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El Futbol que no contagia...


Ciertos domingos sirven para confirmar algunas teorías. Esta no la necesitaba, pero todas formas era bueno reafirmarla. No hay fútbol sin gente, no existe, no sabe, no huele, no pertenece, no trasciende, no transmite, no siente, no respira, no vive, no palpita...

MEXICO -- Vacío...
Vacío en su alma, en su corazón, en su identidad, en su espíritu...
Vacío, sin color, sin gritos, sin porras, sin el Goya profundo del pebetero, sin el Chivas penetrante de la cabecera...
Vacío...

La mañana del domingo perdió su esencia. Fue un poema sin rimas, fue un volcán sin lava, fue una explosión sin fuego. El fútbol se quedó en el tapabocas, contagiado por una tribuna que no tenía quien la contagiara...

Pumas vs. Chivas: Epidemia evita asistencia de aficionados

La gravedad de la época está en la portada de los periódicos que hoy destacan la suspensión de clases en todos los niveles hasta bien entrado el mes de mayo. Las calles, las vecindades y la gente, sobre todo la gente, parece inmersa en un estado donde mezcla sentimientos de tristeza y de pánico al mismo tiempo. Lo que era un domingo de boletos agotados se transformó, en pleno campus universitario, en un paraje desolado, con los policías custodiando algo que no requiere de custodia y con algunos curiosos que merodean el olímpico, se acercan, lo ven, lo huelen y tratan de asomarse, pero saben que hoy no podrán entrar. CU perdió hoy los sentidos básicos de sus casi históricas mañanas dominicales bañadas por el sol, alentadas por el grito de su pueblo y matizadas por la pasión que sólo ellos saben impregnarle al juego...

EL OLÍMPICO DE LOS ECOS

La pantalla del Estadio Olímpico envía un claro mensaje...
Sólo hay periodistas en las gradas, cámaras de televisión sobre el palomar, fotógrafos a nivel de cancha, dirigentes de ambos equipos y el entrenador nacional Javier Aguirre... Policías y un helicóptero que sobrevuela el olímpico...
Las ondas sonoras se apoderan de la jornada...

Son más de las doce del día y la avenida de los Insurgentes luce casi desértica. Bares y restaurantes, cerrados. Poco tráfico, el Metrobús vacío y casi nadie caminando por las calles. Las televisiones están encendidas y los aparatos de radio sintonizados.

La falta, el grito y el silbatazo se escuchan más que nunca.
Los 22 que corren tras un balón, las bancas, los técnicos nerviosos y los periodistas tomando notas de lo que supone ser casi una tragedia.

Arriba, Aguirre trata de concentrarse y el cemento, frío, duro e inexpresivo es testigo del tradicional choque...

LOS ARTISTAS, DESMOTIVADOS

Chivas pensó que el 1-0 le bastaba y luego puso marcha hacia atrás, situación que costaría el repudio y la critica de los rivales.

Pumas, sin el aliento de su pueblo, peleó hasta el final y defendió con las garras expuestas su permanecía como el dueño del "Grupo de la muerte"...

Ciertos domingos sirven para confirmar algunas teorías. Ésta no la necesitaba, pero todas formas era bueno reafirmarla. No hay fútbol sin gente, no existe, no sabe, no huele, no pertenece, no trasciende, no transmite, no siente, no respira, no vive... Este futbol, el de las tribunas vacías, el de los corazones que no palpitan y el del estadio que no sufre, éste futbol, no contagia...