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El dilema de Martino

SEATTLE (Enviado Especial)-- Incluso desde antes del comienzo de la Copa América Centenario, Gerardo Martino debió afrontar varias encrucijadas muy complejas. Elegir al reemplazante del lesionado Javier Pinola, convocar o no a los tocados Javier Pastore y a Ezequiel Lavezzi, mantener en el equipo o dar de baja al desgarrado Lucas Biglia, poner de titular a Lionel Messi o dejarlo en el banco y otras menos trascendentes. En todas tomó decisiones firmes en las que el tiempo le dio la razón. Por eso, no se asustará en la previa de esta última fecha de la primera fase.

El tercer partido del grupo puede ser una trampa mortal si la clasificación ya está asegurada. La relajación en este encuentro puede marcar el futuro en el campeonato si el equipo no llega firme y seguro de sí mismo. Hay ejemplos de sobra de Selecciones que lograron dos victorias en las dos primeras jornadas, luego perdieron en el cierre de la ronda inicial y ese tropezón se convirtió en caída estrepitosa en la rueda de eliminación directa. Por eso, en estos días cada paso debe ser analizado con mucho cuidado por Martino y su cuerpo técnico.

Argentina está en una posición muy cómoda. Con dos triunfos, deberá enfrentar al peor conjunto de la zona, que sumó dos derrotas y llega sin ninguna posibilidad de clasificación. Bolivia volvió a realizar una muy pobre campaña y su único objetivo es protagonizar una hazaña similar a la de la Copa 2011, cuando le sacó un empate a la Albiceleste. Incluso con ese resultado, el conjunto de Martino ganará la zona.

Entonces, lo primero que uno piensa es que debe jugar un once titular alternativo. Esto tiene por lo menos tres grandes beneficios: darle un descanso a los futbolistas más importantes, cuidar a los amonestados y otorgarle rodaje a los que todavía no jugaron. Sin embargo, puede transformarse en un arma de doble filo, ya que subestimar instancias y responsabilidades nunca es bueno en un torneo de este tipo.

No hay pistas sobre lo que puede hacer Martino este martes y es posible que no las haya hasta horas antes del encuentro en el CenturyLink Field de Seattle, sin embargo, se puede especular sobre algunas opciones que tiene el entrenador argentino. Además, lo mejor en estos casos es ver los antecedentes y hace sólo un año, en la Copa América de Chile, el ex DT de Barcelona optó por rotar en el duelo contra Jamaica, aunque mantuvo entre los once a tres de los cuatro amonestados.

En el entrenamiento del domingo, Gabriel Mercado trabajó de forma diferencia por una molestia y será preservado. Entonces, se puede confirmar que contra Bolivia el equipo será Facundo Roncaglia más diez. O Roncaglia y Sergio Romero más nueve. El arquero argentino es inamovible y además él no quiere ceder ni un minuto de juego, así que allí no habrá ningún tipo de rotación.

En la defensa hay un sólo jugador con tarjeta amarilla: Marcos Rojo. El lateral izquierdo de Estudiantes es consciente de su situación pero tampoco quiere salir: "Tengo la amarilla en la cabeza, esta mañana estaba preguntando sobre las suspensiones. Pero yo quiero jugar siempre y tampoco es que entramos en la cancha pensando en pegar un patadón". El problema es que Rojo no tiene un reemplazo natural en el plantel. Debería pasar a jugar Ramiro Funes Mori a la banda y Jonathan Maidana junto a Nicolás Otamendi en la zaga. Así, se mantendrían dos titulares en la última línea.

En el mediocampo, el doble cinco del partido ante Chile tiene amarilla. Javier Mascherano y Augusto Fernández fueron amonestados frente a Panamá y corren riesgo de perderse las semifinales. El jugador de Barcelona fue figura en ambos juegos y tampoco es un hombre al que le guste resignar minutos, pero su presencia es clave en las instancias definitivas y además tiene un reemplazante de nivel, porque Matías Kranevitter está en condiciones de cumplir esa función con suficiencia. En cambio, Fernánez sí jugaría para que Lucas Biglia llegue al duelo de cuartos en perfectas condiciones.

Ever Banega y Lionel Messi no tienen amarilla y forman el eje del equipo. Uno por posición en la cancha y por decisión técnica y el otro porque es el mejor jugador del mundo. Sería bueno que descansen, pero es probable que sigan sumando minutos para afianzar todavía más una sociedad que puede darle muchas satisfacciones a la Selección. De todos modos, la presencia de Messi en esta primera fase siempre fue una incógnita y esta no será la excepción. Lo único que se puede confirmar es que el Diez estará al cien por ciento en los cuartos.

Nicolás Gaitán es el otro amonestado y se refirió a eso en la conferencia de prensa del domingo: "No entro en la cancha pensando en que tengo una amarilla y me tengo que cuidar. Si me llevo una tarjeta en defensa del equipo, para salvar una situación complicada, no tengo problemas en quedarme fuera". El atacante de Benfica fue una de las gratas sorpresas del inicio de la Copa y la lesión de Di María le abre una gran esperanza de mantener la titularidad junto a Messi. Por eso, es probable que Martino decida hacer debutar a Ezequiel Lavezzi en esa posición.

Como centrodelantero jugaría Sergio Agüero. Gonzalo Higuaín se sacrificó por el colectivo pero no tuvo suerte y se fue en blanco de los dos primeros encuentros. El Kun lo reemplazó en ambos y convirtió contra Panamá. Una buena actuación frente a Bolivia podría darle la titularidad a Agüero en el resto del campeonato, aunque con Higuaín siempre con posibilidades de ingresar en cualquier momento.

En definitiva, Martino está en una posición complicada porque no debe subestimar ninguna instancia y tampoco puede arriesgar recursos. Passarella tuvo problemas con esto en 1995 y José Pekerman sufrió en esta misma Copa con la Selección Coombia. Ejemplos positivos también hay varios. De todos modos, lo único que importa es lo que suceda en la cancha. Allí se terminan las palabras y comienza la acción, con suplentes o titulares.