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'El Distinto' vs 'El Águila'

El chaqueño Cuenca irá en busca del desquite frente al loca Troyanovsky. O.R. Promotions

BUENOS AIRES – César René Cuenca, apodado “El Distinto” partió rumbo a Rusia pleno de optimismo. Este hombre, que estuvo a punto de igualar a Floyd Mayweather en la cantidad de victorias (suma ahora 48-1-0-2 SD, con solamente dos nocauts) sueña con recuperar su corona welter junior de la FIB.

Cuenca enfrentó el 4 de noviembre pasado a Eduard “El Águila” Troyanovsky y perdió en confuso final, por nocaut técnico en el sexto asalto. En aquella ocasión, y tras una especie de doble caída (se agachó el argentino, el ruso se cayó encima de él y finalmente el árbitro detuvo la pelea), la corona cambió de manos. El actual campeón suma ahora 23 peleas, todas ganadas, con 20 antes del límite.

“Sufrí un corte en un ojo, que creo que fue por un rodillazo. Hice señas moviendo la cabeza, quejándome, pero el referí (el norteamericano David Fields) entendió que yo no quería seguir más y paró la pelea. En realidad, me quejaba del corte y de la acción, y hasta pedí un traductor, pero el referí no me entendió y terminé perdiendo”, dijo Cuenca en su momento. “Yo estaba a punto de empezar a trabajar con más fuerza, porque íbamos recién por el sexto, pero no pudo ser. En la revancha, será diferente”. Cuenca, esa noche, iba por su victoria número 49: no pudo ser.

Aquel confuso final provocó la airada queja del grupo argentino, encabezado por el técnico de Cuenca, Mario Tedesco, y también la resolución de la FIB para una revancha.

Ahora llegó el momento. Imposible no recordar la primera pelea. Cuenca se movió muy bien por todo el ring, pero careció de profundidad en los ataques ante un boxeador que luce primario, pero muy efectivo. “Me dio un golpe en la boca que me dejó el labio dormido por un par de días: es muy peligroso”, admitió Cuenca.

A pesar de que todo indicaba que “El Águila” estaba sumando puntos. Un jurado –el argentino Omar Fernández- tenía a su vez un punto de ventaja para su compatriota.

La pelea, que se efectuará este viernes en el Krylia Sovetov de Moscú, a partir de las 15.30, hora de Argentina.

En la conferencia de prensa no hubo ninguna situación altisonante, acorde con la personalidad de los boxeadores. Cuenca afirmó que “Tengo la revancha que quería y no hay hostilidad con Eduard, quiero que todo sea honesto y como de costumbre, me preparé muy a conciencia para ganar”

Si es por autoridades, serán neutrales. El referí será Malik Waleed, norteamericano –y sin gran experiencia en peleas de campeonatos mundiales-al igual que dos jueces, Richard Green y Chris Wilson, mientras que el otro jurado es Samuel Conde López, de Puerto Rico. Supervisor: Aníbal Miramontes, argentino radicado en los Estados Unidos y una de las personalidades más importantes de la Federación Internacional de Boxeo.

Malik Waleed, el referí, anduvo en 2012 por Córdoba, Argentina, en una pelea eliminatoria supermosca FIB en la que el cordobés Roberto “Incho” Sosa, le ganó por puntos al sudafricano Zolani Tete.

Troyanovsky, a propósito de aquella controvertida decisión, aseguró: “Por lo que yo sé, el árbitro le preguntó varias veces a Cuenca si quería seguir y dijo que no. De la misma forma en que no hubo rodillazo alguno que lo lastimara, fue un uppercut de izquierda. De todas maneras, el viernes voy a hacer un planteo similar. Quiero ganar y luego medirme con Viktor Postol”.

Postol es el titular WBC, título que logró ante el argentino Lucas Matthysse, quien decidió no levantarse tras una caída que le provoco un corte en un ojo.

Los estuvieron perfectamente en la categoría welter junior, cuyo límite es de 63,500 Kg. El argentino registró 63,400 y el campeón mundial, 63,100.

No será fácil la pelea para Cuenca. En la anterior, se notó que la potencia del campeón marcaba diferencias. Cuenca, que no es precisamente un noqueador, deberá emplearse mucho para sumar puntos, ya que su estilo no siempre es lo suficientemente agresivo. Troyanovsky ahora como campeón, luce como favorito.

Será cuestión de ver si las piernas y la velocidad de “El Distinto” pueden más que las garras de “El Águila”