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River ganó un partido jugando con autoridad

BUENOS AIRES -- Por primera vez en lo que va de la temporada River ganó un partido jugando con autoridad, manejando en la pelota con precisión, con velocidad, triangulando, fue sólido en defensa, teniendo un funcionamiento muy cercano a lo que pretende todo entrenador. Pero....siempre hay un pero, y en este caso es un interrogante conocido.

Ese maldito ataque, los delanteros que, pese a ser rotados casi en forma permanente, siguen sin darle peso al Millo de mitad de cancha hacia adelante. Esta vez ni Luna ni Funes Mori consiguieron la contundencia que Ramón tanto desea y públicamente pregona. Tal como sucedía con Mora – Trezeguet, o con el uruguayo jugando junto al Chino, el inconveniente de la definición continúa estando.

Pero contra Racing sí funcionó el resto. Y, nobleza obliga, hay que decir que muy bien. Las permanentes rotaciones de nombres y las variantes en los esquemas que el entrenador venía introduciendo, finalmente rindieron sus frutos. Aunque esa metodología, para muchos, no sea la indicada en un fútbol que se asocia más a los equipos sin tantas variantes. Una de las preguntas que en estos casos siempre hay que formularse, es: ¿habrá sido una tarde en la cual a River se le alinearon los planetas o realmente habrá encontrado el funcionamiento esperado? Eso se responderá el tiempo, el devenir de los partidos.

Principalmente porque si los delanteros no le aportan goles al buen fútbol, todo se le va a hacer más cuesta arriba. Pero en ese racimo de interrogantes hay uno que depende exclusivamente del entrenador. ¿Mantendrá el Pelado Díaz a los once, postergando, por ejemplo, a Ponzio y a Bottinelli? Esto suena más complicado. Porque se trata de dos futbolistas referenciales para el técnico y no da la sensación de que vaya a dejarlos afuera. ¿Debería hacerlo? Es una determinación difícil, pero en la balanza, a la hora del análisis, tendría que poner ese detalle que no es menor, que el Millo disputó uno de los mejores partidos de la temporada.

Quizás el aporte de Ariel Rojas no fue tan distinto al de Ponzio, pero sí lo fue la seguridad que le dio Eder Álvarez Balanta a lo que regularmente ofrece Jonathan Bottinelli. Usted dirá que se trata de un chico que lleva sólo un partido en la primera división, y es cierto, pero River en su historia se ha caracterizado por sustentar a sus jóvenes y así crecieron grandes figuras.

Otra cosa, ¿qué hará con Leonel Vangioni, a quien puso de 3, según palabras de Díaz, por única vez para apuntalar al juvenil colombiano en su primera experiencia en la primera división. Lo mantendrá en el puesto o volverá a la vacilante e inestable línea de tres en el fondo? Superados los flashes del triunfo que lo posicionó nuevamente en la pelea del título, Ramón tendrá que definir cosas importantes en la semana previa al choque con Arsenal. Pero claro, deberá hacerlo con el tranquilizador antecedente de haber ganado un clásico jugando bien.