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¿Quién es actualmente el equipo a vencer en la Conferencia Nacional?

La torre de control. Nadie se acuerda de ella. Pocos saben que existen. Es una estructura alta y aislada del mundo normal. Es como un jugador de línea ofensiva. Es un objeto ignorado a menos de que no esté funcionando. Cuando falla un jugador de línea ofensiva, suceden cosas, por lo general malas. Cuando la torre de control se torna inoperable, cunde el caos.

Tres horas más tarde, pero gracias a Dios ya de regreso, empiezo a redactar la nota de hoy. Lluvias torrenciales, que se podrían considerar de magnitud bíblica, acosaron el área de Austin en donde resido, causando múltiples estragos. Entre ellos, arrasaron con el sistema de radar del aeropuerto dejando inhabilitada la torre de control. Me dicen que tardaran dos semanas en reparar los daños. Por lo pronto estamos hablando de retrasos de vuelos, cancelaciones, o de plano manejar a otra ciudad y de ahí volar. Nada fácil cuando hay que volar cuatro días de la semana para recorrer cerca de nueve mil kilómetros. Pero como dicen en mi tierra, “estamos al pie del cañón” aun con sólo dos horas de sueño.

Esto de ninguna manera es una excusa para justificar las ideas y opiniones de este espacio. Tampoco explica el haber seleccionado a Baltimore y Filadelfia para llegar al Super Bowl. Esa decisión se tomó durante el verano, con suficientes horas de sueño y tiempo para analizar la situación. He recibido varios twits y mensajes preguntando si voy a cambiar mis selecciones. En mi mundo no se vale hacer eso. Hay que aceptar lo bueno con lo malo y además, hasta que ambos equipos estén eliminados todo puede suceder. Poco probable, pero todo puede suceder.

A lo que voy es que la NFL es una liga en metamorfosis constante. Los equipos que destacan al principio no necesariamente lo hacen al final. Una lesión, o multitud de lesiones a jugadores clave, cambian la fisonomía de un equipo. Lo mismo sucede con una baja de rendimiento de ciertos jugadores, o cuando los rivales descifran tu esquema.

Un ejemplo son los Empacadores de Green Bay. Después de tres semanas y tres victorias convincentes eran el favorito de la conferencia Nacional para llegar al Super Bowl. En eso anotaron sólo 17 puntos contra San Francisco. Fue el viaje a la costa oeste, y la diferencia de horario decían unos. Fue tan sólo un mal día, alegaban otros. Una semana después sufrieron para vencer en casa a San Luis. “Los Carneros tienen una gran defensiva”. “La ley de las probabilidades se emparejó con Aaron Rodgers”. Rodgers por cierto tenía dos siglos sin lanzar una intercepción en Lambeau. Excusas no faltaron. Después necesitaron una gran jugada defensiva para derrotar a San Diego. “La defensiva también es parte del equipo”. Finalmente vino la debacle ante Denver. La ofensiva de Green Bay tuvo un total de 140 yardas TOTALES. Rodgers fue capturado tres veces, pero apresurado en casi todos sus envíos. El ataque terrestre no redituó 90 yardas, pero nunca entraron en ritmo. Una vez es accidente. Dos es coincidencia. Tres es una tendencia. ¿Cuatro? ¿Podemos declarar momento de crisis para Green Bay? ¿Siguen siendo el favorito de la Nacional?

Estoy esperando en cualquier momento la conferencia de prensa de Aaron Rodgers pidiéndolo a sus fans R-E-L-A-X. No espero que lo haga. Lo que sí espero de Mike McCarthy son ajustes ofensivos. Los rivales están identificando a la primera opción de pase de Rodgers, por lo general Randall Cobb, y una vez neutralizada, lo están forzando a buscar otras posibilidades incluyendo correr. Así fue como se lastimó los dos últimos años. Parecía que la ausencia de Jordy Nelson no se sentiría después de esas tres primeras semanas, pero como lo extrañan en este momento. Davante Adams, en particular, tiene que subir drásticamente de nivel. Los esquineros rivales lo están neutralizando muy fácilmente. Tienen otra prueba difícil el domingo contra Carolina. Todos los equipos pasan por momentos difíciles durante una temporada. No hay que perder la calma, pero hay que poner atención a ver si vienen estos ajustes.

El sabor de la semana en la conferencia Nacional tiene que ser el equipo de Arizona. Estuvieron cerca de perder contra Baltimore y sufrieron contra Cleveland la primera parte del partido, pero en ambos juegos encontraron la forma de ganar. También tuvieron su período difícil cuando perdieron dos de tres partidos contra San Luis y Pittsburgh, pero hicieron los ajustes correspondientes. En esas dos derrotas tuvieron -6 en el diferencial de entregas de balón y convirtieron sólo de nueve oportunidades en tercera. A partir de entonces están parejos en el diferencial de entregas y en conversiones de tercera oportunidad han tenido éxito en 18 de 28 intentos. Eliminaron también los errores no forzados que fueron también determinantes en sus dos derrotas. Son en este momento el equipo más consistente de la conferencia, pero ¿lo serán al final?

No descartemos ni a Dallas ni a Filadelfia. Dallas está a sólo juego y medio del líder de división, los Gigantes de NY. Después de haber visto el desastre que fue su defensiva, y viendo los rivales que les falta enfrentar a equipos como Nueva Inglaterra, Carolina y Minnesota fuera de su división, la pelea por el título de la misma está abierta, aún para Dallas a pesar de sus racha de cinco derrotas. Tanto Dallas como Filadelfia tienen defensivas que van mejorando semana tras semana. Sam Bradford jugó mucho mejor contra Carolina eludiendo la presión y tomando mejores decisiones buscando a segundas y terceras opciones. Para Dallas, Tony Romo regresa en tres semanas.

Aunque desentonaron el lunes por la noche contra Indianápolis, Carolina está firme al frente de su división. Tienen la oportunidad de afianzarse como el puntero de la conferencia este domingo ante Green Bay. Son el único invicto que queda en la NFC. Una victoria les daría dos juegos de ventaja sobre varios rivales, pero son este tipo de partidos los que tienen que aprender a ganar. Ya tuvieron uno contra Seattle cuando nadie les daba expectativas. El domingo juegan en casa, pero no son favoritos ante Green Bay. Será una decepción si no salen a jugar encendidos.

Finalmente, no hay que olvidar a Seattle. Desde 2012, tienen marca de 16-8 en la primera mitad de cada temporada y 20-4 en la segunda. Faltan todavía ocho partidos por jugar y tienen marca de 4-4. De seguir la tendencia, un cierre de 7-1 los colocaría en la postemporada. Por el momento están fuera. Atlanta y Minnesota son ahora los comodines, pero algo me dicen que al final estarán presentes. Su defensiva está empezando a entrar en ritmo. Russell Wilson están empezando a hacer conexión con Jimmy Graham y la Bestia está empezando a despertar. No se olviden de los Halcones Marinos como contendiente al final del año.

Finalmente, pasemos a un par de temas más. El primero, hablando de lesiones, vaya semana devastadora que tuvimos. Fuera Cameron Wake, Le'Veon Bell y Steve Smith el resto de la temporada. No sé qué tantas cosas negativas más le pueden pasar al equipo de John Harbaugh esta temporada.

La baja de más impacto, la que transforma a un equipo, fue la de Bell. Cuando parecía que los Acereros dominaban el partido vino su terrible lesión. Un triunfo le habría dado a Pittsburgh marca de 5-3 y la confianza de saber que abrumaron al líder de su división con su líder ya de regreso. Con Bell y Big Ben en plenitud, y una defensiva que ha excedido las expectativas, no pondría a los Acereros muy debajo de los Pats. Pero vimos el impacto de la lesión de Bell en la moral del equipo. No considero coincidencia que las tres intercepciones que lanzó Big Ben fueron después de la lesión de Bell. Pittsburgh se tendrá que reagrupar. La contratación de DeAngelo Williams podría llegar a ser la mejor de la agencia libre, pero una vez más tendrán adaptarse a una situación nueva.

El segundo tema es el traspaso de Vernon Davis a Denver, seguido del anuncio que Colin Kaepernick será relegado a la banca. Todavía recuerdo ese pase de touchdown a Davis contra Nueva Orleans en el playoff divisional de la temporada 2011, para avanzar al campeonato de conferencia de la NFC, y el despliegue de facultades de Kaepernick contra Green Bay, también en playoffs, un año después. Qué triste para los fans de San Francisco que con estas decisiones le están dando vuelta a la página de ese que fue un gran equipo. Kaep ha estado perdido todo el año y Davis también. Tuvo sólo 18 recepciones esta temporada. El esquema de Gary Kubiak en Denver le debe de sentar bien. Tomará el lugar de Julius Thomas. Veremos qué tan rápidamente asimila esta ofensiva. Faltan tres semanas antes del partido contra los Pats. Esa debe ser la meta.