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El mejor armado para sobrevivir tiene las probabilidades a favor en la NFL

El fútbol americano de la NFL es un deporte de supervivencia. Aquél que llegue hasta el final con la mayoría de sus jugadores disponibles tendrá mejores posibilidades de ganar.

Es también un deporte en el que el siguiente en turno tiene que cumplir con su trabajo y rendir como el titular.

El panorama de la liga después de la jornada once refleja estas conclusiones.

La semana se distinguió por el número de pasadores suplentes que iniciaron por sus equipos: Brock Osweiler por Peyton Manning. T.J. Yates por Brian Hoyer. Matt Hasselbeck por Andrew Luck. Case Keenum por Nick Foles. Mark Sanchez por Sam Bradford. Los tres primeros ganaron. En lugar de profundizar en este tema les mando el link de una nota al respecto por parte de mi colega y buen amigo, Javier Trejo Garay.

Tuvimos el regreso de Tony Romo con los Dallas Cowboys, y el de éstos a la senda del triunfo. Romo jugó de acuerdo a las expectativas. No se esperaba que tuviera el nivel del final de la temporada pasada, pero vaya que se vio una marcada diferencia en la manera de jugar del equipo en general. Una evaluación sólo en sus estadísticas de juego no le haría justicia a lo que representó para los Cowboys su regreso. Completó sólo 18 pases de 28 intentos y lanzó dos intercepciones junto con dos touchdowns, pero su contribución se reflejó en la manera como ejecutó la ofensiva. Matt Cassel es un mariscal de campo veterano, pero aún al mejor, le toma tiempo no sólo aprender un esquema sino dominarlo de tal manera que se puedan explotar las debilidades del oponente. Vimos a Romo ajustar debidamente las protecciones, los esquemas de bloqueo en las jugadas por tierra, y sobre todo, correr las jugadas indicadas en base de lo que presentaba la defensiva de los Miami Dolphins. No fue coincidencia que Dallas pudo dominar ofensivamente la línea de golpeo y establecer un ataque terrestre que fue contundente. La defensiva se benefició al estar en el terreno de juego tan sólo 21:10. El registro de los Cowboys es un muy pobre en 3-7, pero con Romo al frente de la ofensiva están invictos. Vale la pena hacer esta pregunta: ¿son un equipo de 3-7, o uno de 3-0? El agujero en el que están metidos es muy profundo. No sé si les alcance para calificar. La historia no está a su favor. La respuesta la tendremos este jueves cuando reciban a uno de los verdaderos invictos del momento en los Carolina Panthers. Una victoria resonaría en la conferencia.

Brock Osweiler debutó con el pie derecho con un plan de juego diseñado para limitar el riesgo de sus jugadas. Osweiler cumplió ante una defensiva de los Chicago Bears que esta temporada ha hecho agua en contra del juego por tierra. Los Broncos fueron capaces de hacer algo que no pudieron hacer con consistencia con Peyton Manning como mariscal de campo, establecer un ataque terrestre consistente. Con Manning, superaron 140 yardas por tierra contra Minnesota, Cleveland y Green Bay, ganando los tres partidos. El desempeño de Osweiler fue aceptable, pero me pregunto si le alcanzará a Denver contra equipos contendientes y en postemporada. De haber pateado John Fox un gol de campo de la yarda 4 de Denver en el último cuarto, en lugar de jugársela en cuarta oportunidad, el resultado habría sido diferente. Osweiler es el típico pasador que ha buscado Kubiak como entrenador en jefe. Hago la distinción porque como coordinador ofensivo tuvo a John Elway en Denver y a Joe Flacco en Baltimore. Osweiler está cortado con la misma tijera que Matt Schaub, pero con un brazo más potente. El pasador de Kubiak es disciplinado, sigue la ofensiva al pie de la letra, raramente cambia jugadas en la línea de golpeo, juega principalmente bajo centro y tiene cierta movilidad. No es exactamente la definición de Peyton Manning. Kubiak y Elway quieren que Osweiler continúe jugando bien. Quieren evitar tener el regreso de Manning. La prueba de fuego de Osweiler será este domingo ante la defensiva de Bill Belichick. Belichick fue el coco de Peyton Manning, y de muchos otros pasadores de grandísimo nivel. Si Osweiler pasa esta prueba, habremos visto el último partido en la NFL de Peyton Manning.

Hablando de la defensiva de los Pats, cada vez que los veo jugar me impresionan más. Con Tom Brady, y la manera como empezaron esta temporada, el tema de conversación respecto a los Pats era su ofensiva. En agosto existían serias dudas sobre si la defensiva podría reemplazar a Darrelle Revis y Brandon Browner, ambos piezas clave en el campeonato de 2014. Con una mezcla de jugadores jóvenes y veteranos, tienen un grupo excelente entre los siete frontales. La línea defensiva es versátil y tienen suficientes jugadores de gran nivel para establecer una rotación. Lo mismo sucede con los linebackers. Este grupo, en mi opinión, es el mejor grupo que ha tenido Belichick en New England. Son capaces de defender el juego por tierra, presionar al pasador y defender pases. Esto le ha quitado presión a una defensiva secundaria que aunque no tiene nombres como Revis y Browner, tiene elementos que mejoran semana tras semana. Si los Pats mantienen el invicto será por el desempeño de su defensiva. Ofensivamente siguen perdiendo receptores. El lunes quedaron fuera Aaron Dobson y Danny Amendola. Parece que ser que las lesiones no son de gravedad, pero no se ha determinado cuánto tiempo estarían fuera de acción. Estas bajas obligaron a Josh McDaniels a tratar de establecer el ataque terrestre contra Buffalo, usando a dos y tres alas cerradas. Tendrán que ser creativos para enfrentar a una gran defensiva de Denver. Por el momento quedan Brandon LaFell, Chris Harper y Keshawn Martin como receptores. No son exactamente candidatos al Pro Bowl, pero con Tom Brady al frente de esta ofensiva no es necesario que sean.

Mucho se ha criticado en las dos últimas semanas acerca de la selección de jugadas y de la toma de decisiones al final de los partidos entre los New York Giants y New England, y el domingo pasado entre Cincinnati Bengals y Arizona Cardinals. Respecto al primer partido, los Giants tenían primera y 10 en la yarda 5 de los Pats faltando 2:06 en el juego. La crítica sobre Tom Coughlin fue que mandó tres jugadas de pase en lugar de correr el balón y usar más tiempo en el reloj. No coincido con la crítica por varias razones: 1) los Giants estaban tratando de anotar touchdown, no de jugar por un gol de campo; 2) No son un equipo que corre bien el balón. Son un equipo pasador. En contra de una defensiva pesada por parte de los Pats, la mejor posibilidad de anotar era lanzando. De hecho lo hicieron con un pase a Odell Beckham, que fue negado por una gran jugada de Malcolm Butler: 3) Aún de haber corrido, Belichick tenía un tiempo fuera y la pausa de los dos minutos. Dadas las circunstancias, los Pats habrían tenido 1:20 para su última serie ofensiva. Es fácil opinar diciendo que 37 segundos habrían sido la diferencia en el partido conociendo la retrospectiva de la última serie de los Pats. Al tomar la decisión Coughlin no gozaba de tal beneficio. Aun así, pudieron haber ganado si Landon Collins no suelta la intercepción.

La situación de Cincinnati contra Arizona fue similar. Los Bengals necesitaban un gol de campo para empatar. Faltando 1:14, en tercera y 2 yardas por avanzar, Andy Dalton cambió una jugada por tierra a pase cuando se percata que A.J. Green, tiene cobertura individual contra Justin Bethel. Es un duelo personal entre uno de los mejores receptores de la NFL y un esquinero suplente. El pase de Dalton fue retrasado y Bethel pudo desviar el envío. Cincinnati pudo empatar, pero le dejaron tiempo suficiente a Carson Palmer para una última serie ofensiva para patear el gol de campo de la victoria. No tengo objeción alguna sobre la decisión de Dalton de buscar ganar el partido en lugar de ser conservador. No es seguro que hubieran tenido otra oportunidad tan buena de anotar. La ejecución fue mala, pero no así la decisión.

Tanto los Giants como los Bengals son líderes de sus respectivas divisiones. Cayeron ante dos de los mejores equipos de la NFL, pero demostraron tener la capacidad de jugar al tú por tú con cualquiera.