<
>

El fin de la "ruleta" y de las "mafias"

Los equipos del futbol mexicano están descomponiendo una vieja tendencia, un antiguo vicio, una "ruleta", donde casi siempre los mismos personajes siempre terminaban ocupando los puestos de entrenadores. Los clubes están abriendo sus ojos hacia nuevos métodos, otras formas, nombres frescos, ideas interesantes. Al final, ello podría arrojar significativas mejoras en la cancha y en la estructura de las organizaciones.

LOS ANGELES -- Puede que el nombre de Pedro Miguel Faria Caixinha no diga demasiado, pero no es el nombre lo que importa aquí. Lo que verdaderamente trasciende en el nuevo horizonte que parece trazarse algunos equipos del futbol mexicano.

Lo hizo Chivas con "bombos y platillos", en un plan superior que significó darle el control del futbol a un grupo holandés que encabeza una figura legendaria como Johan Cryff. Lo hicieron de algún modo los dos equipos sensación del campeonato, el León, que "rescató" al uruguayo Gustavo Matosas y lo hizo también el Tijuana con Antonio Mohamed. Ahora fue Santos. Los equipos del futbol mexicano están descomponiendo una vieja tendencia, un antiguo vicio, una "ruleta", donde casi siempre los mismos personajes siempre terminaban ocupando los puestos de entrenadores.

Y no sólo eso: al descomponer esa "ruleta", también se le da un golpe letal a una mafia de promotores, de entrenadores, de dirigentes, de futbolistas que manejan a su antojo la industria. Por años, el futbol mexicano ha estado en poder de la corrupción. Corrupción en dirigentes, en mandos medios, que ven al futbol como una opción para enriquecerse, corrupción en entrenadores, en promotores, corrupción que lo único que hace es afectar el nivel de la cancha y atentar contra la economía de las instituciones y de las empresas que arriesgan su dinero en el espectáculo deportivo.

Los clubes están abriendo sus ojos hacia nuevos métodos, otras formas, nombres frescos, ideas interesantes. Al final, ello podría arrojar significativas mejoras en la cancha y en la estructura de los clubes.

Puede que el nombre de Miguel Faria Caixinha no diga nada. Es verdad, tiene apenas experiencia en la Selección Olímpica de Arabia Saudita, en el Unión Deportiva Leiria y en el Club Nacional Madeira de la Liga Premier de Portugal. José Mourinho fue quien recomendó a Pedro Caixinha para trabajar en el Unión Deportiva Leiria, Club en donde Mourinho empezó a dirigir. Santos ha tomado esa decisión luego de que hace algunos meses entrevistó y consideró el nombre de Bob Bradley, ex entrenador de la selección de Estados Unidos que terminó dirigiendo a la representación de Egipto. Y parece un movimiento atrevido. Benjamín Galindo había logrado mantener a Santos como un equipo de protagonismo hasta que se alejó de la zona de clasificación (el equipo se ausentó de liguilla por primera vez en los últimos seis torneos). Galindo fue campeón apenas el verano pasado.

Voltear hacia otros horizontes no le hará daño al futbol mexicano. Después de todo, está claro que durante más de 70 años de profesionalismo, el futbol ha crecido poco de acuerdo con las expectativas que tiene México como país. Si el mejor futbol del mundo, el más organizado, el mejor administrado, el mejor jugado, se practica en Europa, por qué no aplaudir lo que ha hecho Santos hoy.