SAN FRANCISCO -- No han pasado siquiera 24 horas desde que los Denver Broncos conquistaran el Super Bowl 50 al vencer a los Carolina Panthers por 24-10, el tercer Trofeo Lombardi en la historia de la franquicia.
Sin embargo, nunca es demasiado temprano para preguntarse qué se necesita para repetir. Después de todo, han pasado 11 años desde que un campeón de la NFL ha sido capaz de defender exitosamente su título al año siguiente. Los últimos en conseguir tal hazaña fueron los New England Patriots ganadores de los Super Bowls XXXVIII y XXXIX.
Por si fuera poco, las casas de apuestas tienen a los Broncos con probabilidad de 14/1 para quedarse con el Super Bowl LI que se disputará en Houston el año que viene. Eso deja a los actuales monarcas por detrás de los Seattle Seahawks, Pittsburgh Steelers y Patriots (8/1); y los Green Bay Packers, Arizona Cardinals, y los actuales subcampeones Carolina Panthers (10/1); y empatados con los Cincinnati Bengals (14/1).
La conversación necesariamente debe comenzar con Peyton Manning. La creencia popular es que el futuro miembro del Salón de la Fama decidirá retirarse después de obtener su segundo anillo de Super Bowl, sobre todo después de atravesar la campaña más complicada de su trayectoria, no solamente por una lesión en la fascia plantar, sino también porque delató una baja de juego evidente, incluso estando sano.
El legado de Manning está más que definido y es uno de los más ricos en la historia de la liga. No necesita demostrar nada más, y no lo ha necesitado desde hace algún tiempo. Un reporte de NFL Network informó hace una semana que el mariscal de campo habría dicho a amigos cercanos que se habría decidido por el retiro, más allá de que no quiso comprometerse a nada al ser entrevistado al término del Super Bowl, diciendo en su lugar que tenía algunas prioridades por resolver con su familia y que se tomaría un tiempo para reflexionar, además de que bebería "mucha cerveza Budweiser".
Para jugar en el 2015 con los Broncos, Manning debió aceptar una reducción en su salario base de 4 millones de dólares, que fueron convertidos a cantidades recuperables a través de incentivos. El mariscal de campo recuperó 2 millones al coronarse en el Juego de Campeonato de la AFC sobre los Patriots hace dos semanas, y recuperó los 2 millones restantes el domingo en Levi's Stadium.
No obstante, es improbable que Manning acepte nuevamente ese tipo de condiciones de la gerencia de los Broncos. La realidad es que este equipo estaba listo para cortar lazos con el pasador hace unas semanas, cuando el entrenador en jefe Gary Kubiak insistía semana a semana que Brock Osweiler era el mariscal de campo del equipo, durante la recuperación de Manning. Versiones provenientes de Denver hablaban de una relación fracturada entre Manning y Kubiak, y entre Manning y John Elway, vicepresidente y gerente general del club.
Como están las cosas, a Manning le resta un año de contrato en Denver a cambio de un salario de 19 millones de dólares, el cual quedaría garantizado en su totalidad si el pasador se encuentra en plantilla al final del año calendario de la liga. El impacto contra el golpe salarial es de 21 millones de dólares.
Es complicado pensar que Manning tendrá un lugar en la plantilla de Denver a ese precio, y después de regresar desde la banca para conducir a los Broncos a triunfos en el cierre de la temporada regular, postemporada, y Super Bowl, no existen motivos para suponer que aceptará nuevamente reducir su salario base. Todas las flechas apuntan a que Manning ha jugado su último partido con los Broncos, y que anunciará su retiro. Adam Schefter de ESPN reportó en la semana que Los Angeles Rams habían tenido discusiones internas sobre sumar a Manning en caso de que no se retire, pero los Mannings, Eli y Archie, compartieron en los últimos días su incredulidad acerca de que Peyton deseen volver a atravesar el proceso de cambio de franquicia.
El problema para los Broncos no acaba allí. Brock Osweiler tiene programado convertirse en agente libre, y después de que el equipo le entregara en bandeja de plata el puesto titular, la realidad es que el pasador de 25 años de edad no logró amarrar el empleo. Rich Cimini de ESPN.com reportó recientemente que la creencia hacia el interior de la organización es que se trabajará en un segundo contrato para Osweiler. Aun así, el pasador reclutado en la segunda ronda del 2012 no ofrece ninguna garantía como solución a largo plazo.
El potencial agente libre más importante para Denver, sin embargo, es el Jugador Más Valioso del Super Bowl reinante, Von Miller. El apoyador externo ha experimentado un alza de juego significativa a partir de que el ala defensiva DeMarcus Ware se integró al club, y la muestra no pudo haber llegado en mejor momento. Miller registró seis derribos, 2.5 capturas, un pase defendido, dos apresuramientos de mariscal de campo, y dos balones sueltos forzados en el Super Bowl para alzarse con la mejor designación individual.
Se espera que Denver negocie con Miller, pero si no se puede llegar a un acuerdo multianual, es complicado suponer que los Broncos lo dejarán caminar. La designación de jugador franquicia retendría a Miller por un año más, comprando algo de tiempo a Denver si la franquicia lo cree necesario. Si Miller alcanza un acuerdo a largo plazo con los Broncos, no me sorprendería que se convirtiera en el jugador defensivo mejor pagado de la NFL.
Como en el caso de los pasadores, se le juntan decisiones a Elway entre los apoyadores. Aparte de Miller, que es la prioridad, están por convertirse en agentes libres Danny Trevathan y Brandon Marshall, quienes se combinaron para 31 de 32 posibles inicios en el 2015.
Más adelante, los linieros defensivos Malik Jackson --quien anotara touchdown defensivo en el Super Bowl 50-- y Antonio Smith también podrían convertirse en agentes libres. Mi opinión es que los Broncos harán de un contrato a largo plazo con Jackson una prioridad, y Smith podría caminar.
Finalmente, el agente libre más importante a la ofensiva después de Osweiler será C.J. Anderson, aunque en su calidad de restringido, no debe ser complicado para Denver retener sus servicios.
Por otro lado, Elway y Kubiak deberán decidir cuáles salarios ya no desean tener en nómina comiéndose el tope salarial. Los Broncos ganarán mucho espacio si se confirma el retiro o salida de Manning, pero hay otros salarios que podrían salir sobrando en Denver en el 2016.
Partiendo del supuesto de que no habrá más Manning en Denver, la decisión más importante se centra en Miller. Se espera que el tope salarial del siguiente año sea establecido entre 154 y 157 millones de dólares, y borrar a Manning de los libros ciertamente podría ayudar a liberar los fondos necesarios para firmar a Miller a largo plazo.
Una vez resuelto el caso de Miller, Denver podrá enfocarse en Jackson, Anderson y los otros. Con el potencial regreso de Osweiler, la versión del 2016 de los Broncos podrá parecerse mucho a la del 2015, al menos en los juegos en los que Manning no participó por lesión y Osweiler estaba iniciando partidos.
¿Será suficientemente competitiva esa versión? Probablemente. Manning no constituye una mejoría inmensa sobre Osweiler durante la jugada, aunque sí es muy superior sobre la línea de golpeo antes del centro. Sin embargo, nadie puede negar que los Broncos conquistaron el Super Bowl pese a cargar con un Manning que por momentos desentonaba con el resto del club, y mientras los jugadores tengan suficiente confianza en Osweiler, no hay motivos para suponer que no se pueda hacer de nuevo.
Eso sí, los Broncos preferirían contar con un mariscal de campo en lugar de cargar con él.