<
>

Canelo-Khan: desigual y predecible

El cambio de peso traerá problemas a Amir Khan porque perderá velocidad y sería presa fácil de Canelo Alvarez Alex Livesey/Getty Images

Saúl Canelo Álvarez, campeón mundial peso mediano del CMB, realizará la primera defensa de su título ante el británico Amir Khan, un ex monarca universal súper ligero y que estaba posicionado como el rival mandatorio al título welter CMB en poder de Danny García. La batalla se cumplirá el 7 de mayo, posiblemente en Las Vegas, y se comercializará por el sistema de PPV.

Para Khan, un eterno candidato a enfrentar a todos los campeones de moda, sin duda, es una buena noticia. ¡Por fin se le dio aquello que tanto buscó!: una pelea titular y en PPV. El británico fue la eterna muletilla de la receta Floyd. Sonaba y sonaba como posible rival, hasta que Mayweather terminaba eligiendo a un oponente diferente. En tiempos recientes, sonó para enfrentar a Manny Pacquiao, pero todo quedó en anuncios de prensa. Ahora subirá a pelear por un título mediano y en una pelea totalmente desigual y de resultado previsible. Pero eso, para él, no parece ser muy importante.

Y no es necesario preguntarnos en lo previo por un posible resultado del combate. Ganará Canelo y por KO. Tal vez, solo restará imaginar en que momento de la pelea se producirá ese desenlace. Que Amir Khan haya sido elegido como rival del mexicano nos sorprendió a todos. Imaginábamos un rival accesible, pero el británico supera cualquier límite. Y es necesario explicar el porqué.

No es ninguna novedad apuntar a las diferencias físicas y de peso como el factor que aleja cualquier opción favorable al boxeo de Khan. El británico mal ha realizado sus últimas tres peleas en las 147 libras, antes de ello su carrera se movió entre las 135 y las 140 libras donde le vimos grandes actuaciones y vivió su mejor momento. Cuando subió al peso welter ganó con dificultades a tres rivales apropiados, sin embargo perdió velocidad y también perdió poder en la pegada.

La pelea con Canelo Alvarez se realizará en las 155 libras, tal como lo advirtió el manager del mexicano, Edy Reynoso, "el que quiera enfrentar a Canelo deberá bajar o subir hasta las 155 libras o no habrá pelea". ¿Podrá Khan cumplir ese requisito? Es posible que consiga arañar las 155 libras en la balanza, pero al día siguiente lo veremos más pesado, más lento y sin reflejos.

En resumen, con exceso de peso y sin velocidad, Amir Khan no tendrá más remedio que ir al intercambio en la corta distancia y jugarse los boletos en los primeros asaltos, mientras le dure el oxígeno en los pulmones. Ante ese panorama, Saúl Álvarez, que la noche del combate pesará más de 170 libras y que tiene buena pegada, especialmente cuando enfrenta a rivales que van al intercambio y le permiten el contragolpe, no dudamos que se lucirá y conseguirá un KO espectacular.

¿Cuándo? Esa es la única incógnita. No imaginamos una sorpresa, es imposible predecirla. Que ocurra algo diferente al libreto anunciado sería una verdadera catástrofe. Una tragedia difícil de imaginar, tras la cual al mexicano solo le quedaría retirarse del boxeo. Al escribir estas líneas solo cumplimos con el deber ético de otorgar el beneficio de la duda a las condiciones reales de Amir Khan. En boxeo todo puede suceder, incluso una hipotética victoria del más débil. Aunque las posibilidades en este caso son tan pequeñas, que al golpe de vista hasta parece que no existen esas posibilidades.

LA APUESTA DE GOLDEN BOY

Es indudable que la decisión de enfrentar a Saúl Álvarez contra Amir Khan tiene mucho de comercio y movida estratégica de Golden Boy Promotions en la carrera que sostiene contra su competir Al Haymon, al que le birlaron al británico. Khan era el rival mandatorio de Danny García, campeón welter del CMB, y el propio presidente del organismo, Mauricio Sulaimán, había advertido sobre la obligación de que se cumpliera ese combate antes de junio. Es fácil imaginar que a Amir Khan lo convenció de cambiar de rumbo una buena oferta económica y en una pelea de mucha expectativa. O sea, triunfó el negocio.

GBP movió las piezas del tablero, un derecho que le asiste. Sin embargo, también es necesario preguntarse dónde queda el respeto a la ética deportiva. ¿Amir Khan disputando el título de los pesos medianos, cuando mal ha logrado llegar al peso welter? Parece broma.

Es temprano para evaluar el impacto que pueda tener esto en la imagen y la credibilidad del boxeo. Sin embargo en una recorrida rápida por los incontables foros de Internet donde se comenta la noticia, no encontré una sola opinión favorable. Por el contrario, llueven las críticas y los comentarios indignados. El propio Ignacio Beristain no dudó en predecir una pelea breve, con ventajas de peso muy claras para Canelo Álvarez.

En mi columna anterior mencioné la necesidad de que Canelo se comportara como un verdadero campeón mexicano. El pedido apuntaba a las reiteradas señales nacidas en el equipo de Canelo que ponen en duda la realización de la pelea del mexicano contra Gennady Golovkin en septiembre. Desde mi punto de vista la elección de Amir Khan es otra señal en la misma dirección.

Si necesitaban un rival de características similares al kazajo y que les permitiera ensayar una estrategia adecuada en esa pelea previa, es obvio que eligieron todo lo contrario. No olvidemos que el propio Eric Gómez, vicepresidente de GBP, había mencionado como posibles rivales a dos ex oponentes de GGG: Gabriel Rosado y Willie Monroe Jr. Si bien ellos también se podían ver como rivales a modo, cumplían el requisito lógico de enfrentar a un oponente en común y del mismo peso antes de la gran batalla.

No tengo dudas en señalar que el 7 de mayo en Las Vegas habrá más de lo mismo. Otra crónica de un resultado anunciado. La paradoja es que cuando creíamos habernos librado para siempre de los shows que por tantos años nos vendió Floyd Mayweather, ahora es Canelo Álvarez el que toma la posta y apuesta por la misma receta. "Será una pelea espectacular, de algo riesgo y tiene una cláusula de revancha" dijo el promotor Oscar de la Hoya sobre la pelea. Lo dicho antes, la misma receta de Floyd: "vender un plato de cuarta, como si fuera de primera".