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Decisiones difíciles

STUTTGART -- Desde la gira americana de Indian Wells y Miami no escribí nada. Les juro que estuve muy ocupada entrenando y preparándome para la segunda fase de este proyecto que arrancó en Bogotá, un torneo que se jugó hace apenas 3 meses pero que queda tan lejos...

La semana pasada estuvimos en Stuttgart, un torneo realmente hermoso con una organización impecable y donde siempre nos tratan muy bien. Ya saben que es un torneo al que suelen ir todas las jugadoras Top y prueba de ello fue la final de singles, nuevamente entre Sharapova y Azarenka, pero con partidos muy lindos desde primera ronda.

En dobles fue una semana difícil, primero porque Gise tuvo un partido muy duro en singles que la dejó dolorida después de 3 sets muy exigentes. Y además, afectada obviamente porque no termina de salir de esa mala racha que a todos nos pasó alguna vez y la verdad que es feo, porque dejas todo pero las cosas no se dan.

En primera ronda tuvimos un partido que sobre los papeles era fácil, pero son esos choques que te ponen mas tensa que nunca. Si bien eran las cuartas clasificadas era un enfrentamiento que no deberíamos perder. Y no fue fácil porque, en el segundo set, estuvimos siempre abajo. Pero supimos dar lo mejor y jugar muy bien en los momentos importantes.

En cuartos de final pasaba un poco lo mismo. Enfrente teníamos a dos chicas que vienen jugando bien pero contra quienes no deberíamos perder a priori. Por suerte también supimos como resolver favorablemente el partido, sin brillar, pero definiendo bien en los momentos importantes.

Después de ganar en cuartos, el jueves, nos quedaba el viernes libre para jugar la semi el sábado y -si pasábamos- la final el domingo. Así que el día libre nos levantamos contentas con nuestra victoria del dia anterior y nos fuimos a entrenar. Yo hice gimnasio 40 minutos para seguir fortaleciendo y luego una hora de tenis con Gisela.

Cuando termine, elongué y mientras me duchaba (todo iba lo más bien) me quedé durísima de la cintura. Una cosa rarísima la verdad.

Me fui a la trainer de la WTA, me vio mi masajista, visité a un quiropráctico. En fin, hice lo imposible por recuperarme pero la verdad que el sábado no era un día para arriesgar toda la gira de polvo que se viene con Madrid, Roma y Roland Garros. Son todos grandes torneos, es decir los que más nos gusta jugar.

Es una decisión muy difícil retirarte porque tu compañera se queda con las ganas de seguir (si bien Gise entendió que era lo mejor para las dos) y también porque cuando estás en semis el torneo ya está muy cerca. Además, realmente nos veíamos con opciones de ganarlo, pero así es el deporte y, a veces, hay que tomar decisiones difíciles como esta, pero que a medio-largo plazo pueden ser la mejor estrategia.

De poco serviría ganar Stuttgart lesionándome si luego no puedo jugar el resto de torneos que nos pueden hacer llegar a los JJ.OO. de Londres como clasificadas. No hay que olvidar que ese fue nuestro objetivo inicial antes de empezar a jugar juntas.

Hoy es martes y el jueves ya estare en Madrid, adaptándome a los 600 metros sobre el nivel del mar y al polvo azul. Toda una incognita porque nadie lo experimentó aún y no sabemos si las sensaciones serán buenas o no.