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TEMPE -- Carson Palmer ha escuchado esta historia antes. Primero, era que no podía ganar, luego de registras apenas dos campañas ganadoras antes del 2013. Luego, que no podía ganar en los playoffs, registrando una marca de 0-2 en postemporada antes de la campaña pasada. Ahora, después de que los Arizona Cardinals fueron apaleados en el Juego de Campeonato de la NFC pasado, es que Palmer no puede ganar el partido grande. "No se puede ganar el partido grande hasta que lo ganas", dijo Palmer al término de la práctica del martes, que abrió las actividades organizadas del equipo. "Revisitaremos eso una vez que lleguemos al Juego de Campeonato de la NFC, y será todo. "Ahora, estoy enfocado en lo que estamos haciendo hoy. Lo que sucede mañana, lo que se nos enseña hoy por la tarde en nuestra reunión, y seguir adelante para mañana. Cuando lleguemos al Campeonato de la NFC, hablaremos de eso nuevamente". Auqnue las preguntas acerca de no ganar bajo los reflectores de la NFL apenas comienzan, Palmer dijo que aceptas las expectativas que se imponen a un mariscal de campo.  "No lo veo como algo negativo", señaló Palmer. "Es el reto. Amo la posición. Amo el juego porque no hay mejor reto --quizás tener la ventaja en domingo en Augusta y tratar de retenerla-- así que es una cosa increíble. Jugar como mariscal de campo en la National Football League, alcanzar el Super Bowl es un reto increíble. "Disfruto del reto; por eso sigo jugando. Me entusiasma. Te vuelves adicto a ello. Es parte de jugar esta posición. Es la razón por la que muchos tipos comienzan a jugar la posición de quarterback. Por eso la juego yo. Lo disfruto. Me encanta probar que se equivocan los que dudan. Disfruto despertar cada mañana y tratar de mejorar algo. Para eso juego la posición". Las lecciones de jugar tan lejos en enero por primera vez en su carrera fueron limitadas para Palmer. La mayor ganancia fue aprender que jugar al fútbol americano en el crudo invierno fue "diferente". "Pero saber mucho sobre el juego, saber mucho sobre esta liga, cómo funciona, no hubo grandes sorpresas así", explicó Palmer. Palmer no puede olvidar la paliza ante los Carolina Panthers de principios de este año. Dijo que una derrota de final de campaña tiene la habilidad de pesar por un año o tres, o incluso una vida, pero dejará que suceda. El entrenador en jefe Bruce Arians dijo que vio a Palmer dejar todo atrás en cerca de una semana, mucho menos tiempo, dijo Arians, de lo que requiere para los coaches dejarlo atrás. Los Cardinals tendrán la oportunidad de vengarse --no en el mismo escenario-- el 30 de octubre, cuando viajen a Carolina. Es uno de los juegos que Palmer ya ha marcado en su calendario. Sin importar por cuántos puntos Arizona gane o pierda ese encuentro, seguirá sin ser el Juego de Campeonato de la NFC. Palmer deberá esperar hasta finales de enero para reescribir el último capítulo de su trayectoria. Hasta entonces, Palmer seguirá encarando la misma pregunta. ¿Puede ganar el partido grande? "Tienes que llegar a los partidos grandes, primero", explicó Arians. "Fue su primer juego de campeonato, y para todos nosotros. Esperamos estar de vuelta y ahora todos tenemos un mejor nivel de experiencia".
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