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Conformismo de pobre

Fotobaires

BUENOS AIRES -- La saga Racing-Boca que se prolongará con los partidos de la Copa Libertadores se presenta estimulante. A pesar de que el jueves no habrá público, la rivalidad y el cartel de los futbolistas de ambas orillas permite tener esperanzas de buen fútbol.

Sin embargo, el primer capítulo disputado en Avellaneda sólo concentró emoción durante un rato. Una vez obtenida la ventaja, Racing prefirió refugiarse atrás. Y eso fue demasiado para un Boca que reflotó todas sus limitaciones. El tema es Racing. Y una costumbre tan desalentadora para el público como peligrosa para el propio equipo: cerrar antes de tiempo los partidos. Darse por contento luego de haber hecho lo mínimo, apenas un gol.

"En el segundo tiempo nos acomodamos atrás y nos sentimos cómodos de esa manera. No es lo que deseo ni lo más vistoso, pero hoy nos dio resultado", dijo Facundo Sava.

El DT está haciendo sus primeras armas y aún no se le distinguen claramente sus filiaciones de estilo. Al parecer, suele borrar con el codo lo que postula ante los micrófonos. Se dice ofensivo, pero Racing es bastante medido en su búsqueda del gol. Y el domingo fue un gran ejemplo.

Si los jugadores (se entiende que por propia decisión, no porque se los ordenó el entrenador) se sienten “cómodos” colgados del travesaño, el líder del grupo (si en realidad tiene vocación de ataque) los debe hacer cambiar de actitud a grito pelado. No es una cuestión de principios. Cada quien busca los puntos del modo que cree conveniente. Siempre que se encauce en el reglamento y no se apele a artilugios deshonestos, cualquier libreto es aceptable.

El problema en este caso es forzar el cierre de un partido cuando no se hizo lo necesario para, precisamente, cerrarlo. Tal gesto (una lectura errónea de lo que pasa) denota un sentimiento de inferioridad (completamente injustificado en este caso) o escasas convicciones en los argumentos del equipo para tener la pelota y ampliar la ventaja.

Racing lo dejó sobreponerse a Boca. Lo ayudó en su debilidad al meterse atrás y cederle el campo. Por otra parte, perfilar a Racing para que se defienda únicamente significa dilapidar su enorme capacidad ofensiva y sus recursos para administrar la pelota. Roger Martínez, con su destape, se suma a un elenco que enaltecen Bou, Milito (necesita otro esquema, de lo contrario no toca la pelota), Licha López, Romero, Acuña...

Además de muy buen pie, Racing tiene poder de fuego. Pero actúa como si un gol fuera su máxima aspiración. Una hazaña que, una vez consumada, merece la defensa heroica, con toda la tropa replegada. Por lo general se menciona el presupuesto como factor diferencial entre los planteles más dotados y los menos. En parte es cierto. Pero la disposición y las políticas tácticas también definen las posibilidades de los equipos.

Algún entrenador, como Sava, puede desaprovechar sus ventajas presupuestarias al recortarle funciones al equipo, permitiendo talento ocioso y empobreciendo sus aspiraciones.