Fútbol Americano
Gabriele Marcotti 1y

Las siete tendencias que Lionel Messi mostró en la victoria de Argentina sobre Polonia: Algunas conocidas, otras no tanto

DOHA, Qatar - La idea era sencilla antes del último partido de la fase de grupos de Argentina contra Polonia: ¿Qué pasaría si solamente miras a un jugador durante los 90 minutos? Y ese jugador, indiscutiblemente uno de los mejores de la historia, podía estar jugando el último partido de su carrera en un Mundial. Así que, lápiz y libreta en mano, hice algo que nunca había hecho antes: hacer una crónica de cada momento de un jugador en el campo de juego.

Alerta de spoiler: Argentina le ganó a Polonia por 2-0, lo que significa que ésta no fue la última aparición de Lionel Messi en un Mundial. Volveremos a verlo, quizás una vez, dos, tres o incluso cuatro veces más en Doha. Y sí, existe la posibilidad -nunca digas nunca- de que aparezca en 2026, aunque en junio cumplirá unos venerables 36 años.

A pesar de haber visto a Messi durante las últimas dos décadas -tal vez más de 500 veces por televisión y al menos 100 en persona- cuando te enfocas en él y en nada más, captas cosas que no ves de otra manera, además de confirmar cosas que sospechabas. Éstas son algunas de las que detecté contra Polonia:

1. Messi camina la mayor parte del partido

Es la naturaleza del juego caminar cuando la pelota no está cerca de uno, pero Messi lo hace mucho más que la mayoría. Esto ya lo sabíamos: el análisis seminal de Bobby Gardiner sobre Messi caminando durante el Mundial 2018 es una lectura tremenda. Sin embargo, cuando solamente lo miras a él -algo que en realidad sólo se puede hacer en persona- es absolutamente notable lo desvinculado que parece estar de todo lo demás.

No sigue a los corredores, puede asomar una pierna si hay un rival cerca, pero en general se limita a deambular. A veces mira en la dirección general de la pelota, otras veces no.

Uno se siente tentado a pensar que es una forma de conservar energía -después de todo, el hombre tiene 35 años- y caminar significa que puedes ahorrar energía para cuando necesites disparar. Pero Messi, sobre todo en la selección nacional, lleva mucho tiempo haciendo esto.

2. Messi tiene otras dos velocidades: el trote, poco utilizado, y el sprint, aún menos habitual

El trote es lo que utiliza cuando necesita ir de un punto A a un punto B con rapidez, normalmente para evitar una posición adelantada o para hacer una jugada a balón parado. El sprint se desata cuando la pelota está en poder de alguien que sabe que puede entregársela o cuando necesita sacar a un defensor de posición. No es algo que veamos a menudo, pero, cuando ocurre, puede ser devastador.

Conté cuatro veces, pero puede que haya habido más. Disparó hacia el segundo palo para ganar un remate de cabeza (y el generoso penal, que luego falló). Arrancó en cuanto Wojciech Szczesny rechazó el remate de Julián Álvarez, como si supiera que éste recuperaría la pelota y patearía cruzado. Las otras veces, pasó la pelota por encima del defensor hacia la banda y siguió, confiando en que le volvería un centro (a veces fue así, y a veces no).

3. La mayoría de las gambetas de Messi son iguales

Lo que quiero decir es que la gran mayoría de las veces recibe la pelota parado o al trote y luego se frena antes de arrancar otra vez, o gira hacia un espacio. Es rápido con la pelota en los pies, lo que parece un contrasentido, y se enfrenta a jugadores contrarios todo el tiempo. No parece importarle perder el balón, algo que ocurrió bastante contra Polonia, quizás porque lo cede en espacios donde no perjudica a Argentina (y quizás porque sus compañeros se adaptan a esa posibilidad). Tanto si lo pierde como si supera a tres o cuatro rivales, el efecto es el mismo: los defensores contrarios convergen sobre él, cualquier formación defensiva que tuvieran se deforma, lo que significa que se crean espacios en otra parte.

4. El festival de pases de Messi es extremadamente difícil de defender para sus rivales

Hay un pase clásico de Messi desde posiciones centrales, que, como el regate de Garrincha, los rivales saben que se viene, pero simplemente no pueden hacer nada para detenerlo. Toma la pelota en la zona central, hace un amague y luego gira su cuerpo para lanzar un pase curvo con la izquierda que sobrepasa la línea defensiva y pasa a la posición de extremo izquierdo. Marcos Acuña fue el beneficiario de esto en tres ocasiones diferentes, pero, quizá, la versión más vistosa de este pase haya sido la que utilizó para encontrar a Álvarez al final del juego.

Una vez que Messi recibe la pelota allí, se viene la clásica amenaza triple. Puede avanzar con el regate y atraer una falta, puede hacer un toque y disparar o puede hacer ese pase a la izquierda. No hay manera de hacer frente a ese pase porque tienes que estar atento a las otras opciones, que, se podría decir, son las “menos peligrosas”.

5. Messi pasa el 90% del partido en las mismas dos áreas

Una es aproximadamente a un tercio del camino entre la defensa arriba del área de penal rival y el círculo central, la otra es abierto por la derecha, apenas en la mitad de cancha del rival.

En el primer caso, el resultado casi siempre es un disparo, el pase antemencionado o un regate que puede resultar en una falta o un disparo (o, si lo pudieron defender bien, una pérdida de balón). En el segundo caso, al menos en este juego, fue sobre todo una de estas dos situaciones: un pase suave, como diciendo, "No, no la siento, te la paso" o el clásico avance con el regate, por lo general de derecha a izquierda. Y una vez más, todos saben qué es lo que sigue después.

6. Incluso cuando Messi no tiene la pelota, genera caos haciendo de señuelo

Su mera presencia es disruptiva, porque si eres un jugador rival, sabes perfectamente quién es él y lo que es capaz de hacer. Cuando no está pegado a la defensa rival, los defensores centrales se comienzan a preguntar dónde está. Y cuando aparece por la derecha, el lado izquierdo del equipo oponente tiene pensar en reforzarse.

7. Todos los patrones mencionados arriba son los que siempre vemos de Messi, pero también los puede romper sin previo aviso

Es como si te engañara para darte una falsa sensación de seguridad.

Tomemos como ejemplo el golpe en la cabeza que dio lugar al penal errado. No esperas ver a Messi en esa posición desafiando en el aire a un arquero de 6´4 pies como Szczesny. O el primer gol de Argentina: él jugó por la derecha, el cruce vino de la derecha y Messi estaba cerca de la línea de banda izquierda. Y también otras dos ocasiones más en las que agarró la pelota más abajo, de sus propios defensores centrales.

Y también están los momentos en los que se olvida de su edad – y hace que su cuerpo también se olvide. Miren el contrataque en el que recibió la pelota en su mitad de cancha y avanzó a toda velocidad, media docena de jugadores polacos fueron por él como si una nube blanca lo rodeara y Messi salió de ella para disparar al arco. El disparo fue bloqueado, pero de todas maneras fue una jugada maravillosa.

Esto es, obviamente, una instantánea de lo que Messi puede hacer durante los 90 minutos de juego en esta etapa de su carrera, pero es algo típico (dejando de lado el penal fallido) y sigue siendo mucho mientras que por lo general parece ser poco. Y mientras que son imágenes familiares, son los momentos en los que hace algo fuera de lo común los que le agregan esta capa extra a su juego amenazante.

Disfrútalo mientras dure.

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