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MÉXICO -- Durante una carrera llena de galardones y apreciación como uno de los mejores mariscales de campo de la época, Peyton Manning alcanzó su primer Super Bowl en la temporada del 2006. Manning y los Indianapolis Colts arrancaron una racha ganadora espectacular desde que se unieron a la AFC Sur en el 2002, clasificando a postemporada en cada una de las campañas previas a su aparición en el Super Bowl XLI, primera en la historia de la franquicia desde 1970. Sin embargo, pese al gran nivel de Manning y el elenco de talento que lo rodeaba, los Colts eran un protagonista recurrente de playoffs que solía sucumbir en las rondas tempranas. El rival en turno eran los Chicago Bears de Lovie Smith y su siembra N° 1 en la NFC, quienes presumían de 5° mejor defensiva de la liga y 4° mejor en intercepciones. La presencia de Tony Dungy en la lateral contraria al frente de los Colts, generó que por primera vez en la historia de los Super Bowls, se enfrentaran dos entrenadores afroamericanos. Los reflectores estaban sobre Manning, quien estaba rezagado en la carrera de mariscales de campo en la década ante Tom Brady y sus New England Patriots. Durante 2003 y 2004, años en que Manning ganó el Jugador Más Valioso de la liga, los Patriots fueron campeones... tras echar a los Colts en postemporada. El trayecto de Indianapolis hacia el ansiado partido, cumplió en lo que pareció un trámite ante los Kansas City Chiefs (23-8) y en un partido apretado contra los Baltimore Ravens (15-6). La prueba de fuego apareció en la Final de Conferencia ante los Patriots. La historia reciente indicaba que el ganador danzaba hasta el título y, en esta ocasión, correspondió la venganza y cumplir ese presagio a Manning. La intensidad física de los Bears era su carta de presentación en el frente defensivo, aunque el ataque se volvió el 2° mejor de la NFL en puntos durante el año. El mariscal de campo Rex Grossman tuvo su primera temporada completa, no obstante que enfrentó controversia por el puesto ante Brian Griese. Chicago ganó sus primeros ocho partidos y terminó con marca de 13-3. El novato de los Bears, Devin Hester, abrió el Super Bowl con un regreso de kickoff hasta las diagonales. El fantasma de playoffs no tardó en acechar a Peyton y compañía. En su primera posesión, Manning entregó el balón por aire. Las grandes ofensivas se apagaron. Los pateadores tomaron protagonismo y el corte defensivo, que nadie vaticinó, se hizo presente. El destino que llevaría a Manning a la inmortalidad, seguía en el aire, y el mariscal de campo se veía inofensivo ante la situación. Tuvo que ser la defensiva, que a la postre forzó cinco entregas de los Bears, la que quitara el partido de la mesa y lo empacara de Miami hasta Indianapolis. Una intercepción de seis puntos de Kelvin Hayden puso a los Colts en el asiento del conductor. En una decisión que pareció más honorífica que meritoria, la NFL optó por nombrar a Manning el JMV del Super Bowl. El pasador terminó con 247 yardas, una anotación y una intercepción, desempeño menos brillante que el de Dominic Rhodes por tierra o la actuación de Joseph Addai, quien sumó 10 recepciones para 66 yardas y tuvo 19 acarreos para 77. Tras el resultado de 29-17, el "legado" de Peyton, que se ha reiterado incansablemente en la semana previo al Super Bowl XLVIII, halló su punto más elevado.
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