Boxeo
Carlos Irusta 8y

Narváez ahora sueña en peso gallo

BUENOS AIRES -- Omar Narváez, a los 40, sigue soñando y por eso anuncia ahora que quiere ser campeón mundial de tres categorías. Con una marca de 45 peleas ganadas, 2 derrotas y 2 empates, con 24 KO, se consagró el viernes a la noche campeón Latino de los gallos, en la versión de la Federación Internacional de Boxeo.

Se impuso por nocaut técnico en 8 asaltos al venezolano Jesús Gazú Vargas, que fue retirado por su esquina, luego de haber recibido un tremendo castigo durante todo el desarrollo. El visitante suma ahora 14 victorias con 4 derrotas, un empate y 10 KO.

La gente, en el Nuevo Palacio Aurinegro de Puerto Madryn, en la provincia de Chubut, estalló en una ovación ante un Narváez impecable que mantuvo un ritmo encendido y parejo a lo largo de toda la pelea. Le pegó a su rival en una proporción mayor a tres a uno, toda vez que su rival, a partir de la cuarta vuelta, se mostró totalmente subordinado mental y físicamente ante un boxeador de la jerarquía del argentino.

Lanzando golpes muy abiertos, y anunciados, con un estilo de pelea sumamente erguido y sin defensa, el venezolano fue conectado por Narváez cuantas veces el Huracán se lo propuso. Lento y sin reacciones, fue presa fácil de un hombre que, como el argentino, tiene una gran experiencia internacional. En una palabra: pasó lo que tenía que pasar.

Hasta aquí, una victoria más que indiscutible y amplia, en todo sentido, pero vale también una pregunta: ¿Se puede tomar a Jesús Vargas como una medida exigente, de primer nivel?

Nadie duda de la jerarquía de Narváez, pero a esta altura de su carrera, y con todo el derecho del mundo a soñar, proyectar y ambicionar, también es bueno tener en cuenta que no todos los próximos adversarios pueden ser como Vargas.

Narváez, que reinó en peso mosca y supermosca, cuenta solamente con dos derrotas, ambas en el extranjero, frente a Nonito Donaire –justamente en peso gallo- y frente a Naoya Inoue, quien lo noqueó en Japón. Y, cuando hasta hace poco se insistía en una nueva confrontación con el invicto japonés –una revancha muy peligrosa para el Huracán-, ahora se abrió el juego cambiando de categoría y pasando a gallo.

El campeón FIB de los gallos es el inglés Lee Haskins, llamado el Playboy, quien logró el título sin pelear cuando Randy Caballero no dio el peso. A los 32, suma 32 ganadas con 14 KO, 3 derrotas –todas por nocaut- y ningún empate. Haskins, zurdo como Narváez, y ex campeón británico, también ha militado en divisiones menores como el argentino.

Ese ahora es el desafío y el compromiso, y seguramente mucho tendrá que ver Osvaldo Rivero en el trabajo de conseguirle una pelea titular a Narváez. El Huracán ganó ampliamente, en una noche sin fallas, pero ante un rival que dejó de serlo cuando comprendió que era superado en todos los terrenos.

Será cuestión de esperar y ser cautos en cuanto al futuro: es bueno tener en cuenta que lo del viernes, en Puerto Madryn, fue una exhibición ante un rival muy lejano a los pergaminos y la experiencia de un boxeador como Narváez.

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