MÉXICO -- A principio del año, muchos marcamos en nuestro calendario la Semana 12. Después de todo, se trataba de una nueva oportunidad para ver en acción a los que han sido, por mucho, los dos mejores jugadores de su generación, independientemente de la posición; Tom Brady y Peyton Manning.

Lastimosamente, Manning no estará presente para disputar la edición N° 17 del Brady-Manning Bowl --incluyendo postemporada--, cuando los New England Patriots visiten a los Denver Broncos por la noche. Sin embargo, eso no significa que el partido esté desprovisto de tramas a seguir, de las cuales mencionamos tres:

El sucesor. Brock Osweiler iniciará por segunda ocasión en su carrera, en lugar de Manning. La inexperiencia constituye una obvia desventaja en la posición de mariscal de campo para Denver, sobre todo, si se considera quién es el rival que tendrán enfrente: Bill Belichick. No obstante, Osweiler no lo hizo mal en su primera salida como titular en lugar de Manning, la semana pasada, y la única manera de probar sus cualidades reales es retar a los mejores. En este caso, los mejores en la AFC son los invictos Patriots.

Los ausentes. En New England, las lesiones se siguen acumulando, particularmente en la posición de receptor abierto. Este domingo, la ofensiva estará sin Aaron Dobson, quien aterrizó en la lista de reservas lesionados. Por si fuera poco, al que realmente van a extrañar es a Danny Amendola, desactivado a causa de una lesión en la rodilla. Todo indica que ante la falta de Amendola y Julian Edelman, lo lógico sería suponer que los Patriots intentarán correr más el ovoide pero es peligroso hacer suposiciones cuando se trata de New England. Veremos cuál es el plan de juego de hoy.

La siembra de la AFC. Los Patriots marcan con marca invicta de 10-0 y, siendo realistas, la visita a Denver es una de las aduanas más complicadas que restan en su calendario para lo que resta de la campaña. Si los Broncos no logran aprovechar las ausencias de los Pats, y su condición de localía, crecen exponencialmente las posibilidades de que New England culmine de manera invicta la temporada regular, con partidos ante Eagles, en Texans, ante Titans, en Jets y en Dolphins para cerrar la campaña.

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MÉXICO -- El primer partido de la temporada regular del 2015 en la National Football League es historia. Los campeones defensores New England Patriots derrotaron en casa a los Pittsburgh Steelers por 28-21, comenzando con el pie derecho la defensa de su título de Super Bowl. Aquí están los puntos más rescatables del encuentro.

La Vendetta de Tom Brady. Meses de escándalo y cuestionamientos rodearon a Brady por el asunto de los balones del Juego de la AFC de la pasada postemporada, y aunque el asunto todavía no ha quedado del concluido, fue una victoria para el mariscal de campo de los Patriots jugar esta noche. Originalmente, la liga suspendió a Brady por los primeros cuatro partidos de la campaña, pero un juez federal revirtió esa decisión es Brady pudo participar.

Rob Gronkowski, Tom Brady
AP PhotoGronkowski y Brady maltrataron a Pittsburgh

Sabíamos que Brady iba a salir encendido, con algo por demostrar. Lo hizo. Completó 25 de 32 pases para 288 yardas con cuatro touchdowns y cero intercepciones. En algún momento del partido, completó 19 envíos al hilo, imponiendo marca de la franquicia, y la victoria de esta noche lo deja con 161 como mariscal de campo de los Patriots, superando las 160 de Brett Favre al frente de los Green Bay por mayor número de triunfos por un mariscal de campo al frente de un sólo club (dato del Elias Sports Bureau).

Números aparte, Brady lució preciso como siempre, luego de una pretemporada en la que se mostró un poco fuera de ritmo, seguramente distraído por el asunto legal. Brady está de vuelta y busca quién le pague sobre el emparrillado lo que ha pasado fuera de él en los últimos meses.

En buenas manos. El que sí debe cumplir con su suspensión, pero una de dos encuentros, es el corredor Le'Veon Bell de los Steelers. El cuadro contrató a DeAngelo Williams para servir como reserva de Bell a lo largo de la temporada, pero también para jugar en su sitio en el arranque de la campaña. Después de un juego, podemos decir que fue un acierto. Williams acarreó el ovoide en 21 ocasiones para 127 yardas, aunque el equipo prefirió dar acarreos de línea de gol al H-back Will Johnson, quien sí logró un touchdown.

Williams no era ninguna apuesta segura para Pittsburgh. Después de todo, viene de una campaña en la que pudo jugar únicamente seis partidos, y donde acumuló apenas 219 yardas. En su primera aparición vistiendo el uniforme de los Steelers, ya lleva más de la mitad de esa producción.

Sorpresa agradable. Dion Lewis no había jugado un partido de NFL desde que participó en nueve durante la campaña del 2012 para los Philadelphia Eagles. En el 2013 estuvo con los Cleveland Browns, pero una lesión le impidió jugar, y el año pasado estuvo fuera de la liga. Hoy, fue la figura del backfield de New England.

Lewis corrió el balón 15 veces para 69 yardas y atrapó cuatro pases para otras 51 yardas, cuando todos esperaban que Brandon Bolden fuera quien cargara con las responsabilidades del club ante la ausencia por suspensión de LeGarrette Blount. Eso sí, no esperen ver a Lewis brillando semana a semana con los Patriots. Ese no es el estilo de New England. Sólo basta recordar a Jonas Gray, quien ya ni siquiera está en plantilla.

Errores de pretemporada. Los Steelers cometieron varios errores dignos de la temporada de exhibición en un partido donde, por el rival, era casi necesario un juego perfecto. Pittsburgh arruinó el manejo del reloj al final de la primera mitad, y de nuevo en la segunda mitad. En dos ocasiones, hubo fallas en la cobertura que dejaron al receptor más peligroso de New England corriendo libremente, y en otra ocasión, alinearon defensivamente con 10 elementos mientras defendían zona roja.

Este equipo tiene varios aspectos por pulir y afortunadamente tendrán una semana "larga" para hacerlo, gracias a que aparecieron en jueves por la noche para esta jornada.

El balón del juego es para... Rob Gronkowski. El mejor ala cerrada de la NFL en la actualidad atrapó cinco pases para 94 yardas con tres touchdowns. En el primero de ellos, apareció completamente solo por el lado derecho del campo, y puede es claro que después de superar el intento de tacleada del profundo Robert Golden, Antwon Blake no quiere nada que ver con 'The Gronk', ofreciendo poco esfuerzo al tratar de sacarlo antes de que cruce la línea de meta.

En la segunda jugada, Gronkowski supera por aire a dos defensivos en un pase por el centro, y en el tercero, explota un uno-contra uno en las diagonales en contra del apoyador suplente Terence Garvin en un emparejamiento que muchos dirán. "Es trampa".

Todo eso llegó después de una semana en la que múltiples jugadores defensivos de los Steelers hablaron de que a Gronkowski se le neutralizaba golpeándolo en la línea de golpeo, estrategia que desde luego no surtió el efecto deseado hoy.

Las contribuciones de Gronkowski no se quedaron allí. En el segundo medio, recuperó un balón suelto0 de Lewis que originalmente fue cantado como touchdown, antes de que se revirtiera la decisión y se colocara en ovoide en la yarda 1. Esto prepararía el tercer touchdown del ala cerrada. Finalmente, cuando sólo le restaban dos suspiros al reloj de juego, y después de que Pittsburgh se acercara a 7 puntos gracias a un precioso pase de Ben Roethlisberger a Antonio Brown, Gronkowski recuperó la patada corta de los Steelers para acabar con cualquier sueño de milagro. En otras palabras, Gronk hizo un poquito de todo.

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Fail MaryGetty ImagesGB no olvida el "Fail Mary" aunque la caída de los pasados playoffs ante Seattle sea más fresca.

MÉXICO -- La NFL reveló su calendario para la campaña regular del 2015. Echamos un vistazo semana a semana a lo largo de las 17 jornadas del cronograma para tratar de identificar al juego más atractivo de cada fecha. Acá están nuestras recomendaciones:

SEMANA 1
Pittsburgh Steelers en New England Patriots.
Ben Roethlisberger y sus Steelers (ya sin el retirado Troy Polamalu), serán los primeros en recibir la oportunidad de abollarles la corona a los campeones reinantes Patriots y Tom Brady. Steelers y Patriots se han combinado para representar a la Conferencia Americana en nueve de los últimos 14 Super Bowls, conquistando seis anillos entre ambos durante este periodo. Nada mejor que un duelo entre dos mariscales de campo que en el futuro compartirán domicilio en los pasillos del Salón de la Fama en Canton, Ohio.

SEMANA 2
Seattle Seahawks en Green Bay Packers.
Aaron Rodgers y los Packers han perdido tres consecutivos ante los Seahawks, pero todos esos partidos ocurrieron en los ruidosos confines del CenturyLink en Seattle, incluyendo el Juego de Campeonato de la NFC de enero pasado. Ahora el choque ocurrirá en Lambeau Field, donde en el 2009 Green Bay obtuvo su último triunfo ante los Seahawks. Por si fuera poco, los Packers todavía no olvidan el "Fail Mary", triunfo de Seattle en el 2012 gracias a una controversial llamada de los oficiales de reemplazo, quienes dirigían el partido a causa de una huelga de los oficiales permanentes de la liga.

SEMANA 3
San Francisco 49ers en Arizona Cardinals.
Duelazo de la NFC Oeste entre dos equipos que deben demostrar que todavía cuentan con defensivas de élite. Los 49ers estrenan entrenador en jefe tras la partida de Jim Harbaugh, y una repentina racha de retiros ha dejado una interrogante enorme sobre lo que se puede esperar de San Francisco este año. No hay nada mejor que un duelo divisional para demostrar la fortaleza, y mejor si se trata de un equipo que también cuenta con una defensiva de primera línea. Si los Cardinals cuentan con un mariscal de campo sano para toda la temporada, podrían ser un equipo de cuidado en la postemporada.

SEMANA 4
Baltimore Ravens en Pittsburgh Steelers.
A lo largo de los últimos años, esta fue la rivalidad divisional N° 1 en la liga, hasta que los Seahawks y 49ers les arrebataron ese título. Este es el momento perfecto para que Ravens y Steelers revaliden ese título con un juego de horario estelar en jueves por la noche. Como todos los duelos entre estas dos franquicias, podemos anticipar durísimos golpes y poco cariño entre las plantillas.

SEMANA 5
New Orleans Saints en Philadelphia Eagles.
Hace dos temporadas, estos dos clubes chocaron en la Ronda de Comodines de la NFC, pero el año pasado, ambos cuadros decepcionaron al no lograr meterse a la postemporada. Ambos equipos llegan a la temporada luego de perder a sus mejores armas ofensivas, respectivamente: Jimmy Graham en New Orleans y LeSean McCoy en Philadelphia. Este duelo será un buen barómetro para medir qué tan bien se han podido recuperar después de esas salidas. Se trata de ofensivas explosivas, y aquí no faltarán los puntos en el marcador.

Andrew Luck, Tom Brady
Getty ImagesLuck y Brady se volverán a ver las caras

SEMANA 6
New England Patriots en Indianapolis Colts.
Otra revancha de la postemporada pasada, en este caso, se trata de la Final de Conferencia de la AFC. Andrew Luck no ha fallado llevando a Indy a los playoffs en sus tres campañas en la liga, pero todavía le falta dar el último paso hacia la grandeza. Tom Brady lo ha hecho en cuatro ocasiones. Duelo de mariscales de campo que definen dos generaciones diferentes, podría ser el cambio de estafeta oficial de Brady a Luck si este partido termina fungiendo como criterior desempate a la hora de ordenar la siembra en la siguiente postemporada.

SEMANA 7
Oakland Raiders en San Diego Chargers.
Este podría ser un duelo de mucho morbo para el futuro de la NFL en Los Ángeles porque, después de todo, podría tratarse de un partido entre los futuros residentes de un estadio compartido en esa ciudad. De cualquier manera, es difícil despreciar una rivalidad divisional, y podría tratarse de un juego con mariscales de campo del futuro. Derek Carr tiene su puesto en Oakland, pero los Chargers podrían llegar con otro pasador bajo centro si se concretan los rumores de una salida de Philip Rivers por la vía del canje.

SEMANA 8
Cincinnati Bengals en Pittsburgh Steelers.
Por años, los Bengals fueron el tercero en discordia en la AFC Norte, pero se han llevado un boleto a postemporada en cada una de las últimas cuatro temporadas. No hay mejor sinodal para medir el progreso de Andy Dalton y el resto de la plantilla en Cincy que los duros Steelers, un cuadro que aun en épocas difíciles, representa un reto mayúsculo como local.

SEMANA 9
Denver Broncos en Indianapolis Colts.
Regresa Peyton Manning al frente de los Broncos a la ciudad donde brilló por más de una década antes de darle paso al futuro de los Colts, Andrew Luck. Aunque el palmarés de Manning es más rico en récords individuales que títulos de Super Bowl, a diferencia de Brady, este partido puede ser la segunda mitad de ese cambio de estafeta generacional, con Luck apuntando a convertirse en el siguiente gran mariscal de campo de la NFL. Juegos como este son los que empezarán a definir su legado.

SEMANA 10
Buffalo Bills en New York Jets.
Rex Ryan comenzó su mandato en New York con mucho éxito, pero poco a poco fue perdiendo el control de los Jets hasta ser despedido al término de la siguiente temporada. No tuvo que esperar demasiado para recibir una nueva oportunidad, firmando para hacerse cargo de los Bills, rivales divisionales de su ex equipo en la AFC Este. Ryan volverá a New York con la consigna de dar un par de lecciones con su nuevo equipo. Todos los ojos estarán puestos sobre el ala cerrada Jace Amaro.

SEMANA 11
Denver Broncos en Chicago Bears.
Nuevamente, la oportunidad de revancha para un entrenador en jefe. John Fox dejó a los Broncos luego de cuatro títulos divisionales consecutivos y una aparición en el Super Bowl. El reto en Chicago podría ser mayor en Chicago. Fox debe descifrar cómo ganar un Super Bowl con Jay Cutler en los controles, luego de no conseguirlo con Peyton Manning. Por si fuera poco, el propio Cutler empezó su carrera en Denver, lugar del que no salió demasiado contento luego de que circularan rumores de que el entonces entrenador en jefe de los Broncos, Josh McDaniels, lo buscaba reemplazar con Matt Cassel.

SEMANA 12
New England Patriots en Denver Broncos.
Brady-Manning Bowl, edición N° 17. No hay mucho más que agregar al enfrentamiento entre los dos mejores pasadores de su generación. Al menos en lo que concierne a la temporada baja, no pueden llegar en diferentes momentos a la temporada del 2015. Brady viene de ganar su tercer nombramiento como Jugador Más Valioso del Super Bowl, mientras Manning pasó varias semanas contemplando el retiro tras quedar eliminado en la Ronda Divisional. Como en todos sus choques, esperamos algo memorable.

SEMANA 13
Green Bay Packers en Detroit Lions.
No se puede hablar de candidatos al título sin mencionar a los Packers de Aaron Rodgers, quienes se quedaron apenas en la orilla del Super Bowl el año pasado. Los Detroit Lions son un equipo cuya ventana de oportunidad podría comenzar a cerrarse, al tiempo que se acumulan los años en la carrocería de Calvin Johnson. La defensiva de los Lions perdió a su elemento más valioso, Ndamukong Suh, y seguramente Rodgers lo aplaude. Está por verse qué tal se desempeña en su lugar Haloti Ngata, cuando tenga que frenar el ataque terrestre comandado por Eddy Lacy. Además de ser un duelo divisional, involucra a dos asistentes de la pasada postemporada.

Dez Bryant
Getty ImagesBryant tendrá su revancha personal ante GB

SEMANA 14
Dallas Cowboys en Green Bay Packers.
Ninguna jugada fue más controversial que la atrapada/no atrapada de Dez Bryant en el juego de la Ronda Divisional pasada. La liga ha enmendado sus reglas para aclarar el lenguaje de lo que constituye una recepción, pero aún bajo la nueva redacción, se tratar+ia de un pase incompleto. Bryant saldrá con todo a demostrar que los Cowboys merecían ganar ese encuentro en Lambeau Field, donde se llevará a cabo esta revancha, pero lo tendrá que hacer sin el apoyo por tierra de DeMarco Murray, quien emigró vía agencia libre.

SEMANA 15
Kansas City Chiefs en Baltimore Ravens.
A la conclusión de la temporada regular pasada, los Chiefs "le hicieron el favor" a los Ravens, venciendo a los San Diego Chargers para permitir a Baltimore acceder a la postemporada. John Harbaugh agradeció el gesto a Andy Reid con una cena. Esta vez, las implicaciones de playoffs podrían ser directas entre Kansas City y Baltimore. Si los Chiefs han arreglado su ataque aéreo --y mucho tendrá que ver Jeremy Maclin--, podría ser un duelo de mucha calidad.

SEMANA 16
Cincinnati Bengals en Denver Broncos.
El año pasado, tanto Bengals como Broncos fueron echados de la postemporada por los Colts. Con toda seguridad, ambos cuadros estarán pensando nuevamente en los playoffs cuando llegue la Semana 16. Después de todo, se trata de un duelo entre equipos que llevan cuatro viajes a postemporada seguidos, y no piensan parar ahora. Nuevamente para Andy Dalton, la oportunidad de mostrar que puede jugar al tú por tú con una de las leyendas del juego, algo que necesita probar si es que Cincy ha de superar la primera ronda de playoffs algún día.

SEMANA 17
Seattle Seahawks en Arizona Cardinals.
Nada mejor que un duelo con boleto de playoffs en juego cuando llega el final de la campaña. Si es entre rivales divisionales, mejor. Los Cardinals ganaron 11 encuentros el año pasado, apenas uno menos que los Seahawks. Si los 49ers se siguen rezagando y los Rams no muestran mejoría, nuevamente la corona de la NFC Oeste quedará entre una de estas dos franquicias. Dependiendo cómo se puedan repartir los boletos de comodines en la Nacional, existe la posibilidad de quien pierda este encuentro deba conformarse con seguir los playoffs desde casa. Oportunidad de oro para que los Cardinals den el campanazo ante el bicampeón reinante de la Conferencia.

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MÉXICO -- Tras conocer la sentencia de culpabilidad sobre Aaron Hernandez por el asesinato de Odin Lloyd este miércoles por la mañana, se cierra aparentemente un embarazoso capítulo para uno de los jugadores con mayor futuro desperdiciado en la NFL.

Uno de los comentarios que más se repite entre los lectores de las plataformas digitales de ESPN, es que algo está pasando entre los jugadores de la liga: parece que cada vez son más los que se meten en peores problemas.

No necesariamente.

Aaron Hernandez
APHernandez pasará el resto de su vida tras las rejas

Hace algunos años, me topé con un estudio --cuya fuente desafortunadamente no recuerdo-- donde investigaba la incidencia delictiva de los jugadores de la NFL con respecto a otras ligas profesionales y con respecto a otros sectores de la sociedad. Recuerdo que de acuerdo a aquella investigación, la frecuencia con la que los jugadores de la NFL eran arrestados correspondía más o menos con la de la población estadounidense en general; simplemente, los casos son más publicitados.

Sería bueno volver a emprender un estudio similar, a la luz no solamente del caso Hernandez, sino también considerando la alta tasa de casos de violencia doméstica que golpearon a la liga el año pasado.

Lo cierto es que los alcances del caso Hernandez rebasan a la NFL. Lo ocurrido con el ex ala cerrada de los New England Patriots es algo que también, supera las fronteras de la sociedad estadounidense. Me atrevería a decir que se trata de un fenómeno más o menos globalizado: la glorificación y ensalzamiento del estilo de vida del gánster, del proscrito, del que establece su propio código de conducta por encima de la ley.

Este tratamiento está en todas las facetas de la cultura popular, particularmente la moda, la música y el cine. Vale la pena aclarar que dicho fenómeno no se limita a un estereotipo, sino se logra adaptar a casi cualquier circunstancia social: desde los zapatos deportivos y pantalones extra largos, hasta las botas y sombreros vaqueros, hasta las gafas en la nuca y los accesorios en oro. Cruza sin discriminar un número de géneros musicales.

Las raíces de este problema son hondas y no es nuestra intención abordar un tema tan complejo en este espacio, dedicado primordialmente al fútbol americano. No obstante, el caso Hernandez sirve para como ejemplo poner en perspectiva las faltas que cometemos a la hora de ordenar nuestras prioridades. Hernandez ha renunciado a una vida cómoda y solvente, con el añadido de poder gozar del status de celebridad, por un cúmulo de decisiones que tomó --influenciado por este fenómeno de la actitud gánster-- respecto a una bebida derramada en un bar, un collar de oro, la división de la cuenta por pagar en un club nocturno, o la preservación de una credibilidad callejera.

Lo que nos refiere a uno de los comentarios que más circuló este miércoles por la mañana, tras darse a conocer el veredicto y la sentencia de cadena perpetua para Hernandez.

Un sinnúmero de personas señaló el desperdicio de una prometedora carrera de NFL y un contrato multimillonario que suponen las transgresiones criminales de Hernandez.

Es un punto válido. Sin embargo, dentro de todas las pérdidas que arroja como déficit esta negra página de la NFL, esa es la menos importante.

La vida de un ser humano --la vida de Lloyd, cortada a los 27 años de edad-- no tiene manera de medirse monetariamente. Y qué se puede decir acerca de la pequeña Avielle Janelle Hernandez, quien a sus dos años y medio ya no puede tener ninguna aspiración a una relación normal con su padre, quien vivirá el resto de sus años detrás de las rejas.

A Hernandez todavía le falta enfrentar otro juicio por un doble asesinato ocurrido en el 2012 en Boston. Todavía quedan facturas sin cobrar.

Perder una brillante carrera de NFL a los 25 años; perder un contrato de 40 millones de dólares con una de las franquicias más exitosas en la liga, perder oportunidades de multiplicar esas ganancias a través de patrocinadores; perder la oportunidad de convertirse en un modelo a seguir, en una inspiración para otros --al final del día, creo que esta es la función más importante de cualquier figura pública, incluidos los deportistas--; perder la oportunidad de ver crecer a tu hija, y quizás con el tiempo hacer crecer a tu familia... todo eso debe doler bastante, y ya tendrá Hernandez suficiente tiempo para reflexionar sobre ello.

Pero no olvidemos que en todo este asunto Hernandez no es la víctima, es el victimario. Los que deben cargar con las consecuencias más infames de los actos de Hernandez son otros. No cometamos el error de olvidarnos de ellos.

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Bryan StorkAP PhotoLas celebraciones de campeonato no se acaban para el liniero ofensivo Bryan Stork.

MÉXICO -- Con el emocionante triunfo de los New England Patriots sobre los Seattle Seahawks, por 28-24 en el Super Bowl XLIX, creció con un nuevo miembro uno de los grupos de jugadores más selectos que registra la historia de la NFL y NCAA.

El centro de los Patriots, Bryan Stork, obtuvo la distinción de convertirse en el más reciente campeón de Super Bowl en su primer año en las filas profesionales, inmediatamente después de obtener el título de la división más alta de competencia del fútbol americano universitario.

Stork, quien estuvo listado como "cuestionable" durante la mayor parte de la semana de Super Bowl por parte de los Patriots, debido a una lesión de rodilla, pudo recuperarse a tiempo para convertirse en el ancla de la línea ofensiva de New England que permitió a la franquicia conquistar su cuarto Trofeo Lombardi, y a Tom Brady ser nombrado Jugador Más Valioso del Super Bowl por tercera ocasión.

El triunfo en el University of Phoenix Stadium llegó poco más de un año después de que Stork guiara a la línea ofensiva de los Florida State Seminoles al tercer título nacional del programa, y primero bajo el entrenador en jefe Jimbo Fisher, en el Rose Bowl de Pasadena frente a los Auburn Tigers. En aquella campaña, Stork fue distinguido con el Rimington Trophy, como el mejor centro de la nación a nivel universitario.

A lo largo de la historia, no han sido muchos los jugadores que han sido capaces de salir campeones en ambos niveles en años consecutivos. Para recopilar una lista, recorrí hasta la campaña universitaria de 1965, para comparar con la temporada de la NFL de 1966, el cual culminaría con el First AFL-NFL World Championship Game, encuentro que sería conocido retroactivamente como Super Bowl I.

Sorpresivamente, encontré solamente a 10 jugadores --incluyendo a Stork-- que lograron la comentada hazaña. Antes que nada, aclaro que el listado no es necesariamente comprensivo. Es difícil encontrar fuentes fidedignas respecto a los agentes libres no reclutados que pudieron jugar en épocas pasadas, por lo que nos basamos sobre todo en el draft.

Además, tuvimos que dejar fuera de la lista a algunos jugadores que formaron parte del equipo, pero que no participaron en las campañas de campeonato de la NFL por lesión. Tal es el caso de los Pittsburgh Steelers, Willie Fry y Calvin Sweeney, en los '70s, y más recientemente con Jesse Williams de los Seahawks. Otro caso curioso fue el de Steve Smear, elegido por los entonces futuros campeones Baltimore Colts en la cuarta ronda del draft de 1970 procedente de los campeones Penn State Nittany Lions, pero quien terminara jugando para los campeones Motreal Alouettes de la CFL en ese mismo año.

Tampoco pudimos incluir, por cuestiones de tiempo para la investigación, a los jugadores que salieron campeones en divisiones menores de la NCAA antes de conquistar un Super Bowl, o a los que resultaron campeones en la NFL tras salir campeones a nivel universitario, antes de la era moderna de la liga, criterios que sin lugar a dudas hubieran hinchado nuestro listado.

Después de haber cumplido con las aclaraciones pertinentes, dejamos la lista de los 10 campeones consecutivos a nivel colegial y profesional en la era moderna de la NFL:

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SCOTTSDALE -- Arrancamos con una nueva cobertura de Super Bowl, en esta ocasión la edición XLIX, desde Arizona, donde la mesa ya está puesta para conocer al campeón de la National Football League.

Las dos tramas más importantes a seguir, al menos en el inicio de la semana, están claras:

University of Phoenix Stadium
AP PhotoEl University of Phoenix Stadium recibirá el SB

¿Podrán los Seahawks convertirse en el más reciente campeón defensor que consigue refrendar exitosamente su título del año previo? La última vez que un equipo logró esta hazaña, se trató del equipo que ahora enfrenta Seattle, New England, al conquistar las ediciones XXXVIII y XXXIX. Los Seahawks poseen una defensiva de época, una cultura ganadora, y un ataque terrestre demoledor. De acuerdo al tackle defensivo de los Patriots, Vince Wilfork, el estelar de Seattle, Marshawn Lynch, es el mejor corredor de la NFL. Wilfork no es el único que lo piensa.

La mayoría de los ingredientes parecen estar allí para que Seattle consiga el segundo anillo en la historia de la franquicia, siempre y cuando Russell Wilson no juegue como el pasador que portó el N° 3 en el Juego de Campeonato de la NFC ante los Green Bay Packers. Wilson destaca por una actitud calmada y ecuánime, aún ante la adversidad, pero los Patriots no lo van a perdonar si vuelve tirar intercepciones múltiples.

¿Cuánto afectará a New England el escándalo de los balones con baja presión de aire? La NFL prácticamente dejó en claro que no habrá resolución a la investigación en torno a los balones inflados por debajo de lo mandado por la liga durante el Juego de Campeonato de la AFC, antes de disputarse el Super Bowl XLIX. Eso significa que la cuestión sobre la culpabilidad o no de New England en torno al caso se vuelve, por el momento, tema secundario.

Lo primordial ahora será ver cómo responde el equipo ante el escándalo. Bill Belichick suele ser un especialista a la hora de vender a sus pupilos la idea de que están solos contra el mundo. El actual incidente puede servir como catalizador para la plantilla, siempre y cuando esté bien encauzado el mensaje. De otro modo, las interminables preguntas acerca de lo mismo que enfrentarán los jugadores de New England a lo largo de la semana pueden convertirse en una distracción que termine afectando a la hora de saltar al emparrillado.

Por ahora, todo está en veremos. Por lo pronto, tenemos una semana completa para ver cómo cada una de estas tramas cobra vida propia, crecen, y quizás mueran, para dar vida a otros temas discusión. No se pierdan la mejor cobertura del gran juego --y de toda la semana previa-- por las plataformas de ESPN, la casa del Super Bowl XLIX.

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MÉXICO -- Quizás fue la Srta. Escarlata, en la sala, con el candelero. O posiblemente se trató del Coronel Mostaza, en la cocina, con el cuchillo.

Al más puro estilo del clásico juego de mesa, "Clue", la NFL intenta descubrir quién, y cómo, le sacó el aire a 11 de los 12 balones utilizados por la ofensiva de los New England Patriots durante la primera mitad del Juego de Campeonato de la AFC ante los Indianapolis Colts.

Las pistas no son abundantes, y la mayoría de los hechos no son claros. Sabemos que la liga ha exonerado a los oficiales por alguna falla respecto a la aprobación inicial de los balones, unas dos horas antes del inicio del juego, cuando aparentemente todos los balones presentados por ambos equipos cumplían con las medidas, peso y presión requeridas por la NFL. A partir de ese momento, todos los ovoides quedan bajo resguardo de los oficiales hasta el momento de la patada inicial.

También sabemos que a la mitad del encuentro, los balones anormales fueron reemplazados por otros 12, también presentados por parte de los Patriots, que cumplían con lo establecido en el reglamento de la NFL. Los marcadores parciales del juego fueron 20-7 en la primera mitad a favor de New England, con los balones anormales, y 28-0 en la segunda mitad, también a favor de New England, con los balones de reemplazo.

Eso significa que en algún punto entre la patada de salida, cuando todos los balones de ambos equipos cumplían con las normas de la liga, hasta algún momento previo al medio tiempo, cuando fueron medidos nuevamente los balones, detectándose las anomalías en 11 de las 12 piezas provistas por New England, éstas perdieron aproximadamente dos libras de aire, cada una.

Bill Belichick
Getty ImagesComo era de esperarse, Belichick no aportó claridad

La liga ya conduce su investigación. Bill Belichick, entrenador en jefe de los Patriots, se presentó en conferencia de prensa este jueves por la mañana, sosteniendo, "No tengo explicación por lo sucedido", y desviando las interrogantes hacia su mariscal de campo Tom Brady, quien apareció también ante los reporteros unas horas más tarde. "No alteré los balones de ninguna manera", fue la versión de Brady, además de señalar que la liga no se ha puesto en contacto con él todavía, respecto a la investigación.

Nos encontramos en el punto en el que las preguntas superan con creces a las respuestas. ¿Por qué la liga no ha hecho contacto con Brady, cuatro días después del incidente, como parte de su pesquisa? ¿Quién tuvo acceso a los balones en el transcurso de la primera mitad del juego, además de los oficiales y jugadores? ¿Cómo es que los oficiales --y sobre todo el encargado de colocar el balón antes de todas y cada una de las jugadas, gracias a lo cual constantemente tuvo en sus manos los balones de Colts y Patriots de forma alternada-- no se percataron de las anomalías del ovoide?

Lo que no se puede negar es que el "Deflate-gate", nombre que aparentemente ganó la competencia extraoficial en los medios por bautizar al más reciente escándalo que cimbra a la NFL, se ha convertido en la historia más importante de la liga, a menos de dos semanas de disputarse el Super Bowl XLIX.

Ha llegado el momento de lanzarnos de lleno al terreno de las especulaciones. Por eso, presentamos cuatro teorías, cada una con un grado distinto de plausibilidad, respecto a lo que pudo haberle sucedido al aire de los balones de Foxborough.

¿Fue un miembro de un equipo de los Patriots? Esta teoría parece ser la más socorrida, aunque no tengamos en claro a quién culpar todavía. El escándalo de "Spygate" es la excusa perfecta para negar al equipo de New England el beneficio de la duda, e incluso la polémica respecto a las sustituciones de jugadores elegibles/inelegibles ante los Baltimore Ravens --situación perfectamente legal en un partido de la NFL-- ha sido utilizada como argumento en contra de los Patriots.

Tom Brady
Getty ImagesLos números señalan que Brady jugó mejor con balones sustitutos

Es posible que Belichick, o Brady, o ambos, hayan ordenado a alguno de los encargados de utilería alterar los balones durante el transcurso del juego, con la finalidad de mejorar el agarre del mariscal de campo sobre el ovoide en un partido afectado por el clima frío, los vientos, y la humedad. Aparentemente, esto tendría que haber ocurrido en la banca, prácticamente a la vista de los miles de aficionados en Gillete Stadium, y a merced de las decenas de cámaras y reporteros presentes en el estadio.

El hecho de que 11 de los 12 balones presentaran una anomalía casi idéntica en cuanto al aire faltante, nos dice que la persona que habría manipulado los balones podría haber contado con un instrumento de precisión, e incluso una bomba de aire para volver a inflar los ovoides en caso de que se excediera al sacar el aire a cada unidad. Eso aumentaría las posibilidades de ser atrapado in fraganti, exponencialmente.

La admisión de Brad Johnson de que habría pagado 7,500 dólares para que se alteraran balones previo al Super Bowl XXXVII entre los Tampa Bay Buccaneers y Oakland Raiders podría abrir la puerta a la suposición que no se trata de un caso aislado, pero no hay que olvidar que aquello sucedió en un tiempo en el que no se permitía, como ahora, preparar los balones por parte de cada equipo antes de los juegos. En otras palabras, Johnson no hubiera tenido que pagar nada por hacer algo que ahora está dentro de las reglas, aunque claro, existen límites.

¿Se trata de una conspiración? Una fracción de los seguidores de New England ha acusado al resto de la NFL de querer perjudicar a los Patriots, para impedir de que aparezcan en su sexto Super Bowl en la era Belichick-Brady, valiéndose de cualquier tipo de acusación que esté a la mano, incluyendo el tema de las sustituciones ante los Ravens, que, como ya dejamos en claro, siempre estuvo dentro de los límites de lo permitido.

Sin embargo, a diferencia de aquello frente a Baltimore, jugar con balones que carecen de dos libras por pulgada cuadrada de presión para ser considerados reglamentarios, no lo está.

Para que esto pudiera haber sucedido, una persona ajena a los Patriots tendría que haberse infiltrado a su banca --o quizás incluso al cuarto donde permanecen los balones por dos horas después de ser inspeccionados por los oficiales en primera instancia, antes de la patada de salida-- para manipularlos. En el caso de la teoría previa, tendría que haber llevado alguna clase de instrumento de precisión para dejar los balones en un estado en el que se puede seguir jugando con él, que los oficiales no se percaten de la falta de aire, pero que la infracción a las normas de la liga sea de tal magnitud como para plantar las semillas de la sospecha y el dolo en contra de New England.

Otro motivo de sospecha se genera, de acuerdo a este sector de fanáticos, gracias a que fue Bob Kravitz, miembro de la prensa local de Indianapolis, quien dio a conocer en primera instancia la investigación.

Carl Paganelli
Getty Images¿Cómo es que los oficiales no se percataron de la anomalías?

¿Se trata de un error de los oficiales? La NFL actuó rápidamente para declarar libres de toda culpa a los oficiales por el proceso mediante el cual aprueban los 12 balones que cada equipo aporta al juego, además de los seis balones que se emplean para equipos especiales.

Sin embargo, vale la preguntarse si es posible que en efecto, el procedimiento no se hubiera llevado a cabo apropiadamente a dos horas de la patada de salida. Después de todo, como ya dijimos, los oficiales no notaron anomalías en el balón durante gran parte de la primera mitad, y de acuerdo a un reporte de NBCSports, una fuente de la liga dijo que la falta de una o dos libras de aire al balón no sería algo "obvio" para los oficiales.

¿Será entonces posible que los oficiales "revisaron" los balones antes del encuentro a la ligera, sin todas las precauciones debidas para tal tarea?

¿Se desinflaron solos? Desde luego, esta teoría no señala que el aire desapareció mágicamente de los balones, sino que no hubo una persona o personas directamente involucradas en la manipulación del mismo, sino que sucedió por factores externos.

Un defecto en la producción del balón podría explicar hasta cierto punto una pérdida de aire, pero sería una coincidencia imposible de imaginar que 11 de los 12 balones de los Patriots sufrieran el mismo desperfecto, mientras que ninguno de los Colts.

El clima puede ser otro factor externo que podría entrar en juego. Después de todo, los balones son medidos y pesados en un cuarto al interior del estadio, con temperatura regulada, antes de ser sacados a la intemperie, donde las bajas temperaturas indudablemente hacen que el balón pierda tamaño y presión.

Eso ayudaría a explicar por qué tantos balones de un equipo sufrieron una alteración tan similar, partiendo de que los 12 fueron inflados a la misma presión originalmente, y fueron sometidos a las mismas condiciones climáticas. Lo que no explica, no obstante, es por qué los balones de los Colts permanecieron dentro de la norma cuando fueron medidos y pesados nuevamente.

La explicación podría radicar en que los balones no estaban inflados a la misma presión, para empezar, antes del arranque del partido. La NFL permite una variación de una libra por pulgada cuadrada de presión, entre el máximo permitido 13.5, y el mínimo, 12.5. ¿Sería muy descabellado suponer que los balones de Indianapolis fueron inflados a una presión cercana al límite máximo, y que por tanto aunque podrían haber sufrido alteraciones por el clima durante el transcurso del partido, se mantuvieron siempre por arriba del 12.5, mientras que los balones de los Patriots hubieran sido inflado originalmente muy cerca del 12.5, quedando por debajo del límite de lo establecido al ser expuesto al frío y humedad de aquella noche?

Para saberlo, bastaría con que la NFL revelara la presión que arrojó la medición y peso de cada uno de los 24 balones dos horas antes de la patada de salida, así como la presión y peso final de los balones de los Colts, pero la liga no ha ofrecido esos datos, y es probable que no exista. De ese modo, se podría comprobar una pérdida de presión más o menos uniforme en todos los balones, con las medidas finales dependiendo de las medidas iniciales.

Balones del Super Bowl XLIX
AP PhotoLa NFL ajustará su política de revisión de balones

Hay que recordar que cada mariscal de campo tiene preferencias muy particulares respecto a sus balones. Aaron Rodgers declaró esta misma semana que él prefiere el balón inflado al máximo posible, e incluso destacó que los oficiales suelen sacar el aire a los balones en el transcurso de los encuentros --aunque no dijo por órdenes de quién lo hacían--. Tom Brady ha dicho que le gusta el ovoide en 12.5, algo que reiteró en su conferencia de prensa de hoy.

John Brenkus, del laboratorio de SportScience, probó el efecto del frío en los balones de la NFL, exponiendo un ovoide a una temperatura de 10° F por una hora, para encontrar que había perdido aproximadamente un 20 por ciento de su presión, cayendo de 13 libras por pulgada cuadrada a 11.

La temperatura a la hora de la patada de salida del encuentro entre los Colts y Patriots el domingo pasado estuvo por arriba de los 50° F, cayendo unos 10° durante el transcurso del partido, de acuerdo al sitio AccuWeather.com. Esa caída de temperatura por sí sola sería incapaz de restarle dos libras de presión al balón. Los balones fueron medidos y pesados en primera instancia en un cuarto al interior del estadio que contaría con un clima controlado de aproximadamente 70° F, de acuerdo a observadores múltiples, y aunque la liga no ha detallado donde se hizo la revisión de los balones de los Colts al término del encuentro, más de uno ha sugerido que también se hizo en el mismo cuarto interior, donde los balones habrían recuperado presión al final del encuentro, a diferencia de los que se presentaron anomalías a la intemperie.

"Si inflaron los balones adentro del edificio y los dejaron en un mínimo, y luego los sacaron a temperaturas que eran unos 30° F más bajas, eso reduciría la presión por pulgada cuadrada entre 1 y 2", dijo Martin Schmaltz, un profesor de física de la Universidad de Boston al portal Boston.com.

Las teorías no deben quedar reducidas a las presentadas aquí. Cualquier otra teoría para explicar la desaparición de las dos libras por pulgada cuadrada de presión en el aire de los balones en Foxborough es bienvenida en este espacio, incluyendo la combinación de una o más teorías.

Lo que sí es seguro es que Humphrey Bogart no irrumpirá en el salón para desenmascarar al mayordomo, como ocurre en el film noir. Al final, la NFL concluirá su investigación y hará públicos los resultados de la misma. Como siempre, nosotros nos reservamos el derecho de creer o no creer.

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MÉXICO -- La Semana 11 de la NFL todavía nos tiene reservados cuatro duelos entre equipos con marca ganadora, después de la visita de los Buffalo Bills a los Miami Dolphins para abrir la fecha en jueves, con tres de esos partidos restantes protagonizados por equipos del Top-10 de nuestros Power Rankings.

Sin embargo, de todos los partidos de una jornada que pinta para ser estelar, parece que ninguno llama más la atención que el compromiso entre los New England Patriots y los Indianapolis Colts. Aquí hay cinco motivos para no perderse un duelo de la AFC en el que podría estar en juego la localía en playoffs:

Andrew Luck
Getty ImagesLuck lidera a la liga en yardas por pase

Brazo a brazo. Los mariscales de campo se roban los reflectores en esta partido. Andrew Luck lidera a la liga en intentos de pase (393) y yardas aéreas (3,085), lo que delata una desviación importante en la filosofía ofensiva del coordinador Pep Hamilton, un entrenador que tradicionalmente ha preferido correr el balón más de lo que lanza. Por otro lado, ninguno de los mariscales de campo que ha iniciado todos los partidos para su equipo, ha lanzado menos intercepciones que las tres de Tom Brady (empatado con Aaron Rodgers). No obstante, ambos mariscales de campo entran al partido con una racha negativa frente a su rival en turno. Luck acumula siete intercepciones (el único punto flaco de su juego, en este momento) en sus únicas dos apariciones en contra de los Patriots: tres en la temporada regular del 2012 y cuatro en la pasada postemporada. Por su parte, Brady ha disputado dos partidos en Lucas Oil Stadium (escenario del compromiso de este domingo), y en ambas instancias se llevó la derrota: una vez en la temporada regular del 2009, y la otra en el Super Bowl XLVI, contra los New York Giants. El pasador más exitoso de su generación se medirá ante el que apunta como el más talentoso de la siguiente camada en un encuentro imperdible.

¿El down del dinero? A menudo, se afirma que el down más importante en el fútbol americano es la tercera oportunidad. La defensiva de los Colts es la mejor en la NFL en esta instancia, permitiendo a sus rivales convertir en tercera oportunidad en solamente el 30 por ciento de las ocasiones. La ofensiva de los Patriots, por su lado, convierte en cerca del 55 por ciento de sus intentos de tercera oportunidad, cuando la distancia por recorrer es de 5 yardas o menos. Sin embargo, ese porcentaje se reduce drásticamente a casi la mitad cuando la distancia es de 6 yardas o más. New England no es el equipo de jugadas largas que alguna vez fue, por lo que será fundamental mantenerse en terceros intentos con distancias cortas para darle continuidad a sus avances.

Hay de backfields a backfields. Trent Richardson no ha sido, ni cerca, lo que esperaban los Colts cuando cedieron una selección de primera ronda a los Cleveland Browns por sus servicios. Sin embargo, me cuesta trabajo pensar en un jugador que corra con mayor intensidad que Ahmad Bradshaw, un tipo que parece estar poseído cada vez que tiene el ovoide en las manos. Al otro lado, los Patriots no tienen a ningún jugador de la calidad de Bradshaw, por más que el equipo haya encontrado formas de hacer que Shane Vereen sea productivo, sobre todo en el juego aéreo. Jonas Gray, firmado hace apenas algunas semanas, ha recibido mayores oportunidades que Brandon Bolden, lo que no habla muy bien del estado del backfield en New England. La ventaja para Indianapolis es clara en este departamento.

Tiempo adicional de preparación. Bill Belichick se ha forjado una reputación como uno de los entrenadores que mejor prepara a su escuadra para jugar semana a semana, confeccionado planes de juego muy específicos para cada rival en turno. Esa preparación suele ser más detallada después de las jornadas de descanso, gracias al tiempo adicional del que se dispone. En las 14 temporadas anteriores en que Belichick ha dirigido a los Patriots, acumula marca de 10-4 en los partidos inmediatamente posteriores a la semana de descanso, con una derrota de 24-20 ante los Carolina Panthers en la Semana 11 del 2013 como el antecedente más reciente. Indianapolis presenta un reto de alto nivel para Belichick. Los Colts poseen una ofensiva explosiva que brinda a Luck un buen número de armas ofensivas: Bradshaw, los receptores abiertos Reggie Wayne y T.Y. Hilton, y los alas cerradas Dwayne Allen y Coby Fleener. Defensivamente, el equipo de Pagano está entre los líderes contra el juego terretsre y ya hablamos arriba de su desempeño en terceras oportunidades. Con todo y eso, la historia señala que no es buena idea apostar en contra de Belichick después de la semana de descanso.

¿La patada de la victoria? Si algún día va a ingresar un segundo pateador de lugar al Salón de la Fama, después de Jan Stenerud, no cabe duda de que se tratará de Adam Vinatieri. El pateador de Indianapolis ayudó a los Patriots a conquistar tres Super Bowls, antes de convertirse en pieza fundamental para el título de los Colts en el Super Bowl XLI. Vinatieri no sólo será recordado como uno de los pateadores de lugar con mayor precisión, sobre todo en momentos definitorios, a lo largo de una larga carrera profesional --una que comenzó con los desaparecidos Amsterdam Admirals-- sino que se trata de un jugador que no ha perdido su toque con el pasar de los años. Vinatieri viene montando una racha de 26 goles de campo conectados en forma consecutiva, manteniéndose entre lo mejor de la NFL. Si el partido llega con un marcador cerrado hasta los momentos finales, puede ser Vinatieri el que defina el resultado en contra del equipo para el cual ganó tantos juegos en el pasado.

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MÉXICO -- Los Cincinnati Bengals visitan a los New England Patriots para cerrar la jornada dominical de la Semana 5 de la NFL, y aquí te presentamos los tres temas a seguir en este duelo de la AFC:

Tom Brady
USA TODAY SportsBrady no está contento con el accionar de NE

Tom Brady. Es sencillo atribuir la pobreza ofensiva de los Patriots a la evidente falta de talento que rodea a Brady, especialmente en cuanto a línea ofensiva y receptores, pero no se puede negar que el futuro miembro del Salón de la Fama está jugando por debajo de su nivel usual, también. Reportes recientes señalan fricción entre Brady y la dirigencia del equipo por recientes decisiones de personal, sin lugar a dudas motivadas por el mal paso del equipo, y será interesante ver hasta dónde se le nota al pasador sobre el campo las frustraciones que carga fuera de él. Lo cierto es que sin un mejor nivel de Brady, los Patriots no irán a ningún lado.

Andy Dalton. Sin contar con una ofensiva del nivel de otros cuadros, los Bengals están en la discusión por ser el equipo más balanceado de la liga. Buena parte de la explicación por la cual los Bengals todavía no se convierten en la ofensiva explosiva que quieren ser, suele atribuirse a Andy Dalton. Con apenas dos pases de anotación en tres partidos, está claro que Dalton necesita hacer un poco más si quiere que su nombre sea incluido entre los mejores de la liga. Hoy enfrenta a una defensiva secundaria que ha tenido problemas de cobertura y cuenta con un receptor abierto del Top-5 de la liga en A.J. Green. ¿Podrá aprovechar la oportunidad en horario estelar?

¿Quién atrapa los pases? Durante el 2013, la historia de Kembrell Thompkins fue una de las historias agradables a nivel personal en New England. El ex jugador de El Camino Community College, y de la Universidad de Cincinnati, pasó de ser un novato no reclutado a un titular para los Patriots. Esta semana, fue cortado después de participar en apenas dos encuentros y acumular seis recepciones. New England no va a extrañar la producción --o falta de ella-- de Thompkins, pero lo que sí se necesita saber es quién recibirá los minutos en el terreno que le pertenecían, y qué hará con ellos. Brandon LaFell tuvo una semana de destape en contra de los Kansas City Chiefs en el pasado "MNF", pero el partido estaba claramente fuera del alcance de New England. ¿Lo puede replicar LaFell en un momento más significativo para los Patriots?

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MÉXICO -- La primera impresión podría ser que a los Minnesota Vikings les tembló la mano.

Después de desactivar a Adrian Peterson un encuentro, el de la Semana 2 ante los New England Patriots, los propietarios de la franquicia han anunciado que el corredor estelar se reintegra al trabajo con el club y que jugará el encuentro de la Semana 3.

"La decisión de hoy se tomó después de mucho pensamiento, discusión y consideración. Como quedó en evidencia por nuestra decisión de desactivar a Adrian del encuentro de ayer, claramente se trata de un tema muy importante", expusieron Zygi Wilf y Mark Wilf, en un comunicado donde manifestaron que Peterson regresaba al club.

Adrian Peterson
Getty ImagesTras ser desactivado por un juego, Peterson vuelve a los Vikes

El argumento de que a Peterson se le debe un proceso judicial justo antes de decidir sobre una posible medida disciplinaria por parte de la franquicia que lo emplea es trillado, pero admisible. Lo que preocupa es la falta de congruencia con que se actúa. Y lo peor de todo es que no es un mal que afecta solamente a los Vikings.

Si Minny iba a esperar a que Peterson tuviera "su día en la corte", entonces para qué desactivarlo ante New England. ¿Qué ha cambiado del viernes a hoy en el asunto por el cual el corredor enfrenta cargos por lesionar a un menor, su hijo de cuatro años de edad?

En el proceso no ha cambiado nada, pero los hermanos Wilf saben que en la corte de la opinión pública, el tiempo puede significar todo. Después de la generalizada reacción negativa que recibieron los Baltimore Ravens y la propia NFL por su manejo dudoso del incidente de Ray Rice, y las presión pública que se vertió sobre los Carolina Panthers y San Francsico 49ers para actuar en los casos de Greg Hardy y Ray McDonald, respectivamente, los propietarios de los Vikes tomaron una salida fácil. Prescindir de Peterson por un juego, solamente un juego, es señal de que esperan que el público pierda interés en el asunto y que la reacción negativa en su contra se minimice cuando el corredor regrese.

Reitero --porque no hay que perder esto de vista-- que nada ha cambiado en cuanto al proceso legal que enfrenta Peterson desde el viernes pasado cuando se tomó la decisión de desactivarlo, hasta hoy lunes cuando se optó por su reincorporación al equipo. Es importante señalarlo porque el argumento de que el club desea esperar a que se desahogue el proceso legal en contra de su corredor estelar también carece de mucho sustento histórico.

En octubre del 2011, el esquinero Chris Cook --quien ahora juega para los 49ers-- era un jugador de segundo año para los Vikings, reclutado el año previo en la segunda ronda del draft. En ese momento, su entonces novia lo acusó de intento de estrangulación, y a Cook se le levantaron cargos que, de haber sido encontrado culpable, hubieran acarreado una pena máxima de hasta tres años de prisión. Inmediatamente, los Vikings emitieron un comunicado anunciado la suspensión indefinida, sin paga, para Cook. Eventualmente, el club reviró y reintegró a Cook a la plantilla, acuñando nuevamente la frase de que "esperarían hasta que se resolviera el proceso legal", pero la franquicia pidió al jugador mantenerse alejado de las instalaciones y las actividades del equipo durante ese tiempo.

Cinco meses más tarde, Cook fue absuelto de todos los cargos, después de perderse 10 encuentros de la campaña del 2011. La NFL resolvió no castigar a Cook bajo la política de conducta personal.

¿Por qué --esgrimiendo el mismo argumento de la falta de un debido proceso-- a Cook no se le permitió participar en las actividades del equipo, mientras que a Peterson sí? Es sencillo. La incongruencia deriva del hecho de que Cook no es un jugador de élite en su posición, no es un futuro miembro del Salón de la Fama que domingo a domingo puede cambiar la dirección de los encuentros a favor de los Vikings.

La Familia Rooney es una de las más veneradas en los círculos de la NFL, al grado de que el comisionado Roger Goodell pidió a Art Rooney II, y a John Mara de los New York Giants, vigilar la investigación independiente que hará el ex director del FBI, Robert Mueller, acerca del manejo de la liga del asunto Rice. Pero los propietarios de los Pittsburgh Steelers no están libres del mismo pecado cometido por los hermanos Wilf.

El 20 de marzo del 2008, los Steelers cortaron al receptor abierto Cedrick Wilson, después de que fuera acusado por asalto a su entonces ex novia en un bar. Fue una medida que se adoptó de inmediato por el equipo. El gran problema es que 11 días antes, James Harrison recibió impunidad por la misma falta. A Harrison se le levantaron cargos por asalto a su novia en su casa. De acuerdo al reporte policial, Harrison habría derribado una puerta, roto el teléfono celular de la chica cuando ella intentaba marcar al 911, y después la habría abofeteado.

James Harrison
Getty ImagesHarrison esquivó una sanción grave en el 2008, en Pittsburgh

Dan Rooney, el patriarca de la familia, intentó justificar el proceder ambiguo de su organización, diciendo a reporteros en su momento, de acuerdo a un reporte del Pittsburgh Post-Gazzette, "Sé que existen muchas dudas sobre el por qué cortamos a Wilson y retuvimos a Harrison. Las circunstancias que conozco de los incidentes, son completamente diferentes. De hecho, cuando digo que no condonamos estas cosas, no lo hacemos, pero debemos observar las circunstancias que están involucradas con otros jugadores y cosas así, por lo que no son todas iguales. Lo que Jimmy Harrison estaba haciendo y como ocurrió el incidente, lo que intentaba hacer realmente lo valía. Estaba intentando hacer algo que es bueno, deseaba llevar a su hijo a ser bautizado donde vivía y cosas así. Ella dijo que no lo quería hacer".

¿Así que golpear a una mujer por motivos religiosos se perdona, Sr. Rooney?

Lo que sigue de la historia lo conocemos todos. En esa misma campaña del 2008, Harrison logró 16 capturas, una intercepción, tres pases desviados, siete balones sueltos forzados y un safety, para ganarse la designación como Jugador Defensivo del Año, antes de devolver una intercepción 100 yardas justo antes del entretiempo del Super Bowl XLIII para coronar una campaña de ensueño y la obtención del sexto Trofeo Lombardi para Pittsburgh.

Y pensar, si tan sólo Wilson hubiera sido mejor jugador, hubiera podido disfrutar de todo eso junto a Harrison...

Eventualmente, los cargos en contra de Harrison fueron desechados, después de que la víctima se negara a cooperar con las autoridades en el caso y el ex apoyador se sometiera voluntariamente a un programa de asesoramiento sobre violencia doméstica, un camino similar al que tomó Rice para evitar el juicio, pero sin video.

Sin embargo, el problema real radica en la incongruencia con que actúa la NFL y sus franquicias de un caso a otro, dependiendo en buena medida del nivel de talento del jugador.

Regresando a la línea con la que abrimos esta entrada de blog, diré que no, a los Vikings no les tembló la mano. Simplemente hay una serie de normas para unos jugadores y otra serie de normas para otros jugadores.

Para una liga que procura medir hasta la última pulgada cuando se trata de conseguir un primer intento, está claro que en la National Football League no se mide con la misma vara a todos los jugadores.

De acuerdo a un estudio de hace dos años, citado hace una semana por el San Diego Union-Tribune, 21 de 32 equipos de la NFL tenían entre sus filas a jugadores que habían enfrentado cargos por violencia doméstica o abuso sexual. Según un segundo estudio citado en la misma nota del diario, pero de este mismo año, se señala que desde el año 2000 a la fecha, 83 jugadores de entre 25 y 29 años habían sido acusados de violencia doméstica.

Son números alarmantes, no quepa la menor duda, pero el problema de violencia doméstica no es exclusivo de la NFL. Se trata de un mal que permea todos los estratos de la sociedad, y que debe combatirse desde varios frentes.

Lo que sí es un problema exclusivo de la NFL, es el modo en la liga --y sus 32 franquicias-- deciden lidiar con estos incidentes. Los casos de Peterson y Harrison, en contraste con los casos de sus compañeros Cook y Wilson, son la muestra perfecta de ello.

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