Boxeo
Bernardo Pilatti | ESPN Digital 7y

Recuento de los daños y aciertos del combate Canelo-Golovkin

El empate final en la más esperada pelea del año, ha sido el tema obligado en el inicio de la semana. La batalla entre Gennady Golovkin y Saúl "Canelo" Álvarez divide opiniones sobre quien mereció ganar, unifica las críticas sobre la inusual puntuación de la juez Adelaide Byrd y en general, reúne consenso sobre el gran espectáculo que brindaron los dos rivales en el cuadrilátero.

El combate por la supremacía en el peso mediano rompió con las malas expectativas previas y sorprendió positivamente desde lo deportivo con un electrizante choque de estilos y estrategias. El 2017 pintaba para ser un año para el olvido en materia de grandes eventos, gracias al fiasco de Canelo vs. Chávez Jr. y la farsa de Mayweather vs. McGregor. Sin embargo, esta vez sí, la tercera fue la vencida y desde lo que desea ver el fanático, emoción y entrega, la batalla cumplió con lo prometido.

Pero, cuidado, no por cumplir los rivales, ya basta para santificar lo visto. Hay un recuento donde se pueden repartir tanto daños como beneficios.

LOS DAÑOS

La Comisión Atlética de Nevada definitivamente perdió la credibilidad y deberá reinventarse. Desde hace un buen tiempo y bajo su órbita se siguen cometiendo equivocaciones. Algunas graves y otras no tanto, pero la repercusión mediática de los eventos que se organizan en Las Vegas parece que está superando su capacidad para ser la principal garantía de que todo transcurra dentro de la normalidad. La última perla fue aprobar la pelea de Floyd-McGregor. El error en el puntaje de la jueza Byrd, puede ser un error humano, pero, para desgracia de la comisión, cualquier cosa mala proveniente de esa comisión, solo será "más de lo mismo".

La cartelera de Golovkin vs. Canelo era la más esperada del 2017, la que necesariamente debía reivindicar lo mejor del boxeo profesional y la que necesariamente merecía tener un respaldo acorde a esa importancia. Nada de eso ocurrió y una vez más fallaron HBO y Golden Boy Promotions. A la pelea estelar le faltaron grandes nombres en el respaldo y por una razón elemental. Este tipo de eventos acercan al boxeo a fanáticos no habituales y necesariamente debemos ofrecerles como aperitivo a figuras ya impuestas para que el interés sea verdadero. Eso no ocurrió y fue, quizás, el punto negativo de una pelea estelar que llenó todas las expectativas.

Adelaide Byrd vio otra pelea y cuando todos debían hablar de la justicia de un empate, infelizmente, se aprovecharon del horror de su tarjeta para establecer errónea y equivocadamente la existencia de un robo o una estafa en el T-Mobile. Byrd tuvo el triste honor de jalar el gatillo de la inconformidad y les dio munición pesada a los activistas del reclamo. Su suspensión no apaga el error y pese a su largo pasado juzgando peleas, como siempre la historia olvidará sus aciertos y será recordada por esta "metida de patas".

El pesaje de la FIB antes del combate ha sido uno de sus grandes aciertos, especialmente porque le ha otorgado otra seriedad a sus peleas de título. Más allá que se haya alegado que solo regía en peleas de unificación, el mismo obligó en la pelea anterior de GGG a que su rival renunciara a pelear por su cinturón a fin de no tener que pesarse. Se sabía de antemano que Canelo suele tomar ventajas de su buena hidratación y su tonelaje siempre supera al de sus rivales, lo que necesariamente debe ser tomado como una ventaja. Para esta pelea la FIB debió mantenerlo y si no estaba, debió incorporarlo. La imagen que nos queda es de una decisión o falta de decisión poco transparente.

Las palabras de Canelo al final de la pelea, casi borran con su boca todo lo bueno que escribió con sus manos. Una vez más careció de humildad y sentido común sobre la manera de expresarse al final de una pelea. Es posible que esa carencia sea parte de su ADN comunicativo, pero al tapatío lo rodea un equipo muy amplio de gente con la capacidad suficiente de asesorarlo en ese aspecto. Canelo necesita otra demagogia, otro relato para congeniar con sus fanáticos y en especial con sus detractores. Era el momento para conquistarlos, como lo hacen los grandes ídolos: con gestos populares, sin arrogancias, llegando con humildad a la fibra emotiva y sencilla de la gente sencilla que le sigue. El respeto por el rival y el resultado pudo ser una forma de humildad que le hubiera evitado los abucheos.

LOS ACIERTOS

La pelea mostró un muy bien definido choque de estilos y estrategias, algo que favoreció su lectura. No siempre que se producen choques de estilo las dos partes conforman a la mayoría. Al fanático en general lo seduce el estilo agresivo, el rival que pone presión y busca el intercambio abierto. Esta vez, los estilos se complementaron de manera homogénea y lograron un explosivo equilibrio.

Los rivales y su entrega, conformaron el mayor logro de la pelea. Pese a todas las especulaciones negativas y sospechas - fundamentadas o no - sobre la posibilidad de que nos repitieran el fiasco de grandes eventos anteriores, ambos demostraron un alto espíritu deportivo. No hubo especulaciones, no hubo un rival que demostrara algún tipo de amnesia boxística a la hora del combate ni tampoco se dieron concesiones. Se golpearon duro, buscaron lastimarse y generaron un apasionante duelo del boxeo que todos merecen ver.

La esquina de Canelo se superó a sí misma. Para que su pupilo haya conseguido equilibrar la supremacía previa que preveíamos en GGG, hubo un trabajo duro y acertado en el campamento previo. Ello incluye una estrategia acertada tanto en el manejo del plan de pelea como en la filosofía táctica que inculcaron en Canelo. Mejoró a la hora de pasar golpes, logró una fortaleza que no le anuló el cardio, fue acertado en el contragolpe y sumamente efectivo en los golpes al cuerpo, la verdadera panacea de esos aciertos.

Las Vegas sigue siendo el palco de los grandes eventos y difícilmente alguien le pueda disputar ese primer lugar. Es verdad que muchas veces asociamos la ciudad del juego con su Comisión Atlética. Y es verdad que por evitar los horrores de esa comisión ya se escuchan voces reclamando que no se realicen allí las peleas de más alto perfil. Pero son cosas separadas. La Comisión debe encontrar remedio en algún lugar, la ciudad es otra cosa. Su brillo, sus luces y la historia asociada al boxeo ya la convierten en algo insustituible

La repercusión social de esta pelea tuvo un doble valor. Por un lado demostró el crecimiento de la repercusión del boxeo a partir de su divulgación en las redes sociales y por el otro lado, pasó borrador al mal recuerdo del lamentable fiasco de Mayweather vs. McGregor del pasado 26 de agosto. La confesión del luchador irlandés de las MMA luego de recibir su cheque, donde reconoció que había sido socio de una burla debe ser razón suficiente para alegrarnos de que este sábado en Las Vegas triunfó el boxeo y las redes sociales sirvieron para trasladar sus repercusiones.

CONCLUSIONES

El recuento de los daños, sin duda, dejó menos daños de los esperados. Gennady Golovkin y Saúl "Canelo" Alvarez -- como lo titulamos en nuestro análisis luego del combate -- reivindicaron el boxeo que todos queremos. El de entrega, el de emociones. El boxeo competitivo, que se practica con seriedad y por sobre todas las cosas, con respeto hacia el aficionado.

Los errores apuntados, tienen solución. Los beneficios apuntados, salvan mucho del futuro de este deporte como negocio y como deporte, porque al final del día el deber de todos siempre será protegerle esa esencia al boxeo: la deportiva.

Para quienes este deporte es algo más que un entretenimiento. Para quienes cultivamos la pasión por el boxeo como una filosofía de vida que nos ocupa gran parte de nuestros días, la pelea del sábado en general nos dejó felices y satisfechos. Ella ha provocado opiniones diferentes, ha generado el sano debate, le ha dado luz a distintos puntos de vista, nos ha enfrentado unos contra otros defendiendo cada uno su punto de vista, pero a todos ha logrado convencernos de que el boxeo, el verdadero boxeo, es ese que vimos en el ring del T-Mobile. Y más allá del resultado, nada importa más que ese detalle. El boxeo está vivo y lleno de salud. Felizmente.

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