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Cartelera explosiva y grandes victorias de Valdez y Ramírez

La cartelera de Top Rank en ESPN en Tucson, Arizona, dio mucho más de lo que prometía y tanto Óscar Valdez como Gilberto Ramírez defendieron con éxito sus títulos luego de dos tremendas guerras que, por momentos, obligaron a que la platea siguiera de pie las acciones.

Para que las batallas principales de la noche del viernes hayan sido tan explosivas hubo dos rivales que pusieron la mecha: Jesse Hart y Genesis Servania.

Ambos soportaron castigo, sobrevivieron a momentos duros y se recuperaron para poner en aprietos a los dos mexicanos, que tuvieron que sudar para llevarse las victorias en otra noche memorable para el boxeo de primer nivel.

Óscar sacó la casta
El ex olímpico y campeón OMB de la División Pluma se presumía que tenía en lo previo una batalla que no representaba un riesgo mayor y a la que llegaba dispuesto, incluso, a llevársela por nocaut, según su propio vaticinio.

Pero nada más lejos de la realidad. Por el contrario, el filipino Genesis Servania logró hasta mandarlo a la lona y no estuvo lejos de causar la gran sorpresa en el cuarto asalto, cuando el mexicano se las vio realmente feas en la batalla.

Esas dificultades aparecieron tan temprano para Valdez como en el primer asalto. Un inicio que ocurrió como lo imaginamos. El sonorense moviéndose permanentemente, estableciendo la distancia con el jab y golpeando con combinaciones rápidas de dos o tres golpes. Servania sería la presión constante, buscando lastimar con sus golpes de poder, especialmente la derecha. En ese tramo, Valdez insistió con la zona media, mostrando que la intención temprana era bajarle revoluciones al rival.

En ese lapso le dio buen resultado, al menos en el segundo y el tercer episodios, cuando vimos al mexicano lucirse con su variado arsenal e incluso colocando una combinación para el aplauso, cuando lograba una secuencia de gancho afuera que impactaba en las costillas y remataba con otro gancho a la barbilla, por adentro y con la misma mano.

También cuando manejaba con acertada regularidad sus cuerpeos y respuestas rápidas a un Servania que no lograba ajustar ni encontrar su distancia.

Todo cambió en el cuarto episodio. En una salida lateral hacia su derecha, Valdez perdió la concentración, dejó expuesta la parte izquierda de su rostro y allí le impactó Servania con una derecha que lo envió a la lona. Los segundos restantes del asalto pudieron ser los últimos. Al filipino le faltó tiempo para terminar al mexicano, si bien consiguió sobre el final del round colocar otra terrible derecha.

Para el quinto, para no dejar dudas, Valdez le devolvió la gentileza y lo mandó a la lona con una recta de izquierda poderosísima. Ocurrió entonces la misma escena del round anterior, pero a la inversa, y esta vez fue a Valdez a quien le faltaron segundos para liquidar a Servania, quien no estaba en buenas condiciones.

Desde el sexto asalto, con el filipino recuperado, la batalla fue de pura exigencia física y muchos golpes lanzados y conectados. Bajo ese dibujo de combate, poco a poco fue el mexicano quien hizo prevalecer su mayor velocidad, su capacidad de cuerpeo y su golpeo constante. A su vez, Servania apostó toda su estrategia a conseguir un golpe decisivo con su derecha o a tratar de llevarse los asaltos apurando en su final.

Valdez logró controlar el combate manteniendo el ritmo y exhibiendo una notable condición física. Incluso, arriesgando en los últimos asaltos cuando se fue al tú por tú por momentos o tuvo un par de descuidos similares al que le costó la caída en el cuarto episodio.

El final, no obstante, fue exuberante. Los últimos segundos fueron de una guerra abierta, ambos salieron a fajarse y terminaron la pelea a puro intercambio con la afición pie por la entrega de los rivales.

Un gran combate que mostró la casta de Valdez en lo que ya parece un karma: para él no hay peleas fáciles.

Servania perdió dignamente su invicto y mostró una capacidad de asimilación increíble en una batalla donde aguantó muchos golpes y puso en aprietos al favorito y campeón.

Ramírez y Hart, ‘palo a palo’
En la pelea semiestelar, Gilberto “Zurdo” Ramírez defendió con éxito su cinturón OMB de los súpermedianos y en una verdadera fiesta mexicana, peleó a lo mexicano: a puro intercambio y en un combate donde no hubo tregua.

Su rival, el hasta entonces invicto Jesse Hart, se vio sorprendido en los primeros asaltos con la presión asfixiante del tricolor, quien lo mandó a la lona tan temprano como en el segundo episodio. Literalmente, el estadounidense sobrevivió en el primer tramo de la batalla.

Hart no pudo aprovechar su velocidad en ningún momento ni su mejor extensión de brazos ni tampoco recurrir a su principal herramienta, el contragolpe. La agresividad del mexicano lo llevó a su estilo de pelea y debió ajustar sobre la marcha.

Recién después del quinto asalto, cuando Ramírez quitó el pie del acelerador, aparecieron los mejores golpes de Hart. El mexicano absorbió todo y respondió de la misma manera. Se vieron buenos intercambios y, en general, una pelea tan explosiva como entretenida.

A los efectos de su futuro inmediato, la presentación de Ramírez abre el camino hacia rivales de primera línea, incluso unificaciones, y al mismo tiempo despeja las dudas sobre su condición.

No olvidemos que “Zurdo” permaneció un tiempo inactivo por una lesión luego de conquistar el título contra Arthur Abraham y en su última pelea no se vio bien. Esta vez, Ramírez dio un golpe de autoridad en la división y dejó claro que será el hombre a vencer en las 168 libras.