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La Ofensiva en Serie de Raúl Allegre a la conclusión de la Semana 3

Dice un dicho que "A la oportunidad la pintan calva". En realidad nunca he entendido muy bien el significado pero de acuerdo a ciertas fuentes, tiene que ver con la Diosa Romana de la "Ocasión", la cual la pintaban muy bella y con una larga cabellera de frente, pero calva por detrás, indicando que la ocasión hay que tomarla de frente y por los pelos, ya que cuando pasa, no hay de dónde agarrarse. En fin, el dicho es el dicho pero excelentes oportunidades no se presentan frecuentemente. En la Semana 3, los Gigantes de New York desaprovecharon una de oro.

Jugando en casa, en contra de un mediocre equipo de Washington, tenían la oportunidad de afianzarse en la cima de su división con dos triunfos y hundir prácticamente a los Pieles Rojas que habrían terminado con dos derrotas dentro de su división, y dos derrotas en casa. Desde el 2002, ningún equipo que ha empezado 0-3 ha llegado a playoffs. Hay que reconocer el esfuerzo y la urgencia que mostró Washington. Intentaron todo, hasta un pase de su pateador de despeje desde su propia yarda 48. Los jugadores de New York demostraron poca disciplina cometiendo castigos infantiles provocados por la falta de control personal y errores mentales en las dos intercepciones de Eli Manning. El primero porque su receptor no terminó su ruta, y la segunda porque Eli forzó un pase en la dirección de Shane Vereen. Washington todavía tiene vida, pero está ya a dos juegos de Philadelphia, el cual se perfila como uno de los equipos sorpresa de esta temporada.

Cada año sin excepción, tenemos uno o más partidos en los que un equipo contendiente es humillado por su oponente. La tendencia de los fans, y también de muchos expertos, es formular una opinión en la que entierran al equipo perdedor y se suben al tren del equipo ganador. Emiten un juicio basado en un solo partido. Hoy me refiero a los partidos entre Houston y New England, y Pittsburgh contra Philadelphia. Cabe mencionar que el tren de los Pats lleva operando dos décadas y cada año le aumentan vagones y vagones. El de Philadelphia está creciendo semana tras semana, pero a un ritmo diferente. No han querido comprar vagones al por mayor temiendo que las cosas cambien. Para los fans de Houston y de Pittsburgh, el mensaje es que se trata de sólo un partido. Si ven este rendimiento durante varias semanas, como es el caso de equipos como New Orleans, Jacksonville y Cleveland, sí hay que ponerle velas a su santo preferido y ponerse a rezar.

La historia de la NFL está repleta de ejemplos de equipos que son humillados, pero que se recuperan y terminando siendo ganadores. En el 2003, los Pats perdieron el partido inaugural contra Buffalo por 31-0. Enfrentaron a los Bills en la última semana de la temporada y ganaron 31-0. Por cierto, ese año también ganaron el Super Bowl XXXVIII contra Carolina. Los mismos Pats en 2010, vencieron a los Jets 45-3 en "MNF", pero fueron eliminados por los pupilos de Rex Ryan en la ronda divisional pocas semanas después. Los Bucaneros de 1999, cayeron antes los Raiders por 45-0 tres semanas antes del final de la temporada, y avanzaron al Campeonato de Conferencia contra St. Louis. En 1981, Dallas perdió 14-45 contra San Francisco y también avanzó al Juego de Campeonato de Conferencia contra los 49s en el partido en el que Joe Montana y Dwight Clark tuvieron "The Catch".

En mi carrera de nueve años en la NFL me tocó varias veces estar en los dos lados de una paliza, tanto del lado que fue apaleado, como del que repartió leña. Es difícil explicar por qué en ciertas ocasiones nada resulta, o el rival identifica una falla de la cual no te habías percatado y la explota. A nadie le gusta perder, y menos ser humillado, pero a veces es la mejor forma de identificar deficiencias. La clave es tener el grupo de entrenadores que las pueda corregir, y a jugadores con la madurez y vergüenza profesional para crecer como equipo. Como se lee en un poema popular "Success is failure turned inside out" (El éxito es el fracaso al revés). Las mejores lecciones de la vida, y del deporte pueden venir de los grandes fracasos, así que fans de Pittsburgh y Houston no se desilusionen tan fácilmente. Del lado ganador, te resultan todas las jugadas, aún las más simples y conservadoras, pero eso no quiere decir que ese nivel existirá semana tras semana.

Hablando de Philadelphia, para mí la sorpresa más grande de la temporada no es el desempeño de Carson Wentz, que ha sido excelente, pero la manera como está jugando su defensiva. Jim Schwartz es un excelente coordinador. Es uno de muchos entrenadores que se forjó bajo la sombra de Bill Belichick quien le dio su primera oportunidad en el fútbol americano profesional en Cleveland, en 1993. Son la defensiva N° 4 en yardas totales y la N° 1 en puntos permitidos. Tienen la "espina dorsal" defensiva más subestimada en la NFL, pero la que está jugando mejor. Con espina dorsal me refiero al centro de la defensiva empezando con los tackles defensivos Fletcher Cox y Bennie Logan, el linebacker central Jordan Hicks, y los safeties Malcolm Jenkins y Rodney McCleod. Schwartz tiene los elementos ideales para implementar su esquema, el cual se basa en la capacidad de presionar tan sólo con los cuatro jugadores de su línea. Quizás no le dimos mucha importancia al éxito que tuvieron contra Cleveland y Chicago, porque son Cleveland y Chicago, con el debido respeto a los fans de esos equipos. Pero limitar a la potente ofensiva de Pittsburgh a tres puntos, son palabras mayores. Como mencioné hace una líneas, a Pittsburgh se le fue el juego de las manos al rezagarse y volverse unidimensionales, pero también debido al gran esfuerzo de la defensiva de las Águilas. No se ven equipos balanceados ofensivamente en el resto de su calendario hasta que enfrenten a Atlanta en la Semana 10.

Los dos equipos que representaron a la Conferencia Nacional el año pasado, Carolina y Arizona, tienen marca de 1-2. Arizona es la mayor decepción de los dos. Después de ver a Carson Palmer en playoffs contra Green Bay y Carolina el año pasado, llegué a la conclusión que los Cardenales no llegarían al Super Bowl con él de quarterback, a pesar de tener el equipo con más talento en la NFL. Al igual que en esos dos partidos, Palmer ha tomado malas decisiones y ha forzado pases. Es un pasador sin confianza y no parece tener la chispa para inspirar y liderar a su equipo. A Carolina, como suele suceder con los equipos que llegan al Super Bowl, le ha tocado "bailar con las más feas". Tienen dos derrotas contra campeones de división en 2015, Denver y Minnesota, los cuales cuentan con quizás las dos mejores defensivas de la NFL. Son dos de las tres que más capturas tienen esta temporada. Contra Minnesota, Cam se lesionó el tobillo en una captura sufrió en el segundo cuarto, y a partir de entonces se convirtió en una estatua. Sufrió un total de ocho capturas en el partido, pero mucho se debió a que perdió su movilidad, algo similar a lo que ha sucedido con Russell Wilson. Sus tres intercepciones se dieron después de la lesión. Carolina visita a Atlanta en el que será su primer partido de división esta temporada. Aunque pienso que siguen siendo el mejor equipo de una mediocre división, el partido se convierte en uno de extrema urgencia.

Finalmente, esta semana empezaré un segmento en "NFL Live" que se llamará "Cumple con tu función", basado en el lema de Belichick, "Do your job". Se trata de identificar dos o tres jugadas por partido en las que ciertos jugadores son clave del éxito de la jugada para que otro se cubra de gloria en la misma. Ya tengo las jugadas para el segmento que saldrá el próximo jueves, pero a partir de la Semana 4, espero recibir sugerencias de los fans para identificar jugadas y jugadores que cumplieron con su trabajo. Pueden mandar su sugerencias de jugadores que cumplieron con su cometido a mi cuenta de Twitter, @raulallegre, o a @NFLLive_esp. Espero participen.