MÉXICO -- El día inmediatamente posterior a la conclusión de la temporada regular se suele comenzar con malas noticias, no hay otro modo de presentarlo.

El "lunes negro" significa que más de un entrenador en jefe y gerente general se quedará, al menos momentáneamente, sin trabajo. Además, suele comenzar una cadena de eventos que a menudo conlleva también el cese de entrenadores asistentes y otros empleados de los clubes.

Aun para los aficionados que celebran la salida del head coach que no pudo sacar campeón a su equipo, un cese en el "lunes negro" es la confirmación final de que el más reciente proyecto de dicha franquicia ha fracasado.

En esencia, el "lunes negro" es la contracara al día del draft, cuando el optimismo alcanza niveles récord en la NFL.

En esta ocasión, el lunes negro trajo tres despidos entre entrenadores en jefe, siguiendo al divorcio entre los San Francisco 49ers y Jim Harbaugh, anunciado desde el domingo por la noche. Las tres víctimas del corte en este año fueron Mike Smith por parte de los Atlanta Falcons, Marc Trestman por parte de los Chicago Bears, y Rex Ryan por parte de los New York Jets. Adicionalmente, también fueron cesados dos gerentes generales: Phil Emery por los Bears y John Idzik por los Jets.

Hablando con franqueza, ninguno de los despidos sorprende. En realidad, quizás la única sorpresa es que no hubieran rodado más cabezas. Lovie Smith con los Tampa Bay Buccaneers, Ken Whisenhunt con los Tennessee Titans y Jay Gruden con los Washington Redskins se han salvado, por el momento, gracias a que los tres recién concluyeron su primera campaña al frente de sus actuales clubes, pero la realidad es que el desempeño de esas tres franquicias perfectamente hubiera justificado un cambio en el timón.

Otro caso que no debemos olvidar es el de los Oakland Raiders, que ni siquiera tuvieron la suficiente paciencia para esperar al final de la campaña para despedir a su entrenador en jefe, Dennis Allen. Tony Sparano completó la campaña como entrenador en jefe interino, y por definición, Oakland se ha quedado sin entrenador en jefe una vez cumplida la campaña, por lo que también están en la búsqueda por un nuevo head coach.

Estos equipos no han desperdiciado un minuto en la búsqueda. Los Falcons contrataron una firma de evaluación de talento, los famosos "head-hunters", para identificar a su siguiente entrenador en jefe incluso antes de disputar el último encuentro de la campaña, previendo la posibilidad de la derrota ante los Carolina Panthers y la salida de Smith. Reportes múltiples indican que Atlanta ya ha contactado a los Broncos para solicitar una entrevista con Adam Gase, coordinador ofensivo en Denver.

Adam Gase
Getty ImagesGase aparece en el radar de más de una franquicia
Gase ha sido un nombre a seguir desde el año pasado, pero el hecho de que los Broncos llegaran hasta el Super Bowl con toda certeza disminuyó sus posibilidades de ser contratado por un equipo con un sentido de urgencia por una nueva dirección, al inicio del receso de campaña pasado. Este año, Gase tiene la posibilidad nuevamente de aprovechar la semana libre que disfrutan los Broncos durante la Ronda de Comodines, y además de los Falcons, también ha sido solicitado para entrevista por los 49ers.

Además de Gase, ¿cuáles serían los otros candidatos a seguir? Si nos mantenemos al lado ofensivo del balón, Darrell Bevell, coordinador ofensivo de los Seattle Seahawks es otro de los nombres que sonarán en los siguientes días. En Foxborough, esperen ver también el nombre del coordinador ofensivo Josh McDaniels entre los que despierten el interés de alguna franquicia. En Baltimore, el coordinador ofensivo Gary Kubiak también podría recibir algunas llamadas mostrando interés después de una campaña exitosa con los Ravens. Tanto McDaniels como Kubiak tienen experiencia en el puesto a nivel NFL, y eso podría ayudar en el proceso de entrevistas.

Al otro lado del ovoide, el nombre más candente entre asistentes podría ser el de Todd Bowles, coordinador defensivo de los Arizona Cardinals. Sin embargo, Teryl Austin, coordinador defensivo de los Detroit Lions y Dan Quinn, coordinador defensivo de los Seattle Seahawks, no se quedarán muy atrás. En San Francisco, Jim Tomsula, entrenador de línea defensiva ha sido el favorito para muchos observadores como sucesor de Harbaugh.

Si volteamos la mirada a las filas colegiales, podemos apostar a que algún equipo de la NFL intentará tentar a David Shaw para dejar Stanford, aunque el entrenador en jefe del Cardinal ha dejado en claro en varias ocasiones que no desea abandonar Palo Alto. Gus Malzahn, entrenador en jefe de Auburn podría estar en la mira de más de uno, y el éxito de Chip Kelly con su ofensiva "spread" al frente de los Philadelphia Eagles podría convencer a alguno de darle una oportunidad a Malzahn, un coach que no emplea una ofensiva estilo pro tradicional.

A pesar de todo, no tengo duda de que el mejor candidato a entrenador en jefe disponible por ahora es Ryan. Es cierto, el rendimiento de los Jets bajo su mandato acusó un constante declive hacia el final, pero siendo francos, la mayoría de las malas decisiones de la organización fueron tomadas por los gerentes generales Idzik y Mike Tannenbaum, antes que él. Además, no solo es evidente que los jugadores aman jugar para Ryan, y a la mayoría les duele fallarle al coach. Por si fuera poco, Ryan sigue siendo una de las mentes más brillantes en la liga al lado defensivo del balón. Todos esos factores se conjuntan para elevar a Ryan como uno de los candidatos a seguir, en particular para un equipo con armas ofensivas y una gerencia bien establecida.

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MÉXICO -- Con cinco partidos por disputarse --y una cómoda ventaja de los Arizona Cardinals, dos partidos arriba de sus rivales divisionales-- los Seattle Seahawks y San Francisco 49ers chocan con el objetivo de no rezagarse más en la carrera divisional, ni la persecución por los boletos de comodín.

Aquí hay tres temas a seguir de cerca en la visita de los Seahawks a Niners en Levi's Stadium, el jueves por la noche:

Russell Wilson
Getty ImagesWilson es letal cuando ataca por tierra

¿Cuánta "read-option" veremos? Russell Wilson y Colin Kaepernick conocieron el éxito como mariscales de campo de NFL muy pronto en sus respectivas carreras, ambos ayudados de una manera muy importante por la jugada de "read-option". Conforme han progresado como pasadores, Seahawks y Niners han querido reducir poco a poco el número de veces que Wilson y Kaepernick quedan expuestos a golpes innecesarios. Wilson y Kaepernick siguen siendo muy efectivos con las piernas porque suman una dimensión al ataque que pone en aprietos a cualquier defensiva. La "read-option" es perfecta para generar confianza en Wilson y Kaepernick cuando sus ofensivas no están caminando.

El desempeño de los backfields. Continuando con la temática de los ataques terrestres, será importante para ambos equipos intentar establecer uno, pese a que ninguna de las dos defensivas es tradicionalmente conocida por permitir mucho avance. En Seattle, los Seahawks han callado rumores sobre una supuesta salida inminente de Marshawn Lynch al alimentarlo con más y más acarreos, siendo la semana pasada una excepción a la tendencia reciente. En San Francisco, la situación es distinta. Los Niners están ocupando poco a Frank Gore, sobre todo en zona roja, y apenas acumula dos touchdowns a ras de tierra. Más allá de cómo le va a los corredores estelares de cada equipo, ambos cuadros funcionan exponencialmente mejor cuando logran correr con eficiencia, preparando los pases con engaño de carrera y, de paso, preparando la mesa para las jugadas de "read-option". Las defensivas de Seattle y San Francisco son N° 6 y N° 7 en contra del ataque terrestre, así que no será sencillo brindar una actuación dominante.

El asunto de la competitividad. Gracias a la alta improbabilidad de los empates en la NFL, uno de estos equipos saldrá derrotado el domingo por la noche. Pero más allá del resultado, será interesante medir el calibre de las actuaciones, sobre todo del equipo que resulte derrotado, para saber si están o no a la altura de las altas expectativas que había para Seahawks y 49ers al principio de la campaña. Estos dos rivales se vuelven a ver la cara en dos semanas, y a San Francisco le queda un duelo pendiente, en casa, ante los Cardinals, mientras que a Seattle le restan duelos pendientes de visita en Arizona y en casa ante los St. Louis Rams. La división no está perdida, todavía, para ninguno de los dos, como tampoco lo está el boleto a la postemporada. Ganar este jueves significaría un paso crucial, pero no indispensable en esa dirección. Una combinación adecuada de resultados podría meter a Seahawks y 49ers a playoffs, y dejar fuera a Cards. La pregunta que deben responder ambas escuadras este jueves es, ¿merecen estar todavía en la contienda?

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MÉXICO -- Los San Francisco 49ers visitan a los Denver Broncos en el que, de acuerdo a más del 70 por ciento de los votantes en nuestra encuesta en la sección NFL de ESPN.com.mx, es el duelo de la Semana 7.

Aquí están los cinco motivos principales por los que no debes perderte este encuentro:

Peyton Manning
Getty ImagesManning ha reiterado que no piensa en el récord

Se puede reescribir la historia. Brett Favre posee actualmente el récord de mayor número de pases de touchdown de por vida en la NFL, con 508. Peyton Manning lleva 506. Tres pases de anotación más dejarían al mayor de los Manning en solitario como el pasador más prolífico en la historia de la liga en cuanto a envíos anotadores, sumando un apartado más a su larga lista de hazañas en la NFL. De los cinco partidos que ha disputado Manning este año, en tres ocasiones ha tirado tres pases de touchdown, y una vez lanzó cuatro. Sólo durante la visita de los Broncos a los Seattle Seahawks, del 21 de septiembre pasado, Manning no lanzó al menos tres pases de touchdown en la campaña. La gran interrogante, de acuerdo a los antecedentes recientes, ya no es si romperá la marca de Favre, sino cuándo lo hará. Se puede apostar en Las Vegas por el cuarto en que se cree que caerá ese esperado pase de anotación ante los Niners, e incluso se puede apostar por el receptor que lo atrapará. Wes Welker y Julius Thomas son los favoritos con probabilidades de 2/1, mientras que Demaryius Thomas está 3/1 y Emmanuel Sanders aparece como 5/1. Para los escépticos, también está abierta la apuesta de que el pase 509 no sucederá sino hasta la octava fecha. Finalmente, el over/under en cuanto a las yardas que cubrirá ese pase N° 509 de touchdown de Manning está en 12.5.

Manning no está sólo. Los ojos estarán puestos sobre el mariscal de campo de los Broncos, y la mente estará puesta en el pase de anotación que quiebre la marca de Favre, pero no es el jugador de Denver que puede escribir historia. El ala cerrada Julius Thomas también lleva un paso récord, aunque la marca de la liga que tiene en la mira es para toda una temporada, y no se romperá este domingo. De cualquier manera, hay que ver si se sigue acercando. Actualmente, Thomas lleva nueve recepciones de touchdown en el año, en cinco partidos. Si mantiene el paso actual, terminará la temporada con 29 recepciones anotadoras. La marca de todos los tiempos en la NFL es de 23, impuesta por Randy Moss para los New England Patriots en el 2007. Si hablamos únicamente de alas cerradas, la marca es de Rob Gronkowski, con 17, y Thomas ya va a más de la mitad del camino en menos de una tercera parte de juegos disputados. Thomas está en el último año de su convenio de novato, uno que le pagará 645,000 dólares en el 2014. Es probable que cuando termine, nunca hayamos visto una temporada de contrato más productiva que la que nos está ofreciendo Thomas. Esa risita nerviosa que se escucha en el fondo proviene de los encargados de administrar el tope salarial en la gerencia de Denver.

El otro quarterback. Colin Kaepernick tuvo, quizás, su mejor partido como pasador el lunes por la noche pasado frente a los St. Louis Rams. Por primera vez en el año tiró para más de 300 yardas --apenas tercera ocasión que lo consigue como profesional--, y también por primera vez en el año tiró tres pases de touchdown, todo eso sin lanzar intercepción. Los aficionados de san Francisco ya saben que Kaepernick es capaz de dar partidos espectaculares. Lo que quieren saber es si lo puede hacer semana a semana, evitando los altibajos que han caracterizado su joven trayectoria en la NFL. La defensiva de los Broncos será un gran sinodal para medir el progreso real de Kaepernick como pasador.

Chris Borland
Getty ImagesBorland se presentó ante Broncos en pretemporada

Los ojos puestos sobre el novato. Indudablemente, los 49ers poseen la mejor dupla de apoyadores internos entre los equipos que juegan un esquema 3-4, con Patrick Willis y NaVorro Bowman. Desafortunadamente para San Francisco, ninguno de los dos saltará al campo el domingo por la noche, por lesión. En cambio, los puestos titulares estarán reservados para el novato de tercera ronda, Chris Borland, y para Michael Wilhoite, jugador de tercer año. En lo que va del año, Borland acumula cinco tacleadas y dos pases desviados. Wilhoite registra 19 derribos y también dos pases desviados. Tener enfrente a un mariscal de campo como Manning, y tener que perseguir en coberturas de pase --cuando así lo dicte la jugada defensiva--a Thomas será un reto mayúsculo para ambos.

El duelo en la orilla. Anthony Davis regresó a los entrenamientos esta semana, y podría realizar su segundo inicio en lo que va de una campaña en la que apenas ha podido participar por lesiones diversas --hombro, rodilla-- como tackle derecho. Su rival directo a lo largo de la noche será Von Miller, quien calladamente ha tenido una gran campaña acumulando al momento seis capturas, superando su total del 2013. La llegada de DeMarcus Ware --quien a su vez suma cuatro capturas-- a esta defensiva sin duda ha ayudado a restarle presión a Miller. Davis ha participado apenas en 23 jugadas ofensivas en lo que va del año. Si es insertado de inicio frente a los Broncos, habrá que monitorear de cerca su desempeño ante un cazamariscales encendido. Si Davis tiene problemas para encontrar su ritmo, sobre todo en protección de pase, no será raro volver a Jonathan Martin como tackle derecho de San Francisco. Por si fuera poco, los Niners estarán sin su guardia izquierdo Mike Iupati, también marginado por lesión.

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MÉXICO -- La primera impresión podría ser que a los Minnesota Vikings les tembló la mano.

Después de desactivar a Adrian Peterson un encuentro, el de la Semana 2 ante los New England Patriots, los propietarios de la franquicia han anunciado que el corredor estelar se reintegra al trabajo con el club y que jugará el encuentro de la Semana 3.

"La decisión de hoy se tomó después de mucho pensamiento, discusión y consideración. Como quedó en evidencia por nuestra decisión de desactivar a Adrian del encuentro de ayer, claramente se trata de un tema muy importante", expusieron Zygi Wilf y Mark Wilf, en un comunicado donde manifestaron que Peterson regresaba al club.

Adrian Peterson
Getty ImagesTras ser desactivado por un juego, Peterson vuelve a los Vikes

El argumento de que a Peterson se le debe un proceso judicial justo antes de decidir sobre una posible medida disciplinaria por parte de la franquicia que lo emplea es trillado, pero admisible. Lo que preocupa es la falta de congruencia con que se actúa. Y lo peor de todo es que no es un mal que afecta solamente a los Vikings.

Si Minny iba a esperar a que Peterson tuviera "su día en la corte", entonces para qué desactivarlo ante New England. ¿Qué ha cambiado del viernes a hoy en el asunto por el cual el corredor enfrenta cargos por lesionar a un menor, su hijo de cuatro años de edad?

En el proceso no ha cambiado nada, pero los hermanos Wilf saben que en la corte de la opinión pública, el tiempo puede significar todo. Después de la generalizada reacción negativa que recibieron los Baltimore Ravens y la propia NFL por su manejo dudoso del incidente de Ray Rice, y las presión pública que se vertió sobre los Carolina Panthers y San Francsico 49ers para actuar en los casos de Greg Hardy y Ray McDonald, respectivamente, los propietarios de los Vikes tomaron una salida fácil. Prescindir de Peterson por un juego, solamente un juego, es señal de que esperan que el público pierda interés en el asunto y que la reacción negativa en su contra se minimice cuando el corredor regrese.

Reitero --porque no hay que perder esto de vista-- que nada ha cambiado en cuanto al proceso legal que enfrenta Peterson desde el viernes pasado cuando se tomó la decisión de desactivarlo, hasta hoy lunes cuando se optó por su reincorporación al equipo. Es importante señalarlo porque el argumento de que el club desea esperar a que se desahogue el proceso legal en contra de su corredor estelar también carece de mucho sustento histórico.

En octubre del 2011, el esquinero Chris Cook --quien ahora juega para los 49ers-- era un jugador de segundo año para los Vikings, reclutado el año previo en la segunda ronda del draft. En ese momento, su entonces novia lo acusó de intento de estrangulación, y a Cook se le levantaron cargos que, de haber sido encontrado culpable, hubieran acarreado una pena máxima de hasta tres años de prisión. Inmediatamente, los Vikings emitieron un comunicado anunciado la suspensión indefinida, sin paga, para Cook. Eventualmente, el club reviró y reintegró a Cook a la plantilla, acuñando nuevamente la frase de que "esperarían hasta que se resolviera el proceso legal", pero la franquicia pidió al jugador mantenerse alejado de las instalaciones y las actividades del equipo durante ese tiempo.

Cinco meses más tarde, Cook fue absuelto de todos los cargos, después de perderse 10 encuentros de la campaña del 2011. La NFL resolvió no castigar a Cook bajo la política de conducta personal.

¿Por qué --esgrimiendo el mismo argumento de la falta de un debido proceso-- a Cook no se le permitió participar en las actividades del equipo, mientras que a Peterson sí? Es sencillo. La incongruencia deriva del hecho de que Cook no es un jugador de élite en su posición, no es un futuro miembro del Salón de la Fama que domingo a domingo puede cambiar la dirección de los encuentros a favor de los Vikings.

La Familia Rooney es una de las más veneradas en los círculos de la NFL, al grado de que el comisionado Roger Goodell pidió a Art Rooney II, y a John Mara de los New York Giants, vigilar la investigación independiente que hará el ex director del FBI, Robert Mueller, acerca del manejo de la liga del asunto Rice. Pero los propietarios de los Pittsburgh Steelers no están libres del mismo pecado cometido por los hermanos Wilf.

El 20 de marzo del 2008, los Steelers cortaron al receptor abierto Cedrick Wilson, después de que fuera acusado por asalto a su entonces ex novia en un bar. Fue una medida que se adoptó de inmediato por el equipo. El gran problema es que 11 días antes, James Harrison recibió impunidad por la misma falta. A Harrison se le levantaron cargos por asalto a su novia en su casa. De acuerdo al reporte policial, Harrison habría derribado una puerta, roto el teléfono celular de la chica cuando ella intentaba marcar al 911, y después la habría abofeteado.

James Harrison
Getty ImagesHarrison esquivó una sanción grave en el 2008, en Pittsburgh

Dan Rooney, el patriarca de la familia, intentó justificar el proceder ambiguo de su organización, diciendo a reporteros en su momento, de acuerdo a un reporte del Pittsburgh Post-Gazzette, "Sé que existen muchas dudas sobre el por qué cortamos a Wilson y retuvimos a Harrison. Las circunstancias que conozco de los incidentes, son completamente diferentes. De hecho, cuando digo que no condonamos estas cosas, no lo hacemos, pero debemos observar las circunstancias que están involucradas con otros jugadores y cosas así, por lo que no son todas iguales. Lo que Jimmy Harrison estaba haciendo y como ocurrió el incidente, lo que intentaba hacer realmente lo valía. Estaba intentando hacer algo que es bueno, deseaba llevar a su hijo a ser bautizado donde vivía y cosas así. Ella dijo que no lo quería hacer".

¿Así que golpear a una mujer por motivos religiosos se perdona, Sr. Rooney?

Lo que sigue de la historia lo conocemos todos. En esa misma campaña del 2008, Harrison logró 16 capturas, una intercepción, tres pases desviados, siete balones sueltos forzados y un safety, para ganarse la designación como Jugador Defensivo del Año, antes de devolver una intercepción 100 yardas justo antes del entretiempo del Super Bowl XLIII para coronar una campaña de ensueño y la obtención del sexto Trofeo Lombardi para Pittsburgh.

Y pensar, si tan sólo Wilson hubiera sido mejor jugador, hubiera podido disfrutar de todo eso junto a Harrison...

Eventualmente, los cargos en contra de Harrison fueron desechados, después de que la víctima se negara a cooperar con las autoridades en el caso y el ex apoyador se sometiera voluntariamente a un programa de asesoramiento sobre violencia doméstica, un camino similar al que tomó Rice para evitar el juicio, pero sin video.

Sin embargo, el problema real radica en la incongruencia con que actúa la NFL y sus franquicias de un caso a otro, dependiendo en buena medida del nivel de talento del jugador.

Regresando a la línea con la que abrimos esta entrada de blog, diré que no, a los Vikings no les tembló la mano. Simplemente hay una serie de normas para unos jugadores y otra serie de normas para otros jugadores.

Para una liga que procura medir hasta la última pulgada cuando se trata de conseguir un primer intento, está claro que en la National Football League no se mide con la misma vara a todos los jugadores.

De acuerdo a un estudio de hace dos años, citado hace una semana por el San Diego Union-Tribune, 21 de 32 equipos de la NFL tenían entre sus filas a jugadores que habían enfrentado cargos por violencia doméstica o abuso sexual. Según un segundo estudio citado en la misma nota del diario, pero de este mismo año, se señala que desde el año 2000 a la fecha, 83 jugadores de entre 25 y 29 años habían sido acusados de violencia doméstica.

Son números alarmantes, no quepa la menor duda, pero el problema de violencia doméstica no es exclusivo de la NFL. Se trata de un mal que permea todos los estratos de la sociedad, y que debe combatirse desde varios frentes.

Lo que sí es un problema exclusivo de la NFL, es el modo en la liga --y sus 32 franquicias-- deciden lidiar con estos incidentes. Los casos de Peterson y Harrison, en contraste con los casos de sus compañeros Cook y Wilson, son la muestra perfecta de ello.

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MÉXICO -- Hace poco más de dos meses y medio, escribí una entrada para este blog titulada "Traspié de Goodell con el asunto Rice". En ella critiqué la postura de la NFL y de su comisionado, Roger Goodell, por emitir un castigo demasiado liviano a Ray Rice en conexión al incidente de violencia doméstica en contra de su ahora esposa, Janay Palmer.

El asunto se recrudeció el día de ayer, cuando el sitio TMZ.com dio a conocer el video --cuya existencia anticipamos en aquella pieza-- del interior del elevador en el Casino de Atlantic City donde ocurrió el incidente.

En el seno de los Baltimore Ravens, los que toman las decisiones se reunieron de inmediato: el propietario Steve Bisciotti, el presidente Dick Bass, el gerente general Ozzie Newsome, y el entrenador en jefe John Harbaugh. La franquicia tomó la decisión de cortar al corredor de inmediato, respaldada por una suspensión indefinida que llegaría cortesía de Goodell y la liga, momentos más tarde.

Aplausos para todos por actuar con mano dura, ¿no es así? No precisamente.

Antes de empezar a repartir palmadas en la espalda, hay que hacernos varias preguntas importantes.

La primera tiene que ver con el argumento de los Ravens y la NFL, confirmado el día de hoy por Harbaugh y el portavoz de la NFL, Greg Aiello, respectivamente, de que el video que salió hoy a la luz no había sido visto con anterioridad por ninguna de las dos entidades.

¿Hemos de creer que la NFL, un negocio de cerca de 10 mil millones de dólares anuales, no pudo haber conseguido un video durante su investigación original sobre el incidente, que TMZ.com sí pudo conseguir? Entonces me da la impresión de que lo buscaron sin muchas ganas de hallarlo.

John Harbaugh
Getty ImagesLa lentitud con que actuaron los Ravens es indignante

La segunda tiene que ver con la desesperante pasividad con que actuó, hasta hoy, la franquicia. Previamente, Harbaugh respaldó públicamente a su jugador, ofreciendo declaraciones trilladas estilo "Ray ha hecho todo lo que hemos pedido", "Seguiremos adelante como organización", etc. Más allá del cambio repentino de dirección en la actitud del club --sin duda movidos por la fuerte reacción adversa que estalló en contra del jugador en redes sociales-- hay que preguntarse, ¿por qué no hizo nada el equipo en primera instancia?

La explicación de Harbaugh ante reporteros durante la tarde de ayer, en su usual conferencia de prensa de los lunes: "[El video] es algo que vimos por primera vez hoy, todos nosotros. Cambió las cosas, por supuesto. Hizo las cosas un poquito distintas".

¿Un poquito?

Y ya que tocamos el tema, vale la pena hacer un paréntesis para mencionar el tema de las redes sociales. En la opinión del ex compañero de Rice, Le'Ron McClain, las redes sociales destruyeron el día de ayer la vida de un hombre y de su familia.

Con todo respeto Sr. McClain, está usted equivocado. La vida de ese hombre quedó arruinada desde el momento en que decidió golpear a una mujer, a su mujer, y el impacto que recayó sobre su familia es un resultado directo --si bien no inmediato-- de ello. Por esa acción, y no por la opinión de los demás, es que Rice es una ruina de hombre.

McClain borró su publicación de Twitter, eventualmente.

Quizás sea cierto que gracias a la reacción que se originó en los medios tradicionales y en medios sociales se haya desencadenado una serie de eventos ayer que incluyeron una sanción más seria para Rice. Sin embargo, el único que golpeó a Palmer --literalmente hablando-- fue Rice. Las risibles medidas iniciales de la liga, y la inexistente reacción del club, fueron golpes en sentido figurado a la dignidad de esa mujer.

Uno de los puntos más penosos de todo el asunto es que, probablemente, si TMZ.com ni ningún otro medio publica el video, Rice se queda con el castigo original. Eso debe preocupar seriamente.

Pasando a la cinta en sí, hay varias cuestiones pendientes, también.

Para empezar, diré que no hace falta verlo más de una vez para sentir náuseas. Recordando el primer video que se hizo público --grabado desde el exterior del elevador cuando Rice saca a Palmer a rastras--, pienso que era relativamente sencillo imaginar lo que veríamos en el video del interior, en caso de que saliera a la luz, como aconteció ayer. Si ya todos teníamos una cierta idea de lo que sucedió en el interior, ¿qué mueve a la liga a reemplazar una suspensión de dos partidos a una indefinida? ¿Qué mueve a la franquicia a cortar un jugador, después de haberse cruzado de brazos por tanto tiempo? O como bien preguntó mi colega de ESPN, Louis Riddick, al aire: "¿Qué esperaban ver en este video?".

Volviendo a la declaración de Harbaugh, ver el video no debió haber cambiado nada; el club y la liga debieron haber actuado de otra manera desde el principio.

Otra cuestión que me parece aberrante es la calma con que actúa Rice después de dejar inconsciente a Palmer. Tras el puñetazo que le propina al rostro, y el aparente golpe que ella se da con el barandal del interior del elevador mientras cae, queda totalmente inmóvil sobre el suelo, mientras Rice la contempla con tranquilidad. No hay sorpresa, no hay alarma en su actitud. Eso resulta completamente aberrante.

Baltimore Ravens
AP PhotoAyer, el equipo retiró pancartas en apoyo a Rice

Me gustaría saber qué piensan ahora las decenas de fanáticos que recibieron con porras y aplausos a Rice durante el arranque del pasado campamento de entrenamiento del equipo. Ojalá ellos, como la liga, hayan cambiado de opinión acerca del incidente.

Finalmente, mi también colega en ESPN, J.A. Adande, eleva la siguiente pregunta: "Si Rice no fue enviado a prisión después de este video, ¿cómo deben recibir justicia las mujeres maltratadas que no cuentan con un video?". Los pormenores del proceso legal --que acabó rápidamente sin juicio para Rice-- no son tema de este blog, pero la interrogante ahí queda.

Las declaraciones de Goodell de la semana pasada, en el sentido de que la NFL elevaría las sanciones a incidentes de violencia doméstica --seis juegos para la primera ocasión y veto de por vida de la liga para a primera reincidencia-- suenan huecas cuando consideramos que los San Francisco 49ers, dirigidos por Jim Harbaugh, hermano de John, alinearon a Ray McDonald en el juego de apertura de temporada el pasado domingo. McDonald está siendo investigado por violencia doméstica, tras un arresto de la semana pasada. Los Niners también han dicho que su liniero defensivo jugaría la siguiente semana, con todo y el escándalo Rice tomando por asalto las primeras planas deportivas, y Goodell anunció que dejaría correr el proceso legal antes de decidir si el asunto amerita sanción.

Así que la mano dura no es tan dura, y tampoco es muy veloz.

Entiendo que no hay motivos para suponer a priori que McDonald es culpable, pero lo menos que puede hacer la liga y el club --ya sea en conjunto o en forma separada-- es ordenar una investigación independiente del hecho.

Greg Hardy participó en la victoria de los Carolina Panthers ante los Tampa Bay Buccaneers de la Semana 1, pese a que fue hallado culpable por dos cargos de violencia en contra de su ex prometida durante el receso de temporada reciente. Pero eso sí, no se le vaya a ocurrir volverse a pintar la cara como "The Kraken", porque las multas de la NFL arribarán de manera expedita a sancionar "violaciones a la política del uniforme". Su caso legal está en proceso de apelación.

La NFL tuvo la oportunidad de convertirse en figura líder para la cruzada contra la violencia de género. La dejó pasar en el caso Rice, y en múltiples casos similares. No actuó a tiempo, y bochornosamente se vio obligada a aumentarle peso a una sanción inicial que se antojaba simbólica, gracias a la presión pública.

No, no es momento de repartir felicitaciones ni ofrecer palmadas en la espalda a nadie.

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