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Giants, la vacante más atractiva después del "lunes negro" de NFL

Uno de los dichos favoritos del inolvidable Bum Phillips era, "En la NFL hay dos tipos de coaches: los que han sido despedidos y los que van a ser despedidos". Él mismo no se salvó, tampoco una leyenda como Tom Landry, o ganadores de varios Super Bowls como Mike Shanahan y Tom Flores.

El "lunes negro" es uno de los días más tristes de la NFL. Es el día después del final de la temporada regular en el que comúnmente entrenadores en jefe pierden su puesto. Este lunes, Mike Pettine de los Cleveland Browns y Jim Tomsula de los San Francisco 49ers tuvieron que limpiar sus oficinas. Días antes, Chip Kelly de los Philadelphia Eagles corrió con la misma suerte. Técnicamente, Tom Coughlin renunció, pero no creo que los dueños de los New York Giants, John Mara y Steve Tisch, hayan hecho un gran esfuerzo en disuadirlo.

Hay en este momento seis vacantes disponibles: Giants, Browns, 49ers, Eagles, Miami Dolphins y Tennessee Titans. Los dos últimos no se esperaron al final de la temporada y le mostraron la puerta a Joe Philbin y a Ken Whisenhunt. Junto con Philadelphia, tienen entrenadores interinos que están siendo considerados para retener sus respectivos puestos, algo que dudo suceda.

Pasaron ya varios días del despido de Kelly, mi nota anterior se había publicado ya cuando se dio la noticia de su salida de Philadelphia. Quizás sea de los pocos que no está de acuerdo con la decisión. Como es de costumbre, poco después de que se diera la noticia hubo muchos comentarios al respecto: "Era una persona muy rígida". "No tenía relación con sus jugadores". "Es muy intenso y no se lleva con nadie". "Tomó malas decisiones de personal". "Su ofensiva no funciona en la NFL". "No tiene buena relación con los medios".

Si mal no recuerdo, esos fueron los mismos comentarios que leí acerca de Bill Belichick cuando fue despedido por Cleveland después de la temporada 1995. La marca de Kelly en tres años fue de 27-20. La de Belichick fue 20-28. Como punto de referencia, después de tres años la de Chuck Noll (cuatro títulos de Super Bowl) fue 12-30 y la de Tom Landry (dos títulos de Super Bowl y tres otras apariciones en este juego) 9-28. No sé si en varios años Kelly llegué a alcanzar el nivel de estos ilustres entrenadores, pero en sus primeros tres los superó. ¿Qué pasaría si todos ellos, incluyendo a Belichick, hubieran empezado sus carreras de entrenadores hoy en día con esos resultados? ¿Cuánto habrían durado?

Vivimos en otra época, con una NFL muy diferente en muchos sentidos, pero lo que no cambia es la calidad del entrenador. ¿Cometió errores Kelly? Por supuesto. Dejó ir a varios jugadores muy populares (DeSean Jackson, LeSeon McCoy, Jeremy Maclin, Evan Mathis, Todd Herremans, Nick Foles) y hasta entonces productivos. De todos ellos, sólo Jeremy Maclin tuvo una buena temporada en 2015. Me recuerda el escándalo que se hizo en Cleveland cuando Belichick despidió a Bernie Kosar en 1993. ¿Fallaron sus contrataciones? Apostó por Sam Bradford y perdió. DeMarco Murray no fue el corredor ideal para su esquema. En Cleveland, Belichick insistió a su directiva que pagaran millones por Andre Rison, quien fue un fracaso. Kelly pagó millones por Byron Maxwell quien decepcionó. Belichick admitió en privado que cometió errores en Cleveland en donde la situación del equipo era muy difícil. Tardó cuatro años en volver a ser entrenador en jefe. Me sorprendería que nadie contratara a Kelly para la próxima temporada. Me pregunto si aprendió de su primera experiencia. No descarto que en unos años se convierta en uno de los mejores entrenadores de la NFL.

La situación de los Giants fue diferente. La mayoría de los fans exigían su despido con base a que el equipo perdió cinco partidos en los que tenía ventaja de 10 o más puntos en el último cuarto. Se mencionaron errores en manejo de reloj y selección de jugadas. El único error en esos cinco partidos que yo le atribuiría a Coughlin fue la decisión de jugársela en cuarta oportunidad en el partido contra los New York Jets cuando ganaban por diez puntos. En otros partidos fue mala ejecución por parte de los jugadores. Como dijera Eli Manning, aguantando las lágrimas al anunciarse el "retiro" de Coughlin, "Él no le falló a los jugadores, fueron los jugadores los que le fallamos a él al no jugar al nivel que podríamos hacerlo".

La pregunta obligada es, ¿habría algún otro entrenador hecho mejor papel que Coughlin con el nivel de talento del equipo en 2015? Lo dudo. Si perdieron cinco partidos que ganaban en el último cuarto fue porque estuvieron en posición de ganar gracias a Coughlin y su grupo de entrenadores. Además de Manning y Odell Beckham Jr., los Giants no tenían ningún otro elemento a la ofensiva que preocupara a entrenadores rivales. Defensivamente, ¿en dónde estuvieron los baluartes, los líderes de esta unidad? El mejor jugador antes de la temporada era Jason Pierre-Paul y sufrió un accidente que casi le costó la mano derecha.

Coughlin será recordado por su calidad como entrenador y por su calidad humana. Pocos conocen sus esfuerzos con la Fundación Jay (The Jay Fund Foundation) establecida en memoria de uno de sus jugadores de Boston College que falleció de leucemia. Los Jacksonville Jaguars han sido el hazmerreír de la NFL los últimos ocho años, pero con Coughlin fueron una potencia en la NFL llegando a dos campeonatos de conferencia.

Coughlin expresó que no se retira de entrenador. ¿Podría terminar en Philadelphia en donde empezó su carrera en la NFL? El puesto de entrenador en jefe de los Giants es sin duda el más codiciado de los ahora disponibles. Se trata de una franquicia tradicional, con excelentes dueños, estabilidad de directiva, un pasador de élite, uno de los mejores jugadores ofensivos en la NFL, con selecciones altas para el próximo draft y con amplio espacio en el límite de nómina. Si algún puesto le interesaría a entrenadores retirados de renombre como Tony Dungy y Bill Cowher este sería el indicado.

Regresó Peyton Manning al puesto de quarterback de los Denver Broncos. Como lo había anticipado en el segmento de video de "Punto Extra" del 30 de noviembre, Manning regresaría si se dieran dos situaciones: 1) una lesión de Brock Osweiler y 2) si Osweiler tuviera problemas en un partido y Manning estuviera en condiciones de regresar. Este domingo se dio el último caso.

La ofensiva, que había cometido cinco entregas, repuntó inmediatamente al ingresar Peyton. El desempeño de Manning no fue espectacular. Fue, como se dice comúnmente en la NFL, un administrador de juego al completar 5 pases de 9 intentos para 69 yardas, sin touchdown ni intercepción. Su valor fue haber puesto a la ofensiva en el tipo de jugadas favorables para ganar. Gary Kubiak no ha anunciado quién será su quarterback. Sería un incompetente si lo hace. Esperar hasta el último momento posible obliga a los rivales a prepararse para dos tipos de mariscal de campo diferentes. Con Manning habría menos pases largos, menos jugadas de finta y pase y quizás ninguna fuga (bootleg), pero la defensiva rival tendría que haber más ajustes de último momento durante el transcurso del partido.

La pregunta es, ¿quién debe iniciar? Después del domingo todos asumen que será Manning, pero me pregunto si sería la decisión correcta. No tengo la ventaja de ver a Manning practicar. Nadie fuera del equipo de Denver tiene acceso a esa información. No sé qué tan bien esté lanzando sus pases, sobre todo los profundos, o si su movilidad esté más restringida que lo de costumbre. De ser Kubiak, la situación que tendría que evaluar es si Manning corre el riesgo de ser el Manning que lanzó 17 intercepciones y que tuvo el peor índice de pasador en nueve semanas. Si Manning es titular, y no puede manejar bien a su ofensiva en el primer partido de playoff, dudo que Osweiler tenga el temple y el nivel para entrar de relevo en una situación comprometida.

En lo personal, sin tener la información que tiene Kukiak sobre la condición de Manning, yo le daría el inicio del partido a Osweiler con la opción de meter a Manning en una situación como la que tuvieron contra San Diego.

Finalmente, terminó la temporada regular y vimos el impacto del cambio del punto extra de 20 a 33 yardas. En 2014, se intentaron 1,230 y se fallaron sólo ocho. En 2015, hubo 1,213 intentos con 71 fallas. En la columna del 6 de octubre anticipé que se fallarían 80. Estuve cerca. El procedimiento fue sencillo: multiplicar el número de intentos por el porcentaje de efectividad de los pateadores entre 30 y 35 yardas que fue 93.5 por ciento, y restar esa cantidad a 1,230. Era lo que esperaba la NFL. En realidad, los pateadores no estuvieron peor que en 2014. Funcionaron prácticamente al mismo nivel que tuvieron en intentos de 30 a 35 yardas el año pasado. Como dato curioso, el año en que más puntos extras se han fallado fue en 1979 con 95.