MÉXICO -- Rodeados por un ambiente de temporada regular y frente a un rival que viajó decidido desde el otro lado del orbe, los Pumas CU disputaron el primer scrimmage internacional en más de 40 años contra los Fighters de la Universidad Kwansei de Japón.
Las defensivas marcaron el tono del encuentro pero fue, al final, un ataque superior el visitante en comparación a lo hecho por los universitarios ante su público, lo que marcó la diferencia.
A primera vista, la media de estatura en los visitantes parecía inferior a la de casa, pero en las trincheras todo se vio parejo. Desde el momento en que pisaron el campo, quedó claro que su historial de éxito en el futbol colegial de Japón estaba respaldado en disciplina, compromiso y, sobre todo, en un dominio del deporte.
Si algo quedó como deuda de los Fighters en el primer medio, fue su falta de contundencia ofensiva para equilibrar el gran trabajo que su esquema 4-3 desplegó ante los felinos, pero la brecha nunca se abrió en favor de nadie culpa de un accionar casi nulo en la ofensiva local.
Los únicos puntos de Pumas llegaron por una intercepción de 6 puntos y par de goles de campo.
Los Fighters, en el año de celebración de su 75 aniversario, probaron valentía para tirar largo y al inicio del tercer cuarto vieron su recompensa. El quarteback nipón vio un hueco en el perímetro universitario durante toda la tarde y su mayor recompensa vino en un pase de 50 yardas que empataba momentáneamente el marcador.
La ofensiva japonesa dio su mejor paso y recibió el balance perfecto del otro lado del balón; con Pumas en respuesta inmediata con pase de 54 yardas en la siguiente serie, la unidad defensiva de Fighters se creció para detener al margen de la zona roja. El momento del juego ya no era local, aunque se logró la ventaja por tres puntos.
Igualmente responsable por lo cerrado del juego fue la defensiva azul y oro. El espectáculo aéreo estuvo reservado para los de Kwansei Gakuin, pero la muralla Puma cumplió en cuanto reto le lanzaron para mantener a su ataque en el juego, incluyendo un trío de intercepciones con la primera devuelta a touchdown.
Pese a todo el castigo que se llevó el pasador visitante, su aproximación no cambió. La insistencia por explotar el centro del campo y retar a los apoyadores Pumas en cobertura rindió el máximo fruto del juego al conectar el touchdown de la voltereta, un pase de distancia media que se convirtió en escapada superior a las 40 yardas.
Los emisarios del Japón vinieron a divertirse y a demostrar por qué son el mejor equipo en la historia del futbol americano colegial en ese país.
En el choque cultural que mejor marco no pudo elegir --el Olímpico Universitario-- también quedó de manifiesto que el deporte del ovoide está más globalizado que nunca, y que el conocimiento más especializado del mismo no está reservado a Occidente.