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Casi un "milagro" llamado Oribe Peralta

+ No es una historia común, simple, al contrario, yo creo que es extraordinaria y que al final del día, no le hemos dado el valor que realmente merece. Un futbolista mexicano, en la posición, en el rendimiento con su club --un club de los tamaños del América-- y con la Selección Nacional, nacido y para suerte de los señores De María y Bonilla, también, formado en México. Un jugador cuya carrera tuvo que esperar, que despegó tarde, que salió de un barrio humilde y pobre para finalmente encontrar el sitio que él buscaba. Oribe Peralta existe a pesar de Oribe Peralta y a pesar de todos los obstáculos que tuvo que superar, incluyendo su propia personalidad.

LOS ANGELES -- Oribe Peralta existe a pesar de Oribe Peralta.

Y al mismo tiempo, el delantero del América y de la selección --ahora convertida en olímpica-- es casi un milagro de la naturaleza futbolística mexicana. Imagínese usted si no: primero, nació en una comuna realmente humilde --y le hacemos un favor en decirle humilde cuando podríamos llamarle pobre y realmente "jodida"-- a un sitio a las afueras de Torreón que se llama "La Partida".

A los 13 años, su primer equipo se denominaba "Los Vagos". Y para efectos del futbol, sería bueno retomar el sitio donde nació: México. ¡México! lo cual es una anormalidad tomando en cuenta el número y la camiseta que porta. Otro tema que también es importante para las "nuevas" y "aromatizadas" reglas del futbol mexicano: Fue creado en el futbol mexicano. Oribe, con muchos esfuerzos, logró, ingresar al CESIFUT (Centro de Integración del Futbolista) y desde ahí recibió su llamado a la primera división, en el Morelia de Romano, donde estuvo dos meses a prueba sin goce de sueldo. Pero los "milagros inesperados" continúan en la carrera de este futbolista. Juega como en una posición "caliente" en la cancha, donde que hay que hacer goles y donde la mayor parte de sus colegas --por no decir el 95 por ciento-- proceden de algún país sudamericano.

Oribe existe a pesar de Oribe.

Los años que se perdió esperando una oportunidad que no llegaba. Los desperdicios de algunos clubes (ahí te hablan, Chivas ), de muchos entrenadores y de dirigentes que jamás se detuvieron a ver si ese chico que corría en el entrenamiento detrás del argentino, del uruguayo, del colombiano o del brasileño tenia las facultades para competir en el mismo nivel.

Oribe existe a pesar de Oribe, a pesar del sitio de donde prácticamente "huyó", a pesar de un futbol que no estaba interesado en sus facultades, a pesar de los intereses, de los promotores, de los negocios, a pesar de "La Partida", aquel campo lleno de polvo, en el verano, de lodo, en el invierno, donde él ya luchaba para ganarse algunos aplausos y quizás un par de pesos para comprarse un refresco y unas galletas en la tienda de la esquina.

Oribe existe a pesar de Oribe mientras el futbol mexicano cierra los ojos y recuerda que un gol suyo, una soberbia actuación en Wembley, hace poco menos de cuatro años, le dio significó el triunfo más importante de su pobre historia internacional. Sí, Oribe existe a pesar de Oribe y a pesar de muchas cosas más.

@Faitelson_ESPN