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Carlos Nava 8y

Los Cowboys deben terminar con el experimento Rolando McClain

DALLAS -- El experimento debe terminar cuanto antes.

Los Dallas Cowboys deben cortar, deshacerse de Rolando McClain cuanto antes.

La NFL anunció la suspensión del linebacker por los primeros 10 partidos de la temporada, apenas un año después de que fue castigado con cuatro juegos por la misma razón, consumo de sustancias prohibidas.

McClain se convirtió ya en un cáncer dentro del vestidor de los Cowboys; una mala influencia para los jóvenes que comienzan a entender la vida del profesional, en especial en un equipo como ese.

Desde que llegó a los Cowboys en 2014 después de que supuestamente se retiró y estuvo fuera de la NFL en el 2013, McClain, de 26 años, ha distado de ser el jugador disruptivo, estelar de alto perfil que se suponía cuando egresó de la Universidad de Alabama fue reclutado por los Oakland Raiders en el draft del 2010 como octavo global.

Pasa más tiempo fuera del campo de juego y sobre todo de entrenamiento, que haciendo jugadas para una muy mermada defensiva. Ha tenido sus buenos partidos; pero también ha renunciado; ha dejado qué hacer en el campo de juego cuando los Cowboys más han necesitado.

McClain entrena cuando quiere. Al menos una vez a la semana está fuera de práctica, colocado en el reporte oficial de la NFL con alguna lesión o simplemente el entrenador Jason Garrett justifica como “día de descanso” por agotamiento o golpes de su linebacker.

Casi nunca ha sido visto en el programa de receso de temporada voluntario y en ocasiones ni por los minicampamentos obligatorios; muchos en el programa de acondicionamiento físico.

El argumento común, cuando se pregunta qué es de la vida de McClain incluso a media temporada, es que “atiende problemas personales o con su familia en Alabama”.

Por más talento que se supone tenga, los jugadores deben ser responsables, confiables en todos los sentidos.

¿Para qué sirve a los Cowboys un jugador como McClain, si nunca saben cuándo estará disponible, incluidas sus suspensiones reiteradas por consumo de sustancias prohibidas”.

Es difícil pensar que los Cowboys pueden darse el lujo de seguir soportando a McClain en una defensa que también extrañará en sus primeros cuatro partidos a las alas defensivas DeMarcus Lawrence y Randy Gregory por la misma razón.

Necesitan ya el lugar en el roster y sobre todo liberar su salario en el tope.

McClain podrá entrenar y jugar pretemporada, aunque no tendrá ninguna razón para hacerlo. Diez partidos suspendido son demasiados y sólo quitará repeticiones en práctica a jugadores con menos talento para más confiables como Anthony Hitchens.

Es momento que los Cowboys suelten a McClain; intenten hacer un cambio grande para conseguir un estelar jugador defensivo que presione mariscales de campo y que ayude a los linebackers también en jugadas por carrera.

Los Cowboys tampoco trajeron a ninguno en la posición que parezca de impacto inmediato. De hecho, la suspensión de McClain agudizará la crítica y tal vez el error por reclutar en la segunda ronda del draft a un linebacker que pasará al menos toda la próxima temporada lastimando, en rehabilitación de su operación de rodilla casi reconstruida, Jaylon Smith.

Hay jugadores a la ofensiva que quizá sean negociables. Los Cowboys tienen que salir de McClain y conseguir a alguien más.

Las últimas dos temporadas, McClain ha participado en 24 de los 32 partidos de temporada regular con 80.5 tackleadas combinadas promedio y tres capturas totales para una defensiva que está urgida de jugadores capaces de hacer jugadas desequilibrantes.

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