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El homenaje de Beltrán a Clemente

No sé si fue coincidencia o hubo intencionalidad, pero esta vez fue Carlos Beltrán quien tomó el estrado en The Players' Tribune, al mismo tiempo en que los Marlins de Miami y los Piratas de Pittsburgh juegan en Miami la polémica serie que debió celebrarse en Puerto Rico.

Mientras los peloteros de ambos equipos y las Grandes Ligas le dieron la espalda a Puerto Rico, el jardinero de los Yankees de Nueva York subió a la tribuna virtual creada por Derek Jeter para contar de manera muy especial la manera de jugar pelota de los puertorriqueños, todos marcados por un mismo ejemplo: Roberto Clemente.

Y es que Clemente es el más universal de todos los boricuas. Nadie nacido en la Isla del Encanto ha influido tan positivamente en la sociedad como el Cometa de Carolina, grande en terreno, inmenso fuera de él.

Cuenta Beltrán cómo en Puerto Rico se habla de Clemente en las clases de historia, de la misma manera que se habla de los próceres de la independencia como Ramón Emeterio Betances o Eugenio María de Hostos.

Y su ejemplo marca la manera de jugar de cada niño boricua, desde que toma un bate en sus manos por primera vez.

"Cuando tienes la oportunidad de mejorar cualquier situación, y no lo haces, estás malgastando tu tiempo en la Tierra".

Esa frase marcó el paso por la vida del estelar pelotero, quien aprovechó cada segundo de los 38 años que estuvo entre los suyos.

Más allá de su muerte, el 31 de diciembre de 1972, sigue mejorando con su ejemplo la vida no sólo de sus coterráneos, sino de todos los peloteros latinos que ven en él el espejo en el que reflejarse.

Conmueve leer la manera en que Beltrán narra su avidez por conocer cada detalle de su ídolo, a pesar de que nunca lo vio jugar, pues nació en 1977, cinco años después de la muerte de Clemente.

Y el orgullo que sintió Beltrán cuando Willie Mays, uno de los mejores jugadores que ha pasado por las Grandes Ligas, se refirió al astro boricua como "el pelotero perfecto".

A veces nos deslumbramos con las estrellas actuales y nos olvidamos de la historia, de los hombres que con su esfuerzo y entrega sentaron las bases para lo que disfrutamos hoy.

Ese pelotero perfecto marcó el camino de Beltrán, de Iván Rodríguez, de Juan González, de Bernie Williams y la nueva generación de peloteros boricuas, que contra viento y marea, tratan de rescatar el béisbol de la isla, como Francisco Lindor, Carlos Correa o Javier Báez.

Por eso duele ver el estado lastimoso del béisbol puertorriqueño, por la desidia y el desinterés de funcionarios a quienes poco o nada les interesan las bolas y los strikes.

A Derek Jeter, gracias, una vez más, por darle un espacio a los deportistas para contar sus historias.

A Carlos Beltrán también las gracias por compartir íntimamente su visión de cómo debe jugarse el béisbol.

Y a Roberto Clemente por ser Roberto Clemente, perfecto a pesar de ser humano.