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Champions: magia blanca, magia negra

MIAMI -- Es una batalla desigual. De un lado, el Pastor de los Milagros. Del otro lado, los milagrosos sin pastor.

Atlético de Madrid y Real Madrid, en la Final de la Champions en Milán. Un ajedrecista magistral con peones. Del otro lado, alfiles y reinas con un especialista en rayuela.

De un lado, 'Cholo' Simeone y su baúl de trucos, con el lenguaje, la vehemencia y una que otra artimaña.


Del otro lado, los trucos fascinantes de algunos de los mejores futbolistas del mundo y referentes de las selecciones nacionales de su país.

Frente a frente. Un general capaz de armar revoluciones con campesinos que transforma en artesanos del triunfo. Y ante artistas del futbol, dirigidos por un generalísimo alguna vez en la cancha, pero hoy, en la banca, desnudo de sus blasones.

Un equipo tiene a un hombre con el poder de la palabra para encender e incendiar la sangre de hombres dispuestos al suicidio y la inmolación por la cotización eterna de ganar la Champions.

El otro, tiene entre sus once a futbolistas prodigiosos, de temperamento genuino, que posiblemente nunca sean mejores jugadores que su técnico, un histórico de la Casa Blanca, aunque hoy Zinedine Zidane es más parte del milagro del espíritu madridista que el orfebre genuino del mismo milagro.

Será pues una batalla cautivante. Una guerra donde la magia, la fascinación y el arte pasarán a ser incidentales, pero también accidentales, al quedar claro que el nervio, el músculo, la sangre, el roce, serán los mecanismos rigorosos en la riña futbolera.

El 'Cholo' Simeone ha confirmado que necesita de los atletas kamikazes antes que de artistas. El Renacentismo del Atlético de Madrid es un fenómeno de transpiración y de aspiración, antes que de inspiración.

Zinedine Zidane está en manos de sus futbolistas. Su presencia recrea una época mágica de la Casa Blanca. Pero los museos no dirigen equipos, adornan.

'Zizou' sabe que le espera una emboscada el 28 de mayo en Milán. Y no tiene cómo contrarrestarla, pero espera que Cristiano, Bale y Benzema sean capaces de premiar el extraordinario esfuerzo y la extraordinaria misión que aguarda a Modric, Casemiro y Kroos.

Insisto: la guerra parece desigual. Once peones bajo una mano firme pero delicada de un zar del tablero. Y once piezas poderosas en manos de un hombre asiduo a los crucigramas.

Y uno, el 'Cholo' Simeone, paladea la amenaza del peligro, porque lo identifica y orquesta cómo entramparlo. El otro, Zidane, paladea la ansiedad nerviosa de tener que enviar desnudo a su batallón.

El Atleti saldrá a la cancha a morder al Madrid, sabiendo que Aquiles es tan vulnerable como su talón, es decir, tan vulnerable como la capacidad de estrategia de su entrenador.

Porque, al final, Simeone es amo y señor del vestuario. Zidane sólo es amo y señor de observar las voluntades impredecibles de sus dirigidos.