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¿Y ahora, qué?

Aún no se sabe qué pasará con el Estadio Olímpico de Londres 2012 Getty Images

LONDRES -- Los Juegos Olímpicos se acaban, y en el momento en que se apague la llama del máximo evento deportivo del mundo comenzarán las preguntas acerca de cómo hará esta ciudad para cumplir con su lema Inspire a Generation y para hacer que estos quince días de éxito puedan tener un efecto notorio y positivo en el desarrollo urbanístico y en el incentivo para generar talentos desde las bases.

El objetivo será estimular a los niños y jóvenes para que se transformen en las estrellas del futuro, pero también aprovechar las construcciones que se levantaron en algunos barrios del este que estaban prácticamente abandonados. La discusión general se da en tres aspectos principales.

1-¿Qué pasará con el estadio y con el parque olímpico?
Aunque en algún momento se indicó como un hecho que el estadio pasaría a manos de un equipo del fútbol inglés (particularmente el West Ham), en los últimos días Sebastian Coe, ex corredor de 800 metros y uno de los máximos encargados de la organización de los Juegos, insistió con mantener la sede como un lugar de lujo para citas atléticas por venir.

El gran temor en ese sentido es si el atletismo puede mantener un interés en el mediano y largo plazo para que Stratford no se convierta otra vez en una "ciudad fantasma", y para que ese monumental pedazo de arquitectura moderna no sea uno más de los estadios abandonados a su suerte tras una mega reunión, como ya ha pasado por ejemplo en el Mundial de Sudáfrica.

En principio, todo el parque cerrará para ser remodelado. Allí habrá un enorme jardín salvaje abierto al público y un escenario para recitales. Será rebautizado como Queen Elizabeth Oplympic Park y reabrirá sus puertas en 2013.

El natatorio se mantendrá como un centro de entrenamiento. El velódromo permanecerá abierto para atletas, clubes y socios locales. El Copper Box, donde se llevó a cabo la primera fase del handball, se utilizará como estadio cubierto. El estadio olímpico ... bueno, está por verse.

2- ¿Cómo se puede trasladar el entusiasmo por el triunfo a un buen desarrollo de nuevos atletas?
La principal discusión en este sentido se vino entregando en los últimos días en cuanto a la educación deportiva de los alumnos de colegios públicos en Gran Bretaña. Tanto el Primer Ministro, David Cameron, como el alcalde, Boris Johnson, se lamentaron por la falta de competencia en edades tempranas y por la falta de regularidad en el ejercicio físico en las escuelas. "Algunos maestros sencillamente no quieren hacer su parte", espetó Cameron. "Queremos dos horas de educación física por día", pidió Boris.

El gran dolor de la delegación británica es que una gran mayoría de sus éxitos y participaciones provino de atletas formados en colegios privados, que son caros y minoritarios: sólo accede a ellos un 7 por ciento de la población, y sin embargo, aseguraron más del 50 por ciento de las medallas para el "Team GB" en base a su desempeño en remo, ciclismo, equitación y otros deportes normalmente considerados de élite.

Mientras tanto, los colegios públicos venden sus campos de deportes para reubicarlos más lejos de la ciudad -una movida eminentemente económica- y se discute si mantener el "Lottery Funding", un aporte monetario de la lotería nacional para los atletas de alto rendimiento. "Fue fundamental para nuestras medallas", señaló hace poco Chris Hoy, doble ganador del equipo de ciclismo británico.

La idea también es que los adultos, exacerbados por el festejo y el buen ánimo que fue generando el oro masivo de su país, comiencen a hacer deportes o hagan que sus hijos se unan a algún club deportivo. Por ahora, el único signo de interés concreto que se ha demostrado en este sentido es el de un gran encendido a la hora de mirar un evento en la televisión.

3- ¿Qué beneficios sacará de todo esto la ciudad?
La respuesta más dura tiene que ver con lo económico: no habrá ganancias. Era algo bastante previsible, pero sigue siendo doloroso para una nación que está luchando para mantener viva su economía en un contexto europeo desfavorable. Se sabe que durante los Juegos hubo 100 mil visitantes en Londres, más de los que hubo en Juegos Olímpicos anteriores pero un tercio de los que habitualmente visitan la capital inglesa.

Las ventas en restoranes y locales de ropa cayeron hasta un 30 por ciento en el centro comercial londinense (que queda en el oeste, lejos del parque olímpico) y todo parece indicar que el único beneficio que recibirá este pueblo es la felicidad de haber acogido una fiesta de quince días.

En cuanto al barrio donde está construido el parque, la mejor noticia es la nueva red de transportes que permite llegar al este de manera rápida e inmediata. La línea de trenes Javelin, que va de St.Pancras a Stratford en ocho minutos, es un ejemplo de la nueva cercanía novedosa de este pedazo de tierra normalmente alejado de la acción urbana.

También podrá sacarse provecho de los departamentos de la Villa Olímpica, unas 8 mil viviendas que esta porción de Londres andaba necesitando. El centro comercial más grande de Europa también quedó erigido a unos metros del estadio y produjo miles de nuevos puestos de trabajo. La cuestión, como todo en este momento de algarabía inglesa, es que esto pueda durar.