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Un comienzo a su altura

CHICAGO -- El debut de Lionel Messi en la Copa América Centenario quedará en la historia porque provocó algo que el Diez de la Selección Argentina había hecho desaparecer: asombro. Desde hace un largo tiempo, las hazañas del crack de Barcelona se convirtieron en un lugar común y sorprenderse con alguna de sus actuaciones pasó a hacer algo imposible. Con él, lo extraordinario pasó a ser natural. Por eso, lo realizado en el Soldier Field contra Panamá será inolvidable.

Cuando se confirmó que Messi comenzaría en el banco de suplentes, nadie esperaba una presentación con tres goles, una asistencia y varios lujos. El equipo de Bolillo Gómez se había presentado como un rival complejo y sólo el ingreso del capitán pudo terminar de doblegarlo. Un Messi con varios días de inactividad, muchos kilómetros encima y algunos problemas personales dejó todo eso atrás y protagonizó el mejor debut de su vida en un torneo oficial con el Seleccionado.

Nunca había convertido un triplete en un encuentro válido por los puntos y nunca había comenzado de esta forma un campeonato, ni siquiera en las juveniles. En Chicago se vio un jugador capaz de todo, con la furia que se necesita para romper el maleficio y, de una vez por todas, lograr ese título que merece. El comienzo no pudo ser mejor.

El Sudamericano Sub-20 de Colombia 2005 fue su primer torneo con la celester y blanca. En el debut, marcó un tanto en la goleada 3-0 sobre Venezuela en Armenia. El equipo finalizó tercero y Lionel anotó cinco goles en total. Pocos meses después, se disputó el Mundial de la categoría en Holanda, en el que Messi comenzó como suplente, ingresó en el segundo tiempo y la Selección cayó 1-0 con Estados Unidos. La historia final es conocida: título, Botín de Oro y Balón de Oro para el número 18.

Su primer campeonato con el Seleccionado mayor fue la Copa del Mundo de Alemania 2006. Tras quedarse en el banco frente a Costa de Marfil, ingresó contra Serbia y Montenegro y convirtió un gol en su presentación mundialista. El desenlace de este Mundial es su primera gran frustración internacional, ya que vio desde afuera la eliminación por penales ante los locales.

En Venezuela 2007 disputó su primera Copa América, de la que se coronó subcampeón. Además, fue su primer campeonato como titular indiscutible. En el debut en Maracaibo, la Albiceleste goleó 4-1 a Estados Unidos.

Dio su segunda vuelta olímpica con la camiseta nacional en los Juegos Olímpicos de Beijing 2008, en el que debutó con un gol en la victoria 2-1 sobre Costa de Marfil. Dos años después y con Diego Maradona como entrenador, participó del Mundial de Sudáfrica 2010. Ya con la cinta de capitán, tuvo una buena actuación en el 1-0 sobre Nigeria en Johannesburgo. La despedida fue tras la goleada 4-0 de Alemania en cuartos de final.

En la Copa América 2011 disputó su hasta ahora único certamen como local. La Selección no cumplió las expectativas y se despidió en cuartos tras caer con Uruguay por penales. Messi jugó los noventa minutos del empate 1-1 contra Bolivia en la presentación en La Plata.

En 2014 disputó su tercera Copa del Mundo en Brasil. Fue figura en el primer partido, en el que Argentina venció 2-1 a Bosnia-Herzegovina en el Maracaná. Aquel día, convirtió un gol y lideró la victoria del equipo que luego se quedaría con el subcampeonato del mundo. También logró el segundo puesto en la Copa América de Chile, en la que debutó con un gol en el empate 2-2 contra Paraguay.

Por otro lado, disputó cuatro Eliminatorias. En la de 2006, debutó en la derrota 0-1 contra Paraguay en Asunción; en la de 2010, lo hizo en la jornada inicial, cuando Argentina le ganó 2-0 a Chile en Buenos Aires; en la de Brasil 2014 convirtió un tanto en la goleada 4-1 contra Chile como local, mientras que en la de Rusia 2018 debió esperar hasta la quinta fecha, en la que Argentina derrotó por 2-1 a Chile en Santiago.

En definitiva, la Copa América fue su décimo torneo oficial con Argentina (sin contar Eliminatorias). En cinco marcó al menos un gol en su debut. Los dos títulos conseguidos parecen pocos para la magnitud de su figura. En cambio, lo realizado contra Panamá está más relacionado con lo que Lionel Messi es capaz de hacer. Tras una presentación a la altura de su genio, ahora el objetivo es terminar una sequía que ya se hace insoportable. Mejor no se puede empezar.