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Cowboys dan testimonio de su carácter en victoria sobre Arizona

GLENDALE, Arizona -- Para los Dallas Cowboys, la victoria del lunes por la noche sobre los Arizona Cardinals representó mucho más que el triunfo y mejorar su marca a 2-1.

El triunfo fue un golpe de unidad en el equipo y un claro mensaje de que sus dos jóvenes estrellas pueden responder en situaciones adversas.

Los Cowboys ganaron desde antes de la patada de salida y al final, sólo coronaron su presentación en el University of Phoenix Stadium con un triunfo por 28-17 más sufrido de lo que el marcador muestra.

“Fue una gran noche porque mostramos que, con unión de grupo, se pueden hacer muchas cosas“, aseguró Jason Witten, ala cerrada y capitán de los Cowboys. “Nunca dejamos de competir con carácter. Desde que nos paramos en el campo sabíamos que sería una noche complicada en diferentes aspectos.

“Vencimos a un muy buen equipo y reiteramos que podemos ser un equipo dentro y fuera del terreno de juego que no se va a rendir”, agregó.

Los Cowboys llegaron al duelo de lunes por la noche como uno de dos equipos, junto con los Cardinals, que no se habían manifestado por las declaraciones del Presidente Donald Trump, quien exigió a los dueños, con algunos insultos, que despidieran a los jugadores que no estuvieran de pie en las ceremonias del himno.

Los Cowboys salieron agarrados entre sí, hombro a hombro, codo a codo y antes del himno, todos los jugadores, entrenadores, dueño y algunos directivos del equipo y personal de apoyo se hincaron.

“Fue una decisión de equipo”, afirmó el receptor Dez Bryant. “Fue una definición real de unidad. Trump no puede dividirnos“.

La siguiente señal de unidad llegó ya con el partido en el segundo cuarto, cuando los Cowboys comenzaron a recuperarse de la que parecía una noche para el olvido para ellos.

El quarterback Dak Prescott anotó en carrera de 10 yardas para empatar 7-7 la pizarra. La acción representó mucho más que un touchdown. Prescott mostró el carácter de un líder que entró de cabeza a la zona final, cuando las cosas parecían iguales o peores que en la paliza que sufrió Dallas la semana anterior en Denver.

A partir de ese momento, el resto de los Cowboys comenzó a mejorar su desempeño, pero sobre todo, el equipo mostró pasión y energía.

En el tercer cuarto, los Cowboys tomaron se fueron arriba 14-7 con pase de touchdown de Prescott a Bryant, quien anotó con más ganas que espacio libre, en medio de media decena de defensivos de los Cardinals.

“Sabía que iba a entrar“, afirmó Bryant. “Nadie me iba a detener. Ni siquiera los que me han criticado últimamente. Yo sé quién soy, lo que puedo hacer y lo que mis compañeros quieren y pueden hacer“.

Bryant regresó a Dallas con sólo dos pases completos, pero que significaron mucho más que las estadísticas; de la misma forma Prescott, quien completó 13 de sólo 18 pases que lanzó para 183 yardas con dos anotaciones por aire y otra por tierra en la primera mitad.

Sin embargo, Prescott puso todos los intangibles que se buscan en un quarterback veterano, cuando sus 24 años apenas juega su segunda temporada.

Brice Butler sólo tuvo dos recepciones, igual que Bryant, pero fueron de las más importantes en el partido, el segundo pase de touchdown de Prescott para tomar la ventaja 21-14 a principios del último cuarto, y luego, una recepción de 57 yardas que preparó el touchdown definitivo de los Cowboys.

“Seguimos luchando. Sabemos qué tan fuertes podemos ser y qué tan poderosa esta ofensiva y este equipo pueden ser”, afirmó Prescott. “Nadie dudó en dar su máximo esfuerzo los 60 minutos de juego”.

Ezekiel Elliott fue la figura de la lucha contra la adversidad de los Cowboys. El corredor sudó y se exigió en cada una de las 80 yardas por carrera que sumó y de las que 49 llegaron en la segunda mitad.

La defensa sufrió para detener al ataque encabezado por Carson Palmer y Larry Fitzgerald, pero fue capaz de hacer las jugadas en los momentos trascendentes, cuando su ofensiva era incapaz de mover el balón.

“Lo número uno que debemos tener es pasión“, señaló el linebacker Jaylon Smith. “Cuando se trata de ejecutar, quizá hay muchas cosas que debemos pulir y mejorar para la próxima semana, pero nunca debemos salir a jugar sin esa pasión que hace la diferencia”.