APDevonta Freeman terminó con 176 yardas totales y tres touchdowns con los Florida State Seminoles.

TALLAHASSEE -- Se anunció como el regreso de una de las mejores rivalidades en el fútbol americano colegial. Por primera vez en nueve años, Miami y Florida State se enfrentaron con ambos equipos clasificados en el top-10 y ambos equipos invictos.

La primera mitad vio a Miami demostrar que merecía toda la publicidad que había recibido, y Jameis Winston tuvo problemas por primera vez en su carrera, sin embargo para cuando acabó el partido, Devonta Freeman y los Seminoles, clasificados en el lugar N° 3 de la nación, habían asegurado una vez más su dominio, apaleando a Miami (N° 7) por marcador 41-14.

Se terminó cuando: Nate Andrews interceptó a Stephen Morris en la primera serie de Miami en el último cuarto, poniendo fin a las esperanzas de remontar de los Hurricanes. Miami movió el balón relativamente bien en la serie previa, pero Nile Lawrence-Stample detuvo a Duke Johnson en un acarreo en cuarto intento, dejando a los Hurricanes sin margen de error para el resto del partido. Desafortunadamente para Miami, Morris lanzó su segunda intercepción en la tercera jugada de la siguiente serie, y Florida State (8-0, 6-0 contra rivales de la ACC) agotó el reloj a partir de ahí.

El balón del juego es para: Freeman. El jugador originario de Miami tomó el relevo cuando Winston comenzó a tener problemas, y por segunda temporada consecutiva, él fue la diferencia en la victoria de los Seminoles sobre sus rivales estatales. Freeman terminó el juego con 29 toques de balón para 176 yardas y tres touchdowns. Su recepción de 48 yardas fue la mejor jugada del partido, pero su estilo castigador por tierra marcó el ritmo para el juego.

Estadística del partido: 44. Ese es el número de acarreos de la ofensiva de Florida State, acumulando un total de 192 yardas y cuatro touchdowns por tierra. En un día en el que la ofensiva aérea tuvo dificultades, los corredores --incluyendo a Winston, quien convirtió una tercera oportunidad con sus piernas-- marcaron la diferencia. Hubo grandes acarreos --escapadas de 19 yardas tanto de Winston como de Freeman-- y varios acarreos duros que ayudaron a FSU a dominar en el tiempo de posesión y controlar el ritmo del partido. Los 44 acarreos fueron la mayor cantidad de la temporada para los Seminoles.

Lo que aprendió Miami: Aún no está en un nivel de élite. El equipo de Al Golden dio más pelea de lo que muchos creían, pero al final, Miami no estuvo cerca de vencer a Florida State. Johnson corrió muy bien, Morris realizó algunos de sus mejores pases de la temporada, y Winston le dio a Miami 14 puntos. Esa se suponía que sería la receta para la sorpresa, pero no fue así. Miami (7-1, 3-1) ha progresado, y con las nubes negras de las sanciones de la NCAA lejos de su horizonte, ese progreso debería continuar. Sin embargo Florida State claramente está jugando en otro nivel.

Lo que aprendió Florida State: Que puede ganar sin Winston. No es que jugara horrible, pero lanzó dos costosas intercepciones que terminaron en dos touchdowns de Miami en la primera mitad. Ambas ocurrieron en pases profundos por el centro, mientras que tuvo más éxito en pases cortos a Freeman y al ala cerrada Nick O'Leary. Sin embargo, los problemas de Winston no frenaron a la ofensiva. La unidad acumuló 517 yardas, encabezada por la gran actuación de Freeman. Desde luego, si bien fue el peor partido de Winston hasta ahora, terminó con 21 pases completos en 29 intentos para 325 yardas.

Lo que significa: Florida State levantó la mano para luchar por el título de la BCS. El resto depende de los votantes. Sí, los Seminoles aún tienen cinco partidos más para impresionar, pero no habrá otro escaparate como el de este juego. Los rivales restantes --Wake Forest, Syracuse, Idaho, Florida y una posible revancha contra Miami en el Juego por el Campeonato de la ACC-- no tendrán la misma atención, pero las dos victorias de los Seminoles sobre equipos del top-10 por un marcador combinado 92-28 hacen que sea un argumento sólido, si terminan la temporada sin derrotas, de que merecen disputar el título nacional.