A Mario Barrios no le importa cuánto ruido esté haciendo José Ramírez y tampoco lo mucho que se estén jugando Regis Prograis y Josh Taylor en la final de la World Boxing Super Series, pues desde su punto de vista, el mundo del boxeo conocerá apenas este 28 de septiembre en el Staples Center de Los Angeles al mejor 140 libras del mundo.
De sangre mexicana, el 'Azteca' Barrios disputará ante Batyr Akhmedov el vacante cetro súper ligero de la Asociación Mundial de Boxeo en el respaldo de la cartelera que van a estelarizar Errol Spence y Shawn Porter por los cetros de peso welter de la Federación Internacional de Boxeo y Consejo Mundial de Boxeo. Ahí mismo, David Benavidez retará a Anthony Dirrell por el cetro Supermediano CMB.
"Lo que quiero es mostrarle al mundo del boxeo que soy el mejor peleador en las 140 libras, yo siento que soy el mejor, pero sé que me faltaba un campeonato para que se dieran cuenta y la de este 28 de septiembre será la ocasión ideal para pelear por mi raza mexicana y decirle al mundo que soy el mejor Superligero", comentó Barrios en charla con ESPN.
"Para mí esta es una gran oportunidad, es la primera vez que voy por un campeonato y será de la Asociación Mundial de Boxeo. Quiero poner de nuevo a San Antonio, Texas, en el mapa. Ya alguna vez Jesse James Leija lo hizo, y ahora es mi turno de buscar esa corona", apuntó el invicto mexicoestadounidense.
A pesar de que su rival no tiene un gran historial profesional, Mario dijo que no hay motivos para subestimarle, pues cualquiera que esté disputando un campeonato del mundo siempre tendrá motivos para ser una causa de peligro. "Yo estoy trabajando para una pelea competitiva, mi rival es un buen peleador, tiene buena defensa, hay que tratar de empujarlo y llevarlo hacia atrás. Se viene una pelea fuerte y tengo que meterle mucha intensidad", destacó Barrios en la charla.
Mario es hermano de la boxeadora profesional Selina Barrios. Los dos llegaron al boxeo gracias a que su madre los llevó cuando su hermana tenía nueve años y él apenas seis. Su mamá amaba el deporte y encontró en el boxeo una oportunidad de que hicieran algo diferente, sin la idea quizá de saber que ello marcaría el resto de sus vidas.
"Estábamos en San Antonio y fue idea de mi mamá, apenas tenía seis años y mi hermana nueve cuando nos llegó. La verdad es que me gustó, a ella (Selina) también porque ya peleo en profesional", recordó Mario, quien lleva sangre duranguense en las venas.