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DALLAS -- Si la temporada pasada vivieron una pesadilla, el receso de campaña ha sido similar para los Dallas Cowboys, al menos del lado defensivo del balón. Pero con el optimismo de siempre de Jerry Jones y el entrenador Jason Garrett, más todavía de sus aficionados, los Cowboys abren este fin de semana su campamento de pretemporada en Oxnard, California. “Creo que tenemos equipo para competir por cosas importantes”, dijo Jones, dueño y gerente general del equipo. “Nosotros no estamos en modo de reconstrucción. Nuestro objetivo es el Super Bowl, como es cada año”. El problema para los Cowboys es que ese objetivo se ha truncado desde que en enero de 1996 aparecieron por última vez en el juego grande. El año pasado, llegaron a Oxnard como uno de los favoritos en la Conferencia Nacional, después de que la temporada anterior habían terminado 12-4 y el título divisional. Pero las lesiones de Tony Romo, Dez Bryant y la incapacidad defensiva para hacer jugadas en los momentos trascendentes resultó en la campaña más decepcionante para la organización en su época moderna: 4-12. La ofensiva parece que vuelve sana y mejorada, con el reclutamiento del corredor Ezekiel Elliott en la cuarta posición global. El ya crónico problema defensivo parece no tener arreglo sin mayores adhesiones y peor aún que comenzarán la temporada con tres suspensiones en jugadores que se consideraban titulares: El linebacker Rolando McClain, 10 partidos, y las alas defensivas DeMarcus Lawrence y Randy Gregory; ambos con cuatro aunque para el segundo podría alargarse aún más. “Ahora mismo, en el papel no creo que hemos conseguido a nadie que haya tenido al menos 10 capturas en una temporada”, mencionó Jones. “Eso molesta, como un dedo pulgar lastimado”. Será un campamento lleno de retos, en los que Dallas tendrá puntos básicos de concentración y en algunas posiciones, en especial defensivas habrá competencia por titularidad. La primera práctica con equipo completo está programada este sábado en Oxnard, donde terminarán el 18 de agosto, para continuar su preparación en su nuevo complejo de entrenamiento, The Star, localizado en Frisco, Texas, un suburbio localizado a 25 millas del centro de Dallas. A LA OFENSIVA 1.- Tony Romo es el quarterback indiscutible. Pero con la experiencia del año anterior, los Cowboys tienen que asegurarse de salir de Oxnard con clara idea de quién será su principal suplente. Kellen Moore llega al campamento con el segundo equipo, aunque deberá cuidarse de Jameil Showers, del novato Dak Prescott y hasta de alguno otro que en la actualidad esté en algún otro club. 2.- Dez Bryant fue incapaz de entrenar sin restricciones durante todo el receso de temporada, aunque se espera que esté listo este sábado o al menos en la primera semana de cmapamento. Ahora los Cowboys deberán elegir al resto de la profundidad en la posición de receptor abierto. Terrance Williams decepcionó el año pasado, cuando tuvo que tomar mayor responsabilidad por la lesión de Bryant. Esta vez incluso tendrá que competir con Brice Butler por ser el “otro” receptor titular. Abajo, Cole Beasley será el tercer recepto y más vale a Devin Street que muestre por fin que puede hacer jugadas o es probable que ni siquiera llegue al nuevo complejo con la estrella en el casco. 3.- Ezekiel Elliott deberá apurar su desarrollo, ya que Darren McFadden comenzará la pretemporada fracturado de un brazo. Elliott deberá estar al 100 en el aspecto físico y mental, a pesar del problema de violencia doméstica en que fue involucrado porque los Cowboys apuestan demasiado alto por él y correrá atrás de la mejor línea ofensiva del planeta. A LA DEFENSIVA 1.- Es más que urgente encontrar alas defensivas titulares, ya sin DeMarcus Lawrence los primeros cuatro partidos y quizá sin Randy Gregory todo el año. La realidad es que se ve poco talento para conseguir alas capaces de presionar al quarterback, mucho menos para capturar. Su única contratación en la agencia libre fue Benson Mayowa, quien fue operado de la rodilla en el receso de campaña. Jack Crawford, David Irving y el novato Charles Tapper podrían aprovechar la oportunidad de pulir con el primer equipo. 2.- Necesitan profundidad entre los linebackers. Los Cowboys no pueden contar más con Rolando McClain, quien será reemplazado por Anthony Hitchens, al lado de Kyle Wilbert y Sean Lee. Fuera de ellos hay poco o nada. Tuvieron que firmar otra vez al veterano Justin Durant y esperan que jugadores como Andrew Gatchkar y Demian Wilson maduren en el campamento. 3.- La defensiva secundaria es una incógnita y urge que consiga balones. Morris Claiborne tiene su última oportunidad para demostrar que valió una sexta selección global en el 2012; regresa Orlando Scandrick, lastimado de una rodilla todo el 2015 y Brandon Carr tuvo que aceptar una importante reducción salarial para mantener su empleo. La nota más positiva es Byron Jones, reclutado en primera ronda del 2015; tuvo una temporada decente como safety y para muchos tiene talento calibre Pro Bowl. HAY MUCHA TAREA PENDIENTE Así que hay tarea para el entrenador Garrett y sus asistentes con un equipo al que parece que algo sucede, cada vez que las cosas parecen mejorar. De cualquier manera, tienen la ventaja de una débil División Este de la Conferencia Nacional para pensar en que una simple temporada ganadora los puede llevar a la postemporada. “Ni siquiera estamos listos para hablar de la temporada, apenas estamos tratando de encontrar la forma de mejorar”, dijo Tony Romo en junio. “Tenemos un largo camino que recorrer. Así que debemos agachar la cabeza y ponernos a trabajar”.
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