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La recta final de la temporada regular no es momento para caer en pánico

En medio de la recta final, a sólo escasas semanas del final de la temporada, la NFL nos recuerda lo que dijera alguna vez el ex comisionado Pete Rozelle: “Cada domingo todo puede suceder”. “No hay manera” es una frase célebre de Mauricio Pedroza en el antiguo programa "NFL Semanal" para describir las posibilidades de ganar de un equipo.

Con menos de 10 segundos del final y desde su yarda 20, “no había manera” de que los Green Bay Packers derrotaran a los Detroit Lions. Después de que su defensiva había permitido 45+ puntos en tres derrotas, “no había manera” de que los Philadelphia Eagles derrotaran a los New England Patriots. Después de no anotar touchdown en 58 minutos y medio, “no había manera" de que los Dallas Cowboys y Washington Redskins se combinaran para anotar 17 puntos en 90 segundos. Pero todo esto sucedió y cambió el panorama de competencia de la liga y las posibilidades de muchos equipos.

Nadie es perfecto, ni Bill Belichick. Después de ganar 10 partidos consecutivos los Pats sufrieron derrota de manera consecutiva, algo que no había sucedido en 56 partidos. La manera como se dieron esas derrotas fue todavía más sorprendente. El plantel de New England, y sus jugadores, que son lo más parecidos a una máquina eficiente de juego, cometieron errores característicos de equipos como los Cleveland Browns, Cowboys, Eagles, Redskins y New York Giants. ¡Uups! Se me cruzó el canal y ya estoy con el tema de la División Este de la Nacional, pero para dar un ejemplo de ineficiencia no hay mejor opción que los equipos de esta división.

Por segunda semana consecutiva, la derrota de los Pats se le puede achacar al mal desempeño en equipos especiales. Contra los Denver Broncos, fue un balón no atrapado en un despeje que le dio vida al rival. Contra Philadelphia fue un despeje bloqueado y regresado para anotación, y otro “solamente” regresado para touchdown. También vimos al incomparable Tom Brady forzar pases a receptores con marcación doble y tomar malas decisiones. Como lo mencionara Belichick en su resumen del partido, Philadelphia anotó 21 puntos sin que la defensiva de los Patriots estuviera en el terreno de juego. Belichick inició su carrera como entrenador en la NFL coordinando equipos especiales. Con los Giants, cuando ya era el coordinador defensivo, asumía un papel importante en los entrenamientos de los equipos especiales. El miércoles antes del partido advirtió que los equipos especiales de las Eagles eran de los mejores de la NFL. A pesar de todo, fueron los equipos especiales la razón principal de la debacle de los Pats. Este fue un partido, al igual que el de Denver, que pudieron ganar a pesar de las bajas que han tenido.

Esta derrota no es el fin del mundo. De hecho, creo que puede salir algo bueno. Es mejor perder en temporada regular cuando tienes la semana siguiente para redimirte, que en postemporada en donde no hay un mañana. Estas inconsistencias sirven para hacer un autoanálisis y evaluar posibles grietas que empiezan a aparecer.

En 1990 fui miembro de un equipo que empezó la temporada 10-0 y luego perdió tres de cuatro partidos. Al igual que como está sucediendo en New England, se echaron las campanas a repicar y sonaron los señales de pánico entre los aficionados. Muchos se rasgaron las vestiduras y abandonaron el tren. Para nosotros los miembros del equipo, fue un abrir de ojos. Nos percatamos que no éramos perfectos y que había fallas que corregir. A pesar de perder a nuestro quarterback titular, cerramos la temporada con dos victorias y llegamos al Super Bowl XXV, en el cual derrotamos a los Buffalo Bills. Así que fans de Pats --como también aquellos de los Cincinnati Bengals, quienes también perdieron dos seguidos-- este no es el final sino el principio de la verdadera temporada. Todas las metas importantes todavía están en frente del equipo. No hay que perder la perspectiva. ¡Es el comienzo de la recta final!

Los Minnesota Vikings me recuerdan a los Seattle Sehawks del 2011 y 2012, que tuvieron equipos que empezaban a ser peligrosos, pero que les faltaba algo. Ese algo es aprender a ser equipo grande. No pasa de la noche a la mañana. Lo vimos también con los New Orleans Saints entre el 2006 y 2009, y ahora los Carolina Panthers entre el 2013 y el presente. Los Vikings han tenido dos oportunidades de oro de consolidarse y dar el siguiente paso, y se dieron cuando jugaban en casa, primero contra Green Bay y después contra Seattle. En ambas ocasiones sufrieron pánico escénico. El aspecto mental es más difícil de dominar que los aspectos físicos y técnicos en el fútbol americano. Terry Bridgewater va a aprender de estas experiencias y asumo que crecerá como jugador, pero en ambos partidos su desempeño dejó mucho que desear. Declaró Bruce Irvin, al final del partido, que veían el miedo de Bridgewater en sus ojos. Es posible que Bruce le esté echando un poco de crema a sus tacos, pero de que el mariscal de campo de los Vikings jugó abajo de su nivel, fue claro.

Durante toda la temporada se le había dado el premio del Jugador Más Valioso a Tom Brady, y ¿por qué no? Sus estadísticas y sus actuaciones han sido impresionantes, pero se puede debatir que en las dos últimas semanas, los quarterbacks que están jugando mejor en la NFL son, en este orden, Cam Newton y Russell Wilson. Newton ha sido responsable de 32 touchdowns y tiene sólo 13 entregas. Wilson está en la misma situación. Contra New Orleans, hubiera sido fácil sacar a Cam cuando recibió un golpe duro en el casco, pero optó por quedarse en el terreno de juego y terminó anotando un touchdown. Aun perdiendo contra los Saints, habían asegurado el título de división con la derrota de los Atlanta Falcons frente a los Tampa Bay Buccaneers. Cam permaneció y fue el factor decisivo en la victoria. El caso de Wilson ha sido similar. No tuvieron un sinodal tan fuerte en los San Francisco 49ers, pero Minnesota, a pesar de bajas importantes, era un equipo en ascenso. La defensiva de Seattle es dura, pero no está al nivel de las que tuvieron en 2013 y 2014. Los Arizona Cardinals y Pittsburgh Steelers lo demostraron. Sin Wilson, Seattle no tendría esperanzas y se está echando el equipo a los hombros.

¿Qué hacer con TODA la División Este de la Nacional? El lunes por la noche tuvimos un partido que ni Washington ni Dallas querían ganar. Después de un duelo de goles de campo Washington tenía la oportunidad de ganar el partido, pero DeSean Jackson, después de alardear, tuvo un balón suelto que le abrió la puerta a Dallas. Faltando 1:20 por jugar, y Washington con dos tiempos fuera, Dallas optó por tratar de anotar un touchdown en lugar de descontar lo que quedaba de tiempo en el partido. En primera y 10, Darren McFadden corrió por su izquierda y fue forzado afuera del terreno de juego cuando buscaba las 10 yardas en lugar de tirase al campo. Esto paró el reloj y le ahorró un tiempo fuera a Washington. Después anotó desde la 5 en lugar de quedarse en la yarda 1. Dallas anotó su touchdown pero le dejó mucho tiempo a Washington. Un castigo de Dallas en el regreso de la patada de salida le dio excelente posición de terreno a Washington, que anotó faltando 40 segundos. A continuación, permitieron un regreso largo y se olvidaron de marcar a Dez Bryant, quien había sido neutralizado la mayoría del partido. Error, tras error, tras error, tanto de jugadores como de entrenadores.

Los Giants no se quedaron atrás. Estimo mucho a Tom Coughlin, y ha ganado dos Super Bowls, pero cuando tuvo cuarta y 2 a 7:50 del final del partido, y ganando por 10 puntos, debió patear el gol de campo. No es la primera vez que los Giants están dentro de la yarda 5, y tienen tercera o cuarta oportunidad al final de un partido, yendo adelante en el marcador, y no son capaces de capitalizar.

Philadelphia ganó, como lo indiqué antes, gracias a sus equipos especiales. Es complicado ganar así semana tras semana. Necesitan jugar con consistencia a la ofensiva y defensiva si quieren tener la oportunidad de competir. Esta semana reciben a Buffalo en lo que se pudiera denominar el Tazón LeSean McCoy. Rex Ryan seguramente lo nombrará capitán del equipo y la tensión será palpable.

Al igual que el año pasado con Carolina en la División Sur, o Seattle en 2010 en la División Oeste, uno de estos equipos será el campeón de división. Esos equipos no eran de buen nivel, pero ambos ganaron su primer partido de playoff, en gran parte por la ventaja de jugar en casa. Por años he escrito sobre las ventajas de sembrar a los equipos, de acuerdo a sus marcas, durante la postemporada y designar las ventajas de local de acuerdo su posición de sembrados. Nunca va a suceder, pero sería un sistema más justo.

Finalmente, en el 2014, se fallaron un total de ocho puntos extras. En cabalística Semana 13, se fallaron un total de nueve. En total, pateadores de la NFL han intentado 913 puntos extras y fallado 54. Mi predicción, basada en las estadísticas de la temporada 14, era que se fallarían entre 75 y 80 puntos extras esta temporada con la nueva regla de colocar el balón en la yarda 15 en lugar de la yarda 2. Simplemente tomé el número total de puntos extras intentados en 2014 y lo multipliqué por 93.5 por ciento, que es el porcentaje de efectividad de los pateadores entre 30 y 35 yardas. Eso me dio el total de puntos extras convertidos el cual substraje al número de intentos. No es nada complicado. En resumen es cuestión mental. Un intento de gol de campo de 33 yardas es un intento fácil, y así lo ven los pateadores profesionales. Un punto extra de la yarda 22 es un intento difícil, y crea tensión adicional para aquellos que no tienen fortaleza mental.