. A este campo de entrenamiento llegó con casi cuatro kilos más de pura masa muscular. Sólo es cosa de saber si su fortaleza física es correspondida con fortaleza mental.

Su porosa secundaria fue remendada con Asante Samuel.

El calendario es un dulce, dependerán de los duelos directos contra Saints que los barrieron la temporada pasada.

Pronóstico: 10-6.

Detroit Lions

11. Detroit Lions.
Pocos equipos se dispararon tanto en el pie como Detroit. Cada vez que nos hacían pensar que estaban listos para competir con los adultos, florecía una bochornosa inmadurez que limitaba y condicionaba su ventana de éxito en la liga.

La combinación Stafford-Megatron es de las más letales en la liga, pero sin apoyo terrestre y una línea ofensiva de calidad (su primera selección fue por el OT Reiley Reiff) difícilmente intimidarán a los equipos más consolidados.

Sus frontales pertenecen a uno de los cinco mejores grupos defensivos de la liga, pero su secundaria sigue pidiendo ayuda a gritos.

Que tampoco se nos olvide que apenas hace tres años este equipo hacía el ridículo terminando 0-16. Sigue siendo una obra en proceso, cuyos pasos acelerados suelen desviarse del rumbo, pero cada vez se acercan más.

Para su desgracia están en la división más fuerte de la NFL y con mucha fortuna volverán a playoffs.

Pronóstico: 9-7

Denver Broncos

12. Denver Broncos.
La ecuación es sencilla, sumas a Peyton Manning y restas a Tim Tebow . Vuelves de hacer del ataque aéreo una obra de la casualidad a una obra de arte.

Manning tendrá a quien lanzar, su línea ofensiva es competitiva, pero hasta que no reciba el primer gran golpe, no existe manera de asegurar que su cuerpo está sano y libre de óxido.

No compro el argumento de quien ve a Denver candidato a ganar la AFC, porque retirando del escenario a su QB, el resto de la ofensiva es decente, pero no generosa.

La defensiva sigue siendo su ancla aunque nos probó más en momentos que en números. Fue la Nº 20 en total pero sus adquisiciones son tan interesantes como seguramente efectivas: Derek Wolfe, Justin Bannan, Tracy Porter y Keith Brooking serán el complemento al talento de Von Miller, Elvis Dumervil y Champ Bailey.

No deberían tener problemas para ganar su división, pero sus números no serán atractivos para nadie.

Pronóstico: 9-7.

New Olreans Saints

13. New Orleans Saints.
El circo aéreo de Drew Brees no será suficiente para aliviar las heridas que dejó Roger Goodell con sus castigos.

Sean Payton no pasa, no recibe, no corre la bola, no presiona al rival ni patea. Pero los entrenadores en jefe tienen la jerarquía que presumen y ganan lo que ganan por un elemento fundamental: su manejo de situaciones de crisis.

Hay momentos de los juegos en que las decisiones pasan por la responsabilidad de una persona que ha aprendido a pensar más rápido que los demás, a ver más lejos que los demás. Y en una conferencia tan competitiva, una decisión mal tomada puede dejar a un equipo sin poder jugar en enero.

Desafortunadamente creo que el destino de los Saints, anfitriones del Super Bowl, fue decidido en 280 Park Avenue, en Nueva York.

Pronóstico: 10-6.

San Diego Chargers

14. San Diego Chargers.
Me niego rotundamente a concederles opciones de ganar. Me han defraudado tanto en los últimos cuatro años que aprendí mi lección.

Creo en Philip Rivers, pero no creo en Norv Turner. Menos cuando su corredor, Ryan Mathews esquiva más fácil defensivos que lesiones.

El mediocre 8-8 de la temporada pasada fue vergonzosamente remarcado por una racha de seis derrotas consecutivas que no imaginaban destino distinto al fin de la era Turner en el sur de California. Los milagros existen y Turner --junto a su gerente general A.J. Smith-- esperan uno más que los ponga en posibilidad de ganar su división y les dé una oportunidad más en playoff.

A su favor juega un benévolo calendario y los duelos directos con los Broncos decidirán al ganador del Oeste en la Americana.

Pronóstico: 10-6.

Dallas Cowboys

15. Dallas Cowboys.
Aquí sí es ahora o nunca para Tony Romo. El problema es que él no fue quien se puso en ese infame lugar. Jerry Jones no soportará una temporada más sin postemporada y se ha encargado --vía los medios-- de dejarlo en claro a todo su equipo.

Fuera de Dez Bryant y Miles Austin, Dallas no tiene otro receptor confiable y, si de confiar se trata, la salud de estos dos jamás es garantía. Menos ahora que Jason Witten comenzará la temporada disminuido.

DeMarco Murray lleva demasiada responsabilidad en sus piernas, no correspondida con el apoyo de una línea ofensiva rehecha, lo cual no quiere decir que reforzada.

Brandon Carr y Morris Claiborne (seleccionado en primera ronda) son la apuesta para mejorar una secundaria que fue golpeada con frecuencia, lugar Nº 23 en defensiva por aire en la liga.

De nuevo, los duelos torales son contra los Giants e Eagles, si salen 3-1 de ellos aspiraran a playoffs. Pero si a analizar el calendario vamos, arrancan la temporada con seis visitas en sus primeros nueve juegos.

Pronóstico: 8-8.

Cincinnati Bengals

16. Cincinnati Bengals.
La curva descendente del segundo año. Ese es el gran miedo de Marvin Lewis.

Pocos jugadores nos impresionaron la campaña pasada como Andy Dalton y A.J. Green. Por momentos fueron indescifrables en su extraña coordinación, secundados por tierra por Cedric Benson y un respetabilísimo aparato defensivo.

El tema es que las defensivas ahora saben cómo prepararse mejor para un ataque aéreo que desconocían, además de que con Benson fuera del equipo, la fuerza terrestre depende de la firma de abogados, BenJarvus Green-Ellis y su impecable seguridad de manos. Nunca ha perdido un balón en su carrera.

En su contra juega su división, están cerca, pero todavía no tanto como para superar este año a Steelers y ven todavía más lejos a los Ravens.

Pronóstico: 9-7.

Buffalo Bills

17. Buffalo Bills.
Es uno de los equipos que más intrigado me tiene. Hubiera querido colocarlo un par de lugares más arriba pero no me animé. Y es que Ryan Fitzpatrick sigue sin darme la idea de que es un QB listo para los juegos grandes. Su talento es indiscutible, pero su toma de decisiones en los momentos bisagra de los partidos importantes me altera.

Cuando voltea, respira tranquilo porque tiene un par de corredores de batalla con Fred Jackson y C.J. Spiller; un receptor velocista en Steve Johnson; un sólido TE en Scott Chandler; la línea ofensiva que menos capturas permitió la temporada pasada (con un par de bajas a cuidar, sobre todo la de Demetress Bell). En fin, elementos para competir.

Pero cuando el juego exigió liderazgo y control, su equipo lo voltea a ver a él y no sabe qué pensar.

Coincido con que la línea defensiva es de las cuatro mejores de la liga con la adición de Mario Williams para sumar a la fortaleza de Mark Anderson y Kyle Williams, pero el perímetro es una invitación a anotar. Los Bills fueron la trigésima peor defensiva en permitir puntos en 2011.

Su progreso se verá reflejado en su ubicación en la división, pero difícilmente será suficiente para alcanzar un comodín.

Pronóstico: 8-8.

New York Giants

18. Seattle Seahawks.
Otro equipo que valdrá la pena ver. De entrada porque Russell Wilson tiene la pinta de QB explosivo y como hay poco conocido sobre él, va a sorprender por su capacidad para lanzar y correr, como lo demostró en Wisconsin.

Pero la esperanza real de algo trascendente descansa en la explosividad de Marshawn Lynch --siempre y cuando su cuerpo lo respete y él respete a su cuerpo-- y la capacidad defensiva que los colocó en la novena posición para terminar el 2011.

Me gusta que Pete Carroll no tiene miedo; no siempre resulta, pero sus últimas apuestas lo han hecho ganar, por lo menos el crédito suficiente, para hacernos creer que estos Seahawks, mínimo, nos van a entretener.

Pronóstico: 8-8.

Kansas City Chiefs

19. Kansas City Chiefs.
Otro equipo al que quiero, pero no le puedo creer. El año pasado sufrieron como pocos la plaga de las lesiones, por lo que un año que debía ser de consolidación al proyecto Todd Haley, terminó no sólo por ser una decepción, sino le costó el trabajo al entrenador en jefe.

Con Romeo Crennel la defensiva seguirá mejorando, pero la ofensiva da la impresión de haber sido remendada, no necesariamente adornada.

La llegada de Payton Hillis cataliza el ataque terrestre junto a Jamal Charles (sólo presente en dos partidos en 2011) y por aire Dwayne Bowe deberá arrastrar a Steve Breaston y a los TEs Tony Moeaki (sin jugar el año pasado por lesión) y Kevin Boss a crear opciones reales para Matt Cassel.

De vuelta al cliché de las lesiones, Kansas City tiene potencial para pelear su división, pero parece que son superados en talento por San Diego y Denver.

Pronóstico: 7-9.

New York Jets

20. New York Jets.
¿Quieren comenzar con el circo Sánchez-Tebow? Mejor lo dejamos para cerrar.

De hecho, medio puedo comprar la idea de que todo el show alrededor de los dos ha servido para disimular las verdaderas deficiencias de este equipo.

Independientemente de quien vaya a dirigir la ofensiva, fuera de Santonio Holmes y su indescifrable estado emocional, no existe un arma ofensiva de respeto por aire para el nuevo coordinador ofensivo, Tony Sparano.

Por tierra, Shonn Greene, sigue viviendo del recuerdo de una buena postemporada, pero no se acerca al tamaño de la responsabilidad de ser un corredor de confianza.

La defensiva sigue siendo su carta de presentación. Una carta más elegante y convincente para este año. Pero estará obligada a recibir menos de los casi 23 puntos por partido que en promedio permitieron en 2011.

Me mata la curiosidad de ver en la NFL a una bestia defensiva con el potencial de Quinton Coples.

Ahora, a su tema favorito.

La llegada de Tebow no favorece en nada a la confianza ni al nivel competitivo (como espetaron muchos) de Mark Sánchez. Por el contrario. Le demeritaron jerarquía hacia el vestidor y, en honor a la verdad, para el tipo de juego que tiene pensado Rex Ryan --ganar 13 a 10 o 17-14-- Tim Tebow se asemeja más a lo que Tony Sparano puede explotar.

Así que no se sorprendan si el circo de las pistas verde y blanca termina con --iba a decir payaso pero el New York Post se adelantó en la idea-- el QB con el Nº 15 de titular.

Pronóstico: 6-10.

Washington Redskins

21. Washington Redskins.
Tengo apostadas todas mis canicas en Robert Griffin III para ser el novato con mayor impacto en esta temporada. No quiere decir que el que jugará mejor, ni el que pondrá los números más atractivos. Simplemente quiere decir el que hará que su equipo sea sustancialmente mejor que la temporada pasada.

Tiene armas suficientes para descargar presión en los momentos difíciles, pero su talento deberá opacar las deficiencias de su línea ofensiva.

No espero que llegue a playoffs, pero sí espero que haga de Washington un equipo para el que las defensivas rivales tengan que preparar con mayor intensidad su semana.

Hablando de defensivas, si Jim Haslett logra que su aparato secundario se asemeje en cantidades mínimas a su cuerpo de presión al QB contrario, aliviará un área que desesperadamente pidió ayuda la temporada pasada. El problema es que no tiene los jugadores para ello.

Pronóstico: 7-9.

Carolina Panthers

22. Carolina Panthers.
Los pongo un lugar debajo de Washington por una razón muy sencilla. Cam Newton se las hizo una temporada a las defensivas contrarias, dos veces es muy complicado.

Su frenético arribo a la liga sacudió los estigmas que teníamos sobre los QB de su tipo. Sus números superaron a los de Peyton Manning para un novato y volvió a su franquicia de ridícula a respetable.

Pero la curva descendente del segundo año se puede apoderar de él fácilmente, sobre todo si no existe una aportación suficiente de su ataque terrestre. Las defensivas rivales se prepararán con mucho mejor conocimiento de sus condiciones.

Ni hablar de la defensiva, clasificada en los últimos lugares de casi todas las estadísticas que importan.

División que los mira aún hacia abajo, pero el proceso camina con pasos firmes.

Pronóstico: 7-9.

Tennessee Titans

23. Tennessee Titans.
Indiscutiblemente terminaron el 2011 de una forma que a cualquiera le haría pensar que el 2012 es un año promisorio. En su división, solo los Texans tienen mayores aspiraciones, pero el calendario es complicado.

Más aún cuando el QB titular será Jacke Locker quien le ganó el puesto al veterano Matt Hasselbeck. Más aún cuando su cuerpo de receptores es de mucha calidad pero de poca consistencia en lesiones y en comportamiento fuera del terreno de juego.

Ahora, más que nunca, Chris Johnson debe confirmar que los Titans no se equivocaron en renovarle hace un año por cinco temporadas y 56 millones de dólares.

Serán un equipo de esos que estorba, pero que no tiene la profundidad necesaria para llegar demasiado lejos.

Pronóstico: 6-10.

Tampa Bay Buccaneers

24. Tampa Bay Buccaneers.
La casa se ha renovado, pero Josh Freeman sigue siendo opción para dirigir a una franquicia que últimamente se ha preocupado por armarse de potencial, pero que le cuesta mucho trabajo hacerlo explotar.

El equipo, literalmente, se le amotinó a Raheem Morris que terminó por perder su trabajo.

Disciplina es la bandera con la que navega al frente del equipo Greg Schiano, llegaron elementos veteranos como Vincent Jackson y Dallas Clark y si Doug Martin se puede convertir en el corredor de seguridad, Tampa tendría opciones ofensivas que le alejen del penoso lugar Nº 30 por tierra y Nº 27 en puntos por partido del 2011.

El calendario es engañoso, no tan accesible como parece.

Pronóstico: 5-11.

Oakland Raiders

25. Oakland Raiders.
Pero si en algún lugar ha cambiado la filosofía es en Oakland que vivirá su primera temporada sin la dirección de Al Davis.

Como suele suceder con ellos, es un auténtico acto de valor atreverse a predecir lo que pueden llegar a alcanzar en la temporada, pero un par de ideas sirven.

Darren McFadden debería poner el mejor año de su carrera para darle alguna esperanza a la ofensiva del inestable Carson Palmer. Siempre y cuando no se lesione. Y ese es un enorme "siempre y cuando".

La defensiva dejará de ser un ejercicio de improvisación, pero ese es un ajuste que lleva tiempo, por lo que esa adaptación será dolorosa en 2012.

Los Raiders dan la imagen de pensar en una reestructuración, pero después de haber dado medio California por Palmer, la urgencia tendría que ser mayor.

Pronóstico: 6-10

Indianapolis Colts

26. Indianapolis Colts.
Pocos equipos tienen tanta suerte. Andrew Luck es el QB mejor preparado para la NFL desde el otro mariscal de campo seleccionado en primera ronda por la franquicia, Peyton Manning.

Pero hay que tenerle paciencia. No esperen que su sola presencia revolucione el dramático 2-14 de la temporada pasada, pero sí en cambio, disfruten una de las mejores campañas de un QB novato en la NFL en mucho tiempo.

Aún no tiene el personal suficiente para imaginar una temporada ganadora, pero aprenderá muchísimo de los últimos años de Reggie Wayne.

Será hasta dentro de dos temporadas que entenderemos con certeza si Andrew Luck es, en efecto, la reencarnación perfecta de la leyenda que vestía el Nº 18.

Pronóstico: 4-12.

Jacksonville Jaguars

27. Jacksonville Jaguars.
La peor ofensiva del año pasado vivió el peor arranque de temporada que su nuevo entrenador pudo esperar.

Su corredor, Maurice Jones-Drew, el mejor del 2011 (semejante ironía estando en la peor ataque de la NFL) decidió no entrenar hasta que no le reestructuraran el contrato, cosa que no sucedió.

Su primera selección del draft, el receptor Justin Blackmon, fue detenido por la policía por manejar en estado de ebriedad y complicó a la gerencia su contratación por un tema económico. El patológico caso de quien quiere cobrar sin haber probado nada aún en la liga.

Su QB titular, Blaine Gabbert, está en su segundo año y en lo que jugó la campaña anterior fue capturado 40 veces y apenas completó la mitad de sus pases.

Si Mike Mularkey supera las cinco victorias de la temporada pasada, habrá tenido una buena presentación al frente de la franquicia del extravagante Shad Khan. Aunque como decía José José: "Pero lo dudo".

Pronóstico: 4-12.

St. Louis Rams

28. St. Louis Rams.
Pocas veces un entrenador en jefe había sido tan deseado, entrevistado y buscado por equipos en desesperada necesidad. Jeff Fisher fue un auténtico objeto de deseo y cuando todo indicaba que iría a Miami, optó por el brazo de Sam Bradford y la favorable situación en el draft para los Rams.

¿Cuál es el cambio más urgente? Todos. Pero posiblemente el que definirá sus primeros años al frente de uno de los equipos mas intrascendentes del último lustro, será que su mariscal de campo encuentre la confianza que las lesiones le han sustraído.

Brian Schottenheimer es el responsable de dirigir una ofensiva que tiene a uno de los mejores corredores en toda la NFL. El problema para Stephen Jackson es que nunca ha tenido a su alrededor el apoyo suficiente para que su talento se refleje en éxito colectivo

Si Fisher logra estabilizar a una defensa muy joven y provee de seguridad a Sam Bradford, tendrá terreno sólido para construir mejor en 2013.

Pronóstico: 3-13.

Minnesota Vikings

29. Minnesota Vikings.
Hay algo engañoso en su posición. La temporada pasada fue desastrosa, una de las peores en la historia de esta prominente franquicia. El pretexto más sencillo es la palabra reestructuración.

Si es así, el proceso entonces ya tocó fondo y esta temporada debería mostrar mejores resultados comenzando con el segundo año de su QB, Christian Ponder.

Sufrió lo innombrable en su primera experiencia de la liga, pero por momentos tuvo detalles que podrían provocar expectativas positivas para el futuro corto.

Es duro apostar en contra de uno de los mejores corredores de los últimos tiempos y si la rodilla de Adrian Peterson sanó completamente, los Vikings pueden animarse a pensar en una temporada de seis victorias, por lo menos.

El calendario juega a su favor por ocho juegos, pero la división los regresa a su realidad en seis.

Si Ponder tiene condiciones de líder, quedarán demostradas en 2012, de lo contrario, Matt Barkley de USC, puede ir pensando si el color púrpura le sienta bien.

Pronóstico: 5-11.

Arizona Cardinals

30. Arizona Cardinals.
Feo, muy feo lo que viene para este equipo por la incapacidad para elegir a quien debe comandar una ofensiva, ya de por sí, bastante golpeada.

Si la disyuntiva radica en la elección de Kevin Kolb o John Skelton, algo entonces no funciona bien. Sobre todo si el QB suplente tiene garantizado ganar 7 millones de dólares.

Ken Wisenhunt es mi primera opción para dejar abierta la puerta a un nuevo entrenador en jefe en esta temporada.

Pronóstico: 3-13.

Miami Dolphins

31. Miami Dolphins.
Aficionado a los Dolphins, hay muchos como tú, no le hagas el menor caso a esta temporada. No pongas una sola expectativa a ganar algo.

Si vas a ver los juegos concéntrate en dos cosas:

1. Ver el progreso de Ryan Tannehill (no te concentres en ver a su esposa, aunque es difícil no voltear).

2. Pide que los Browns ganen más partidos que ustedes.

Pronóstico: 3-13

Cleveland Browns

32. Cleveland Browns.
Uno de los cinco equipos que jugará en la Semana 1 con un QB novato. El problema es que este novato tiene 28 años --cumple 29 el próximo 14 de octubre--.

Su primera selección del draft, Trent Richardson, es un extraordinario corredor, mejor incluso que Mark Ingram, pero tiene una preocupante facilidad para lesionarse.

Algunas decisiones que ha tomado Mike Holmgren en su potestad de Presidente (misma que está por perder) están dirigidas a ganar ahora. El tema es que no todas esas decisiones fueron acertadas.

Cleveland ha vivido en reestructuración los últimos ocho años y algo tiene que empezar a cambiar desde ahora. Desde la oficina. Los cimientos defensivos son positivos, pero no suficientes. Menos en la División Norte de la Conferencia Americana.

Pronóstico: 4-12.

BRISTOL -- No sé si ya te olvidaste de Ramón Ramírez surcando el lado izquierdo bajo la lluvia de Atahualpa y picando la pelota por encima del arquero en semifinales. Tal vez te lo eclipsa la imagen Claudio Suárez y Ramírez Perales madrugados por Simeone y Batistuta en la final de la Copa América del 93.

No sé si ya olvidaste a Luis García maldiciendo en éxtasis después de someter dos veces a Irlanda. Es posible que el recuerdo de García Aspe y Marcelino Bernal maldiciendo en depresión por fallar cada uno su tiro penal contra Bulgaria en 1994, te lo haya borrado.

¿Te olvidaste ya de Cuauhtémoc Blanco inventando -genio tenía que ser- una elástica figura para empatar a Bélgica y salvar la clasificación en 1998? Quizá te haya nublado la memoria la doble debacle de Raúl Rodrigo Lara, improvisado como central, sometido una vez por Klilnsmann y otra vez por Bierhoff.

Espero que nunca olvides cuando Jared Borghetti superó a Alessandro Nesta; fue uno de los goles que más fuerte gritaste. Aunque la artera patada (celebrada por varios) de Rafael Márquez a Cobi Jones, es la fotografía que define Corea-Japón 2002. Eso, o el infame cambio de Aguirre quitando a Ramón Morales para meter a Luis Hernández a los 27 minutos.

No sé si ya olvidaste a Gonzalo Pineda tirando un penal a lo Panenka en la Confederaciones del 2005 y sólo recuerdas a algún cronista repitiendo nuestra eterna letanía: "otra vez los malditos penales".

¿Te acuerdas de Omar Esparza, Carlos Vela y Ever Guzmán? Igual y para ti la "Generación Dorada" es la que arrastrará eternamente la "Tragedia de Carson" que nos dejó sin Olímpicos en Beijing.

Por más que intento, no puedo olvidar a Maxi Rodríguez haciendo un gol de otro planeta para justificar el mediocre dicho "jugamos como nunca y perdimos como siempre".

¿Has olvidado como saltaste cuando Chicharito corrió más rápido que cualquier francés y nos ilusionó con una Copa Mundial histórica en 2010? ¿O tu fotografía de Sudáfrica solo retrató a Javier Aguirre (otra vez) al Guille Franco y al Bofo Bautista?

Cada vez que un aficionado mexicano se prepara para vivir un torneo importante de fútbol lleva un costal y regresa con dos. El primero vuelve, por lo general, vacío. El segundo vuelve, cada vez, más lleno. El primero es la ilusión, el segundo es la decepción.

Por eso te pido que no olvides el 11 de agosto del 2012, no olvides Londres y nunca olvides que México ganó el futbol de Juegos Olímpicos. No olvides que le ganó a Brasil.

No olvides que volvió con un solo costal y que, sobretodo, ese costal venía repleto de oro.

No sé si los 18 que llegaron el sábado a jugar la final conocían el

pasado, si recordaban esos dramáticos pasajes envueltos en derrota o si, peor aún, olvidaron a aquellos que comenzaron a marcar el camino.

Yo no sé si has visto que cada vez que los jugadores llegan al estadio, lucen los audífonos de más alta tecnología.

No sé qué es lo escuchaban llegando al juego más importante del futbol en su país y, por su edad, dudo que conozcan a Caifanes.

Pero involuntariamente se apropiaron de una de sus mejores canciones y la inmortalizaron, se inmortalizaron a ellos mismos, rompieron jaulas.

Porque antes de saltar al mítico césped de Wembley una sola cosa pasó por su mente y sobre todo por su corazón.

"Antes de que nos olviden, haremos historia".

BRISTOL -- Los que nos dedicamos a este negocio tenemos, de vez en cuando, una tóxica necesidad de voltear a los libros de estadísticas para tratar de entender todo lo que los deportes nos presentan.

Tenemos un hambre desmedida por extirpar cada detalle de cada juego al que asistimos.

Conozco a varios que no disfrutan ni un segundo de los eventos más grandes del mundo, por esa obsesión de interpretar cada tiro, cada lanzamiento, cada brazada o cada salto que ven. Y además les tengo un inmenso respeto, son unos auténticos profesionales.

Los Juegos Olímpicos son el escenario más grande, no sólo para los deportistas, sino también para esta especie a la que tengo el privilegio de pertenecer desde hace 6 años. Queremos que a ustedes que nos escuchan, nos ven y nos leen, les quede clarísimo cuánto sabemos de deportes.

Me tomó 19.32 segundos pensar un poco distinto.

Hacia los últimos pasos de los 200 metros planos, la pregunta ya no era si Usain Bolt ganaría, sino si rompería el récord mundial. Y cuando todos volteamos a la pantalla para ver las marcas vigentes y saber si lo lograría, nos perdimos el momento con mayor significado para él.

Bajó el ritmo (tal cual lo hizo en la final de los 100 metros planos de Beijing) se llevó el dedo índice a la altura de la boca e internamente, mientras se convertía en el velocista más grande de la era moderna, se acordó de aquellos que -ilusamente- dudaron de su sobrehumana condición.

En su mente habrá pasado un monólogo que diría más o menos así: "¿Ven? Hasta trotando".

Si a Usain Bolt no le importó la estadística, entonces a nosotros tampoco nos debería importar. ¿Saben por qué? Porque en el fondo, además de ganar, lo que realmente quiere es divertirse, pasarla bien, disfrutar y de paso entretener a los ochenta mil que estaban en el Estadio Olímpico y a los 2 billones que lo veían por televisión.

Lo más increíble de todo es que, involuntariamente, con cada zancada deja una estela que no es otra cosa mas que una de las carreras más extraordinarias que han existido.

De esos raros privilegios que los sólo los tocados por el talento se pueden dar.

Mientras se divertía con los aficionados de primera fila, con los fotógrafos, con los voluntarios y con Yohan Blake; mientras se dejaba abrazar y fotografiar por el que se lo pidiera; mientras celebraba lo que ningún otro hombre había celebrado, ganar su segunda medalla de oro consecutiva en los 200 metros planos, tomé mi libro de estadísticas y lo cerré.

Porque para contar la magnitud de la carrera de Usain Bolt no hay que voltear a ver los números. Sólo hay que voltear a verlo a él.

De salida: Paola Espinosa, nadie de los que han cuestionado tu final en la plataforma de los 10 metros siente la frustración que seguramente sientes tú. Si decides que fue tu último clavado, vete tranquila. Ojalá volvieras para ganar una presea individual, pero como te lo escribí el otro día: tu legado no se verá reflejado en el número y metal de tus medallas, sino en la cantidad de niñas que, a la fecha, dicen que quieren ser como tú.

MÉXICO -- El último dato estimado por nuestro compañero de ESPN Darren Rovell, especialista en finanzas deportivas (@darrenrovell en twitter), señala que Michael Phelps terminará ganando entre 50 y 60 millones de dólares al final de su carrera.

Eso se reparte entre premios por competir en una muy menor proporción- y el resto en interminables patrocinios.

Gabby Douglas, la "ardilla voladora", se volvió inesperadamente la figura de Estados Unidos en la gimnasia. Ella podría ganar, también de acuerdo a una nota de Rovell, entre 8 y 12 millones de dólares en los próximos 4 años.

En una nota presentada por la agencia Reuters, Keith Weirs estima que Usain Bolt ganará en la próxima olimpiada (los 4 años que transcurren entre los Juegos Olímpicos) casi 20 millones de dólares al año después de refrendar su título en los 100 metros planos.

De Kobe Bryant, Neymar, Sharapova y Federer ni hablamos. El suizo ha acumulado casi 55 millones de dólares en los últimos 12 meses. Es el atleta olímpico más acaudalado de todos los que compitieron en Londres 2012.

La esencia de los Juegos es celebrar a los deportistas amateur, pero no podemos cegarnos. En nuestra época ya casi no existen.

Pero esos mínimos casos, merecen una mención especial.

Erick Barrondo le dio su primera medalla olímpica a su amada Guatemala. Con mucho trabajo pudo conseguir una televisión para que sus padres lo vieran llegar segundo en la marcha de 20 kilómetros y,

posiblemente, colgarse otro logro en los 50 km.

Y eso ya es un lujo. Hasta hace un año su familia no tenía donde vivir. Ahora habitan en una casa obsequiada por el gobierno guatemalteco, que así reconoció el esfuerzo del mejor atleta en su historia. La lucha de Yuri Alvear no comenzó en el tatami donde practica el Judo, de hecho su país, Colombia, desestima a su disciplina y la tiene en los escalones más bajos del presupuesto.

Su condición familiar tampoco ayudaba mucho. Su madre lavaba ajeno y su padre se dedicó a la construcción para sacar a su familia adelante. Consciente de su talento pero abrumada por sus carencias, tuvo que desprenderse de lo poco que tenía para organizar rifas y sorteos. Con el dinero que recolectó pudo costear sus gastos para poder viajar a los eventos internacionales que le dieron el boleto a Londres.

Ahora, con la medalla de bronce brillando en su cuello, recibió la noticia de que el Alcalde de su natal Jamundí le obsequiará un hogar. El primero que su familia habrá tenido.

Contar la historia solamente de los que ganan sería un acto de injustica.

Hay algunos que, con competir, han triunfado en la carrera más difícil. La de sobrevivir.

Urige Buta representará a Noruega, uno de los países más ricos del mundo.

Él llegó ahí escapando de Etiopía, donde su padre fue arrestado por conflictos políticos. Al día de hoy no sabe qué fue de él.

Trabaja de tiempo completo como intendente de una escuela. Arranca a las 6 de la mañana limpiando los baños y después las oficinas, no para durante 6 horas hasta que toma una pausa para poder entrenar. Apenas le alcanza el tiempo para comer; vamos, apenas le alcanza el dinero para comer.

Por recomendación de un entrenador de atletismo local comenzó a entrenar; puso tiempos que para los estándares escandinavos no pertenecen a la normalidad y consiguió que la escuela le diera un par de horas más para practicar.

Hasta que llegó el invierno.

Las inclementes temperaturas hacían imposible su desempeño. Entonces conoció un túnel que conecta el servicio de cañerías de Haugesund, su única opción para seguir mejorando sus marcas.

Su nombre llegó hasta un club atlético que lo reclutó y le permitió entrenar más en forma, lo becó para competir en eventos locales, nacionales e internacionales. Hasta que consiguió la marca para participar en Londres 2012.

La escuela en la que es empleado le permitió dejar por un par de meses la escoba y el trapeador; encargó a alguien más la recolección de basura. Le aseguraron que su esposa e hija recién nacida estarían bien cuidadas y le desearon suerte en los Juegos Olímpicos.

Es poco probable que gane una medalla, pero a quién le importa. Le han prometido que, cuando regrese, le aumentarán el salario y tendrá una hora más de descanso para que siga entrenando. Así tenga que ser en las cañerías durante el invierno.

MÉXICO -- Y crecieron sin algo que sus predecesores padecieron: complejos.

El mejor ejemplo no vino necesariamente durante los 94 minutos que jugaron, sino posiblemente 10 segundos después. ¿Vieron los festejos?

A los 2 segundos, solo 3 jugadores corrieron desde la banca a la cancha y brincaron. Ninguno de los 11 que estaban en el terreno de juego o el resto que veían el partido desde la línea hizo algo parecido.

El "Chatón" Enríquez se arrodilló y agradeció viendo al cielo, Javier Cortés se persignó, Oribe Peralta exhausto- jaló aire y después comenzó a abrazar a sus compañeros. Los miembros del cuerpo técnico se abrazaron entre sí, sonrientes, pero serenos.

Demasiado serenos, todos.

De hecho, lo primero que hizo Luis Fernando Tena fue buscar la mano derecha de su colega japonés pero no la encontró. Corona se acercó a un desencajado Yuki Otsu para consolarle y éste, seguramente cegado por la impotencia, negó hasta en 3 ocasiones el gesto de juego limpio que los mexicanos le ofrecieron.

Yo no entendía. ¿Qué no ganar la primera medalla olímpica en equipo para México desde 1936 merecía por lo menos una explosión de júbilo ilimitado? (Sí, ya sé de las medallas en hipismo en 1980, pero entendemos el punto ¿no?) ¿Qué no asegurar una presea en el deporte más popular de su país ameritaba la afonía y el descontrol?

No para ellos, porque su educación futbolística es distinta. Para ellos, ganar no significa plata, significa oro.

No entienden de cachirules o ratones verdes. No saben quién es el "Jamaicón", ni qué mal le aquejaba.

Sus leyendas no son las de los penales en el Volcán en el 86, ni en New Jersey en el 94 y vagamente recuerdan los cabezazos mortales de Klinsmann y Bierhoff.

En su recuerdo las fotografías incluyen a sus referentes -ahora hasta compañeros- jugando en Europa, a uno de sus cuates jugando en Manchester United, a algún jugador de su club siendo campeón del mundo en 2005 y a varios de sus suplentes hacer lo mismo en 2011.

En su cabeza, el "sí se puede" no es una porra ni un grito desesperado. Es un modo de vida.

Por eso, cuando el árbitro pitó el final del que ha pasado a ser uno de los juegos más importantes en la historia del futbol mexicano, lo celebraron así. Porque en su mente, el más importante, apenas está por venir.

Que no se pierda esa bonita costumbre.

De salida: Yahel Castillo, no te rindas. Inténtalo otra vez, hasta que el cuerpo no te dé. Y aun cuando sientas que ya no da, piensa en los primeros cuatro clavados que tiraste. Tu vida te ha acostumbrado a tomar revanchas. Toma ésta y demuéstrate solo a ti que la medalla es posible. No busques muy lejos, los mejores ejemplos los tienes más cerca de lo que crees.

Félix Sánchez
GettySuperman rompió en llanto al recibir su medalla

MÉXICO -- Ni siquiera tuvo que ver el reloj. Lo sabía. Solo metió la mano entre su número y su uniforme, sacó la fotografía que llevaba guardada y cayó, no extenuado, sino abrumadoramente emocionado.

Su vida lo había acostumbrado a caer estrepitosamente, pero siempre encontró la manera de levantarse.

No pudo competir por el país en el que nació. En 1999 quiso clasificar a los mundiales de Sevilla, pero no dio la marca exigida por Estados Unidos. Decidió representar a la tierra de sus padres, un lugar en el que nunca había estado y del que se volvería el máximo ídolo.

Cuando ganó el oro en Atenas 2004, no existía un mejor calificativo que describiera su condición que "Superman". El tatuaje en su brazo derecho lo ilustraba muy bien.

Los dos campeonatos del mundo, el oro olímpico y las 43 victorias consecutivas lo pintaban mejor.

Pero de pronto perdió lo "súper" y volvió a ser humano. Las lesiones quebraban su cuerpo, pero sobre todo su mente.

En 2007 volvió. Fue plata en el campeonato del mundo y dijo: "Superman está de regreso y lo verán en Beijing."

Ya en los Olímpicos del 2008, la mañana antes del primer heat eliminatorio de los 400 metros con vallas, recibió una llamada que le informaba que su abuela, la persona a la que más quería y quien le había inspirado, había muerto.

Con lo que quedaba de él, salió a competir e hizo su peor tiempo en 7 años y ni siquiera llegó a la semifinal. A partir de ahí solo sumó decepciones y lesiones, incluso más de una vez escuchó a modo de sugerencia la palabra "retiro".

En los Centroamericanos del 2010 ni siquiera alcanzó el podio.

Con 33 años de edad, lesiones, derrotas. El fin era inminente. El único que no lo pensaba así, era él.

Con más fuerza de voluntad que física siguió entrenando, fue al mundial de Daegu y llegó a la meta sólo 39 centésimas más tarde que el campeón. Los Panamericanos de Guadalajara le dirían qué quedaba en el tanque. Medalla o retiro.

En la meta extendió su cuerpo a un límite tan increíble que su cuerpo no resistió, su hombro se zafó, pero había valido la pena. Medalla de bronce y la carrera siguió, a toda velocidad.

De rodillas sobre el tartán en el Estadio Olímpico de Londres se inclinó para besar la foto en la que abrazaba a su abuela, se había escrito su nombre en los zapatos. Se levantó como se había acostumbrado a hacerlo, victorioso, y se volvió a guardar la foto entre su número y su uniforme.

Superman estaba de regreso en lo más alto del podio y ahí, mientras recibía su segunda medalla de oro olímpica, lo recordó todo.

Recordó el "no" de los Estados Unidos, recordó las 43 victorias consecutivas, el oro de Atenas; recordó también la lesión de Bruselas, el retiro forzado, el regreso en Osaka, la decepción de Beijing, la humillación en Mayagüez, el hombro roto en Guadalajara.

Recordó a su abuela.

Y cuando levantó el rostro con la medalla colgada, mientras su bandera se izaba en lo más alto y escuchaba su himno, no pudo contener la avalancha de emociones que recorrían su cuerpo, y le regaló al mundo una de las imágenes más improbables en la historia de los Juegos.

La imagen de la noche en la que Superman lloró.

MÉXICO -- Día 9 de los Juegos de Londres. Tantas emociones, tan distintas.

Hay veces que el silencio es igual o más valioso que el relato. Cuando una imagen es tan poderosa que vuelve a nuestros ojos los mejores intérpretes.

4 fotografías, 4 historias, del tipo que sólo encontramos cada 4 años.

Federer

Sólo en los Juegos Olímpicos, el mejor tenista de la época -tal vez de la historia- es capaz de emocionarse aún en la derrota. Y es que Roger no recordará este juego como "el día que perdió contra Murray", sino el día en que ganó su primera (y quizás) única medalla olímpica en singles.

Sánchez

Sólo en los Juegos Olímpicos, el desprecio, la envidia y el rechazo de "los tuyos" son maravillosamente exorcizados con la victoria que únicamente el sacrificio, la perseverancia y el hambre de gloria proveen.

Bolt

Sólo en los Juegos Olímpicos, 9.63 segundos son suficientes para regresarle al mundo la capacidad de asombro.

Pistorius

Sólo en los Juegos Olímpicos, el espíritu y la voluntad no necesitan medallas para inspirar incluso a aquellos que compiten junto a ti.

"Ser discapacitado no significa estar en desventaja"
-Oscar Pistorius, después de correr la semifinal de los 400 metros planos.

MÉXICO -- Había pasado 1 minuto, 55 segundos y 77 centésimas de la prueba final de natación en Londres cuando se tiró por última vez a la piscina. Era el tercer relevo.

El segundo, Brendan Hansen, había perdido el liderato y Japón amenazaba con arrebatar una medalla que Estados Unidos había ganado las 12 veces que la había disputado.

Su desventaja era de casi medio segundo.

Tenía 100 metros para dejar en ventaja a su compañero, quien al final trataría de consumar el dominio de su país en la natación de estos Juegos.

Tenía 100 metros para ponerle broche de oro, literalmente, a la mejor carrera que haya existido en la natación, en el olimpismo y, muy posiblemente, en la historia del deporte.

Después de los primeros 50, ese broche era de plata.

Pero, tal cual lo hizo en su última prueba individual, logró propulsar sus brazadas y patadas, consiguiendo fuerza de un lugar que los mortales no tenemos y cuya existencia incluso desconocemos. Un lugar formado por un gen especial, privilegiado; que algunos tienen pero no lo saben, otros lo desperdician y algunos más, muy pocos, explotan hasta corresponder con su esfuerzo a su privilegiada condición de súper atletas.

Cuando tocó la pared, exhaló aliviado, volteó a ver la pizarra y sonrió.

Había dejado a Nathan Adrian, el último relevo, con casi 2 segundos de ventaja.

Cuando llegó a la meta, antes que el japonés, bajó el telón de la obra maestra de nuestros tiempos y la carrera de Michael Phelps escribía su punto final con su medalla de oro número 18 en Juegos Olímpicos, la 22 en total.

¿Es el mejor atleta de la historia? Es la pregunta que más escucharemos en los próximos días. Mi respuesta es sí. Y no la baso en los números.

Mi respuesta es sí porque tuvo el valor de hacer algo que, durante años, muchos pensaron que era humanamente imposible: superar a Mark Spitz y a Larysa Latynina. Bob Bowman, su eterno entrenador, cuenta que fueron más de 2 sus colegas que como primera reacción a eso, se carcajearon.

Ja-ja, les dice hoy Phelps.

En su carrera no sólo ganó como nadie, sino que inspiró como nadie. Nos devolvió la fe en las grandes hazañas, en las proezas imposibles; nos puso en el filo de nuestro asiento para observar algo a lo que siempre aspiramos, pero que muy pocas veces tenemos la oportunidad de vivir y después, aún emocionada y orgullosamente, relatar. Historia pura.

"Gracias, chicos. Ha sido un privilegio que me hayan regalado este momento. Nunca los olvidaré", les dijo a sus tres compañeros con los que subió al podio a recibir el oro del 4x100 combinado.

Gracias a ti, Michael. Ha sido un privilegio que nos hayas regalado tu carrera, la más grande que el olimpismo ha visto jamás.

De salida: Me llena de coraje incluirte en esta columna pero no me dejas más opción, Éder Sánchez. Hace 4 años fue la indigestión que te provocó la pasta que comiste la noche antes de competir. Este sábado fue el uniforme que -de acuerdo a tus impresentables palabras- te dieron muy tarde y te sacó del contexto de la carrera.

Para tu desgracia, recordaremos tu trayectoria no por tus logros (bien ganados con tu esfuerzo) sino por tus indignos pretextos que sobajan y desprestigian para siempre tu integridad como atleta.

Missy Franklin
GettyMissy Franklin a sus 17 años, ya acumula cuatro medallas en estos Juegos

MÉXICO -- Después de "presentarse" así con un pequeño aficionado británico, le firmó el boleto con el que había visto a la nueva sensación de la natación norteamericana. Así lo hizo ella, hace 5 años, cuando por primera vez se topó en persona a su ídolo, Michael Phelps.

Con el mundo se presentó no en Londres, sino en Shangai, hace exactamente un año. Ahí ganó medalla en cada una de las cinco competencias en las que se inscribió. Se llevó tres oros, dos en relevo y uno más individual en los 200 metros dorso.

La misma prueba que en Londres reescribió. Este viernes, le bajó 75 centésimas al récord del mundo. Poseyó con una determinación indomable la competencia que en los últimos dos Juegos Olímpicos monopolizó la zimbawense Kirsty Coventry, relegada a un inesperado sexto lugar, al que llegó más de cuatro segundos después de la ganadora.

A Franklin le resta una prueba más: el relevo 4x100 combinado. Una prueba que Estados Unidos ha ganado en 8 de 12 oportunidades.

A sus 17 años, ya acumula cuatro medallas en estos Juegos, tres de ellas oro. Ninguna norteamericana había puesto tal exhibición, en el escenario más grande, desde Jenny Thompson en el 2000.

Pero, lo más sorprendente de todo es que ella no alcanza a entender la dimensión de lo que ha logrado. Con la sencillez con la que le dio el autógrafo al niño inglés, convive en la villa olímpica, realmente con cualquiera qe la tope en la calle.

Decidió no aceptar patrocinios que le representarían más de un millón de dólares para mantener su categoría amateur y poder seguir compitiendo en los estatales de Colorado, representando a su preparatoria.

Rechazó mudarse a California donde están las mejores academias y los entrenadores forjadores de medallas, para poder estar cerca de sus amigas y su entrenador desde que tenía siete años, Todd Schmitz.

Este sábado, Michael Phelps se tirará por última vez a una piscina para competir. Pero los que apreciamos las historias de éxito, las leyendas de los súper atletas y admiramos a aquellos que llevan el deporte a niveles de excelencia, podemos estar tranquilos, porque tendremos por los próximos ocho años -por lo menos- una nueva estrella a seguir cuya estela comienza a brillar.

De salida: Señor Roger Federer (siento que todos debemos hablarle de Usted) las líneas se las merece todas, pero hoy quiero guardarlas para, el domingo, coronarle en el pedestal más exclusivo, el de los inmortales. Yo sé que ya tiene un lugar ahí, pero esperaré a que lo adorne con esa presea dorada que tanto desea.

Del Potro: El deporte necesita más caballeros tan gallardos como tú.

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