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El Bayern Munich y el Hoffenheim fue suspendido después que los aficionados del Bayern mostraran pancartas de repudio ante Dietmar Hopp, dueño del equipo rival, y de racismo. Los jugadores del Bayern fueron a hablar con su afición, pero en las gradas no hubo cambio y no metieron las mantas que insultaban a Hopp. Debido a esto, los jugadores de ambos equipos abandonaron el terreno de juego. Hansi Flick, director técnico del Bayern Munich, fue el primero en ir a reclamar a sus aficionados y que retiraran las mantas donde mostraban los insultos a Hopp. Además, Rummenigge, Kahn y los jugadores también intentaron calmar a los aficionados que hicieron el viaje. Con el 0-6 en contra del Hoffenheim, los aficionados locales comenzaron a abandonar el estadio. Cuando el juego se reanudó, ambos equipos pelotearon y pasaron el balón entre ellos con aplausos del público y los presidentes de ambos cuadros.
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