El Xeneize empezó mejor el partido, con un par de jugadas colectivas interesantes, una de ellas que estuvo a punto de ser la apertura del marcador, cuando el uruguayo Edinson Cavani peinó un centro desde la derecha y la pelota le quedó a Marcos Rojo que definió a bocajarro pero, en una tapada fantástica, se la sacó Facundo Altamirano.
Eso duró apenas hasta los cinco minutos, el momento en el que Cristian Lema tuvo su instante fatal: perdió con Adam Bareiro, que lo fue a presionar en la salida, y después lo agarró arriba al propio paraguayo adentro del área.
El delantero de San Lorenzo fue el encargado de patear el penal, y lo hizo con una categoría fantástica. Con toda la cancha en contra, se la picó al arquero xeneize, Leandro Brey, que voló hacia su izquierda.
La fórmula de Rubén Darío Insúa hacia su aparición en el encuentro. Esa noción de conseguir un gol y después hacer gala de su solidez defensiva.
Si bien en los primeros minutos después del tanto de Bareiro ensayó un par de contraataques, con el paso del tiempo se fue refugiando en su propio campo. Sin pasar grandes sobresaltos, parecía que la fórmula volvía a dar resultado.
Pero Boca la rompió con una excelente jugada colectiva, a los 42 minutos. Llegó a tres cuartos de cancha con pelota dominada por derecha, recibió Zenón en la medialuna y habilitó en corto a Cavani, que la tomó con una velocidad increíble, avanzó un par de metros, quedó frente al arquero y definió cruzado y por bajo para equilibrar el marcador en 1-1.
Boca terminó el primer tiempo avasallando a San Lorenzo, que aguantó como pudo. Y la segunda etapa fue la continuidad de esos minutos previos al entretiempo. San Lorenzo cada vez más atrás y Boca intentando con todas sus herramientas, que por momentos se revelaron insuficientes.
Con el paso de los minutos, el equipo de Diego Martínez perdió potencia y fue cayendo en la telaraña de San Lorenzo, que incluso volvió a sacar alguna contra, aunque cada vez de manera más aislada.
Se acercaba el final y todo parecía indicar que el 1-1 era inamovible. Pero Zenón seguía en cancha y, otra vez, iba a ser el agente de cambio.
Porque a los 84 minutos tomó la pelota sobre la izquierda, se sacó de encima la marca y, de repente, metió una marcha más. Se acercó al área, atrayendo la marca, metió una pared fenomenal con Darío Benedetto y luego habilitó al uruguayo Miguel Merentiel, que solamente tuvo que empujarla para el 2-1.
El Xeneize cosechó una victoria fundamental en sus aspiraciones de meterse en la siguiente fase de la Copa de la Liga.
