ENGLEWOOD -- El esquinero de los Denver Broncos, Aqib Talib, no recibirá un bono tan grande como el resto de sus compañeros tras ganar el Super Bowl.
Mientras todos los Broncos se ganaron un extra de 102 mil dólares como parte de la victoria por 24-10 sobre los Carolina Panthers en el Super Bowl 50, Talib fue multado con 26,044 dólares por dos penalidades durante el juego.
Talib fue castigado por burlarse con menos de cinco minutos por jugar en el primer cuarto. Más tarde le señalaron una falta personal con menos de 12 minutos en el reloj del segundo cuarto, toda vez que sujetó de la máscara al receptor de los Panthers, Corey Brown, hasta llevarlo al suelo.
Al final del partido, Talib aceptó que su mascarilla fue intencional: "una la hice a propósito, tenía que enseñarle". Varios compañeros de Talib hablaron con él en las laterales tras ese castigo, tratando de calmar al esquinero de Pro Bowl.
"Probablemente vendrá una multa, pero bueno, somos campeones mundiales", expuso Talib más tarde.
El comisionado de la NFL, Roger Goodell, declaró la semana pasada que respalda las expulsiones para jugadores que cometan dos faltas personales en el mismo juego. Un cambio así debe ser propuesto por el comité de competencia de la liga y después aprobado por los dueños.
Talib también fue señalado una tercera vez en el juego, pero por fuera de lugar defensivo. Talib recibió suspensión de un juego durante la temporada regular por insertar sus dedos en el casco del ala cerrada Dwayne Allen de los Colts, pinchándolo en el ojo.
Incluyendo los tres castigos en el Super Bowl, Talib fue el jugador más penalizado de los Broncos en la postemporada con cuatro pañuelos. Talib también fue el jugador más castigado de la temporada regular por 10 faltas; sólo una de esas amrcaciones fue rechazada.
El ala defensiva Malik Jackson recibió multa de 8,681 dólares por su castigo de rudeza innecesaria qu vino tras un acarreo de Cam Newton en el segundo periodo.
El tercer mariscal de campo de Carolina, Joe Webb, fue multado con 8,681 dólares bajo rudeza innecesaria en los momentos caóticos tras la última jugada del encuentro.