<
>

La paciencia de Jerry Richardson dio frutos en Carolina

BRISTOL -- Dicen que la paciencia es una virtud... una que no es practicada con frecuencia en la NFL. Año tras año equipos despiden a entrenadores tan pronto tienen una mala temporada. Para los Cafés de Cleveland es una costumbre. Han tenido cinco desde el 2009. Despidieron al mismo Bill Belichick un año después de haber logrado una marca de 11-5 y de calificar a los playoffs. Gracias a la paciencia y generosidad de su dueño Jerry Richardson, las Panteras de Carolina son favoritos para ganar el Super Bowl.

Ron Rivera llegó a Carolina en el 2011. Sus primeros años se distinguieron por comienzos de temporada lentos. En el 2011, abrieron con marca 2-8, pero cerraron ganando cuatro de los últimos seis partidos. En el 2012, ganaron tres de sus primeros 12 partidos, pero ganaron sus últimos cuatro. En el 2013, con marca de 1-2, viajaron a Arizona para enfrentar a los Cardenales. De acuerdo a Jim Carr, del departamento de investigación de ESPN, durante la semana se escucharon rumores que la directiva había empezado a buscar candidatos para reemplazar a Rivera, algo que fue negado por Dave Gettleman, su gerente general. Una derrota aplastante de 6-22, aceleró los rumores de la salida de Rivera del equipo, pero en una reunión privada, Richardson le aseguró a Rivera que no tomarían una decisión hasta el final de la temporada. El equipo respondió ganando 11 de los siguientes 12 partidos y el primer título de división con Rivera de entrenador en jefe. Para el 2014, las expectativas eran muy altas, pero el equipo revirtió a sus inicios lentos llegando a estar con marca de 3-8-1, antes de cerrar el año con cuatro victorias y otro título de división.

Desde la reunión entre Richardson y Rivera después de la derrota contra Arizona las Panteras tienen marca de 33-10-1 en temporada regular y 3-2 en playoffs. Un cambio de entrenador en jefe hubiera frenado el desarrollo de Cam Newton, cuyos talentos está explotando al máximo Mike Shula, su coordinador ofensivo desde el 2013. El proceso no ha sido fácil. La crítica principal hacia Cam era que no podía recordar más de cinco jugadas y de que no tenía la capacidad de desarrollar un juego de pase para complementar su gran capacidad atlética para correr. Las estadísticas apoyaban este argumento. Antes del 2015, su porcentaje de pases completos era 59 por ciento con 82 touchdowns y 54 intercepciones.

Este año nos dio finalmente la maduración de Cam. Como pasador, el comienzo no fue espectacular. Después de ocho partidos tenía sólo 14 TDs y nueve intercepciones y había sido capturado en 13 ocasiones. En los últimos ocho juegos tuvo un desempeño increíble con 21 TDs con tan sólo una intercepción. Me llamó también la atención que sufrió más del doble de capturas que en los primeros ocho juegos con 20, lo cual indica que decidió aceptar esas capturas en lugar de forzar pases.

Nada de esto habría ocurrido si Richardson no hubiera tenido la paciencia de aguantar a Rivera en el 2013, y otra vez en el 2014. Otro entrenador en jefe habría llegado con otro sistema y Cam Newton habría tenido que empezar de nuevo. El cambio en la NFL no es necesariamente siempre algo positivo.

Jerry Richardson es el único dueño que fue jugador en la NFL. Fue receptor suplente con los Potros de Baltimore en 1959 y 1960. Se retiró después para abrir la primera franquicia de lo que se convirtió en la cadena de restaurantes Hardee's.

Su generosidad y aprecio por sus jugadores se manifestó también con el apoyo que le brindó a Greg Olsen cuyo hijo TJ nació con un defecto del corazón que requirió cuatro cirugías. Dos días después de que su hijo fue diagnosticado, Olsen y su esposa iban rumbo al aeropuerto de Charlotte para volar a Boston a ver a un especialista cuando timbró el celular de Olsen. Era Richardson quien había tenido un trasplante de corazón. Les ofreció usar su avión y acompañarlos a Boston en donde los orientó durante las reuniones con los especialistas.

Una costumbre que me encanta de las Panteras es la de regalar balones a niños. Uno pensaría que los asientos de primera fila están reservados para familias con niños. Algunos sí, pero muchos otros, la mayoría, baja por los pasillos cada vez que hay una anotación. Si han asistido a un juego de la NFL, hay gente de seguridad por todas partes. Nunca dejan bajar por los pasillos a menos de que la persona tenga un boleto en esa sección. Es claro que hay una orden que viene de arriba para permitir que los pequeños "rompan" esas reglas de seguridad. No me consta que sea de Richardson, pero ¿de quién más podría ser? No se le puede poner precio a las reacciones de los niños después de recibir un balón. En esta era de frialdad e interés monetario que caracteriza a la oficina de la NFL en Nueva York, la costumbre de regalar balones a las Panteras es un cambio radical que es bienvenido.

El señor Richardson no es una perita en dulce. Fue duro con los jugadores de la NFL en el 2011, cuando tomó la iniciativa de implementar el cese laboral (lock out). Tomó la decisión, en mi opinión acertada, de despedir a Greg Hardy, su mejor jugador de línea defensiva, después de que fue hallado culpable de un incidente de violencia doméstica. DeAngelo Williams es el responsable de que los jugadores y entrenadores de la NFL usen el color rosa durante el mes de octubre, cuando pidió permiso para usar estos colores mientras su madre luchaba contra el Cáncer de Mama. Cuando ella falleció en el 2014, sólo Greg Hardy de las Panteras asistió al funeral. Dos semanas después, Richardson se disculpó con Williams por no haber respondido antes, pero para Williams no fue suficiente y decidió no regresar al equipo en el 2015.

Nadie es perfecto, pero sin la paciencia, visión y afecto por sus jugadores de Jerry Richardson, las Panteras no estarían en el Super Bowl.

Finalmente, soy de los que piensa que Peyton Manning jugará su último partido en la NFL. Ciertamente, será el último en Denver. John Sutcliffe compartió conmigo sus fuentes de información que le confirmaron que no hay una buena relación entre Peyton, John Elway y Gary Kubiak. Pase lo que pase, el legado de Peyton será el de uno de los mejores QBs de la historia. Nadie antes había llegado al Super Bowl cuatro veces jugando para cuatro entrenadores diferentes. Vimos el impacto que tuvo su salida en el equipo de Indianápolis en el 2011, cuando prácticamente con el mismo plantel de jugadores, un equipo que calificó a postemporada terminó con marca de 2-12.

Esta vez, Peyton llegó al Super Bowl cuando nadie esperaba que lo hiciera. En este año experimentó lo que viven la mayoría de los jugadores que pasan por la NFL: lesiones, bajo rendimiento y ser relegado a la banca. Durante todo el proceso, se comportó con clase y como buen compañero. Ya estando listo para jugar, aceptó ser suplente de Brock Osweiler, entrando finalmente de relevo en la semana 17 para ganar un partido que significó la diferencia para ser el primer sembrado de la conferencia.

Su desempeño no ha sido espectacular. De hecho, la ofensiva de Denver ha sido mediocre en sus dos partidos de postemporada, pero no ha entregado el balón. Lo hemos visto lanzar rápidamente para evitar la presión, muchas veces sin percatarse que el jugador que era la segunda o tercera opción en una jugada estaba completamente desmarcado. También lo vimos fallar pases que eran TDs seguros.

A pesar de que no fue el Peyton de antes, mejoró marcadamente entre el juego de Pittsburgh y el de Nueva Inglaterra. Con dos semanas más, podrá recuperarse un poco más de la lesión en el pie y tendrá la oportunidad de entrar en ritmo y sincronizarse con sus receptores.

Hasta el momento, la defensiva de los Broncos ha sido la responsable de que calificaran a playoffs y de que hayan llegado al Super Bowl. Necesitan otra gran actuación para vencer a Carolina, pero sin un buen desempeño de Peyton, no sólo administrando la ofensiva, sino completando jugadas, será difícil que ganen.

Algo me dice que Peyton Manning será un factor más decisivo en el Super Bowl 50 de lo que se espera.