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Ganó Guillermo

Fotobaires.com

BUENOS AIRES -- Primero, una aclaración: Boca no jugó bien contra Racing y jugó mal contra River. Dicho esto, hay que agregar que en apenas cinco días Guillermo Barros Schelotto superó una dura prueba como entrenador xeneize: jugó dos clásicos decisivos. Y no los perdió.

No es poco, teniendo en cuenta que se hizo cargo de un equipo que venía con un historial muy adverso enfrentando al resto de los grandes.

Sin dudas, el empate que se llevó del Monumental dejó mucho más conforme al Mellizo que a Marcelo Gallardo. River fue superior a Boca, contó con las mejores opciones para ganar y no pudo hacerlo.

El millonario tenía todo a favor: un equipo más consolidado, un DT que viene trabajando desde hace rato, con una idea clara y definida, y un rival golpeado por la salida de Rodolfo Arruabarrena y por un presente donde los resultados no acompañan.

A Guillermo lo presentaron el miércoles. Con sólo una práctica salió a jugar ante Racing, en una Bombonera vacía. Una derrota hubiera dejado muy comprometido al equipo de cara al futuro en la Copa Libertadores. Boca no jugó bien ante la Academia, pero casi no pasó sobresaltos ante un rival que llegaba más relajado, con menos presiones.

River tenía todo a favor para quedarse con el superclásico. Incluso, llegaba con más descanso que su rival, ya que Boca había jugado contra la Academia el jueves, y los de Núñez contra Central, el lunes.

Perder contra River, hubiera sido un duro golpe desde lo psicológico. No tanto desde los números: la apuesta de Boca este semestre, está claro, es ganar la Copa. El certamen doméstico pasó a segundo plano, sobre todo luego de este flojo comienzo, que en un torneo corto como el que se está disputando es difícil de remontar.

Barros Schelotto salió fortalecido. Asumió en un momento muy delicado y el equipo, al menos desde la entrega, le respondió. Claro, desde lo futbolístico el balance es negativo: Boca sigue manteniendo los mismos problemas de la era Arruabarrena.

La falta de gol es alarmante, la falta de juego también, el nivel de los futbolistas en la mayoría de los casos es muy bajo. El DT tiene varias complicaciones por delante. Disputando torneo y Copa, jugando también entre semana, no le quedará tiempo para trabajar: deberá ir probando sobre la marcha. El margen de error es escaso: un par de malos resultados puede dejar al club afuera de la Libertadores en la primera ronda, algo que para Boca sería una enorme frustración.

Al haber asumido con el torneo empezado, el técnico no tendrá chances de cambiar el plantel hasta mitad de año. Seguramente, en la cabeza de Guillermo hay otros nombres para llevar adelante su idea de juego. Ahora, no tiene otra opción que arreglarse con lo que hay.

Sin embargo, hay puntos a favor si se mira con algo de optimismo el futuro: el bajo nivel de los futbolistas no será eterno. Y si Tevez logra recuperarse y ser al menos el del último tramo del torneo pasado, Boca tendrá un plus importante.

Mientras tanto, Osvaldo sigue en recuperación y tal vez en una semana pueda estar trabajando a la par de sus compañeros. De esa manera podría empezar a resolverse la anemia ofensiva, uno de los graves problemas que hoy tiene el xeneize.

Pasaron Racing y River en pocos días. Boca no perdió. El Mellizo ganó, al menos, un poco de tranquilidad.