De La Hoya, en la pelea promocionada como "Odio en la Sangre", dio toda una demostración de ser el auténtico campeón del mundo con una exhibición de boxeo, que finalizó al 1:48 minuto del undécimo asalto cuando con un gancho de izquierda tiró a Vargas a la lona.

Vargas se levantó, pero De La Hoya lo acorraló en una esquina del cuadrilátero y lo volvió a castigar con combinaciones de golpes a la cabeza hasta que el árbitro Joe Cortez paró el combate para evitar poner en peligro su integridad física.

El "Niño de Oro" le dio una lección de boxeo a Vargas, que sólo puso en el cuadrilátero agresividad y potencia en sus golpes, pero sólo en el primero y en tercero pudo alcanzar a De La Hoya, que comenzó a realizar su mejor boxeo a partir del sexto asalto.

En el décimo De La Hoya ya alcanzó a Vargas con una izquierda, su mejor mano, la que le habían operado el pasado mes de mayo, y ahí abrió el camino para el triunfo final.

"Le he dado lo que se merecía en el cuadrilátero para que se tragase toda la basura que dijo de mi persona antes de la pelea", declaró De La Hoya. "Ahora ya no le queda ninguna duda de que el verdadero campeón del mundo soy yo y que tiene todavía mucho que aprender en el boxeo".

Vargas no quiso darle la mano ni felicitar a De La Hoya después de terminar la pelea y se fue del cuadrilátero ante el abucheo de los miles de aficionados que llenaban el hotel casino Mandalay Bay de Las Vegas (Nevada), donde se disputó la pelea.

"No me importa lo que ha hecho, eso demuestra el tipo de persona que es, pero creo que se ha marchado bien servido con la paliza que le di en el cuadrilátero", destacó De La Hoya. "Me cansé de tanta estupidez que dijo y lo ha pagado caro".

De acuerdo al promotor Bob Arum, promotor de la pelea, Vargas tuvo que abandonar el cuadrilátero para ingresar de inmediato en un hospital local y ser sometido a exámenes como medida de precaución por duro castigo recibido durante la pelea, especialmente a partir del décimo y el undécimo asalto cuando el árbitro Cortez la tuvo que parar.

De La Hoya, que lleva 10 años como profesional, dejó su marca en 35-2, con 28 fuera de combate, y se llevó una bolsa de 14 millones de dólares.

"Espero que me hayan visto todos mis rivales para que sepan que De La Hoya sigue siendo un gran campeón y que espero las revanchas de dos derrotas que debo lavar de mi récord", declaró el púgil.

El campeón que ha logrado seis títulos diferentes del mundo, se estaba refiriendo en particular al puertorriqueño Félix "Tito" Trinidad, que está retirado, pero fue el que le quitó el invicto al "Golden Boy", ex medalla de oro en los Juegos Olímpicos de Barcelona'92.