LAKELAND, Fla. -- Uno es el lanzador que es el caballo de batalla de su generación, y el otro es un científico que ha pasado toda su vida profesional intentando entender mejor la razón de porqué los lanzadores se lastiman.

Por un lado, tenemos a Justin Verlander, quien tiene una teoría que compartió esta semana, que muchos lanzadores se están lastimando en las Grandes Ligas porque son "mimados" en las ligas menores.

Justin Verlander Tigres
Rob Carr/Getty ImagesEl derecho de los Tigres Justin Verlander ha promediado 33 aperturas y 223 entradas por temporada desde el 2007.
Por el otro lado, tenemos a Dr. Glenn Fleisig, quien con todo respeto argumenta en el otro extremo: que ningún lanzador está destinado a terminar en una sala de operaciones algún día.

No hay una verdad absoluta en este debate. Ni tampoco una mentira absoluta. Lo que más importa es que seis lanzadores de Grandes Ligas en esta primavera están a punto de ser sometidos a la cirugía Tommy John o ya fueron sometidos a ella - y el béisbol está lleno de gente con teorías sobre por qué.

Uno de ellos es Verlander. Estuvo ocupado disectando su más reciente salida primaveral para los Tigres de Detroit el otro día cuando el tema de conversación se movió hacia el desfile de lanzadores que ya han sido inactivados en esta primavera. Es una tendencia que lo sorprende - a él y a todos los demás.

"Sí, algo loco", dijo, pero no se detuvo ahí.

"Saben, tengo mis teorías sobre esto", prosiguió. "Yo pienso que el béisbol mima a estos muchachos tanto que se retrasa lo inevitable. Pienso que la razón por la que vemos tantos jugadores de grandes ligas lastimándose a temprana edad es porque se habrían lastimado antes. Pero ahora los equipos limitan tanto los conteos de pitcheos, incluso a nivel de Grandes Ligas, que ahora un chico en su segundo o tercer año se lastima, cuando pudo haber ocurrido en liga menor.

"Antes", continuó diciendo, "cuando no se enfatizaba tanto en conteos de pitcheos, pienso que ellos habrían sido descartados. Entonces, habrían sido sometidos a cirugía [en las menores]. Y entonces, habrían vuelto, y entonces, habrían llegado a Grandes Ligas".

Obviamente, Verlander no ha sido uno de esos chicos. Ciertamente nunca ha sido "mimado". Nunca ha pasado ni un solo día en la lista de lesionados de Grandes Ligas. Y desde el 2007, se ubica en el puesto No. 1 en todo el béisbol en partidos abiertos, lanzamientos hechos y pitcheos por apertura. De hecho, solo un lanzador en todo el deporte (James Shields) se encuentra a 2,000 pitcheos de él en ese periodo.

"Pienso que hice más lanzamientos en una etapa temprana de mi carrera que lo que muchos jóvenes hacen ahora", dijo Verlander. "Esa es la manera en que ha cambiado el juego. Yo estuve justo en medio de esa transición [en ese punto], y tuvimos un manager de la vieja escuela en Jim Leyland, quien me dejaba salir allá afuera a lanzar, y me siento agradecido de ello. Logré probarme a mí mismo y a todos de que podía manejar una gran carga de trabajo".

Desde el 2007, él es uno de apenas tres lanzadores que han trabajado más de 200 entradas cada temporada. (Los otros son Shields y Mark Buehrle). Y en el proceso, dijo Verlander, esencialmente ha logrado demostrarse a sí mismo que es posible mantenerse saludable a pesar de tener esa monstruosa carga de trabajo.

"En este deporte, uno hace lo que está capacitado para hacer", dijo. "Si entrenas tu cuerpo para ir allá afuera a lanzar 200 entradas, probablemente lo vas a hacer. Luego de mi año de novato, al año siguiente lancé 200 entradas, y no he mirado hacia atrás desde ese entonces. Si tengo que hacerlo, salgo allá afuera a lanzar. Y lo logras".

Pero cuando se le preguntó si existe una moraleja, para los otros equipos y los otros lanzadores, en su historia y como fue llevado, Verlander dio un paso atrás y reconoció que hubo otros factores involucrados.

"Solo pienso que depende de cómo los equipos quieren manejarlo", dijo. "No creo que mi opinión sea necesariamente la correcta. Esa es solo mi opinión, pero pienso que con la cantidad de dinero que se mueve en este negocio ahora mismo, una organización no se puede correr el riesgo de dejar que un chico salga allá afuera sin alguna guía. Y si algo sucede, si un chico deja de lanzar en una temporada luego de trabajar en más o menos 190 entradas, la organización va a recibir muchas críticas por ello. Y no puedes darte el lujo de permitir esto".

Pero eso no es todo lo que las organizaciones no pueden darse el lujo de hacer, dijo Fleisig, director de desarrollo del Instituto Estadounidense de Medicina Deportiva Dr. James Andrews. Lo que realmente no pueden darse el lujo de permitirse es hacer cosas como las hacían antes, antes de que la ciencia de la biomecánica llegara a enseñarles que hay una mejor manera de hacer las cosas.

"Primero que todo", dijo Fleisig, "le tengo mucho respeto a Justin Verlander. Usted y yo no somos Justin Verlander. Nunca hemos lanzado 200 entradas en las Grandes Ligas, o siquiera una sola entrada. Así que él tiene una perspectiva diferente a la que tenemos nosotros. Pero además yo tengo una perspectiva diferente. Yo tengo la ciencia".

En los círculos de la medicina deportiva muchos reconocen que nadie ha pasado más tiempo al estudio de la cirugía Tommy John y sus causas que Fleisig. Así que él entiende que la combinación de habilidades que tiene Verlander - su velocidad, su habilidad de lanzar duro en la parte final de los partidos - es casi única para él. Es algo raro. Es verdadera para él. Pero no es verdadera para todo el mundo".

Y la investigación de Fleisig le dice que no es el "mimar demasiado" lo que está llevando a todas estas cirugías Tommy John. La mayor causa son los lanzadores que están llegando al punto de fatiga pero que siguen lanzando hasta que se lastiman.

"Estoy de acuerdo que si un lanzador tiene una mecánica pobre y lanza mucho, sus posibilidades de lastimarse van a ser mayores que un chico con buena mecánica", dijo Fleisig. "Pero no estoy de acuerdo en que si ese es el caso, se debería simplemente dejarlo lanzar y ver qué sucede.

"Con la biomécanica, ahora podemos identificar quien tiene una mala mecánica, y hay muchas organizaciones progresivas que están modificando la mecánica de los chicos en liga menor luego de ser seleccionados en el sorteo y mientras se desarrollan".

Lo que esas organizaciones están haciendo es intentando arreglar la mala mecánica de esos chicos antes de que eso lleve a problemas más serios. Y están adaptando los conteos de lanzamientos y los límites de entradas en forma individual, dependiendo de cómo respondan los lanzadores.

Es un gran paso en la dirección correcta, pero aun así los lanzadores se siguen lastimando - a un ritmo que sigue desafiando la comprensión.

"Comparto las frustraciones de todo el mundo con el número de lesiones que están ocurriendo", dijo Fleisig. "Eso me molesta. Hemos hecho muchos progresos en la parte científica, pero queda mucho por hacer. Esto lleva a más lanzadores a tirar con más velocidad, pero también lleva a que más lanzadores sean empujados más allá del límite de sus cuerpos".

Así que Fleisig, junto con un sinnúmero de otras personas astutas y curiosas tanto en el béisbol como en la medicina deportiva, siguen en búsqueda de respuestas. Es una búsqueda que bien vale la pena, pero hay días, a medida que la lista de los sometidos a la cirugía Tommy John sigue aumentando cada vez más, en los que todo el mundo desearía que se puedan encontrar más lanzadores como Justin Verlander.

"Respeto totalmente su perspectiva", dijo Fleisig sobre Verlander. "Él sabe lo que siente su cuerpo. Pero él es único. Básicamente, es un tamaño de muestra de uno".

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