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La "grandeza" del Toluca

No es un equipo popular. Esa es una realidad tajante, pero ¿Acaso podemos dudar de la capacidad de una institución, que el domingo podría obtener su undécimo campeonato y de un equipo que ha ganado 7 títulos (dos subcampeonatos) en los últimos 14 años? La respuesta es no. No hay manera de etiquetar al Toluca como un equipo "pequeño", así su pasión sea regional, así los lazos con sus aficionados sean cortos, así su poder mediático sea limitado.

LOS ANGELES -- A estas alturas, dudar de la grandeza del Toluca no solo sería todo un sacrilegio, sino también una falta de respeto a la historia moderna del futbol mexicano. Pero para muchos, las estadísticas solo son una anécdota, un pretexto, para muchos el punto de medición más importante de la "grandeza" de un equipo tiene que ver con otra clase de factores y características más allá de los éxitos en la cancha.

El Toluca no es un equipo popular. Esa es una realidad tajante, pero ¿Acaso podemos dudar de la capacidad de una institución, que el domingo podría obtener su undécimo campeonato y de un equipo que ha ganado 7 títulos (dos subcampeonatos) en los últimos 14 años? La respuesta es no.

La popularidad, sin embargo, no deja de ser un elemento a considerar sobre todo en un futbol con la cultura e idiosincrasia del mexicano. La grandeza de los llamados "grandes" se escribió y se ha escrito basado en la combinación del éxito deportivo en la cancha y la popularidad en las tribunas y en las calles. Una cosa llegó a la par de la otra.

El Toluca es un equipo viejo, de tradiciones, fundado en los primeros años del siglo anterior y conducido en las últimas décadas por la familia Diez, primero con Don Nemesio (QEPD) y hoy por su hijo Valentín, que ha tenido la capacidad y la inteligencia de tomar las decisiones acertadas. El Toluca se convirtió en la cancha en un equipo poderoso, implacable, capaz de jugar bajo diferentes modelos, estilos, entrenadores, formulas y jugadores. Fue exitoso bajo el sello atrevido de Ricardo Lavolpe, lo fue también con la marca moderada del "Chepo" de la Torre y lo ha sido igualmente en los gloriosos tiempos de Enrique Meza. El Toluca se ha construido bajo cimientos sólidos, con una camiseta que tiene espacio para héroes, para leyenda, con un estadio pequeño, incómodo y con la promesa hoy del dueño, de que los días venideros dejarán un nuevo escenario, una nueva casa para "El Diablo".

No hay manera de etiquetar al Toluca como un equipo "pequeño", así su pasión sea regional, así los lazos con sus aficionados sean cortos, así su poder mediático sea limitado.

El Toluca tiene todos los ingredientes para respirar entre los "grandes", para ser un "Grande" entre los "Grandes". Es más, en los últimos años, ha hecho justamente lo que Chivas, América y Cruz Azul, han dejado de hacer en la cancha: ganar títulos.