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Carlos Nava, ESPN Digital 8y

San Francisco dice adiós a las actividades del Super Bowl

SAN FRANCISCO – Las calles de San Francisco amanecieron este lunes aún con la resaca del campeonato que los Denver Broncos ganaron la noche anterior en el Super Bowl 50.

Se notaba que los festejos por las principales vías, pero que sobre todo la aglomeración de gente durante toda la semana pasada habían dejado mermado, aunque satisfecho, el principal cuadro de la Bahía.

Sin embargo, ya para el mediodía la realidad comenzaba a golpear a la región con sus habitantes y visitantes: Terminó la Super Semana, el evento que esperaron por meses y que vivió su climax los siete días anteriores.

Poco a poco desaparecían todos los logotipos, letrereros, puestos, stands, casetas de información y cualquier cosa relacionada al Super Bowl que ganaron los Broncos a los Panthers.

Camiones de la ciudad y privados levantaban también la basura y el equipamiento que fue necesario para construir el marco perfecto de los festejos de la Super Semana, por vez primera en 30 años en la región.

Comenzó la tradicional barata de mercancia alusiva al partido, que se vendió en precios exorbitantes durante los días anteriores, en especial en la tienda oficial de la liga, instalada entre la NFL Experiencia y el Centro de Medios.

Ahí las cosas ya valían la mitad, salvo que ya tuvieran rutilado el letrero de “Campeones”. Pero si eran aún artículos de la semana previa, el precio era sensiblemente menor, aunque aún caro para lo que de manera general cuestan esos mismos artículos, sin que nada tengan que ver con el Super Bowl.

De la entretenida área Radio Row ya sólo quedaba el recuerdo; igual que en el resto de la sala de prensa, donde habían desaparecido hasta el mínimo rastros de que ese lugar fue el epicentro del futbol americano a escala mundial apenas unas cuantas horas antes.

En el aeropuerto ya pasaba la tormenta y empezaba la calma; el recuento de los daños. Por la tarde aún había movimiento pero nada que ver con el que sufrieron unas horas antes.

“Hubieras venido en la mañana y hubieras visto cómo estaba esto”, dijo una encargada de documentación de una aerolínea. “No podemos ni respirar de tanta gente.

El encargado de recibir de autos alquilados de una conocida compañía coincidió.

“Es el día más ocupado que hemos tenido aquí en los cinco años que he trabajado aquí”, mencionó. “Fue una locura toda la mañana”.

Así se pasó y se fue el Super Bowl de Oro de la NFL, que entregó el Trofeo Vince Lombardi a los Broncos.

Y de inmediato también ya cedió la estafeta a Houston para que inicie la cuenta regresiva hacia el Super Bowl LI, que ya recuperará de nueva su cuenta en números romanos.

“Quiero felicitar al Área de La Bahía a nombre de los Denver Broncos”, dijo el entrenador Gary Kubiak, el lunes por la mañana. “Creo que fueron tremendo anfitriones para nuestro equipo de futbol, nuestra organización y toda la NFL”.

“Esta fue mi séptima ocasión en que estuve involucrado con el Super Bowl”, agregó. “Y sólo puedo decir que fue formidable. Obviamente ganar el partido hace que sea aún mejor”.

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