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'Chicharito' y el estruendo de su silencio

Hernández rompió con quienes eventualmente cuestionaban y cronicaban la irregularidad en una etapa de su carrera. Getty Images

LOS ÁNGELES -- Abruptamente, Javier Hernández se divorció de la mayoría de los medios mexicanos. Incluso con los que no estaba casado. E incluso con los que mantenía un amasiato advenedizo.

Y claro rompió con quienes eventualmente cuestionaban y cronicaban esa irregularidad que marca su carrera, para ir de goles sublimes a pifias ridículas.

Al Chaplin del Gol no le hicieron mucha gracia éste y otros apelativos que sólo pretendían consumar, sin consumir, esa fascinante capacidad para glorificar el gol con un remate grotesco e imposible, o el chasco y lo chusco de mandar al limbo de la tribuna un balón que rasuraba los bigotes de la portería.

Claro, este reportero fue incluido en esa disección tipo eunuco con cimitarra que hizo el goleador del Bayer Leverkusen, pero que como otros, yo tampoco lo seguía en sus cuentas de Twitter o Instagram. Como sea, él actuó con la exquisitez de Jack el Destripador.

Se agudizó el divorcio cuando en varios medios se mofaron de una contradicción obscena de 'Chicharito', como reflejo de lo que es en la cancha como goleador genuino. Mostró la inconciencia inconsistente de su inconsciente conciencia social.

Primero, Javier había criticado al gobierno mexicano con una ¿mascarada? sobre la masacre de Ayotzinapa, y después se plegó al besamanos organizado por las autoridades alemanas hacia el presidente Peña Nieto. El Lobo Feroz terminó siendo Caperucita Roja.

Acto seguido, la lista de tarjetas de Navidad de Javier Hernández se redujo dramáticamente y se incrementó la de bloqueados en sus cuentas. 'Chicharito' inventó su propio, aunque inofensivo Ayotzinapa: el veto.

Ya antes de este destajo emocional en redes sociales, Javier había decidido, y lo ha ratificado después, no hacer declaraciones a medios mexicanos o en español, excepto claro a quienes consuetudinaria y consistentemente le han arrimado incienso a su carrera de altibajos en resultados.

Sin embargo, Javier Hernández exploró otros horizontes. Y lo ha hecho de manera muy astuta... y hasta, parecería, inteligente.

Si alguna vez leyó a Juan Rulfo, 'Chicharito' habrá descubierto una de sus aseveraciones: "El silencio puede ser el más estruendoso de los ruidos".

Así como frunció el ceño a hablar en español desde la gira del Bayer Leverkusen por EEUU, se ha dejado querer por las sirenas conciliadoras que le cantan en inglés, portugués y francés.

A sabiendas de que sus palabras en ese perfecto inglés que maneja, terminarán con reverberaciones entre sus pastorcitos mexicanos, el profeta del balompié mexicano ha aceptado entrevistas con Los Ángeles Times, France Football, Récord de Portugal, etcétera.

Y ante estos medios, ha dado más intención a sus declaraciones, como develar que su futuro en el verano será en el peregrinaje despiadado que depara la Copa América Centenario, y a sabiendas, por supuesto, que él es la segunda figura mediática del torneo, después claro de Lionel Messi, y ante la ausencia de Neymar.

Javier es de los que gustan devotamente lavar públicamente sólo la ropa limpia. Y no hay pecado en ello.

Ante esta manifestación tan mexicana del mexicanísimo mexicanismo de 'Chicharito', recupero un párrafo de Juan Villoro respecto a la Ceremonia de El Grito de Independencia,

"¿Qué le pasó a un país donde la Independencia se celebra con banderas hechas en China, donde compramos mole en Wal-Mart y donde pagamos los tragos y las botanas de El Grito con una tarjeta BBVA".

¿Hizo bien 'Chicharito' en ese veto múltiple a medios al bajar la cortina a entrevistas, o accesos en Twitter e Instagram? Tiene todo su derecho. Si los comentarios le incomodan y decide aplacarlos, hay herramientas para ello. Alicia eligió su propio País de las Maravillas.

¿Es imprescindible para los medios? No. Es una herramienta más. A final de cuentas su mejor discurso lo debe dar en la cancha, como lo hace con Leverkusen y lo debe dar con México, hasta llegar a rebasar a Jared Borgetti en la lista de romperredes.

Además, en este vecindario universal, infranqueable, de redes sociales, que convierten a todos en habitantes de una casa de cristal, tarde o temprano las melosas propuestas románticas o las aseveraciones futboleras, terminarán cayendo en chismorreos de lavadero público. Al final, Chicharito es vecino de todos por el don de la ubicuidad del Twitter.

¿Le afecta a alguien esta decisión de Javier Hernández? A nadie. Además de conseguir comodidad poniendo oídos sordos a palabras que él considera necias, su juez supremo es el futbol, es la cancha, es el marcador.

Le preguntamos a Israel Márquez, jefe de prensa de la Selección Mexicana sobre estas decisiones de 'Chicharito Hernández de no hablar con medios mexicanos o en español, en general, y sobre porqué puso mordaza cibernética a una veintena de medios.

"No lo sé. Es su decisión. Varios colegas tuyos me preguntaron sobre porqué los había bloqueado y me sorprendió también, pero es una decisión totalmente personal y respetable", explicó Israel.

Y, ojo, nadie puede juzgarlo de altanero, soberbio, prepotente, agrandado, porque a la afición le sigue dedicando tiempo y espacio.

Pese, eso sí, al contraste aberrante de postularse como militante solidario con los 43 mártires de Ayotzinapa, para luego besar la mano de uno de los presuntos responsables, en la cancillería mexicana en Alemania. No puede ser solidario, como mexicano, de una misma pena con el mismo Peña.

Recordemos, por otra parte, los compromisos estrictos de 'Chicharito' son con su club profesionalmente; con la Selección Mexicana, filialmente, y con su familia, fervorosamente. El resto, es parte de un horizonte voluble, de acuerdo al entorno propio del balompié.

Javier Hernández podría cobijarse para la disertación cargada de ironía y sarcasmo del francés Jules Renard: "Nuestra crítica consiste en reprochar a los demás el no tener las cualidades que nosotros creemos tener".