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Diego Diezgutiérrez 8y

¿Es Ryan Fitzpatrick un mejor QB de lo que apunta su percepción?

MÉXICO -- Los números son fríos en la NFL cuando se trata de invertir dinero al largo plazo. Entre menor espacio quede para las dudas, mayores posibilidades de cobrar e intercambiar el esfuerzo y éxito diario por seguridad financiera. A simple vista la ecuación es fácil, pero esa condición no perdura mientras esté sujeta a la interpretación.

Actualmente, los New York Jets tienen pocos argumentos para darse el lujo de desplazar a su mariscal de campo titular del año pasado, quien los acompañó en 10 victorias --máximo número desde el 2010-- y fijó la marca de franquicia con 31 touchdowns por aire: Ryan Fitzpatrick. Quizás en eso radique todo, en su nombre.

Los aficionados a los Jets no tienen que viajar mucho, ni geográficamente ni en el papel, para atender el recuerdo más inmediato de una franquicia que apostó a mediano plazo por Fitzpatrick: los Buffalo Bills. A mediados de la temporada del 2011, misma que terminó con 23 intercepciones lanzadas de Fitz, máxima cifra de la liga ese año, la directiva le extendió su primer contrato lucrativo tras seis temporadas en la NFL y tres equipos distintos.

Fitzpatrick le devolvió a Buffalo una esperanza mientras que el recluta de séptima ronda del 2005 y graduado de Harvard parecía hallar un techo seguro vía el contrato más caro en la historia del club, con 24 millones de dólares garantizados. La apuesta no fue ciega, aunque sobra criticar su precipitación.

En su primera oportunidad como titular de la NFL --tras pasar por los Rams y Bengals-- Fitzpatrick inició 4-2 para los Bills, quien llevaban 15 años buscando llenar los zapatos de Doug Flutie, último mariscal de campo en recibir una extensión contractual antes que Fitzpatrick, cuyos 134 pases completos en 202 intentos, 12 touchdowns y apenas seis intercepciones en el mismo número de juegos, le ganaron la firma en la semana de descanso.

Lo que trascendió en los siguientes 10 partidos no sé si es más adecuado describir como un momento Bills o un momento Fitz, pero su relación TD-intercepciones se desplomó a 12-17, al tiempo que perdió ocho juegos y terminó con marca de 6-10. Al año siguiente vio el mismo desenlace --con peor porcentaje de pases completos pero cuidando mejor el ovoide (16 INTs)-- y la apuesta colapsó, así como su carrera en Buffalo.

¿Alguien puede culpar a los Jets por precavidos?

Me atrevo a decir que sí. Difícilmente queda algo escondido en Fitzpatrick a sus 33 años, pero el mercado actual de pasadores vive una crisis de apuestas ciegas (léase el salario promedio de 19 millones de dólares para Ryan Tannehill). Quizá no merezca 12 millones de dólares por un año --ciertamente no carga con las credenciales para ello-- pero al repasar sus paradas profesionales y los equipos a su alrededor vale preguntarse si un mejor elenco hubiera cambiado algunos de sus fracasos por éxitos.

En los Jets, Fitzpatrick encontró a Brandon Marshall y Eric Decker, quienes se combinaron para 189 recepciones y 2,529 yardas y 26 touchdowns el año pasado. Durante sus campañas anteriores donde inició ocho juegos o más entre Cincinnati, Buffalo, Tennessee y Houston, Fitzpatrick no había tenido un tándem de alas abiertas tan productivo ni en tan buen momento.

Buenos nombres lo han acompañado pero no en gran nivel. Se encontró a un Andre Johnson de 33 años en los Texans, a un Terrell Owens de 36 en Buffalo y tuvo a T.J. Houshmandzadeh en el último año del receptor con Cincy. El resto de su baraja de manos ha incluido a Chad Johnson un año y a DeAndre Hopkins en uno más (a quien le sacó 1,210 yardas y seis touchdowns), y a partir de esos estelares vienen Kendall Wright, Nate Washington, Stevie Johnson, Donald Jones, David Nelson, Lee Evans y otros de menor perfil.

En este momento de negociación, Fitzpatrick parece el más desesperado. Por fin halló un elenco ofensivo que le permite diversificar sus envíos y jugar con menor presión, que lo acompañó en su primera temporada ganadora y que mantiene su núcleo para el 2016. Las opciones para Fitz no son muchas allá afuera, pero, ¿cuáles tiene New York si quiere volver a competir en la AFC Este?

Por primera vez en su carrera, Fitzpatrick puede demostrar que su talento no es fugaz, que su inteligencia sobre el campo puede hallar cómplices. Es momento que se zanje la negociación y ambas partes se den cuenta que, ni uno está pagando de más, ni otro se está degradando. Hay que reconocer que van cuatro franquicias distintas que lanzan los dados con Fitzpatrick como su titular, ninguna de ellas de alto perfil ni con aspiraciones de campeonato.

Eso cambió cuando llegó a los Jets. Al punto que Marshall, Decker y recientemente Darrelle Revis confían en que su pasador se reintegre pronto con ellos.

Entiendo que el veterano quiera apreciarse en un mercado que no tiene a 32 seres humanos capaces de ganar en la NFL desde el mano ofensivo, pero no puede correr de su pasado y tiene que explotar el talento que lo aclama. Si alguna vez existió un momento para que Fitzpatrick nadara en contra de la corriente que lo apunta como mediocre o perdedor --o simplemente critica su alma mater como casa deportiva-- es ahora, y los Jets no pueden fingir que la situación no les favorece en una época apremiante.

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